RESEÑA DE LOS SUCESOS DEL 20 DE JULIO DE 1810
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
ANTECEDENTES
Como resultado de los sucesos que se habían venido desarrollando
en España, a partir del año de 1808, las colonias españolas desde México hasta
Argentina y Chile en el sur, proclamaron, unas más temprano que otras, sus
independencias. ¿Cómo fue eso? ¿Y qué tuvo que ver todo aquello con nosotros? ¡Veamos!
Napoleón Bonaparte había pedido permiso al rey de España,
Carlos IV de Borbón, para atravesar España con sus tropas para invadir
Portugal, país este con el que tenía serias diferencias. De paso por España
Bonaparte notó que el rey Carlos y su hijo, el príncipe Fernando, estaban en
fuertes enfrentamientos porque el hijo le exigía al padre que le entregara la
corona, pero el viejo rey se negaba. Fernando no se dio por vencido y en la
ciudad española de Aranjuez contrató a unas personas para que crearan una falsa
revolución que gritara: ¡Abajo el rey Carlos, que viva el rey Fernando! Así se
hizo, el viejo rey se asustó y en una improvisada ceremonia en el balcón de la Casa Consistorial de Aranjuez le entregó
la corona a su hijo. El viejo rey destronado quedó resentido, sin embargo, por
la forma como perdió la corona.
Bonaparte ante todo aquello vio que podía sacar partido
de la situación y se presentó ante los dos Borbones como amable mediador y
conciliador. Los citó a una cena de reconciliación, una vez que ambos se
sentaron a la mesa, los rodeó con sus soldados y los tomó prisioneros. Una vez
presos, le exigió a Fernando que le regresara la corona a su padre y a este
último, que se la diera a él, a Napoleón Bonaparte, como “garante de la paz y la seguridad en España”.
Napoleón Bonaparte mandó traer en las semanas siguientes a
su hermano, José Bonaparte, quien se hallaba entonces en Roma y lo coronó como
nuevo rey de España y las colonias. Fue así como Bonaparte no solamente se
apoderó de Portugal (cuyo rey huyó hacia Río de Janeiro, Brasil con toda su
familia y ministros), sino también de la propia España. Cuando los madrileños
se dieron cuenta que la familia real ya no gobernaba España sino los franceses
invasores, se dieron unos alzamientos populares terribles conocidos en la
historia como: “alzamientos del 2 de mayo
de 1808”. Al nuevo rey lo apodaron “Pepe
Botellas” (Porque a José Bonaparte le gustaba mucho la bebida). Bonaparte
empezó a reprimir con dureza el alzamiento patriota en su contra. Mientras
tanto la resistencia madrileña luchaba contra los franceses y corrió mucha
sangre para lograr la liberación de España.
DESARROLLO DE LOS HECHOS EN SANTA FE CAPITAL DEL
NUEVO REINO DE GRANADA
En Madrid y otras ciudades españolas se formaron Juntas
de Gobierno que actuaban a nombre del rey Fernando a quien Napoleón mantenía
preso en la ciudad francesa de Bayona. Estas juntas patriotas decidieron
informar en 1810 a las colonias españolas en América para conseguir dinero y
apoyos para liberar al rey prisionero. Fue así como se envió a dos “Comisionados Regios” a buscar ayudas.
Uno de ellos fue Carlos Ramírez Montufar, quien se embarcó y llegó a Quito y el
otro fue don Antonio de Villavicencio quien llegó a Cartagena de Indias, en la
Nueva Granada. Una vez que los criollos neogranadinos se enteraron de los graves
hechos de lo que pasaba en España vieron en todo aquello la feliz oportunidad
que ellos esperaban para entrar a gobernar la colonia. Villavicencio era
americano, natural de la ciudad de Quito (actualmente Ecuador) y él entendía
cómo funcionaba la política en las colonias hispanoamericanas. Fue así que una
vez en Cartagena, Villavicencio autorizó a los patriotas cartageneros para que
crearan su propia junta de gobierno a la manera de las de España, con tal que
apoyaran al rey preso. Esta noticia se esparció como pólvora hacia Mariquita
(Tolima), Santa Fe de Antioquia, Bogotá, etc. Provincias estas que pronto se
alborotaron también para crear sus propias juntas de autogobierno, al margen
del gobierno del virrey Antonio Amar y Borbón, viejo sordo quien era primo del rey,
Fernando Séptimo.
Villavicencio marchó por el río Magdalena camino a Santa
Fe de Bogotá, donde los patriotas locales lo esperaban con ansias. Los
patriotas que lo aguardaban en Santa Fe eran: el sabio Francisco José de
Caldas, José Acevedo y Gómez (El tribuno
del pueblo), Camilo Torres Tenorio (Autor de: El memorial de Agravios), José María Carbonell, Sinforoso Mutis
(Sobrino del sabio Mutis), entre otros. Antonio Nariño estaba preso por haber
publicado meses antes los Derechos del
Hombre y el Ciudadano en su propia versión castellana. Noticiosos los
patriotas que en pocos días ya Villavicencio estaría en Santa Fe, fueron a
donde el viejo virrey, Antonio Amar y Borbón, a enterarlo de todo lo que
sucedía en España y a pedirle autorización para crear la Junta de Gobierno de Santa Fe. Terco y testarudo como buen Borbón
que era, el viejo virrey no creyó. Él exigía que, si todo aquello era cierto,
que se lo informaran directamente desde España en un comunicado oficial firmado
por el rey. ¡Pero eso no era posible, porque el rey estaba preso en Bayona!
Pero el virrey neogranadino no lo creía.
Ante la rotunda negativa del virrey los patriotas se reunieron
en el observatorio astronómico, que entonces era dirigido por Caldas y trazaron
un plan. Venía el viernes 20 de julio y era día de mercado, la plaza iba a
estar llena de gente. ¿Qué hacer para lograr que el virrey autorizara la Junta
de Gobierno? ¡Ya estaba! ¡iban a armar una pelea en el marco de la Plaza Mayor de Santa Fe, para alborotar
al pueblo santafereño –a la manera de la Revuelta
de Aranjuez-, para así asustar al virrey para que autorizara la junta. ¡Así
fue! Se comisionó a los hermanos Morales para que llegaran a la tienda del
español don José González Llorente, con la excusa dizque de “prestarle un florero o ramillete” para
adornar la mesa del refresco de Villavicencio. ¡Era bien Sabido que González
Llorente era un español leal al rey y no iba a prestar nada para Villavicencio
quien era patriota! Aquel viernes 20 de
julio las cosas se dieron entonces así: Llegaron los Morales a la tienda del
español (aunque otras versiones cuentan que fue don Pantaleón Santamaría),
saludaron muy amablemente y se quedaron viendo las finas porcelanas de Castilla
que allí se exhibían para la venta. Antonio Morales levantó un fino jarrón que
tenía grabado el escudo de España y le dijo a González Llorente que aquella era
la pieza perfecta para adornar la mesa del refresco que le estaban preparando a
don Antonio de Villavicencio, comisionado regio quien venía de España. Le dijo
más o menos así:
-Don José
González Llorente! Os pido en préstamo este bello jarrón para adornar la mesa
del refresco que le vamos a ofrecer al comisionado regio, don Antonio de
Villavicencio, quien en contados días llegará a la ciudad… ¡Esta es la pieza perfecta!
- ¡Ese es
un fino jarrón de cerámica italiana! Pero no lo presto, lo alquilo o lo vendo.
¡Pero, no está para préstamos!
Otras versiones añaden que José González Llorente fue
grosero hacia los prestamistas y que añadió con lujo de altanería…
-No lo
presto! Y mucho menos para ese ¿&%$... ¿Y sabe qué? ¡Me c… en Villavicencio
y en todos los americanos!
Si fue cierto o no, esto último, nunca lo sabremos, pero
los patriotas afirman en documentos de la época que sí lo fue. El caso fue que
uno de los Morales agarró a González Llorente por las solapas y lo jaló hacia
la Real Calle del Comercio (Actual
carrera séptima), para “arreglar este
asunto de hombre a hombre”. Mientras que el otro Morales iba corriendo
hacia la plaza de mercado y le gritaba a toda la gente:
- ¡Auxilio,
auxilio! ¡Ese chapetón infeliz del González Llorente afirmó que se c… en
Villavicencio y en todos los americanos! ¡Los neogranadinos debemos hacernos
respetar! ¡Vamos!
Esta fue la mecha que encendió la revuelta popular. Minutos
después la casa del español estaba rodeada de gente y llovieron puños y palos
sobre el pobre hombre quien salió todo mal herido de aquel trance. Ante los
hechos el virrey mandó un piquete de soldados para detener a González Llorente
a quien sacaron escoltado y en silla de manos. ¡En realidad lo que querían era
salvarle la vida, porque si no lo hubieran linchado! José María Carbonell, el
patriota fue corriendo hacia la plazuela de San Victorino y allá también arengó
a la gente, esta vez diciendo: ¡Queremos
Junta de Gobierno, queremos Junta de Gobierno! ¡Cabildo abierto! ¡Cabildo
abierto! ¡Que haya junta! De otra parte, José Acevedo y Gómez también
arengó al populacho desde el balcón de su casa en la Plaza Mayor de Santa Fe…
Sus palabras incendiarias fueron estas:
- ¡Pueblo
de Santa Fe! Si no aprovecháis estos
momentos de efervescencia y calor, si dejáis pasar esta ocasión única y feliz
en menos de doce horas seréis tratados como insurgentes… ¡Ved los grillos y las
cadenas que os esperan!
La gente gritaba: ¡Que
haya Junta de Gobierno! ¡Queremos Junta!
En medio de semejante griterío y tumulto de gente, una
comisión de patriotas llegó a donde el virrey, quien ya no se negó más y
autorizó la anhelada Junta de Gobierno de
Santa Fe de Bogotá, capital del Nuevo reino de Granada. Fue así como el
alcalde local, José Miguel Pey (quien era patriota) autorizó el cabildo
Extraordinario de Santa Fe para crear una Junta de Gobierno que rigiera los
destinos de la nación. Se empezaron a corear los nombres de los juntistas y
hacia la media noche ya estaba conformada la Junta de Gobierno. José Acevedo y
Gómez, don Manuel de Pombo y Luis Rubio entre otros redactaron el texto del
Acta de Independencia, la cual se firmó hacia la madrugada del día 21 de julio,
aunque con fecha del día 20. El nombre que se le dio al país entonces fue
PROVINCIAS UNIDAS DE LA NUEVA GRANADA y fue el primer ensayo de autogobierno
que nuestro país vivió hasta la reconquista de España en 1816.
Aquel primer intento de autogobierno fue exitoso en
parte, porque, desafortunadamente los patriotas pronto entraron en guerras
entre sí por la forma de gobierno que habrían de darle al nuevo país. Esto fue
la llamada Patria Boba o Primera
República que estuvo vigente de 1810 a 1815. Mientras tanto, Fernando VII
regresó al poder en España, luego de la derrota de Napoleón por las tropas
unidas de Inglaterra, Rusia y Prusia. Este rey se puso furioso por nuestra
independencia en su ausencia y nos mandó reconquistar. Aquí llegó el
pacificador Pablo Morillo quien fusiló a buena parte de los patriotas en la
Plazoleta de los Mártires y restableció el Virreinato de la Nueva Granada. Por
orden de Morillo murió el sabio Caldas, Camilo Torres, José María Carbonell y
Antonio Villavicencio, entre otras vidas preciosas de la república. Esto fue en
1816, en 1819 en la batalla de Boyacá el Ejército Libertador comandado por
Bolívar y Santander, independizó definitivamente a la Nueva Granada de España
por lo que se cuenta que desde entonces somos país independiente.
BIBLIOGRAFÍA
INSTITUTO
COLOMBIANO DE CULTURA – CASA MUSEO DEL 20 DE JULIO. Revolución del 20 de julio de 1810. Sucesos y documentos. Eds.
Instituto Colombiano de Cultura, Bogotá, 1996.
Julio 23 de 2021