MAREJADA DE LA VIDA
I
Vida
eres un canto que se estila en lontananza
A
veces de tristeza y a veces de ilusión…
Eres
un vuelo de ave con sus alas poderosas
Que
surcando va los cielos con su estela de esperanzas
Con
su polvo mágico de estrellas que trasiega el horizonte
Con
su fardo cándido en promesas que dan forma a la existencia
Con
el límpido capricho de una niña enamorada
Con
el sortilegio raudo de las hadas del destino
Porque
todo aquello es cierto y es creíble y alcanzable
Porque
el sueño y la promesa se trastruecan en lo cierto
Porque
se hace de ilusiones la verdad incontestable
Porque
el mundo es un puñado de verdades alcanzadas
De canciones inocentes
Un minuto en la alborada
II
Vida
eres el sueño convertido en amargura
Que
se dobla ante el mandoble del dolor con dura espada
Y
las lágrimas salobres se convierten en un río
Como
un cauce despeñado en aquel valle antes dorado
Como
un cántico elegiaco a la tristeza que se abate
Con
la saña despiadada de los sueños destrozados
Con
el llanto entrecortado del que llora ante el abismo
Porque
el infeliz castillo de arenisca se cayera
Ante
la marejada innoble que golpea y hace trizas
Lo
que antes fuera hermoso, tierno mundo en primavera…
Y
los dedos hoy se crispan impotentes ante el golpe
Que
nos duele en toda el alma con crueldades insistentes
De canciones galopantes…
Un minuto en marejada
III
Vida
eres la meta que renace en sus cenizas
Como
el fénix que sacude de su cuerpo los hollines
Y
se lanza hacia la altura en nuevo vuelo cristalino
Con
la aurora a sus espaldas que le da sus tintes oro
Con
ardientes cuchilladas en el cuerpo que le duelen
Y
recuerdan las traiciones, las mentiras, los dolores…
Con
el peso lacerante de diez mil desilusiones
Porque
hasta su ser amado le ofreciera sus espaldas
Porque
aquellos que ayudamos nos lanzaron a la cara
El
escupitajo innoble del que olvida y nos exige
Que
le demos la existencia toda, toda, sin migajas
Que
arrostremos sus errores con su peso en las espaldas
De dolores lacerantes
Que flagelan la mirada
IV
Vida
eres sendero que llegó hasta su destino
Con
la piel llena de arrugas y los sueños hechos trizas
O
quizás bien alcanzados o trocados en cenizas
Y
los ojos ahora grises con dolor humedecidos
Porque
el vuelo tantas veces alcanzó la miel sabrosa
O
alcanzó la dura espina de los cardos del desierto
Y
los vástagos surgieron y a tu lado florecieron
Los
que amaron tus desvelos junto a ti se mantuvieron
Los
que no pronto encontraron su destino en el camino
Y
la muerte ya te dijo: Tu minuto se te
acaba…
Porque vine por tu estambre que se
aduerme ya en la nada
Y tu savia se hizo vida en nueva vida
reflejada
Porque el ciclo resucita
Y renace en la mirada
Madrid
(Cundinamarca), septiembre 10 de 2016