LA DINASTÍA
LÓPEZ EN LA HISTORIA DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR
Por: Nabonazar Cogollo
Ayala
El Partido Liberal tiene el
hombre,
En la Plaza de Bolívar se
grita:
López (es) el Pollo, López (es)
el Gallo
¡El presidente que Colombia
necesita!
López el Pollo – Paseo del Maestro
Rafael Escalona Martínez (1973)
Este año
2008 el Festival de la Leyenda Vallenata
tributó un sentido homenaje a quien fuera el principal defensor del proyecto Departamento del Cesar, el cual cristalizara
felizmente aquel jueves 21 de diciembre del año 1967 con la creación del
departamento número 22 de la república. La dinastía López de profunda raigambre
y significado en nuestra tierra, la encabeza el inolvidable presidente Alfonso
López Pumarejo, gestor de la modernización y laicización del país; lo mismo que
de la decisiva vinculación del Magdalena
Grande y concretamente de la Provincia de Padilla (tierra de sus ancestros
maternos) a las nuevas dinámicas del progreso nacional. La secunda el también presidente Alfonso López
Michelsen, quien fuera el primer gobernador del Cesar y uno de los
cofundadores, junto con la inolvidable Cacica Consuelo Araujonoguera y el Maestro
Rafael Escalona Martínez, del Festival de
la Leyenda Vallenata, en abril del año 1968, emblemático para la historia regional,
por su amplia trascendencia. López Michelsen fue un hombre de vasta cultura,
carácter cosmopolita, poliglota moderno y clásico, político visionario,
analista y uno de los principales protagonistas en la arena política colombiana
durante buena parte del siglo XX; indudablemente su legado político tanto en el
Cesar como en la Costa y en Colombia entera será indeleble.
Las
presentes líneas tienen el modesto objetivo de bosquejar en rápidas pinceladas
la genealogía, vida y obra de los presidentes Alfonso López Pumarejo y Alfonso López Michelsen como
un justo homenaje a su memoria de tan grata recordación en nuestra amada
tierra, que tanto le debe a uno y otro.
- LA CASTA FAMILIAR DE LOS LÓPEZ.
Según los
más aprestigiados genealogistas nacionales la casta de López habría tenido su
origen en el primitivo reino de Galicia, en el extremo noroccidental de España[1].
El apellido López es un patronímico derivado del latín Lupus que significa Lobo.
En la antigua España era proverbial el nombre masculino Lope, derivado de dicha raíz. El sufijo –ez denotaría “hijo de”/
perteneciente a la casa de“. De tal manera que el antropónimo López tendría el significado de “hijo de Lope o de Don Lope”; con el
trasfondo semántico, de origen un poco más lejano, de: “dotado de la fuerza de un lobo”.
El Blasón de la casta familiar de los López se describe así: campo de forma española con fondo de gules y
trece roeles de oro puestos en palo, distribuidos así: CUATRO, CINCO y CUATRO.
BLASÓN FAMILIAR DE LÓPEZ
El esmalte en gules (rojo) en la heráldica española significa
la guerra, aludía al dios Marte, al fuego y la furia
de los volcanes. En virtudes militares denota fortaleza, honor, valentía,
osadía y triunfo sobre el enemigo. Las armas con este esmalte obligaban al beneficiario
a defender al rey de España, a la patria y a la religión hasta la muerte (vertimiento de la sangre). Los
trece roeles o tortillos de oro dispuestos en palo significaban que el
beneficiario del escudo había tomado del enemigo sus armas (lanzas) dejándolos
desprovistos y sin guarnición militar. Estas últimas figuras denotan además
como virtudes mundanas: nobleza, esplendor, prosperidad, magnanimidad,
constancia, riqueza, poder y luz.
Complementariamente los roeles o tortillos indicaban en la antigua heráldica
española conexión familiar con la familia de los Castro.
La concesión del referido
blasón a la Casta Familiar López
indica que en la España de los tiempos de la reconquista contra el enemigo
árabe, los caballeros López hicieron méritos ante el rey castellano de la época
para recibir de este el escudo ya descrito y explicado, con un innegable cuño
de nobleza militar. Según noticia aportada por el cronista de Indias, el beneficiado de Tunja Don Juan de
Castellanos, con Alonso de Ojeda habría participado en la expedición de reconocimiento
y conquista de la isla de Borinquen (Puerto Rico) un hispano de nombre Joan López Adalid, de quien dice
Castellanos lo siguiente:
Joan López de
Adalid, cuyas destrezas
No merecen aquí
lugar postrero,
Porque sus
tinos son atrevimientos
No se podrán
decir en breves tiempos.[2]
¿Sería
acaso este el primer López de quien haya quedado registro histórico, que
pusiera pie en las tierras de América? No podemos afirmar esto con certeza
histórica. Tengamos en cuenta que el listado de nombres de la tripulación que
acompañó al almirante Cristóbal Colón en su expedición de las tres carabelas en
1492 aún no ha podido ser reconstruido completamente; y nada excluye la
posibilidad que el Puerto de Palos de la Frontera, geográficamente próximo a Portugal,
puente natural entre Galicia y el resto de España, no haya aportado algún
tripulante de apellido López a la célebre travesía.
- LOS LÓPEZ EN LA INDEPENDENCIA NACIONAL
Presumiblemente
los primeros López en llegar al actual territorio colombiano habrían llegado
procedentes del sur del país, a donde habrían ingresado provenientes del Perú. En
principio se habrían asentado en el Cauca, de donde se habrían extendido con el
paso de los siglos hacia Cundinamarca, el Tolima, Antioquia y los Santanderes. Los
primeros próceres de esta ilustre familia, fueron además mártires por la causa
de la libertad. El 26 de septiembre del
año de 1816 fue fusilado por la espalda en la ciudad de Neiva, el patriota
Francisco López, quien había sido tesorero en tiempos del gobierno rebelde de la Primera República (1810-1815). Posteriormente
había sido nombrado alcalde Ordinario, Capitán, Teniente Coronel, Comisario de
Guerra y Miembro del Colegio Electoral de Cundinamarca. Este ilustre patriota fue acusado durante la
Pacificación del general gallego Pablo Morillo, bajo el cargo de alta traición.
Ese mismo día en la misma ciudad de Neiva fue igualmente fusilado por la
espalda y bajo el mismo cargo, don José María López, quien durante la Primera
República había ejercido los cargos de Jefe de Correos, Capitán, alcalde
ordinario y Miembro del Colegio Electoral de Cundinamarca. Fue férreo
perseguidor de las huestes realistas, lo que le valió ser declarado enemigo de
la Corona Española.
El más
célebre prócer colombiano de la independencia, apellidado López, es
indudablemente el general liberal José Hilario López y Valdés (1798 - 1869),
quien era de origen caucano. Ejerció la presidencia de la República de la Nueva
Granada entre los años 1849 y 1853; y ha pasado a la historia por haber concedido
la libertad a los esclavos, haber abolido la pena de muerte por delitos
políticos y haber promulgado la libertad de imprenta, entre otras medidas
gubernativas de relieve. Fue cadete del ejército realista durante su juventud,
pero en 1814 militó bajo las órdenes de Antonio Nariño, cambiando de bando para
siempre. En sus célebres Memorias
afirma lo siguiente:
Nací en la
ciudad de Popayán, capital de la provincia de este nombre, el 18 de febrero de
1798. Mis ascendientes pertenecían a las primeras familias de la antigua
nobleza: mi padre era oficial real de la Santa Cruzada. [3]
Lo cual
reafirma la tesis según la cual los primeros López llegados al actual
territorio colombiano, procedían del sur y algunos eran descendientes de familias
nobles de la península.
3.
LA DINASTÍA LÓPEZ EN ASCENSO HACIA EL PODER
Durante las
duras jornadas para la elección en el Congreso del presidente de la república neogranadina
aquel miércoles 7 de marzo del año 1849, un anónimo artesano llamado Ambrosio
López, de origen humilde, lideró entre el artesanado capitalino un movimiento
popular de apoyo a la candidatura del General José Hilario López. El
historiador Hugo Latorre Cabal puntualiza sobre este hecho lo siguiente:
Ambrosio López
espera en el atrio, con paciencia, el resultado de la votación. ¿Saldrá elegido
el general? ¿Volverá el partido liberal y entonces los pobres tendrán mejores
oportunidades y los ricos menos libertades? Repentinamente se desprende el
cojitranco Ambrosio López del grupo que lo escucha con reverente atención, se
echa hacia atrás el sombrero de anchas alas en cuya copa, y en cinta colorada,
lleva el mote de “Viva López, candidato popular”.[4]
El artesano Ambrosio
López (quien además era cojo) sería el futuro abuelo paterno de Alfonso López
Pumarejo. El patriarca valduparense don José Domingo Pumarejo, quien formaba
parte del Congreso en calidad de senador por la provincia de Santa Marta desde
1842; había apoyado la candidatura del filólogo conservador Rufino José Cuervo. Don José Domingo Pumarejo Daza era un
acaudalado provinciano quien había heredado buena parte de las extensas
propiedades agrarias del capitán Hernando de Santana, el fundador legal de la
ciudad de los Santos Reyes del Valle del Cacique Upar, aquel 6 de enero del año
1550. Dispuestos en los bandos políticos opuestos aquel día decisivo para la
historia ulterior de la república, los futuros abuelos de Alfonso López
Pumarejo ni siquiera se conocían. El dedo oculto de la historia se encargaría
de unirlos a través de sus hijos María del Rosario y Pedro Aquilino; lo que
decidiría buena parte de los hechos en la Colombia y el Cesar del siglo XX en
adelante.
4.
ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO
Ambrosio
López había contraído matrimonio con
doña Felisa Medina Morales, de quien tuvo varios hijos. El segundo de ellos fue
bautizado en la Catedral Primada de Bogotá con el nombre de Pedro Aquilino. Todo permite suponer que
a Pedro Aquilino López Medina poca gracia le hacía su segundo nombre de
inspiración romana, por lo cual se hizo conocer simplemente como Pedro A. López. Cursaría las primeras
letras en el Colegio de San José,
junto con su hermano Ambrosio. Ya adolescente empezó a trabajar como
dependiente en negocios mercantiles capitalinos, para contribuir a la menguada
economía familiar, no exenta de privaciones. La guerra civil de 1875 dejó al
joven Pedro Aquilino sin trabajo, por lo cual debió trasladarse a la fronteriza
Cúcuta en 1876. Treinta años después ya había amasado una considerable fortuna en
la fluvial ciudad tolimense de San
Bartolomé de las Palmas (Honda en la actualidad), a orillas del Magdalena. En
Honda conocería a la bellísima sobrina de doña Josefina Pumarejo, la recatada María
del Rosario, protegida del acaudalado don Joaquín de Mier.
Con ella contraería nupcias en el año de 1882. El tercer hijo de la unión, luego de las dos niñas iniciales sería bautizado con el germánico nombre de Alfonso. Nació en Honda el 30 de enero de 1886, el mismo año en que luego de sangrientos interludios de guerra se derogara la constitución ultra liberal de 1863 para adoptarse en su lugar la Carta Magna de 1886, que regiría al país durante 105 años, hasta 1991.
La próspera
industria familiar de importaciones y exportaciones, Casa López, construida diligente y disciplinadamente durante varias
décadas por ese espíritu metódico que era don Pedro, fue heredada por el joven
Alfonso quien complementaría su formación paterna en Inglaterra, a donde
viajaría a la tierna edad de 15 años para adelantar cursos de finanzas públicas
en el Brighton College, como
correspondía a un joven acomodado de la época. Posteriormente continuaría
dichos estudios en los Estados Unidos, aunque sin alcanzar título profesional
alguno. Sobre la formación académica del ex presidente Alfonso López Pumarejo
anota el historiador cesarense Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, lo siguiente:
Se sorprende
quien enterado del talento de este gran estadista descubre luego, que no
ostentaba título profesional alguno, pero no por esto puede pensarse que era un
empírico. Estudió en Bogotá en el Colegio
San Luis Gonzaga y en el Liceo
Mercantil, además recibió instrucción especial mediante clases particulares
(…) En Inglaterra complementaría su formación al recibir cursos de economía y
hacienda pública en el Brighton College de
Londres; conocimientos que perfeccionaría luego en el Packard School de Nueva York.
[5]
En el año de 1903, siendo aún muy joven, se hizo cargo del control de la Casa López en la ciudad de Nueva York. A la edad de 18 años regresaría a Bogotá a asumir igualmente los negocios paternos en la capital del país. A partir de su fundación en Bogotá en 1910 del periódico El Liberal, inició una vertiginosa carrera política que lo llevaría a la presidencia en el año de 1934, en una contienda electoral marcada por el ausentismo de los conservadores, lo que aseguró su triunfo. Contaba 48 años y subió al solio de Bolívar de la mano de María Michelsen Lombana, con quien se había casado en el año de 1911, para radicarse en Medellín.
ARBOL GENEALÓGICO
DE LOS EXPRESIDENTES
LÓPEZ PUMAREJO Y LÓPEZ
MICHELSEN
Quizás
los viejos recuerdos maternos de una tranquila y hermosa Valledupar, lo
llevaron a ponerse en camino de la ciudad natal de Doña Rosario Pumarejo de López,
a orillas del cantarino río Guatapurí. Arribar a la provincial Valledupar suponía
tradicionalmente un largo viaje, que iniciaba en Honda por la vía fluvial del
río Magdalena, a bordo de viejos barcos de vapor, hasta donde intercambia aguas
con la zona cenagosa que forma el Cesar al sur de la ancestral Provincia de Padilla.
Para continuar en canoa por el rubio curso de los ríos Cesar y Ariguaní, hasta llegar a la
plaza de Valledupar, luego de varias horas a lomo de caballo. Aun cuando la
línea férrea que unía a Bogotá con Santa Marta había acortado
significativamente este penoso viaje, en varias horas. Una emotiva anécdota
sobre la visita presidencial a Valledupar por parte de su padre, la narra el propio ex presidente Alfonso
López Michelsen. Veamos.
La primera vez que vino Alfonso López
Pumarejo al Cesar, que entonces formaba parte del departamento del Magdalena,
lo llevaron a visitar en la casa que es hoy de los Castro, en la plaza de
Valledupar, el salón en donde había nacido su madre; era la primera vez que
visitaba a Valledupar y experimentó la inexplicable emoción de un niño huérfano
prematuramente, de encontrar gente que había conocido a su madre, que él mismo
no recordaba[6].
Es de recordar que Doña Rosario Pumarejo de López había muerto
prematuramente a la edad de 26 años (1894), dejando huérfanos a sus seis hijos,
el último de los cuales era Miguel. Alfonso López -que ocupaba el tercer lugar
entre sus hermanos-, contaba ocho años
al momento del fallecimiento de su progenitora, razón por la cual manifestaría
poseer recuerdos vagos de ella. Doña Rosario Pumarejo había sido reemplazada
cuatro años después en 1896 por Isabel Smyth Pumarejo (la familiar “tía
Chavela”) quien era su prima. Afectuosa señora que había hecho las veces de
madre del futuro presidente y sus hermanos. La búsqueda de estos viejos
recuerdos habría puesto a Alfonso López en camino de la señorial Valledupar de
sus ancestros.
Alfonso López Pumarejo
(centro), Maria Michelsen de López (izquierda) y Pedro A. López (derecha),
ingresando al Capitolio Nacional
el 7 de agosto de 1934,
durante el acto de posesión presidencial.
Este viaje presidencial sería decisivo para nuestra amada tierra cesarense: se completó el tramo faltante de la proyectada carretera Riohacha – Valledupar, la cual solo había llegado hasta Fonseca en 1925, en tiempos del gobierno del general Pedro Nel Ospina. Este mandatario liberal gobernó el país de 1922 a 1926. Hacia 1936 la carretera fue culminada y Valledupar entró a formar parte de la dinámica del progreso nacional en sus diversos órdenes. Sobre el particular dice Aníbal Martínez Zuleta[7] lo siguiente:
Cuando Alfonso López accedió al
poder, Valledupar era una población de escasos 15 mil habitantes, con una
sociedad adocenada, pacata, con una economía feudal empobrecida, aislada, sus
vías de comunicación eran intransitables caminos de herraduras; donde solo
existían dos pequeñas escuelas públicas, una de varones y la otra de niñas, y
un par de colegios particulares; no existían puestos de salud, y menos
hospitales; solo dos o tres médicos, Ciro Pupo Martínez, el doctor Pavajeau y
después Leonardo Maya. Indios y curanderos afamados respondían por la salud en
la región.[8]
Las ejecutorias
materiales y de progreso adelantadas por Alfonso López Pumarejo a favor de la
Provincia de Padilla sacaron a nuestra tierra de su estado proverbial de aislamiento
y abandono, para convertirla en una tierra pujante, con carreteras y
carreteables que facilitaban la entrada y salida de los productos pecuarios y
de pan coger que en estos valles aluviales se daban a manos llenas.
EL PRESIDENTE Nº
38 DE LA REPÚBLICA
Se construyeron
las carreteras: La Paz – Chiriguaná; Valledupar – Río Diluvio y Diluvio – Fundación, entre otras. Valledupar
conoció entonces el progreso y fue proyectada como ciudad intermedia, dotada de
hospital, escuelas de enseñanza primaria, escuela de artes y oficios, colegio
departamental y cría de las mejores razas de ganado para obtención de leche y
carne. Complementa Martínez Zuleta:
Pues bien, López hizo carreteras que
nos comunicaron con la zona bananera, con Santa Marta y con el mar; López hizo
el aeropuerto y nos comunicó con la civilización. Por venir a inaugurarlo en el
primer vuelo casi pierde la vida; López hizo el hospital para atender a los
enfermos de toda esta región; por el doctor López se construyó la Escuela
Superior de Artes y Oficios, hoy Instpecam; López hizo posible la construcción
del Colegio Loperena; antes había que ir al Liceo Celedón de Santa Marta o al
Colegio Pinillos de Mompox. Máximo podían salir, como en nuestro caso, tres
bachilleres; López hizo posible la construcción de la granja ganadera que
mejoró nuestra ganadería ‘cabunga’; López nos dio representación política y
administrativa; Ciro Pupo Martínez y Pedro Castro Monsalvo fueron gobernadores
del Magdalena Grande; después nos dio un ministerio en cabeza de Pedro Castro
Monsalvo.[9]
El Cesar empezaba a
ocupar de esta forma el lugar que le correspondía en la dinámica de la
historia, aun cuando todavía no fuera departamento.
5.
PEDRO
CASTRO MONSALVO: GOBERNADOR DEL MAGDALENA GRANDE
En 1938 Alfonso
López Pumarejo nombró como gobernador del Magdalena grande a Pedro Castro
Monsalvo, quien a su vez nombró como alcalde de Valledupar a Miguel Villazón.
El gobernador y este alcalde emprendieron una lucha denodada contra la pesca
indiscriminada con dinamita muy arraigada por entonces en la zona, práctica
ésta que tanto lesionaba la riqueza ictiológica de la región.
Una curiosa
anécdota de la época narra que el alcalde Villazón decomisó, por órdenes de
Pedro Castro, un pescado obtenido con
dinamita, de la mesa de Doña Rosa Monsalvo de Castro, –madre del gobernador-[10]. El cumplimiento de la ley no reconocía
barreras de índole familiar y el hecho causó admiración en Valledupar y sus
alrededores. En su gestión gubernamental Pedro Castro Monsalvo construyó la
carretera desde Fundación hasta Valledupar, inauguró el puente Francisco
Salguero sobre el río Cesar, inició las obras para la construcción del Colegio
Departamental Loperena, lo mismo que de la Escuela de Artes y Oficios; el
Hospital Rosario Pumarejo de López y el primer acueducto de la ciudad.
PEDRO CASTRO MONSALVO
(En 1942, cuando fuera Ministro
de Correos y Telégrafos,
Durante el segundo periodo de Gobierno
de López Pumarejo)
Este hombre de
relieve para el Cesar, la Costa y Colombia entera, había nacido en Valledupar,
el 14 de noviembre de 1905, siendo sus padres: José María Castro Baute y Rosa Monsalvo Maestre. Había sido el octavo
de los diez vástagos Castro Monsalvo y su infancia transcurrió junto a sus
hermanos en la vieja casona esquinera que anteriormente había pertenecido a Don
José Domingo Pumarejo Daza, en el marco de la plaza Alfonso López Pumarejo. A
la tierna edad de 12 años fundó en su natal Valledupar un periódico llamado Guatapurí, en el que hiciera sus primeras incursiones en el mundo
de las letras[11]. Se
casó con Paulina Mejía de cuya unión nacerían sus tres hijas: Leonor, Paulina y
María Eugenia. Pedro Castro Monsalvo murió en un infortunado accidente
automovilístico a la edad de 61 años, el día 3[12]
de marzo de 1967, el mismo año que el Cesar se elevaría a la condición
departamental[13].
La musa vallenata del maestro Escalona lo exaltó entonces con un sentido paseo
titulado La Muerte de Pedro Castro,
que empezaba diciendo:
De lejos muy
lejos venía un vallenato
Venía tocando
su triste acordeón…
Y cantaba con
dolor
La muerte de
Pedro Castro.
Él era famoso,
se llama Pedro,
El hombre más
grande que el Valle ha tenido,
En el jardín
del recuerdo
Quedó su cuerpo
tendido.
(…)
(Presentado en público el 1º de agosto de
1967)
Pedro
Castro Monsalvo había desarrollado una intensa vida pública desde muy joven: detentó
cargos de representación en Valledupar, fue luego Diputado por Valledupar al
Magdalena Grande y posteriormente Gobernador (en dos oportunidades). Representante
a la Cámara por el Magdalena, Senador, Ministro de Correos y Telégrafos,
igualmente durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, quien lo nombró mediante
Decreto 1954 del 7 de agosto de 1942. El mandatario le aceptó la renuncia el 17
de diciembre del mismo año);
posteriormente sería nombrado Embajador Especial en México. Un breve
cuadro informativo sobre sus diversos cargos es el siguiente:
CARRERA PUBLICA DE PEDRO CASTRO
MONSALVO |
||
|
||
|
CARGO |
AÑO |
1. |
Prefecto de la Provincia de Valledupar (Nombrado por el gobernador del Magdalena: Nicolás Dávila) |
1926 (Edad: 21 años) |
2. |
Diputado a la Asamblea Departamental del Magdalena |
1929 - 1930 (Edad: 24 años) |
3. |
Agente de la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero
(La Caja Agraria) |
1930 – 1935 (Edad: 25 años) |
4. |
Representante a la Cámara por el Departamento del Magdalena |
1935 (Edad: 29 años) |
5. |
Gobernador del Magdalena Grande (Nombrado por Alfonso López Pumarejo) |
1936 - 1938 (septiembre) (Edad: 30 años) |
6. |
Senador y Representante al Congreso (Elegido por el Liberalismo del Magdalena) |
1939 (Edad: 31 años) |
7. |
Ministro de Correos y Telégrafos Nombrado por Alfonso López Pumarejo |
1942 (Edad: 34 años) |
8. |
Gobernador del Magdalena Grande (Nombrado por el primer designado Darío Echandía) |
1944 (Edad: 36 años) |
9. |
Embajador Especial de Colombia en México (Asistente por Colombia al acto de posesión del presidente
de México, Miguel Alemán Valdés) |
1946 (Edad: 38 años) |
10. |
Senador |
1948 (Edad: 40 años) |
11. |
Ministro de Agricultura (Nombrado por Mariano Ospina Pérez) |
1948 (abril) (Edad: 40 años) |
12. |
Senador |
1949 (Edad: 41 años) |
Los
cantares vallenatos hicieron proverbial - desde su paso por la Gobernación-,
esta expresión con la que hacían referencia a las futuras tierras del Cesar:
“la tierra de Pedro Castro”.
Valga
decir que el primer Castro en llegar a la región valduparense había sido Don José
Manuel Fernández de Castro, quien se casaría con la heroína vallenata María de
la Concepción Loperena de Fernández de Castro (1774- 1835), la valerosa matrona
que el 4 de febrero de 1813 proclamara la independencia absoluta de Valledupar,
de la Corona Española. Esta proverbial mujer ejemplo del y temple y el coraje
cesarenses, puso a la ciudad y su término territorial adyacente, bajo lo
auspicios del gobierno revolucionario de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, con lo que Valledupar y el
Cesar habían escrito una página de oro en la historia de Colombia y de América.
6.
PRIMER CUATRIENIO DE LÓPEZ PUMAREJO: LA REVOLUCIÓN EN MARCHA (1934 – 1938)
Alfonso López había llegado como el
segundo presidente liberal de la breve hegemonía de dicho partido, luego del
cuatrienio de Enrique Olaya Herrera. El distanciamiento con el Directorio Nacional
Conservador era evidente, desde los funestos hechos de la Masacre de las Bananeras, que le costó al Partido Conservador la pérdida del poder durante cuatro periodos
consecutivos. El gabinete ministerial de López Pumarejo estuvo conformado por
políticos jóvenes, hasta entonces desconocidos en el ámbito político nacional. Una
oleada de sangre joven oxigenaba la anquilosada política colombiana de la
primera mitad del siglo XX. Aunque la clase política tradicional bogotana veía
dicha incursión con recelo y desconfianza. López Pumarejo llegó con el ánimo de
modernizar en términos de hábitos políticos, mentalidad y costumbres una nación
aún decimonónica, fuertemente arraigada en costumbres patriciales que se
remontaban a los tiempos de la colonia. Heredó una Colombia confesional,
reaccionaria y excluyente; que veía en el nuevo experimento político una seria
amenaza a privilegios de vieja data que
beneficiaban a las altas clases sociales y al clero. Mediante el decreto 1613
del 7 de agosto de 1934, Alfonso López Pumarejo conformó su gabinete
ministerial de la siguiente forma:
|
||
CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ
PUMAREJO 7 de agosto de 1934 [14] |
||
|
||
|
CARTERA MINISTERIAL |
NOMBRE DEL FUNCIONARIO |
1. |
Ministro de Gobierno |
Dr. Luis Cano |
2. |
Ministro de Relaciones
Exteriores |
Dr. Roberto Urdaneta
Arbeláez |
3. |
Ministro de Hacienda y
Crédito Público |
Dr. Carlos Uribe
Echeverri |
4. |
Ministro de Guerra |
Dr. Alberto Pumarejo |
5. |
Ministro de Industrias |
Dr. León Cruz Santos |
6. |
Ministro de Educación
Nacional |
Dr. Carlos Lozano y
Lozano |
7. |
Ministro de Correos y
Telégrafos |
Dr. Benjamín Silva
Herrera |
8. |
Ministro de Obras
Públicas |
Dr. César García Álvarez |
9. |
Ministro de Agricultura y
Comercio |
Dn. Marco A. Aulí |
Posteriormente lo acompañarían hombres
como Carlos Lleras Restrepo, Alberto Lleras Camargo, Antonio Rocha, Darío
Echandía, Carlos Santamaría, Jorge Zalamea y Jorge Soto del Corral, entre
otros. Los conservadores se distanciaron secundados por la Iglesia. Aun cuando
no era la idea inicial de López, acabó haciendo un gobierno de partido luego
que el Directorio Conservador rechazara los tres ministerios que el presidente en
principio les ofreció.
En 1935 impulsó una ambiciosa Reforma
Tributaria que gravaba a los grandes capitales y dejaba exentos a los ingresos menores. En
1936 marchó lanza en ristre contra la Constitución
de 1886, la más conservadora de la historia jurídica colombiana. La extensa
propuesta de reforma fue llamada por sus enemigos políticos “La Constitución de
1936”. Se le recortaron privilegios a la Iglesia Católica y se limitaron las
relaciones entre el Estado y la Santa Sede exclusivamente al articulado del Concordato vigente firmado con el
gobierno pontificio[15]. Estableció
el sufragio universal (para todos los ciudadanos: varones de 21 o más años),
concedió a las mujeres colombianas mayores de 21 años la potestad de ejercer
cargos públicos, y limitó las prerrogativas de la propiedad privada, la cual
debía cumplir con una función social sujeta a obligaciones en pro del beneficio
común. Estableció la posibilidad de la
expropiación por vía administrativa cuando el interés común prevaleciera sobre
el particular. Mantuvo el monopolio de la Iglesia Católica sobre la educación
pública, pero sujeta a la inspección y vigilancia de los órganos de control del
Estado[16]
(Ley 32 de 1936). Y consagró el derecho de huelga pacífica sobre causas justas,
a excepción de las empresas prestadoras de servicios públicos.
Estas medidas (fuertes para la época)
incorporadas muchas de ellas al propio texto constitucional, estremecieron las
viejas y enmohecidas estructuras del poder público en Colombia y prepararon al
país para su ingreso definitivo a la modernización, aun cuando un poco tarde en
relación con otras naciones del continente. Estas reformas (impensables unos
años atrás) le valieron el resentimiento de la vieja clase patricial y de la
Iglesia, que cerraron filas en contra del proceso de liberalización y
laicización del Estado, que se había iniciado resueltamente bajo su primera administración.
En una célebre conferencia leída por los
micrófonos de las emisoras de la época: HJN y HKF, había trazado Alfonso López
Pumarejo las directrices ideológicas de su cuatrienio. Dijo el mandatario,
entre otras cosas, lo siguiente:
Yo no fui elegido presidente de la
república para hacer un gobierno de concentración ni para continuar el
que se venía haciendo. No fui elegido para hacer un gobierno de temperamento
republicano, sino, muy por el contrario, con el declarado propósito de hacer un
gobierno liberal que realizara el viejo
ideal acariciado por tanto tiempo de traer
un cambio fundamental de hombres, de ideas y de procedimientos. En la dirección
de los asuntos públicos. Es decir el propósito de sustituir los hombres, las
ideas y los procedimientos republicanos que han imperado en el país durante
medio siglo, por ideas liberales y procedimientos liberales. [17]
Se trataba por ende de
un distanciamiento con el gobierno de su antecesor, Enrique Olaya Herrera, cuyo
cuatrienio había sido denominado De
Concentración Nacional. De otra parte eran muy notorias las cercanías
ideológicas con el programa partidista del mandatario de los Estados Unidos,
Franklin Delano Roosevelt, tan cercano a sus afectos. Llamaba a los
conservadores republicanos y acentuaba el carácter netamente partidista de su
gobierno. ¿Cómo respondieron los liberales de derecha y los conservadores ante
esta fuerte advertencia y otras de similar talante? El ala fuerte del Partido
Conservador, coaligada con una facción liberal opuesta a la Revolución
en Marcha, conformaron a la larga una agremiación opositora de extrema
derecha denominada Acción Patriótica
Económica Nacional (APEN). Esta entidad agremiaba a los terratenientes más
poderosos del país que se habían visto afectados tanto por la Reforma Agraria de
la administración, materializada en la Ley
200 de 1936 o Ley de Tierras, como por las últimas disposiciones en materia
tributaria. Curiosamente su propio hermano, Eduardo López Pumarejo, lideró en
el Congreso Nacional una facción de liberales de derecha en contra de los
lineamientos de La Revolución en Marcha,
cuyas ejecutorias consideraban lesivas para sus intereses. Alfonso López debió
sortear valientemente esta presión tanto política como familiar y logró salir
avante, no obstante haber contemplado la posibilidad de renunciar en 1937,
renuncia esta que no le fue aceptada por el Senado. El propio Partido Liberal
retiró gradualmente su apoyo al ímpetu reformista de la Revolución en Marcha y optó por un reformismo moderado, encabezado
por el abogado Eduardo Santos, director y propietario del influyente diario El
Tiempo. Los liberales moderados derrotaron a los reformistas lopistas en las
elecciones parlamentarias de 1937, con lo que Eduardo Santos aseguraba de
alguna manera su sucesión en el poder para el período presidencial venidero. Los
postulados y lineamientos fundamentales de la Revolución en Marcha acabaron siendo absorbidos por la política
tradicional, pacata y clerical de la época, reacia a los grandes procesos
transformadores del Estado y timorata ante los grandes desafíos de la historia.
¿Cuál fue la reacción de López
Pumarejo ante la derrota parlamentaria de
su programa político? Cayó en un profundo trance de amargura y fundó el
periódico El Liberal, desde cuyas
páginas defendió con ardor su programa y atacó el liberalismo moderado de
Eduardo Santos. En 1938, al término del primer período de gobierno de López
Pumarejo se llevó a cabo un Censo
Nacional que arrojó como resultado: 8.700.000 colombianos. Una vez entregó
el poder, el 7 de agosto de 1938, López viajó
a New York, desde donde siguió interviniendo en la política nacional, para
incomodidad de los liberales moderados. Eduardo Santos Montejo fue elegido para
el cuatrienio 1938 -1942, como candidato oficial del liberalismo. A este
período se le ha denominado en la historia de Colombia “la pausa”, por el
freno que le diera al impulso reformista
de su predecesor.
- LA CIUDAD
UNIVERSITARIA.
Una de las obras más duraderas y
reconocidas de la primera administración de López Pumarejo fue la construcción
de la Ciudad Universitaria, sede de la Universidad
Nacional de Colombia. Para ello trajo ingenieros de Alemania quienes
diseñaron la sede del claustro bajo los lineamientos arquitectónicos de la revolucionaria
escuela de diseño de Bauhaus; que preconizaba la simplificación y estilización de las formas en
función de las necesidades sociales en términos de utilidad y espacio. La
denominada Ciudad Blanca empezó a
gestarse imponente en los entonces extramuros de Bogotá, de tal forma que desde
las alturas empezó a delinearse la forma urbanística de un búho que alude a la
tradición investigativa, humanística, científica y cultural del Alma Mater de los colombianos.
En entrevista con el periodista Alberto Galindo del
diario EL ESPECTADOR en 1937, dijo Alfonso López Pumarejo en torno al tema de
la Ciudad Universitaria, lo siguiente:
Como usted puede verlo, sobre el terreno se
acumulan ya los materiales. Más de 20 edificios se elevarán allí, y la
Universidad tendrá no solamente espaciosos lugares de estudio, laboratorios y
bibliotecas, sino también extensos campos de experimentación, grandes
instalaciones deportivas, piscinas, gimnasios y muchas otras dependencias
exigidas por el sentido nuevo que la educación tiene en el mundo entero. La Universidad formará así el cuerpo y el
espíritu y no sacrificará, como hasta hoy lo ha hecho, la cultura física para formar enclenques eruditos. [18]
8. SEGUNDO MANDATO PRESIDENCIAL, INCONCLUSO. (1942 – 1945)
Un fuerte apoyo popular y la adhesión de una parte significativa de su partido, incidieron efectivamente para que Alfonso López Pumarejo volviera al solio de Bolívar para el cuatrienio 1942 – 1946, luego de ser aclamado en julio de 1941 por la Convención Nacional Liberal como candidato único del liberalismo. Una vez en el poder quiso retomar el ímpetu reformista de su primera administración, pero las condiciones –muy diferentes ahora- no le fueron favorables. La conformación de su primer gabinete ministerial fue la siguiente:
|
||
CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ
PUMAREJO (SEGUNDO
MANDATO) 7 de agosto de 1942 |
||
|
||
|
CARTERA MINISTERIAL |
NOMBRE DEL FUNCIONARIO |
1. |
Ministro de Gobierno |
Dr. Darío Echandía |
2. |
Ministro de Relaciones
Exteriores |
Dr. Gabriel Turbay |
3. |
Ministro de Hacienda y
Crédito Público |
Dr. Alfonso Araujo |
4. |
Ministro de Guerra |
Dr. Alejandro Galvis
Galvis |
5. |
Ministro de Trabajo,
Higiene y Previsión Social |
Dr. Arcesio Londoño
Palacio |
6. |
Ministro de Economía
Nacional |
Dr. Santiago Rivas
Camacho |
7. |
Ministro de Minas y
Petróleos |
Dr. Néstor Pineda |
8. |
Ministro de Educación
Nacional |
Dr. Jorge Zalamea |
9. |
Ministro de Correos y
Telégrafos |
Dr. Pedro Castro Monsalvo |
10. |
Ministro de Obras
Públicas |
Dr. Alberto Jaramillo
Sánchez |
Los grandes dueños del capital en el país
cerraron filas en contra del reformador liberal; y respondieron defensivamente creando
las agremiaciones industriales más poderosas de Colombia: La Federación
Nacional de Comerciantes (FENALCO) y La Asociación Nacional de Industriales
(ANDI), entre otras[19]. El Partido Conservador, en cabeza de su
jefe, Laureano Gómez Castro, le hizo una implacable oposición política. Desde
las páginas del diario El Siglo
(fundado en 1936), Gómez Castro adelantó una intensiva campaña en contra del gobierno
nacional. Puntualiza Tirado:
Muchos de los ataques de Gómez contra el
carácter y la vida privada del presidente eran totalmente infundados, pero, no
obstante, contribuyeron a resquebrajar su efectividad política y a erosionar el
prestigio de que gozaba entre la gente. [20]
El pueblo raso empezó a desilusionarse de
su otrora campeón y héroe de las reformas populares. De otra parte la
encrucijada histórica internacional tampoco le fue benigna: el mundo se debatía
en la II Guerra, los mercados europeo y norteamericano estaban severamente
restringidos por efecto de la confrontación bélica y ello dejaba sentir sus
negativos efectos en la economía nacional. El café colombiano dejó de comprarse
en medida importante en Europa y los EEUU; los bienes de consumo necesarios
para el desarrollo nacional también restringieron su flujo habitual hacia el
país, lo cual disparó el costo de vida y elevó considerablemente las tasas de
desempleo. El país se sumió en una aguda crisis económica y el gobierno poco o
nada podía hacer para evitarlo. No obstante la crítica conservadora y de los
liberales de derecha proseguía implacable su campaña de descrédito,
capitalizando ahora el creciente inconformismo popular. Los días del reformador liberal al frente del
ejecutivo parecían contados.
Sin embargo el valor proverbial de sus
ancestros vallenatos no abandonó a López, quien hizo frente a la crisis con
nuevas medidas gubernativas a modo de paliativo. Logró la aprobación de una
nueva reforma tributaria con un impuesto de valorización en las ciudades
mayores de 25 mil habitantes. Modificó ligeramente la Ley 200 de 1936, por
presiones políticas de los terratenientes y emprendió un viaje a los Estados
Unidos (1943), para imponerse de la gravedad de los hechos ante la II Guerra
Mundial. Se hizo cargo del ejecutivo, de noviembre 19 de 1943 al 16 de 1944, el Designado, Darío
Echandía Olaya. A su regreso López reasumió el mando, lo que volvió a incomodar
a la clase patricial colombiana, a la Iglesia y ahora a ciertos sectores de la
cúpula militar. El 10 de julio de 1944, durante el desarrollo de una visita a
Pasto para unas maniobras militares, en compañía de su hijo Fernando, el
presidente fue privado de la libertad por orden del coronel Diógenes Gil, con
lo que se perpetraba un golpe de Estado en su contra. La intentona de cuartelazo
quiso asumir las riendas del gobierno, pero el Designado Echandía en Bogotá
asumió el poder, se apoyó en los sectores leales de las Fuerzas Militares y
decretó formalmente el estado de sitio
en todo el territorio nacional. La legalidad fue restablecida y López volvió al
poder el día 12 de julio, pero quedaba en evidencia la frágil estabilidad del
gobierno nacional, que navegaba en las turbulentas aguas de la inconformidad
casi generalizada.
Su realización de mayor importancia en
este segundo mandato fue una nueva reforma de la Carta Magna, en el año de 1945,
en la cual: se concedió definitivamente la ciudadanía a la mujer colombiana, se
suprimió la segunda designatura, se estableció la elección popular de senadores
(anteriormente elegidos por las asambleas) y se redujo a dos el número de
debates reglamentarios en cada cámara del Congreso Nacional, para la aprobación
de los proyectos de ley. Se estableció así mismo la creación del Distrito Especial de
Bogotá. Finalmente el día 19 de julio de 1945 presentaba al Congreso Nacional
una carta con una nueva dimisión al cargo, la cual le fue finalmente aceptada. Una
de las razones expuestas para su renuncia a la presidencia fue la siguiente:
Lo que me mueve a considerar
indispensable mi separación del Gobierno es el hecho de no haber alcanzado mis
propósitos, contando con el caudaloso apoyo de las mayorías nacionales, donde
quiera que ellas se manifiestan espontáneamente o están representadas por sus
organismos legales[21].
De esta forma llegaba a su fin el segundo
período presidencial del paladín de las reformas liberales en Colombia, en la
primera mitad del siglo XX. El liberal Alberto Lleras Camargo fue designado
para completar el cuatrienio de gobierno, hasta el 7 de agosto de 1946. No obstante
esta renuncia no significó la muerte política de Alfonso López Pumarejo, quien
repuesto de su momentánea caída, regresó nuevamente a la palestra para dirigir el
Partido Liberal en 1950 y tomó parte activa en el proceso gradual de desmonte
de la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla (1953 – 1957); lo mismo que
en la implementación del acuerdo frente nacionalista, el cual le reconoce la
posteridad.
9.
EL
FIN DEL REFORMADOR, EL LÍDER POPULAR Y
EL LIBERAL CONVENCIDO
Luego de ocupar varios cargos
diplomáticos, encontramos a Alfonso López Pumarejo ejerciendo el cargo de
embajador de Colombia ante el gobierno de su majestad Isabel II Mountbaten –
Windsor, del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, quien había ascendido al trono en 1952. López
era ya un hombre anciano y lo acompañaba en los últimos meses de su intensa vida
su segunda esposa, Olga Dávila de López, quien fuera viuda del empresario
alemán Leopoldo Kopp. El ex presidente contaba entonces 73 años y para el venidero
31 de enero de 1960 habría cumplido 74, si el trágico desenlace no se hubiera
producido aquel 20 de noviembre de 1959. A pesar de ser un septuagenario, su actividad
febril no lo abandonaba un instante. Telefoneaba a sus amigos en Bogotá y a su
círculo de seguidores en Medellín, enviaba
telegramas a New York e intercambiaba cartas con algunos de sus hijos. Pero su
salud cada vez más debilitada se resentía, su viejo y gastado cuerpo le imponía
un ritmo menor a la febril actividad que le dictaba su voluntad. Dice Alfonso López Michelsen sobre los
últimos días de su inspirador y progenitor, lo siguiente:
La vida en Londres fue, desde el día de
su llegada, un milagro de voluntad y energía por parte suya y abnegada devoción
por parte de su mujer. Las noticias que nos llegaban de los amigos que acudían
a visitarlo en le Embajada se hacían cada vez más pesimistas y, aún para el más
lego, era claro que apenas podría sobrevivir unos pocos meses a la llegada del
otoño y del invierno.[22]
Desde el 28 de octubre su vida empezó a
apagarse lenta e inexorablemente, dormitaba con frecuencia y apenas si
respondía con monosílabos o frases cortas. Había tenido la intención de
regresar a Medellín (quizás a morir en la ciudad donde viviera su juvenil luna
de miel), para lo cual había planeado renunciar a su cargo de Embajador, pero
la vida no le alcanzó para llevar a cabo esta última tentativa de su voluntad. Alfonso
y Cecilia, quienes se hallaban entonces en Moscú, determinaron un precipitado
viaje a Londres temiendo lo peor. Evoca nostálgicamente López Michelsen el
siguiente diálogo con Olga Dávila:
“¿A dónde estás?” fue lo
primero que me preguntó Olga. “Aquí en el Terminal Aéreo de Londres” – Tu papá
está muy malo. Te estamos buscando desde hace días. En la dirección que nos
diste en Moscú dicen que no estás registrado. Vente inmediatamente. Los médicos
creen que no existe esperanza ninguna de volver a Colombia”. [23]
En la vieja casona estilo
Tudor signada con el número 33 en Wilton Crescent, Harley Street, falleció
Alfonso López Pumarejo el 20 de noviembre de 1959, a las seis y cincuenta minutos
de la tarde, ante la presencia casi reverencial de su esposa Olga, su nuera
Cecilia, sus hijos Alfonso, María y María Mercedes. Estaban ahí además el cónsul
de Colombia, Pablo Uribe y algunos empleados de la Embajada, más unos pocos amigos
personales.
10. OBRAS DE ALFONSO LÓPEZ
PUMAREJO
Ha habido esfuerzos
significativos por compilar el maremagnum de escritos que semana a semana
brotaban de la pluma de Alfonso López Pumarejo, desde su más temprana juventud,
hasta el momento de su deceso. Pero en honor a la verdad, ninguno de estos
trabajos hasta el momento presente ha abarcado la totalidad de escritos de tan
prolijo y complejo personaje. La más
amplia y profunda compilación de la cual tenemos noticia es la Aproximación a Alfonso López, en dos
tomos, del autor Aníbal Noguera Mendoza, publicado por la Presidencia de la República
como edición conmemorativa al cumplirse el primer centenario del nacimiento de Alfonso
López, en 1986. Obra anteriormente citada en el presente trabajo. Dicha obra supone
un trabajo exhaustivo que rastrea el Corpus
de López en:
(A) La prensa liberal
de la época y posterior: El Tiempo, El Espectador, El Liberal, El
Independiente, El Intermedio, Vanguardia Liberal, entre los rotativos más
importantes.
(B) La prensa
conservadora: El Siglo, El Deber, La Patria (de Manizales), La República, La Unidad, entre los más importantes.
(C) En revistas:
Cromos, Semana, Sábado, Estampa, etc.
(D) La prensa oficial y
los actos administrativos legales (Diario Oficial, La Gaceta del Congreso,
decretos, circulares, leyes, etc.). Igualmente trabajos historiográficos de
diversos autores, como: Eduardo Zuleta Ángel, Alfonso López (1986) y Enrique Caballero, Historia Económica de Colombia (1981), para citar solamente dos de
los más importantes.
Igualmente rastrea Aníbal
Noguera Mendoza, el epistolario familiar y público de López, lo cual es quizás
el aporte más significativo y valioso de este trabajo. Para ello el compilador tuvo
acceso a los archivos privados de Alfonso López Michelsen, lo mismo que de su
hermano Fernando López Michelsen. Consideramos que este es un trabajo arduo, el
cual no obstante sus alcances y dimensiones, resulta todavía incompleto; según
se constata consultando los documentos de López publicados por la prensa de la
época. Aníbal Noguera Mendoza tituló su obra Aproximación… lo cual pone de relieve un elevado sentido de la modestia digno de
imitar.
Ya anteriormente, en 1979[24],
la Cámara de Representantes había publicado unas Obras Selectas, también en dos tomos, de Alfonso López Pumarejo,
dentro de su colección titulada: “Pensadores
Políticos Colombianos”. Bajo el sello de Editorial Retina, de la capital
del país.
Corresponde a los
historiógrafos y demás estudiosos de las ciencias sociales en el Departamento
del Cesar principalmente, poner manos a la obra para complementar el trabajo ya
iniciado por Noguera Mendoza en 1986. Es lo menos que nuestra amada tierra
podría hacer por el hombre que puso de relieve en el orden del progreso nacional
las posibilidades de las tierras del Cesar, como despensa agropecuaria e
industrial de Colombia.
A continuación presentamos
una selección de los principales escritos de Alfonso López Pumarejo, datados y
brevemente comentados; como una forma de poner al alcance de las nuevas
generaciones una parte significativa del ideario del líder político liberal.
Cuando no se indique expresamente en nota de pie de página, se entenderá que la
fuente del documento en cuestión es tomada de la obra de Aníbal Noguera Mendoza. Cuando no sea ese el caso, se indicará de
manera explícita la fuente en nota de pie de página. Igualmente cuando se
juzgue necesario se introducirán comentarios contextuales a pie de página, a
modo de guía para el lector de los fragmentos citados.
INDICE DE
LAS PRINCIPALES OBRAS DE ALFONSO
LÓPEZ PUMAREJO (Epistolario, discursos,
telegramas, conferencias y demás escritos) |
||||
|
TITULO |
GÉNERO |
AÑO
DE PUBLICACIÓN /FRAGMENTOS |
ÁMBITO
TEMÁTICO |
1. |
La Fogosa Juventud y
las Perdidas esperanzas |
Carta
personal dirigida al general Rafael Uribe Uribe, fechada en Brighton, marzo
31 de 1901. |
1901 “…El deseo de su señora
era que no volviera (usted) a la guerra. Si Rafael vuelve a la guerra, me
decía, es porque la Campaña embrutece…” |
Un
López Pumarejo adolescente (15 años), enfebrecido con su ideario político le
dirige unas líneas en tono muy formal a Uribe Uribe, líder indiscutible del
liberalismo político a principios de siglo. |
2. |
Mis notas colombianas |
Carta
personal dirigida a Don Rafael Parga, amigo familiar y otras. |
New
York, mayo 1 de 1902 “…mi joven imaginación es
optimista y no supone que el ejército liberal haya tenido municiones para
pelear cinco días…” |
El
joven Alfonso López Pumarejo expone sus ideas políticas y su percepción sobre
la contienda partidista en el país. |
3. |
El laberinto inmenso de
mis confusiones |
Carta
personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina |
Quito(Ecuador),
Noviembre
4 de 1906 “…en el afán de definir
prontamente una incertidumbre que consume al más impávido, se busquen crisis
que emboten y distraigan el pensamiento inquieto” |
Un
Alfonso López joven (20 años) expresa sus tribulaciones juveniles en un tono psicológico
que a veces linda con lo existencial. Esta admirable pieza prosística
evidencia la influencia de la reflexión filosófica en el futuro presidente de
la nación. |
4. |
El desenfreno de mi
vida anterior |
Carta
personal dirigida a Don Guillermo Camargo Levi, en Quito. |
Guayaquil
(Ecuador), enero 28 de 1907 “…yo garantizo que usted
mismo no está apercibido del peso que ha tenido en mis ideas presenciar la
lucha de su vida y estudiar su manera de sostenerla…” |
El
atribulado joven busca apoyo y orientación en modelos consolidados y sensatos de vida, como una
forma de empezar a modelar el temperamento fogoso e impulsivo que marca su
modo de ser. |
5. |
Estarás contento y yo
por lo tanto |
Carta
personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina. |
Londres
(Inglaterra), enero 20 de 1911 “Están todas las redes
tendidas y muy bien tendidas. El banco alemán (…) está muy dispuesto a entrar en Colombia y
me pareció muy complacido al abrirnos cuenta” |
López
le informa a su padre de los pormenores de su intensiva visita a Europa, en
la que adelanta gestiones a favor del gobierno colombiano, la municipalidad
de Bogotá y la Casa López. |
6. |
El matrimonio me
despertó a la realidad |
Carta
personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina |
Medellín,
octubre 26 de 1911 “Como el matrimonio tenía
que despertarme a la realidad, de que tanto le hablan a uno, estoy pensando
que he debido casarme un años después…” |
Recientemente
se ha casado con Doña María Michelsen Lombana. La joven pareja de esposos ha
fijado temporalmente su residencia en Medellín. Alfonso informa a su padre de
los pormenores de su instalación en la ciudad y reflexiona sobre su nuevo
estado civil. |
7. |
Quiero dejar a usted
impuesto de mis ideas |
Carta
personal dirigida al Gral. Benjamín Herrera |
Bogotá,
abril 20 de 1921 “¿No piensa usted conmigo
que nuestra política interna tendrá en la indemnización americana[25]
un eje nuevo, alrededor del cual girará movida por un espíritu regionalista, agresivo y batallador, más
fuerte que el espíritu de partido que hoy la anima?” |
Alfonso
(quien ahora cuenta 30 años) se dirige en tono decidido y escueto a uno de
los grandes líderes liberales del Partido en esos momentos, para exponerle su
propio ideario liberal que distaba de la percepción oficial del Partido. |
8. |
El liberalismo
colombiano necesita liberalizarse para redimirse |
Carta
personal dirigida a Don Nemesio Camacho |
Bogotá,
abril 25 de 1928 “No son pocos los
liberales que piensan y sienten como los conservadores ante lo que ellos
llaman la amenaza comunista. Un egoísmo estúpido puede llevarlos a oponerse
juntos al desarrollo del socialismo…”[26] |
El
joven político liberal dirige una extensa exposición doctrinaria sobre el
liberalismo, al jefe liberal Nemesio Camacho. |
9. |
El principio del fin |
Conferencia
leída en el Teatro Municipal |
Bogotá,
octubre 9 de 1928 “Yo no creo útiles las
viejas fórmulas para resolver los problemas de esta hora agitada que vivimos.
Ni creo en la aptitud de los hombres viejos
para adoptar los métodos que reclaman las nuevas necesidades
nacionales” (…) “Estoy sinceramente alarmado. Considero muy comprometida la
estabilidad económica y fiscal del país”.
|
Un
López políticamente maduro (42 años), se va lanza en ristre contra los
gobiernos de la Hegemonía Conservadora y su maltrecha vigencia: cuestiona su
base doctrinaria, sus métodos administrativos y sus realizaciones al frente
de la administración pública. Anuncia
premonitoriamente el comienzo del fin de la Hegemonía Conservadora. |
10. |
La Cosa está divertida |
Cartas
de su intimidad familiar, dirigidas a su
esposa María Michelsen de López, quien residía en París. |
Bogotá:
cartas fechadas entre 1929 y 1930 “Pochita queridísima: (…) ¿Qué hubo de tu retrato?
Estoy esperándolo. Quiero ver si es cierto que estás muy buena moza. He oído
muchas ponderaciones. Van muchos besos para el original.” (Bogotá
Noviembre 25 de 1929) |
Se
nos muestra aquí la faceta íntima familiar del agudo contradictor político de
los conservadores. Muestra aspectos poco conocidos para la opinión pública
del padre y esposo afectivo. En
lenguaje coloquial y festivo informa a su esposa del ambiente político
colombiano, entre anécdotas y alusiones a la vida familiar de la pareja. |
11. |
Discurso de posesión
como presidente de la república (primer mandato) |
Discurso
político y programático. |
Bogotá
(Colombia), 7 de agosto de 1934 “El país entero está
conmovido por una aspiración
revolucionaria; que vuelve sus ojos hacia la república liberal anunciada
por los directores de mi partido. No se me oculta que hay una gran tensión
nerviosa en esta expectativa, prólogo natural de todo experimento político. “[27]
|
Esta
admirable pieza oratoria festeja el triunfo liberal en las urnas, hace
cronología de los hechos más significativos para el Partido y presenta las
líneas generales de lo que será el gobierno de la Revolución en Marcha. |
12. |
Cómo llegó el liberalismo al poder |
Relato
discursivo de reminiscencias, leído por el presidente en el Teatro de
Variedades. |
Bogotá,
noviembre 30 de 1936 “Él (Laureano Gómez Castro[28])
trabajaba por corregir los errores del partido conservador y redimirlo de sus
vicios, con la mira de poner un mejor instrumento al servicio de las conveniencias públicas.
Yo era un poco más ambicioso. Yo trabajaba por eso, pero además, por
sustituir al partido conservador por el partido liberal en el Poder”. |
Ameno
recuento cronológico de los diferentes momentos vividos por López y otros
líderes políticos del momento, en el proceso de desmontar del gobierno al
Partido Conservador. |
13. |
No está el palo para cucharas |
Carta
personal dirigida a su padre Pedro A. López. |
Londres,
julio 1º de 1931 “…no me ha alcanzado el
sueldo y la suma que recibo del gobierno para gastos de representación…” (…) “Todos (mis hijos) han
crecido mucho. Los hombres serán más altos que yo, y las niñas tan altas como
María. Alfonso, en particular ha
aprovechado el tiempo; es un estudiante sobresaliente, y lleva trazas de ser
una personalidad muy distinguida…”[29] |
Alfonso
informa a su padre Pedro A. López sus vicisitudes económicas en Londres, a
pocas semanas de haberse instalado como funcionario diplomático colombiano. Se
muestra aquí la faceta paterna del futuro presidente, quien le informa a su
progenitor sobre los avances físicos e intelectuales de sus hijos. |
14. |
“Bella cosa es la paz, pero nada vale sin honor” |
Telegrama
de respuesta a la acerba crítica del conservatismo nacional; que desestimaba
las acciones de López ante el gobierno de Lima (Perú) para solucionar
pacíficamente el conflicto de Leticia. |
Mayo
de 1933 “Afirman ustedes[30]
que el Conservatismo, al entregar el Poder Público, dejó el territorio
nacional delimitado y guarnecido (…) creo procedente recordar que el Departamento
de Panamá se perdió sin que el ejército conservador derramara una sola gota
de sangre. Eran otros tiempos quizás menos heroicos que los actuales”. |
Alfonso
López en su calidad de Director Único del Partido Liberal viaja a Lima (Perú)
con el fin de solucionar ante el
presidente, Gral. Oscar Benavides, el conflicto surgido entre ambas naciones
por la invasión de tropas peruanas a Leticia, el 2 de septiembre de 1932. Este
viaje fue rechazado por amplios sectores de la opinión pública colombiana. El
Partido Conservador lo juzgó inconveniente y lo cuestionó duramente. La
respuesta de López aunque amistosa fue contundente. |
15. |
Monstruosas perversiones de la libertad de oposición |
Mensaje
al Congreso en el cual presenta dimisión definitiva de su cargo, ante los
calumniosos ataques de la oposición política |
Bogotá,
19 de julio de 1945 “Nadie ha podido pensar
con justicia que yo buscara un nuevo honor o que vacilara sobre los
sentimientos del Congreso cuando sometí a su consideración la conveniencia de
estudiar mi retiro de la Presidencia de la república”. |
Consideraciones
socio políticas y doctrinales en las que busca persuadir a los parlamentarios
sobre la conveniencia de su salida del ejecutivo. Esta
última dimisión finalmente le fue aceptada. |
16. |
Tendría que internarme en la montaña |
Carta
personal dirigida a su hijo Alfonso López Michelsen. |
New
York (Estados Unidos), junio 27 de 1940 “…no me he seguido
enredando en el problema de las candidaturas
tan voluntariamente como parece, sino porque no hay remedio. Tendría
que internarme en la montaña si me resignara a tener encima al Gobierno
Nacional, como lo he tenido hasta ahora…” |
Manifiesta
sus sentimientos ante el creciente clamor popular para que se lanzara a la
contienda electoral venidera. El candidato liberal asume la campaña
proselitista con algunas reservas de ánimo. |
17. |
Crisis liberal de 1946 |
Carta
personal dirigida a Don Emilio Toro, amigo intimo. |
Bogotá,
abril 18 de 1946 “Los conservadores están
seguros de que volverán al Gobierno el 7 de agosto próximo con su amigo
Marianito[31]
y los liberales, asustados unos, desesperados otros (…) se muestran muy
pesimistas respecto del probable resultado de las elecciones”. “…mi separación del
gobierno ha resultado menos ventajosa pata el país de lo que yo supuse.” |
Presenta
un análisis objetivo sobre las consecuencias políticas de su renuncia a la
presidencia, con lo que el liberalismo perdió el poder. |
18. |
Se
oyen himnos que invitan a coronar de rosas a la soberana de todos mis
entusiasmos |
Carta
personal, dirigida a su hijo Fernando López Michelsen. |
Londres,
julio 1 de 1953 “…Olga ha despertado en mí
sentimientos de admiración y afecto que no logró infundirme ninguna otra
desde que la muerte se llevó a María;
sentimientos que fundadamente espero habrán de encontrar eco en la mente y en
el corazón de mis hijos”. |
En
tono ameno y familiar le manifiesta sus sentimientos y su intención de
casarse con Olga Dávila Pumarejo, a su hijo Fernando López Michelsen. |
18. |
Algo
grave va a pasar aquí muy pronto |
Carta
personal, dirigida a su hijo Alfonso López Michelsen, quien se encuentra en
México |
Bogotá,
marzo 27 de 1954 “Si vinieras a Colombia,
como deseo que lo hagas, si te dan puesto en la Asamblea Constituyente, te
sorprenderías de la rapidez con que está cambiando todo aquí, política,
económica y socialmente. Queda bien poco del país que dejamos en octubre de
1952”. |
El
ex presidente presenta a su hijo Alfonso un diagnóstico del quehacer político
y económico del país en aquellos momentos. |
19. |
Así
nació el Frente Nacional |
Carta
dirigida a la Dirección Liberal de Antioquia |
Bogotá,
marzo de 1956 “…yo sigo abogando por la
expedición de una reforma constitucional que dé carácter electivo al Consejo
de Ministros, o que extienda a este Cuerpo la representación proporcional de
los partidos, tomando como base la proporción en que estén representados en
las Cámaras del Congreso de la propia manera como los artículos 152 y 157 de
nuestro estatuto fundamental consagran dicha representación proporcional en
las otras dos ramas del Poder Público”. |
Documento
en el cual expone Alfonso López su propuesta en el sentido de la alternación
de los partidos tradicionales colombianos en el Poder. Idea
ésta que ya había expuesto anteriormente en documentos varios. |
20. |
En
el alegre atardecer de mi vida |
Discurso
pronunciado en la Universidad Nacional de Colombia, para recibir el titulo Doctor Honoris Causa y la Medalla al
Mérito Universitario |
1959 “Mi madre había nacido más
allá de la desembocadura del río (Magdalena) que para los colombianos había
constituido la única comunicación con el mar, en las extensas sabanas de la provincia de Valledupar y Padilla,
que Guajira de por medio, nos separaban de Venezuela. [32](…)
La fundación de la Ciudad Universitaria no viene a ser así, y en último
término, sino el deseo de un
colombiano que no tuvo universidad”[33] |
Este
discurso es una especie de testamento público de Alfonso López, en el cual
hace un sucinto recuento de sus principales actuaciones políticas en los
últimos cuarenta años. Retrotrae al recuerdo a sus padres, su tranquilo vivir
en Honda y sus amigos y personas allegadas. Este
apreciable documento tiene un innegable tono nostálgico y evocador, en medio
del agradecimiento por la exaltación al Doctorado
Honoris Causa. |
21. |
El
discurso del Doctor Alfonso López (Título
que le dio el diario El Tiempo, al publicarlo) |
Discurso
publicado en el diario El
Tiempo |
Bogotá,
mayo 5 de 1959 “Cuando recapitulo tantos
hechos como jalonan una actividad política de 50 años, muchos de los cuales
se reputaban imposibles en su tiempo, y que tuvieron que vencer más de una
vez el escepticismo de mis contemporáneos, me asombra por contraste el apoyo
y la acogida que encontraron siempre
entre la juventud y entre los humildes”.[34] |
Este
último discurso en público (más breve que el anterior), retoma el análisis y
la reflexión sobre sus actuaciones políticas, frecuentes durante la primera
mitad del siglo XX, que ya culminaba. López se acercaba al final de su vida y
su prosa anunciaba lo que sería su próxima partida y su legado político. Cuenta
ahora con 73 años y para el 20 de noviembre del año en curso (1959) partirá a
las regiones de le eternidad, en Londres (Inglaterra). |
10.
ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN
El hijo
homónimo del ex presidente López Pumarejo, cuyo nombre completo era Alfonso
Antonio Lázaro López Michelsen, nació en Bogotá el día 30 de junio del año 1913.
Cursó su bachillerato en el Gimnasio
Moderno, uno de los colegios de secundaria de avanzada en el país, de
pensamiento laico fundado en 1917 por el filósofo y educador don Agustín Nieto
Caballero. No obstante el joven Alfonso viajaría a Bélgica a continuar sus
estudios en el Saint Michel de
Bruselas. Finalmente obtendría el título de bachiller en la ciudad francesa de
Lille. Se matriculó en la Facultad de Derecho del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, de la Orden de
Predicadores (Padres Dominicos). Después de interrumpirlos para continuarlos en
Santiago de Chile, volvió al respetable claustro dominico donde finalmente se
graduó como abogado. Adelantó estudios de posgrado en la Universidad de
Georgetown, en los Estados Unidos.
Hombre de
profunda y amplia cultura, manejaba con fluidez el latín, el inglés y el
francés. Desarrolló a lo largo de los años un depurado estilo prosístico y
logró así mismo un léxico elegante y refinado, como correspondía a una persona
formada en diversos claustros del mundo. Desarrolló una elaborada percepción
dialéctica de la realidad colombiana, en el contexto de la realidad mundial;
como pocos hombres en el país lo lograron en su momento. Ejerció la cátedra de
Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional a
partir de 1938; igualmente en la Universidad Libre y en el Colegio Mayor del
Rosario, su Alma Mater.
11.
PROYECTO DEPARTAMENTO DEL CESAR
El día 5 de
septiembre del año 1966 el señor Manuel Pineda Bastidas presidió en el local
del Teatro Radio Guatapurí la reunión
de grandes personalidades de Valledupar, con el fin de dar cuerpo y forma al Proyecto Departamento del Cesar, el cual
habría de segregarse íntegro del Departamento del Magdalena, del cual formaban
parte para entonces sus 13 futuros municipios.
¿Quiénes
estaban detrás de esta convocatoria realizada por Pineda Bastidas? Los hijos de
Valledupar que ocupaban prominentes cargos públicos en el Gobierno Nacional en
Bogotá. Ellos eran: el representante Dr. José Antonio Murgas y los ex
representantes: Crispín Villazón de Armas y Aníbal Martínez Zuleta. El día 6 de junio de
1967 José Antonio Murgas había sido sacado del recinto del Congreso en hombros
por sus amigos y seguidores, luego que el Congreso diera la aprobación final a
la Ley de Creación y Organización del
Departamento del Cesar, la cual sería finalmente expedida el día 25 de
junio del mismo año. Los coautores de dicha ley fueron: Aníbal Martínez Zuleta,
Crispín Villazón de Armas y José Antonio Murgas. Ellos tres habían empezado a
forjar la idea en el mismo mes de septiembre de 1966, en el Hotel Continental de Bogotá. [35] El
parlamentario Murgas tuvo que luchar contra el rechazo al proyecto por parte de
algunos congresistas que hablaban de la “Departamentalitis” que aquejaba al
país. ¿Por qué se decía esto? Es preciso recordar que en 1964 se había creado
el Departamento de la Guajira que anteriormente tuviera el estatus de
intendencia. En 1966 se creó el Departamento del Quindío (segregado del viejo
Caldas) y se creó igualmente, segregado del mismo ente seccional, el
Departamento del Risaralda. De Bolívar se había segregado igualmente el
Departamento de Sucre, inaugurado oficialmente el 1º de marzo de 1967. Esta
avalancha de nuevos entes seccionales llevaba a algunos congresistas y
senadores a hablar de una inusual tendencia
en el país en los últimos años: la “Departamentalitis”, la cual -decían-
era preciso atajar. ¿Sería el Proyecto
Departamento del Cesar producto de la denominada departamentalitis? La
historia, los hechos, la pujanza y determinación del pueblo cesarense
demostrarían a la larga que no. El día 21 de diciembre de 1967 en el Acto de
Inauguración del Cesar José Antonio Murgas fue condecorado por las colonias
foráneas por “su destacada actuación en
la creación del Departamento”[36].
Desde entonces se le ha adjudicado con justicia el apelativo de Padre del Departamento del Cesar. Durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero,
fue nombrado Gobernador en medio del beneplácito de sus coterráneos, cargo que
ejerció desde el 22 de agosto de 1970 hasta el 17 de junio de 1971.
Sobre la
convocatoria cívica en Valledupar aquel histórico
día 5 de septiembre del año de 1966, complementa Consuelo Araujonoguera con la
siguiente noticia histórica:
La gente vallenata había empezado a
alborotarse nuevamente con la idea de la creación del Departamento del Cesar,
un viejo anhelo que alguna vez fue un proyecto en borrador que no alcanzó a ser
debatido siquiera. Por sugerencia de Crispín Villazón de Armas y de José A.
Murgas desde Bogotá, y convocado por Don Manuel Pineda Bastidas, que tantos
servicios le prestó a la región, el día cinco de septiembre se llevó a cabo en
el teatro Radio Guatapurí una gigantesca
reunión de la que surgieron la junta directiva y los comités que irían a
trabajar por la creación del Departamento del Cesar. [37]
Correspondió al
Dr. José Antonio Murgas presentar el Proyecto
Departamento del Cesar ante la Cámara de Representantes en ese mismo mes y
año. El joven congresista contaba
entonces 33 años y había iniciado una prometedora carrera política. Aquel día 5
de septiembre en el Teatro de Radio Guatapurí, luego de los saludos de rigor el
señor Pineda hizo exposición de motivos sobre el objeto de aquella reunión: deliberar sobre el citado proyecto y dejar
constituido el Comité Central
Pro-Departamento del Cesar. Varios oradores tomaron turnadamente la
palabra, a favor del proyecto citado, que causaba emoción entre los asistentes.
Tomaron la palabra, entre los oradores más importantes:
·
Dr. Clemente
Quintero
·
Sr. José
Eugenio Martínez
·
Sr. Pedro
Rodríguez
·
Sr. Efraín
Lacera
·
Sr. Delio
Ospino
·
Sr. Fernando
Botero
·
Dr. Armando
Maestre Pavajeau
·
Dn. Jorge
Morales
·
Dn. José
Guillermo Castro
·
Dn. Alfredo
Araújo
¿Cuáles fueron
los planteamientos principales de los oradores aquel día memorable? A
continuación realizaremos un inventario lo más completo que se pueda de dichas
intervenciones, a partir de las fuentes documentales de la época.
DON MANUEL
PINEDA BASTIDAS (Saludo protocolario e intervención inicial) “…en frases
emocionantes exaltó el civismo de los habitantes de la ciudad de Valledupar,
por haber hecho acto de presencia a este apoteósico acontecimiento, ya que se
trataba nada menos (que) de un hecho de resonancia nacional que sería
protocolizado para la posteridad.”[38]
Dr. CLEMENTE
QUINTERO “…en una exposición amplia,
razonada, e históricamente documentada, dijo todas las circunstancias por las
que ha ido atravesando el proyecto del futuro Departamento del Cesar, que tuvo
hace algunos años vida efímera y no pudio cristalizarse en Ley de la república
por circunstancias de la época y no haber tenido ambiente puesto que, la
creación del Departamento de la Guajira, obra del parlamentario Dr. José
Ignacio Vives Echeverría, dio al traste con el agraz Departamento del Cesar,
pero que hoy las circunstancias eran totalmente distintas ya que existe un
bloque parlamentario costeño adicto al hecho histórico que se proyecta. Así
mismo anunció una pronta reunión en esta ciudad de parlamentarios amigos del
proyecto, que será una demostración vigorosa del desideratum de los
valduparenses, cual es de hacer de esta ciudad la futura capital del
Departamento del Cesar. En igual forma excitó a la concurrencia para que
hiciera acto de presencia y cada quien cooperara en forma efectiva con el mayor
entusiasmo, a afecto de que se reunieran suficientes fondos para sufragar los
gastos de tan magna empresa. Por otra parte se extendió en largas consideraciones
sobre el proyecto, concretando a todos los asistentes a que se
responsabilizaran como verdaderos hombres, y no con un criterio simplista de
aceptarlo todo, convenir en que sí es buena la cosa y a la postre, darle la
espalda al problema como era costumbre muy tropical de no hacer nada y
conformarse siempre con añoranzas o comentarios estultos como final de toda
obra no realizada. Dijo que era una empresa de hombres responsables y por ende
de todo ciudadano o persona humana que habitase en esta ciudad, estaba obligada
a aportar su contingente en beneficio del proyecto que mañana (6 de septiembre
de 1966) empezará a tener vida legal en el Parlamento Colombiano.[39]”
DON MANUEL
PINEDA BASTIDAS (Segunda Intervención) “Manifestó que todo concurrente al acto
tenía derecho a expresar sus ideas en torno al problema declarando Cabildo
Abierto, con todas las de la ley.[40]”
Sr. JOSÉ
EUGENIO MARTÍNEZ “…Hizo uso de la
palabra y recordó cómo hace trece años justamente a la llegada a esta ciudad
del Presidente de la República (e), Dr. Roberto Urdaneta Arbeláez, le tocó dar el saludo de bienvenida a nombre
de la municipalidad y dijo en esa época “que dentro de cuatro lustros se
aspiraba a que fuera Valledupar la futura capital del Departamento del Cesar,
desde donde se condujera la cultura del futuro departamento, que sería un hecho
histórico impostergable”. Que se admiraba que la naturaleza de las cosas se
hubiese anticipado y que faltando siete años, la sociología colombiana estaba
demostrando que aquí en esta ciudad de Valledupar se habían dado cita familias
de toda Colombia que pugnaban todas por ser genuinas amantes de la ciudad y que
al igual que los nativos, sentían un
mismo sentimiento colombianista por el futuro Departamento del Cesar. En igual
forma resaltó el interés que le merecía a toda aquella numerosa concurrencia la
creación del, tantas veces mencionado Departamento del Cesar y que estaba listo
a brindar su contingente en beneficio de la idea que magistralmente verá (la)
luz por segunda vez en los anales del Congreso de Colombia como producto de la
inteligencia del Dr. José Antonio Murgas, parlamentario intrépido y sagaz.[41]”
Sr. PEDRO
RODRIGUEZ, Sr. EFRAIN LACERA y Sr. DELIO OSPINO “…en frases emocionadas
manifestaban su asentimiento al hecho histórico que se ventilaba. [42]”
Sr. FERNANDO
BOTERO, Dr. ARMANDO MAESTRE PAVAJEAU, DON AMADOR OVALLE, DON JORGE MORALES, DON
JOSÉ GUILLERMO CASTRO, DON ALFREDO ARAÚJO… “Todos a una expusieron sus buenos
deseos por no desmayar un solo momento en la empresa que se avecina. [43]“
Una vez
concluidas las intervenciones de rigor, se procedió a integrar el Comité Central Pro-Departamento del Cesar. Como
presidente fue elegido el Dr. Crispín Villazón de Armas, Primer vicepresidente:
Dn. Jorge Dangond Daza, segundo Vicepresidente: Dña. Josefina Viuda de Castro.
Secretario: Dn. José Eugenio Martínez. Tesorero: Dn. Manuel Germán Cuello. Se
integró así mismo un Comité de Finanzas y un Comité de Propaganda. De aquel
acto histórico para Valledupar y el futuro departamento del Cesar, se levantó
el Acta Número I, protocolizada en la
Escritura Pública número 1037 del día 5
del mes de septiembre del año 1966. Firmó dando fe de la protocolización de
dicha acta, la notaria pública de Valledupar, Anaís Gutiérrez Labarces. Firmaron así mismo en calidad de testigos,
los señores: Luis A. González y William Aramendiz Oñate.
De aquella
célebre reunión en el Teatro Radio
Guatapurí, salieron los asistentes gritando vivas al Departamento del Cesar. ¡La iniciativa había nacido y ya nada la
detendría! Sería cuestión de meses para que el nuevo departamento fuera una
realidad.
Los que nos vinculamos al comité de
finanzas vimos cómo –en un tiempo récord-, la tarea recompensada por una ciudad
entusiasta y generosa que desembolsaba respetables sumas de dinero para
instalar oficinas, para papelería, propaganda y giras por todo el sur del viejo
Magdalena, conquistando adeptos para nuestra independencia territorial. Viajes
a Aguachica, Tamalameque, Río de oro, San Alberto, Curumaní, Pailitas y
decenas de sitios que nunca antes
habíamos oído mencionar siquiera, se sucedían vertiginosamente. Se abrieron
oficinas en Bogotá, y desde allí Alfonso Araújo Cotes, Crispín Villazón de
Armas, José Antonio Murgas Y Luis Rodríguez Valera, se empeñaban en convencer a
los parlamentarios de las bondades y la justicia del proyecto. La campaña era
una demostración plena de unidad, de fervor y decisión inquebrantable de hacer
tolda aparte de Santa Marta y echarnos a caminar con nuestros propios recursos.[44]
El proyecto fue
apoyado abiertamente además por el Dr. Alfonso López Michelsen en Bogotá, quien
ante diferentes auditorios ponderó las cualidades de la región para conformar
un ente seccional autónomo, dueño de su propio destino y autodeterminación. Disertando
sobre el liderazgo del futuro presidente
ante el nuevo proyecto, puntualiza Martínez Zuleta lo siguiente:
…el mejor triunfo o la mayor fortuna
que tuvimos, y que hemos tenido a través de los tiempos, fue que Alfonso López
Michelsen inconcebiblemente, espontáneamente, aceptara exponerse a tomar el
mando de la Isla Barataria (alusión metafórica al gobierno del nuevo
departamento). El gran ideólogo de las izquierdas liberales, que hizo virar al
Partido hacia las ideas socialistas, que tenía una curul en el Senado de la
República, desde donde libraba los importantes debates políticos y jurídicos,
con una reconocida y respetada autoridad académica e intelectual, pues el
experto en derecho constitucional; en derecho internacional público y privado;
en derecho administrativo y civil, sabe como el que más de economía, es
ensayista y novelista, es políglota y productor de cine, sabe de floricultura y
es conocedor folclorista al extremo que me atrevería a decir que nadie conoce
más del folclor vallenato que él, aceptó el reto de venir al solar del olvido y
la irredencia, Macondo.[45]
El entonces
presidente, Dr. Carlos Lleras Restrepo no se mostró muy a gusto con la
iniciativa, aunque acabó aceptándola como un hecho cumplido ante el
determinante liderazgo que Alfonso López Michelsen asumió respecto de la misma.
¿Por qué razón
se oponía Carlos Lleras Restrepo? En el año 2002 se le formuló esta inquietante
pregunta al Dr. Héctor López López, decano de la Facultad Abierta y a Distancia de la Fundación Universitaria San Martín, sede de Bogotá. López López fue asesor presidencial de Carlos Lleras durante esos
años. Su respuesta fue la siguiente: Carlos Lleras Restrepo era de la idea que se
debían evitar al máximo en el Estado, las nóminas burocráticas. Era reacio a la
creación de nuevos cargos y carteras, porque él era un defensor denodado del
erario público. No era por animadversión
contra el Cesar, no. Era por defender los impuestos de los colombianos.
12.
CREACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL DEPARTAMENTO NÚMERO 22
DE LA REPÚBLICA
Finalmente y
luego de los consabidos ires y venires en ambas cámaras en el Congreso de la
República, se aprobó la ley 25 del 21 de junio de 1967, “Por la cual se crea y organiza el Departamento del Cesar”. El Artículo Primero de dicha ley
dice lo siguiente:
Consideró el
presidente Carlos Lleras Restrepo que el gobernador natural de dicha sección
del país (luego de diferentes solicitudes en dichos sentido, por integrantes de
ambos partidos, en Valledupar), debía ser el hombre que entusiastamente abogó
desde el estrado, el micrófono, la cátedra y la plaza pública, por el Departamento del Cesar. Ese no era otro
que Alfonso López Michelsen. Esta noticia fue tomada con entusiasmo en los
distintos círculos valduparenses, que veían de esta forma cómo la historia le
hacía justicia a su amada tierra, en la persona del último líder político de la
dinastía de los López, tan cara a este pedazo de Colombia.
El Ministerio
de Gobierno expidió entonces, en desarrollo de la mencionada ley 25 de junio
21, el Decreto Nº 1340, “Normas sobre
Organización del Departamento del Cesar”, el 17 de julio del mismo año
1967. Algunas de las disposiciones de este acto administrativo fueron las
siguientes:
ARTÍCULO 1º: Las ordenanzas y demás normas orgánicas que se
encuentren vigentes en el Departamento del Magdalena en 21 de diciembre de
1967, regirán en el Departamento del Cesar hasta cuando la Asamblea de éste
provea sobre el particular.
(…)
ARTÍCULO 7º: Mientras la Asamblea del Departamento del Cesar
provea lo necesario, el Gobernador del
Departamento queda facultado para celebrar contratos sobre distribución de
licores nacionales y extranjeros.
ARTÍCULO 8º: El Gobierno Departamental, con la asistencia técnica
del Departamento Administrativo del Servicio Civil, tomará las medidas
conducentes, con el fin de establecer la Carrera Administrativa a nivel
seccional.
(…)
ARTÍCULO 12º: Créase una Junta Especial para el Departamento del
Cesar, compuesta por doce (12) miembros principales, con sus respectivos
suplentes, los cuales serán designados por el Presidente de la República. Son
funciones de la Junta:
a)
Proveer la
adquisición de los inmuebles y enseres indispensables, y a la consecución de
locales y oficinas para el funcionamiento de las dependencias departamentales.
(…)
b)
Colaborar con
la Secretaría de Organización e Inspección de la Administración Pública de la
preside4ncia y el Departamento Administrativo de Planeación, en la elaboración
de los proyectos de estructura orgánica y funciones para la administración y el
presupuesto de rentas y gastos que ha de regir durante la vigencia fiscal comprendida
entre el 21 de diciembre de 1967 y el 31 de diciembre de 1968 en el
Departamento del Cesar.
c)
Gestionar la
contratación del empréstito a que se refiere el artículo 12 de la ley 25 de
1967, el cual requerirá para su legalización la firma del Gobernador del
Departamento.
d)
Presentar al
Gobernador planes e iniciativas tendientes a facilitar la organización y
funcionamiento de los diferentes servicios y actividades que corresponde
desarrollar a la administración departamental.
PARÁGRAFO.- Los miembros de la Junta Especial ejercerán sus
funciones ad honores, y durarán en ejercicio de ellas hasta el momento en que
tome posesión de su cargo el primer Gobernador.
(…)
El presidente Carlos Lleras Restrepo
expidió entonces el Decreto Nº 1419, el 26 de julio del mismo año 1967, “Por la cual se designan los miembros de la
Junta organizadora del Cesar”. El Artículo 1º de dicho decreto dice lo
siguiente:
La
Junta Organizadora para el Departamento del Cesar, creada por el Decreto Número
1340 de 1967, quedará integrada así:
|
||
|
PRINCIPALES |
SUPLENTES |
1. |
Alfonso
López Michelsen |
Alfonso
Araujo Cotes |
2. |
José
Francisco Socarrás |
José
Guillermo Castro C. |
3. |
Manuel
G. Cuello Gutiérrez |
Jorge
Torrado |
4. |
Luis
Rodríguez Valera |
Adelaida
de Castro |
5. |
Crispín
Villazón de Armas |
Jorge
Eliécer Rincón |
6. |
Jorge
Dangond Daza |
Cerveleón
Padilla |
7. |
Amador
Ovalle Padilla |
Jaime
Araujo Noguera |
8. |
Luis
Carlos Murgas |
Luis
Roberto García |
9. |
Clemente
Quintero Araujo |
Calixto
Oyaga |
10. |
Jorge
Posada |
Rodolfo
Mejía |
11. |
Aníbal
Martínez Zuleta |
Jesús
Alejo Durán |
12. |
Jaime
Dangond Ovalle |
Josefina
M. de Aguirre |
El día 5 de agosto de 1967 el señor Dr.
Jacobo Pérez Escobar, delegado del Ministerio de Gobierno, procedió a la instalación
formal de esta Junta Organizadora, en
el recinto del Concejo Municipal de Valledupar, mediante la toma del respectivo
juramento. Sobre la Junta Organizadora
del Cesar puntualiza el periodista Andrés Alzate, de El Tiempo, lo
siguiente:
Una gran labor ha realizado últimamente
la Junta Organizadora del Departamento del Cesar, que tuvo a su cargo la
dirección de todos los actos desarrollados con motivo de la inauguración del
departamento.[46]
13.
ACTO DE POSESIÓN DEL PRIMER GOBERNADOR. ENTUSIASMO
POPULAR, RECEPCIONES Y PARRANDAS. EL CESAR YA ES DEPARTAMENTO…
La disidencia política que desde 1960
había liderado Alfonso López Michelsen dentro del Partido Liberal Colombiano
con la creación del Movimiento
Revolucionario Liberal (MRL) llegaba a su fin, con la aceptación del cargo
de gobernador del Departamento del Cesar, lo cual se protocolizó formalmente en
Valledupar el día 21 de diciembre de 1967. De esta forma el presidente Carlos
Lleras Restrepo lograba unificar las toldas de su partido, atrayendo a López a
la institucionalidad; con lo que se le hacía frente de manera unificada al
Partido Conservador de cara a las elecciones presidenciales de 1970, dentro del
marco del acuerdo frente nacionalista. López no podía negarse a aceptar la
gobernación del recién creado Cesar, una tierra muy significativa tanto para él
como para sus ancestros, circunstancia esta que fue capitalizada a favor de la
unidad liberal nacional. En agosto de 1968 López Michelsen fue relevado
posteriormente de este cargo, para asumir el Ministerio de Relaciones
Exteriores.
Evocando cierto día del 2001 estos ya
lejanos tiempos, puntualizó el ex presidente López Michelsen lo siguiente:
…regresé de Alemania Oriental y un día me llamó el
presidente Carlos Lleras y me dijo:
-
Tengo
un gran número de solicitudes de conservadores y liberales del Cesar que me
piden que lo nombre como primer gobernador del departamento. ¿Aceptaría?
Y me agradó la idea de irme al Cesar,
tanto más cuanto que era una especie de plebiscito de la población del nuevo
departamento. Mi abuela era oriunda de Valledupar y los vallenatos de la época
se preciaban de que el presidente López Pumarejo había tenido ese vínculo con
su ciudad natal. Por aquel entonces comenzaba el auge de la música de Escalona,
a quien yo conocía desde la época en que él estudiaba en el Liceo Celedón, y
Cecilia y yo éramos amigos de la familia Castro y de Hernando Molina. La ciudad era tan pequeña que la plaza estaba
sin pavimentar y en la noche los ganados venían a echarse en sus aceras. Todo
eso tenía su encanto.[47]
Cuando Alfonso López Michelsen llegó a la
provincial Valledupar a finales del año
1967 procedente de la Alemania Democrática, se reencontró con la
señorial ciudad de doña Rosario Pumarejo de López. Con ese tono ameno de su
inconfundible, picaresca y cultivada prosa,
relata Consuelo Araujonoguera este hecho tan significativo para
Valledupar y todo el Cesar:
En septiembre de 1967 vino a Valledupar
una delegación enorme acompañando al compañero Jefe, López Michelsen, al que se
le tributaba un homenaje de reconocimiento y gratitud por su decisiva
participación y ayuda en la creación del departamento del Cesar, del que
aseguraban, sería su primer gobernador. Gabriel García Márquez – a quien la
Editorial Suramericana le acaba de publicar su novela Cien Años de Soledad-, Álvaro Cepeda Samudio, Juan B. Fernández,
Alfonso Fuenmayor, Juancho Jinete, que eran la pesada de la Costa; Rafael Rivas
Posada, José El Mono Salgar, y Iáder
Giraldo, de El Espectador, Daniel Samper, Luis Carlos Galán, Gloria Moanack,
Carlos Caicedo y un reportero gráfico de apellido Díaz, de El Tiempo, que eran
los más destacados integrantes de la comitiva, acabaron haciendo huelga contra
el saco y la corbata impuestos para el homenaje en el Club Valledupar y
decidieron mejor quedarse esa noche escuchando a Escalona y sus cantos
vallenatos en casa de Hernando Molina, donde se formó un parrandón que se
prolongó por tres días. [48]
En la plaza principal de Valledupar se
levantaba en una graciosa glorieta de jardinería el busto de Alfonso López
Pumarejo, la ciudad no estaba aún electrificada en su totalidad, las
comunicaciones todavía eran precarias y la nueva sede de gobierno aún se
resentía de comodidades propias de las ciudades intermedias, como servicios
sanitarios adecuados y oferta educativa eficiente, pese a los dos colegios
existentes (El Departamental Loperena y el Instpecam). Valledupar era todavía una
ciudad con rezagos aldeanos e innegable cuño hispánico en su infraestructura
urbanística y viejas casonas dotadas de inmensos patios, donde sus moradores
cultivaban hortalizas u ordeñaban una que otra vaca para el sustento doméstico.
Pese a la modernización de los últimos años, aún la ciudad era eventualmente
atravesada por los consabidos viajes de
ganado a pie, que la llenaban del
cadente mugido de innumerables reses y del penetrante olor de la boñiga
pecuaria.
Hacer de Valledupar una ciudad capital de
importancia, acometer grandes obras de adecuación e infraestructura y poner al
Departamento del Cesar a tono con los primeros entes seccionales del país
fueron los objetivos inmediatos de López Michelsen. Dice Martínez Zuleta:
El 95% de las posibilidades (del
nuevo gobernador) era de quemarse, pues lo único que no tenía era praxis
administrativa y lo que iba a encontrar era carencias en todo. No había
infraestructura en salud, solo dos hospitales y tres puestos de salud en todo
el departamento. No la había en educación, solo dos colegios de bachillerato.
Carecía de vías de comunicación carreteables, solo dieciocho kilómetros de
pavimento en vías secundarias y terciarias. Igual carecía absolutamente de
infraestructura en servicios públicos de acueducto y alcantarillado y el agua
potable era un sueño. Teníamos, sí, un folclor rico, pero desconocido en el
país.[49]
Había, por lo tanto, muchos obstáculos
que vencer pero López no se dio por vencido y se rodeó de un equipo de
colaboradores entusiastas que lo
secundaron y apoyaron en todas sus iniciativas. Una vez llegó a la legendaria
ciudad de los capitanes Francisco Salguero y Hernando Santana, el nuevo gobernador
y su esposa, Cecilia Caballero de López fueron gentilmente alojados en casa de
Amador Ovalle. Aun cuando posteriormente fueron alojados de forma definitiva en
casa de Doña Paulina Mejía de Castro Monsalvo, antigua residencia del
gobernador Pedro Castro Monsalvo quien recientemente había fallecido. El
entusiasmo en las calles era desbordante ¡El
Cesar es departamento! era el grito que se repetía en una y otra esquina; y
las parrandas vallenatas que lo celebraban eran interminables. El viejo anhelo
se había cristalizado en una nueva y delirante realidad.
El gobernador López Michelsen expidió
desde un improvisado despacho en el antiguo Edificio de la Alcaldía de
Valledupar, en el marco de la Plaza, los decretos números: 03, 04, 05 y 06 de
diciembre 21 de 1967; en virtud de los cuales conformaba su Gabinete Departamental. La nómina de
nuevos funcionarios fue la siguiente:
GABINETE DEPARTAMENTAL DEL CESAR - DICIEMBRE DE 1967 |
||
|
||
|
CARGO |
NOMBRE DEL FUNCIONARIO |
1. |
Secretario de Gobierno |
Luis Roberto García (Conservador unionista) |
2. |
Secretario de Desarrollo |
Álvaro Pupo Pupo (Liberal) |
3. |
Jefe de la Oficina Administrativa |
Álvaro Araújo Noguera |
4. |
Jefe de Planeación |
Jorge Child Vélez (Antiguo militante del
MRL) |
5. |
Jefe de Educación |
César Fernández Dáger |
6. |
Jefe de la Sección Agropecuaria |
Hernán Osorio |
7. |
Jefe de Obras Públicas |
Emiro Alfonso Zuleta C. |
8. |
Jefe de Presupuesto y Contabilidad |
Teobaldo Manjarrez |
9. |
Jefe de Servicios Generales |
Dámazo Lora |
10. |
Jefe de Personal |
Jorge Gómez |
11. |
Jefe de la Oficina Jurídica |
Uribe Hadid Molina |
12. |
Administrador de Rentas |
Diomedes Daza Daza |
13. |
Secretario Privado |
César Escobar Ortega |
14. |
Capellán de la Gobernación |
Presbítero Fray José
Agustín Mackenzie Useche [50] |
15. |
Alcalde de Valledupar |
Don Manuel Germán Cuello (Conservador unionista) |
16. |
Jefe de Relaciones Públicas |
Maestro Rafael Escalona
Martínez |
En virtud del decreto 102 del 29 de
febrero de 1968, el gobernador López Michelsen fijó el presupuesto de rentas y
gastos por cuanto aún no se había conformado la Asamblea Departamental del
Cesar. El monto reglamentado fue de $ 33.252.000, oo.
¿Por qué razón el gobernador López
Michelsen fue reacio a la creación de la Industria Licorera del Cesar? En diciembre de 1967 Alfonso López Michelsen
expuso en líneas generales ante la prensa nacional lo que sería su gobierno
departamental. Sobre el particular puntualizó:
El Cesar no tendrá licorera… Nos
abasteceremos, por el norte, en el Magdalena, y por el sur, con Santander.
Vamos a demostrar que no necesitamos licorera para financiarnos.[51]
Ya en el ocaso de su vida –y dueño de esa
lucidez que lo caracterizó hasta el último momento-, respondió una vez más a esta
inquietud en los siguientes términos:
…le puse término a las aspiraciones de
algunos hijos de la región (del Cesar) que estaban empeñados en fundar una
licorera propia, un negocio que en el Magdalena Viejo había sido de grandes
proporciones. Como no había panela y la compraban en otros departamentos,
resultaba muy rentable conseguir el contrato de panela para alimentar la
licorera y luego dedicarse, como ocurrió en Santa Marta, al contrabando de ron,
creándole así un ramal a la licorera que conducía a la casa de algún amigo
donde se recogía el licor. Algo parecido a lo que está ocurriendo en la
actualidad con la gasolina. Hubiera sido una especie de cartel del ron. [52]
A juzgar por las anteriores declaraciones
(tan distantes en el tiempo una de otra), López Michelsen mantuvo como idea
central evitar un foco de corrupción en el recién creado ente seccional, por lo
que nunca le dio el guiño a la creación de la esperada dependencia. El primer
gobernador soñaba con una ciudad capital moderna, funcional y atractiva, desde
donde se trazaran las directrices progresistas de los restantes municipios del
departamento número 22 del país.
14. LA CREACIÓN DEL CESAR EN LA PRENSA DE LA
ÉPOCA
Según noticia que aporta a esta
investigación el historiador y abogado cesarense Tomás Darío Gutiérrez
Hinojosa, el periódico más importante para la región del Cesar y el Magdalena
en 1967 era EL ESPECTADOR; era de los
pocos diarios capitalinos que llegaba a estas tierras. Las noticias del centro
de Colombia nos llegaban por este medio impreso[53].
En 1967 los periódicos de más amplia
circulación en Colombia eran los siguientes: de filiación liberal, EL TIEMPO
(de la familia Santos) y EL ESPECTADOR (de la familia Cano). Y de filiación
conservadora el diario EL SIGLO (de la familia Gómez). El rotativo que dio mayor
despliegue a la noticia de la creación del Cesar fue EL ESPECTADOR, hasta el
punto de incluir una separata monográfica sobre el nuevo ente seccional, de muy
positivo impacto en nuestra tierra. En segundo lugar podemos ubicar a EL
TIEMPO, que dedicó varios reportajes, antes, durante y después del acto protocolario
de creación del Cesar. EL SIGLO dedicó un elogioso editorial al Cesar y a los
cesarenses, cuyos apartes más significativos nos permitiremos reproducir a
continuación.
14.1. Departamento
Promisorio
“…El Cesar, así hubiese estado unido al
viejo Magdalena por lazos íntimos e indestructibles, siempre se manifestó
dentro de la vida nacional con una personalidad muy propia, por medio de sus
rasgos sustantivos y una fisonomía definida en todas sus expresiones. Y cosa
curiosa, el contraste de su paisaje – la Sierra y el Valle-, no hizo plural y
contradictorio el carácter de sus gentes, sino que unificó el sentimiento del alma popular para moldear su temperamento:
laboriosas, alegres y acogedoras, nada de indolentes ni reservadas.
Ahora, como emporio de riqueza cuyos
renglones productivos juegan papel importante en nuestra economía nacional,
ninguna otra sección administrativa tenía tanta justificación histórica para
aspirar al ascenso de ser departamento, ni tanto derecho para exigir la
autonomía soberana de regir sus destinos. Tanto
es así que en el resto del Magdalena, desde hoy su hermano mayor, se adoptó una
actitud comprensiva y respetuosa, respecto a la aspiración justa de la
ciudadanía del Cesar.
(…)
Se ve pues que el nuevo Departamento del
Cesar por su realidad y potencialidad económicas, tiene asegurado su futuro. Pero
en gran parte también depende de la orientación que a sus destinos impriman sus
mandatarios. Su primer gobernador, el
Doctor Alfonso López Michelsen, siendo un político profesional, es en verdad,
un acierto, porque como amigo y admirador de esa noble tierra, comprenderá que
por encima debe estar la satisfacción de su necesidad y aspiraciones que los
menesteres de un proceso electoral”.[54]
14.2.
Lleras Posesionó a López…
Así tituló EL ESPECTADOR en primera página
la noticia, el día viernes 22 de diciembre, un día después de la ceremonia
oficial de creación del Cesar. Dice el rotativo liberal entre sus apartes más
significativos, lo siguiente:
“Lleras
Posesionó a López
Al
inaugurarse ayer el Departamento del Cesar
Lleras
hizo elogio de integración con zonas venezolanas.
El Departamento del Cesar fue víctima en
el primer día de su funcionamiento, como nueva entidad administrativa, de uno
de los más grave problemas de cuya solución está pendiente esa región del país:
la falta de comunicaciones. A pesar de encontrarse en Valledupar el Presidente
de la República y las más altas autoridades colombianas, así como ilustres
visitantes extranjeros, esta ciudad permaneció incomunicada ayer tarde. En la
oficina telefónica de Barranquilla se informó lacónicamente: como es día cívico en Valledupar no abrieron
la Oficina de Teléfonos.
El
viaje de Lleras
Como estaba anunciado el presidente
Lleras viajó ayer (21 de diciembre) con una comitiva de diecinueve personas. Las
escasas noticias recibidas de Valledupar indican que el doctor Lleras fue
objeto de una gran recepción en la que abundaron los sones vallenatos. Poco
después tuvo lugar el acto solemne de posesión del primer gobernador del Cesar,
doctor Alfonso López Michelsen. Un nutrido programa se desarrolló durante el
día, en medio de una desbordante alegría del pueblo vallenato, por la creación
de su departamento.
Discurso
de Lleras
La Oficina de Información y Prensa de
Palacio dijo anoche que al dar posesión al gobernador López Michelsen, el
presidente Lleras lo describió como un compatriota deseoso de trabajar por el
bien de Colombia. Dijo el jefe de Estado
que el Cesar tiene un porvenir de justificadas esperanzas e invitó a la acción
combinada del Estado y de los particulares para lograr la plena prosperidad de
la región. Dijo que esperaba dejar terminadas las obras de regadío en el Cesar
antes de finalizar su administración con el fin de que fructifiquen los planes
fundamentales de desarrollo agrícola.
Hizo referencia a la importancia que para
el progreso de la región tiene la integración fronteriza con Venezuela e
insistió en la trascendencia de la Transversal del Caribe. Citó como claves el
tramo de carretera entre Puerto rey y Paraguachón. Finalmente invocó la
solidaridad nacional y reiteró su firme
confianza en el pueblo colombiano”[55].
14.3.
Separata sobre el nuevo Departamento del Cesar
El jueves 21 de diciembre diario EL
ESPECTADOR incluyó la separata monográfica titulada: ¡Adelante, cesarenses! Elaborada por el periodista Héctor Muñoz, en
la cual se incluía información abundante sobre el nuevo departamento, los 13
municipios que lo conformaban originalmente, lo mismo que de su orgullosa
capital, Valledupar. Unos breves apartes de tan valioso material son los
siguientes:
“LOS
MUNICIPIOS
Valledupar, la capital tiene cien mil
habitantes, la ciudad está ubicada al norte del departamento y tiene 22
corregimientos y 15 inspecciones de policía. Está a 298 kilómetros de Bogotá.
Los otros municipios del Cesar son: Aguachica, Codazzi, Curumaní, Chimichagua,
Chiriguaná, Gamarra, González, La Gloria, Pailitas, Río de Oro, Robles y
Tamalameque. Los estimativos del DANE para el año de 1966 arrojaron una cifra
de 293.218 habitantes, correspondientes a los municipios que integran el Cesar.
(…)
LA
ECONOMÍA
En los renglones agropecuario e
industrial el Departamento del Cesar tiene grandes perspectivas. Las cifras que
a continuación se transcriben representan el aporte del nuevo departamento a la
economía del país. Ochenta mil novillos para el consumo nacional, por un valor
de $ 160 millones. Exportación de 4.000 novillos mensuales a Venezuela.
Producción de 140.000 litros de leche. La producción de algodón, 74.000
hectáreas sembradas, vale más de 500 millones de pesos. Arroz, 46.000
toneladas, $ 87.917.000. Maíz, 2.792.000
sacos de 50 kilogramos, $ 139.600. Café, 148.000 sacos, $ $ 44.400. Otros
cultivos (palma africana, plátano, caña de azúcar, cacao, soya, millo, etcétera). $200.000.000.
(…)”.
14.4. Poemas, canciones y
homenajes diversos al nuevo departamento
En la edición del diario EL TIEMPO, del día viernes 22 de diciembre de 1967, se incluyó el siguiente soneto dedicado al río Cesar:
RÍO CESAR
De norte a sur en todo discordante
Siempre navegas contra la corriente.
Y con la espalda al mar, independiente
Patria adentro, penetras ondulante.
Con tozudez de caballero andante,
Don Quijote fluvial con tu corriente…
La entregas a tu tierra, la abundante
Arriada varonil de tu simiente.
Siendo ciento por ciento americano,
Del lado de nosotros caes ufano
Noble río Cesar… ¡Cuanta substancia!
Vital los otros ríos acuciosos
Con despilfarrada exuberancia
Tributan a los mares, desdeñosos.
T. Quintero de Fex.
El compositor cesarense Gustavo Gutiérrez
Cabello, quien entonces contaba con 26 años y hacía su ingreso al mundo de las
creaciones vallenatas, dedicó a la reina de belleza del Cesar, Leonor
Eugenia Pineda Palmera, una sentida
canción. Su texto completo es el siguiente:
LEONOR DEL CESAR
Casita blanca de palma
Donde se escucha un adiós.
No te pongas triste el alma
Porque tu suerte cambió.
La luna me está mirando,
Yo no la quiero mirar.
Si delante de mí tengo
La belleza regional.
Cabellos negros que peinas
Con los vientos del Cesar,
Nobleza de raza heroica
Tu figura angelical.
Leonor Eugenia: que piensen
Que unas vienen y otras van…
Que Alfonso López Michelsen
Fue tu elegante edecán.
-Coro-
Al son de la música y ron
Todos te quieren cantar.
¡Viva la reina Leonor!
Que es la reina del Cesar.
El parlamentario Crispín Villazón de
Armas publicó en el diario El Tiempo, un sentido artículo en homenaje del amigo
del Proyecto Departamento del Cesar,
Enrique Eloy Quintero, fallecido hacía poco tiempo. Algunos apartes dicen lo
siguiente:
“…positivo fue su concurso en la creación
del Departamento del Cesar, a cuya empresa se vinculó desde el principio,
cuando nadie creía en ella. Llevando como bagaje y armamento su inextinguible
optimismo, su espontánea capacidad para ofrecerse, su alto sentido del deber y
su desinterés. Y murió sin gozar la victoria. Como el llerista más integral era
el llamado para presenciar física y espiritualmente la posesión de Alfonso
López Michelsen como primer gobernador del Departamento del Cesar.
(…)
Todavía guardo fuera de archivo
oficinesco su cable de respuesta al mensaje que desde Bogotá le dirigimos José
Antonio Murgas, Aníbal Martínez Zuleta, Jaime Calderón y Lucas Monsalvo,
anunciándole que habíamos resuelto presentar el proyecto a la Cámara y romper
el hielo y el escollo de una resistencia nacional atrincherada contra la
creación de nuevos “departamentos”. Su adhesión y disposición fueron enfáticos
como rotunda su actuación posterior.[56]
Hubo manifestaciones creativas,
artísticas y folclóricas en abundancia a favor del Departamento del Cesar,
tanto en Valledupar como en Bogotá. Lo anterior fue solamente una pequeña
muestra representativa, que no se amplía en gracia de brevedad. Baste decir que
la musa creadora tuvo abundante motivo de inspiración en la consagración de
nuestra tierra como el vigésimo segundo departamento de la república.
15. DISCURSO DE
POSESIÓN DEL PRIMER GOBERNADOR DEL CESAR,
DR. ALFONSO
LÓPEZ MICHELSEN
(Íntegro)
Valledupar
(Departamento del Cesar), 21 de diciembre de 1967.
Acto de
Posesión ante el Sr. Presidente de la República, Dr. Carlos Lleras Restrepo y
personalidades de la ciudad capital.
“Hace ya casi
100 años se cumplió en Colombia la más grande hazaña colectiva de la raza,
cuando descendiendo desde las montañas de Antioquia, iniciaron sus moradores la
colonización del Quindío. Agotadas las riquezas mineras que habían servido de
sustento a ese departamento, sus habitantes iniciaron una marcha al sur,
poblaron la cordillera, sembraron el café que debía ser la espina dorsal de
nuestra economía y forjaron 100 años de nuestra historia. Todo cuanto fuimos,
todo cuanto crecimos, todo cuanto prosperamos en 100 años, se lo debemos a esa
colonización. Comercio, industrialización, cultura, todo fue obra de la raza
antioqueña, vertida sobre las laderas de la cordillera. Con íntima satisfacción
de colombiano registro un hecho semejante, en las inclementes llanuras del
Cesar. Aquí también, empujados unas veces por la violencia, otras por la
necesidad económica, los habitantes del centro de Colombia y principalmente los
hijos de Santander, abandonando sus montañas erosionadas, están realizando un
milagro comparable al de la colonización del Quindío. Aquí
también se va a jugar la historia de Colombia en el siglo XX. Aquí se van a
abrir las nuevas fuentes de riqueza, que han de reemplazar al café. Aquí se va
a desarrollar la ganadería, se va a desarrollar el algodón, se va a desarrollar
el turismo en forma tal, que el día que se sienta el vacío por la pérdida en
los precios del grano, estará El Cesar, prestándole el contingente de su
riqueza a toda Colombia. Es la imagen de quienes nos empeñamos en la creación
del Departamento del Cesar, la que queremos ofrecerle esta tarde a Colombia. Un
departamento que sea una esperanza, un departamento que sea para todos, un
departamento que no tenga puertas, un departamento en donde día a día los
colombianos que dejan sus tierras empujados por motivos económicos o por
motivos políticos, encuentren una segunda patria más amable.
Porque, señor
Presidente, el Cesar es el espejo de la
patria. El Cesar es igual a la patria. El Cesar es como la patria misma. Tiene todos sus climas, desde las montañas
coronadas de nieve, las laderas en donde florece el jazmín del café, las
llanuras ardientes, todo lo que es la patria se reproduce en el Cesar. Aquí
tenemos las laderas donde pueden aclimatarse los frutos de la zona templada,
pero también tenemos las sabanas ardientes, semejantes a las de otras regiones
de Colombia. Y los que han dejado su patria chica recobran en las pupilas, a
través del paisaje del Cesar, aquel que dejaron más atrás. El llanero vuelve a
ver en las sabanas del Valle, el pródigo y feraz valle del Casanare y las
llanuras del Meta. El tolimense, el caucano, el hijo del Patía, todos vuelven a
encontrar en este paisaje del Cesar un rincón de su terruño. Y también, como la
patria, tenemos el sur de nuestra frontera en el río Magdalena, ese río que es
el gran río de nuestra historia, sobre cuyo lomo indócil viajó la civilización
occidental a conquistar nuestra tierra.
Y, además como
los departamentos excepcionales de Colombia, El Cesar tiene frontera, muy
dilatada por cierto, que no nos separa
sino que nos une, con la más próspera de las repúblicas bolivarianas, con la
hermana Venezuela. Venezuela, la cuna de
Bolívar, la república con quien jamás dirimimos nuestras controversias por
medio de las armas, en donde, por el contrario, cada batalla recuerda glorias
comunes, cuando teníamos una sola bandera bajo la dirección del
Libertador. Y también fue con Venezuela,
como instintivamente se inició la integración que los hijos de esta provincia
hicieron balbucear cuando llevaban sus ganados a surtir la plaza de Maracaibo,
en algo que se llamaba contrabando, pero que tiene que regularizarse, que tiene
que consolidarse, que tiene que organizarse, no sólo como redención de esta
región, sino como la prueba de que la integración es un propósito serio y
constante. Y también, como la patria
misma, tenemos una estructura social injusta, unas tribus indígenas camino de
extinguirse, abandonados por años por los poderes centrales. Campesinos pobres,
campesinos hambrientos, campesinos iletrados frente a ricos terratenientes,
dueños de las técnicas más modernas, capaces de emplear los procedimientos más
avanzados en la agricultura y en la ganadería. Lejos de las leyes laborales,
que muchas veces no se cumplen, sólo la caridad cristiana los ha unido para
atenuar un poco el conflicto de la luchas de clases y hacer con el corazón lo
que el legislador y los gobiernos no han obligado a hacer suficientemente. Y también, como Colombia toda, como Nariño
o como Boyacá, el pueblo campesino de este departamento halló hace siglos su
propia imagen milagrosa, su patrona, su virgen, Nuestra Señora de Río de Oro,
que velará en adelante por la prosperidad y la fortuna de este departamento.
Superfluo sería
enumerar las dificultades de todo orden que nos asedian, la penuria fiscal de
esta sección del país, con un presupuesto no solo inferior al de otros
departamentos, sino más modesto que el de las mismas facultades menores de la
Universidad Nacional y, Dios sabe, si los ingresos, participaciones y
contribuciones que recibe el departamento del Cesar no son a veces menores que
los que reciben ciertos ciudadanos colombianos para su propio peculio personal.
Pero si somos pobres, si no tenemos caminos, si no tenemos fuerza eléctrica, si
no tenemos irrigación, si no tenemos escuelas, el Cesar cuenta con una
población incomparable por su inteligencia, su voluntad de entrega total, su
determinación de crear un departamento piloto para Colombia. Quienes
combatieron tímidamente en un principio la creación del departamento del Cesar,
se equivocaron en una cosa: En afirmar que no había con quién gobernarlo, ni
con quién organizarlo. La tarea realizada por la Junta Organizadora designada por el Excelentísimo señor Presidente
de la República, demuestra cómo existía el capital humano capacitado para poner
en marcha el Cesar y, a la hora de escoger la nómina de mis colaboradores, me
ha tocado comprobar cómo existe en este vasto territorio una inmensa nómina de
profesionales y de gentes de trabajo, capaces, preparadas, listas para
prestarle un gran contingente al departamento. Es con esa voluntad, con esa
benevolencia para con mis errores, con
lo que cuento para iniciar mi tarea. No en vano tuve en la vida dos
ejemplos de cómo se puede gobernar, poniendo fe en el pueblo, frente a otros
que han hablado de una Colombia ingobernable, de una Colombia anárquica, de una
Colombia veleidosa. Yo recuerdo siempre, señor presidente, el ejemplo de mi
padre, cuando en aquel documento político que fuera su discurso en la
universidad, terminaba dándole gracias a la Providencia por haber nacido
colombiano y haber vivido entre sus compatriotas. Peri, si esto fuera poco,
está vuestro ejemplo, Señor Presidente, en un largo año de gobierno habéis
mostrado ante los países de América cómo el pueblo colombiano es receptivo, es
inteligente, es abnegado, cuando se pone fe en la claridad de su pensamiento,
cuando se le explica inteligentemente, como vos lo habéis hecho, cuáles son los
propósitos de un gobierno serio y honrado y cuáles son los medio para alcanzar
esos fines que se propone el gobierno.
Cualesquiera que hayan sido mis convicciones íntimas y siguen siéndolo con
respecto a la política colombiana, voy a gobernar en los términos del Frente
Nacional, cumpliendo el compromiso que he contraído. Días vendrán en que
quienes me acompañen en la lucha por las reivindicaciones sociales, lleguen al
poder y solos y sin compromisos realicen nuestro programa, pero, por ahora
dentro de las circunstancias y las limitaciones, mi compromiso se reduce a
hacer que el Cesar sea lo que Colombia ha querido y yo lo espero firmemente, yo
creo que mañana n i el Congreso que le dio su voto, ni el Presidente que
sancionó la Ley, ni el Departamento del Magdalena que tan generosamente
auspició la creación del Cesar, tendrán que avergonzarse de haberle dado vida,
sino por el contrario, podrán decir ufanos: “- nosotros contribuimos a su
creación”.
Como he tenido
la fortuna de contar con el apoyo de todos los grupos políticos, mi gobierno no
será una administración de partidos ni de clase, será una administración para
todos, una administración en la que nadie debe sentirse hostilizado, perseguido
o discriminado. 10 años de lucha contra el Frente Nacional, tal como se
concebía entonces, me enseñaron que el infierno está empedrado de buenas
intenciones y que muchas veces, a pretexto de combatir las hegemonías se crean
otras nuevas, más odiosas que las anteriores. Espero, sobre todo, que la mujer de la provincia, la mujer que tiene un
símbolo en Doña Concepción Loperena de Fernández de Castro, contribuya con su
acción a través de la acción comunal, al desarrollo del departamento. Toda
nuestra fe, toda nuestra esperanza, más que los recursos económicos, que apenas
figuran en los periódicos, están en la
voluntad de cooperación, a la cual
pensamos apelar.
Al agradecer la
asistencia de todos quienes nos honran esta tarde con su presencia, empezando por el propio Señor Presidente de
la República, hago votos porque este acto tenga un especial significado en la
reconciliación del interior de Colombia con la Costa Atlántica. Que este
departamento costeño sin costas y tierra de inmigrantes, sirva de fuente para
que si alguna vez hubo heridas o cicatrices, ellas se sanen mediante la
intervención y la presente de este departamento intermedio, el departamento del
Cesar. Pero tampoco podemos desconocer
que los problemas de la Costa Atlántica nos son comunes. No podemos
considerar que se trate de problemas
parroquiales, los que sufre un departamento o el otro. Somos un todo, y así
como reivindicamos la gloria de un escritor
de Bolívar o un escritor del Magdalena, que pasa las fronteras
nacionales, como si se tratara de una gloria costeña, o reclamamos el prestigio
de la pintura colombiana, en la paleta de un pintor de Barranquilla, o de un
pintor de Cartagena, como si se tratara de la Costa toda, o si nos regocijamos
por los aires musicales de un amigo de Valledupar se divulgan y propagan a
través de todo el continente, como una gloria de la costa, también nos son comunes
los problemas. Nos es común el problema del precio del algodón o del arroz, o
el del ganado, su transporte y su mercadeo, nos es común la necesidad del
puente sobre el río Magdalena, nos es común el acondicionamiento de los
aeropuertos de Soledad, Santa Marta y Cartagena, para fines internacionales,
porque la Costa es un todo, al que afortunadamente empiezan a prestarle
atención los poderes centrales, durante la administración que tan dignamente
preside el doctor Lleras Restrepo.
Señor Presidente, cuando me pedíais el juramento
ritual de cumplir con los deberes de mi cargo como primer gobernador del Cesar,
mi memoria evocaba la sombra de 2 gobernantes del Magdalena que se hicieron tan
caros a esta provincia, por sus buenos servicios, que todavía, asociados al
santo Ecce Homo, la gente los recuerda en sus cantos, a pesar de haber
transcurrido 30 años desde su mandato. A esas sombras pido consejo y, al jurar cumplir con los deberes de mi cargo
quiero decir, que si llegare a fallar, ellos me lo demanden, y si llegare a
prestar siquiera medianamente el contingente
que aspiro a darle al Cesar, ellos con la Patria y con Dios me lo
premien”. [57]
Al acto de
posesión de Alfonso López como primer gobernador del Cesar, asistieron siete
gobernadores. Ellos fueron:
|
||
|
GOBERNADOR |
NOMBRE DEL FUNCIONARIO |
1. |
Antioquia |
Octavio
Arizmendi Posada |
2. |
Atlántico |
Próspero
Carbonell Insignares |
3. |
Magdalena |
Jacobo
Tovar Daza |
4. |
Santander |
Julio
Obregón Bueno |
5. |
Norte
de Santander |
Gustavo
Lozano Cárdenas |
6. |
La
Guajira |
Luis
Armenta Daza |
7. |
El
Estado Zulia (Venezuela) |
Luis
Vera Gómez |
Asistieron
igualmente grandes personalidades de la vida política nacional, como por
ejemplo: Doña Olga Dávila de López (viuda del Dr. Alfonso López Pumarejo, quien
había fallecido en 1959, según ya lo hemos visto). En la comitiva presidencial
vinieron: Dr. Misael Pastrana Borrero (Ministro de Gobierno); Dr. Enrique Blair
(Ministro de Agricultura); Guillermo Angulo (Presidente del Senado); Ramiro
Andrade (Presidente de la Cámara de Representantes); Mayor General Guillermo
Pinzón (Comandante del Ejército); Brigadier general Eduardo Muñoz (Comandante
de la II Brigada); Ing. Virgilio Barco
Vargas (Alcalde mayor de Bogotá); Próspero Morales Pradilla (Director Nacional
de Información); Jaime Aponte (Secretario Privado); Germán Bula Hoyos
(Senador); Luis Alava. Y José Antonio Murgas (representantes a la Cámara);
teniente Coronel Gustavo Matamoros D´Costa (Jefe de la Casa Militar de
Palacio). Y los edecanes: mayor Hugo Beltrán y teniente de navío Luis C.
Jaramillo, entre los más importantes. [58]
16. DISCURSO DE REGRESO
A VALLEDUPAR DEL DR. ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN
Aquel memorable discurso ante una
espontánea multitud, en el mes de junio
de 1968, en la Plaza Alfonso López
Pumarejo en Valledupar, luego de haber regresado tras el conato de renuncia
presidencial de Carlos Lleras Restrepo, a quien López Michelsen ofreció
inmediatamente todo su apoyo para que continuara al frente del despacho. Dicho discurso -decimos- hemos
decidido insertarlo íntegro aquí, por su profunda significación tanto política
como histórica para Valledupar y el Cesar; por cuanto en él presenta un somero
balance de su gestión modernizadora de la capital del Cesar y del departamento;
al tiempo que se deja entrever en ellos sus más caros sueños para la región:
“Señor Dr. Jorge Dangond
Señor Dr. Adalberto Ovalle
Señor Dr. Luis Rodríguez Valera
Señor Dr. Gil Aguancha Jiménez
Señor Dr. Aníbal Martínez Zuleta
Compañeros, compañeras del Cesar y de
Valledupar.
Yo le tenía miedo a esta recepción. Temía
que se me anudara la voz en la garganta por la emoción al volver al Cesar. Las
gentes que ven en la vida cotidiana del Gobernador y de su mujer, no saben
hasta qué punto este episodio de nuestra vida
en Valledupar, señala un jalón muy especial en nuestra historia. En los
altos y bajos de la vida, desde la época de la gran lucha de Alfonso López
Pumarejo, en el exilio en México, en las batallas de nuestro partido, del
Movimiento Revolucionario Liberal, este período del Cesar, ha sido un remanso en
nuestras vidas. Cuando a Cecilia la ven plantando árboles o alegre cruzando la
plaza para oír el dolor y la queja de todas las gentes, nadie imagina la satisfacción que abriga a nuestros pechos;
y qué compensación, qué satisfacción es el encontrar que tal vez entre todos
los gobernadores de Colombia, es el del Cesar el que no tienen oposición,
porque no hemos tenido adversarios, no
hemos tenido enemigos sino manos que se nos tienden para ayudarnos. Esta
manifestación lo está diciendo. Aquí han hablado representantes de todos los
grupos que se presentaron en las últimas elecciones. Ha hablado, para comenzar,
un representante de Alianza Nacional Popular, luego ha hablado un representante
de cada uno de los grupos en que estuvo dividido el Partido Liberal, como
también ha hablado un representante del unionismo conservador. Yo quisiera preguntar, en qué Dpto. se
encuentra una unidad semejante para hacer, con una gran disciplina, una
tentativa de seguir construyendo el Dpto. piloto de Colombia.
Hace apenas 3 días, el señor Presidente
de la República me invitó a acompañarlo a la ciudad de Ibagué en la primera
manifestación que realizaba después de su renuncia. Y fue extraordinaria la
manifestación de entusiasmo y apoyo que despertó la figura del dr. Carlos Lleras
Restrepo, en medio de banderas de Colombia, de banderas de todos los partidos y
de gentes de todas las clases sociales que aclamaron al primer mandatario. Y yo
me decía: aclamar a un triunfador no tiene mérito. Acompañar al presidente
cuando está respaldado por una inmensa fuerza, no tiene verdadera
significación. Lo importante es acompañarlo cuando otros lo abandonan. Lo
importante es secundarlo cuando otros creen que la nave está haciendo agua y se
está yendo a pique. Cualquiera que sea la afiliación política de las gentes, yo
quisiera decir aquí en Valledupar, que, si el Dr. Lleras Restrepo es admirable
en las horas de popularidad, que son fáciles de granjearse haciendo promesas,
es aún más grande afrontando la impopularidad, cuando impone sacrificios, cuando
pone límites, cuando señala vallas. Es muy fácil ser presidente diciéndole a
todo el mundo que sí, poniéndose de acuerdo con la última persona con quien se
habla, sin tener una idea en la cabeza de lo que se va a hacer, de lo que se
proyecta a largo plazo, pero lo difícil es ser presidente teniendo una idea
formada, una concepción total y global de lo que se está haciendo para decirle
al que ayer apoyaba al presidente: “No señor, no le puedo dar gusto” y al otro,
que viene a amenazarlo, a decirle: “Ud. Tiene un límite, porque su apoyo me
interesa menos que los intereses generales”. Por eso es grande Lleras Restrepo,
porque ha sabido hacer cosas que no le gustan a determinados sectores, porque
ha preferido arriesgar su popularidad corriendo el riesgo de que muchas gentes
no lo comprendan, antes que dejar de pensar en las conveniencias generales, en
los intereses de todos y no en los intereses de determinados sectores.
Me siento un poco esta tarde, como un
ciudadano del Cesar que se ganó la Lotería de Navidad en este año. Un muchacho
de 22 años a quien le cayó el gordo de 12 millones y ¿qué hizo? Llamó a los
miembros de su familia y a cada uno le hizo un regalo. Si de algo me sirve este
poco de suerte que he tenido en nuestra crisis nacional, yo quisiera que me
sirviera para tener influencia ante los poderes centrales para conseguir una
cejita de luz para el Cesar, para que en adelante mi voz sea un poco más
escuchada. Entre tanto yo lo que quiero, y se lo he dicho a las gentes de
Bogotá, es volver al Cesar a hacer cosas pequeñas, a nuestra manera,
modestamente, como es pequeña nuestra Lotería Vallenata, que no es de 12
millones ni de veinte; una lotería eficaz, que yo espero y ayude a sustentar
los gastos de salud en el Dpto. Así quiero yo que sigamos nuestra vida.
Olvidémonos de lo que pasó en Bogotá, olvidémonos de candidaturas
presidenciales a 6, 8 ó 10 años, porque quién sabe si estaremos vivos. Pensemos
en las cosas pequeñas e inmediatas de cada día. Vamos a proseguir el mismo esfuerzo en el que venimos empeñados. Vamos
a hacer de la ciudad capital la continuación de la obra de modernización que se
viene realizando desde hace 3 años. En medio de tantos acontecimientos,
tuve oportunidad de hablar con el Banco Popular y conseguir un préstamo de $
1.500.00, oo para terminar la obra del mercado nuevo, que inició Pepe Castro.
Vamos a hacer el estadio de Valledupar, un estadio como los de todas las
ciudades capitales. Ya se ha abierto la licitación para construir 3 nuevas
tribunas y vamos a hacer deporte, vamos a estimular a los ciclistas. Los boxeadores ya nos han traído coronas,
pero vamos a tener nuestro equipo de fútbol, vamos a presentarnos como el Unión
Magdalena o como el Junior, para ver
ondear en todos los estadios el verde y
blanco del Cesar. Pero estaría mal que descuidáramos otros aspectos.
Se va
hacer la Casa de la Cultura en que anda tan empeñada la señora del
gobernador. Se va a mejorar la situación de los presos, porque se va a terminar
la cárcel con el $ 1.000.000, oo del presupuesto que nos ha suministrado el
Gobierno Nacional y vamos a realizar la
divulgación de la historia del Cesar, dando a conocer su pasado, su presente y
su futuro y hacer que se oigan en esta ciudad las voces de todo el pensamiento
nacional, desde Jorge Zalamea hasta Mario Laserna. Y como no podríamos
limitarnos en forma egoísta a la capital del Dpto. porque nunca Valledupar debe convertirse en un centro de antagonismo,
vamos a insistir en la electrificación del sur. Hemos conseguido 3 millones de
pesos para la línea de Ocaña – Aguachica y Gamarra y tenemos además otros 5
millones para las redes de Valledupar – Robles – Codazzi, que me permiten traer
la promesa de que no llegará el 31 de diciembre sin que haya entrado en
servicio la primera unidad de 2.500 kilovatios para el alumbrado de Valledupar
y la zona norte. En el orden de las
preocupaciones históricas, para esa joya turística que es la iglesia de
Badillo, el Ministerio de Obras Públicas ha asignado los primeros $ 52.000,oo
para iniciar la reconstrucción de la que es posiblemente la más antigua de las
ermitas españolas en territorio colombiano: la iglesia de Badillo.
LA
IGLESIA DE BADILLO: EL SANTUARIO DE LA PATRIA
Entre la Universidad de los Andes, el
Ministerio de Obras Públicas y el Dpto. vamos a restaurar lo que será, como
decía yo en alguna ocasión, un santuario de la Patria. Pero si aquí en lo interno, vamos a seguir
viviendo modestamente, olvidándonos de lo que ha pasado, con la misma fe, con
la misma sencillez con que todos lo hemos hecho hasta ahora, con los mismos
colaboradores, que tan justamente elogiaba aquí Aníbal Martínez
Zuleta, tratándose de los derechos del Cesar en el concierto de la
República, sí, no vamos a ser modestos. Ahí sí que no vamos a ser
humildes. Una cosa es nuestra vida a domicilio, otra es permitir que se hable
como se ha hecho en estos días del Cesar como de “Rebaño de bueyes y de
electoreros”.
Este
Dpto. de bueyes y de electoreros va a levantar la cara muy alto en donde quiera
que haya una controversia nacional para reclamar sus derechos. Nosotros
no tenemos nada contra nadie. Tenemos los brazos abiertos para recibir
emigrantes, queremos que vengan, que nos traigan su experiencia y se vinculen a
esta tierra; pero que no se nos vaya a menospreciar y que se repita aquello de
que vallenato era el pobre diablo en los colegios de Santa Marta hace 30 años.
Semejante tratamiento, mientras tengamos vida no se repetirá jamás.
¿Con que les molesta a algunos que nosotros
les recordemos que las fábricas de tejidos se mueven con el algodón del Cesar o
les molesta en otras partes que les recordemos que son los cueros del Cesar los
que sirven para sus fábricas de curtidos, o les molesta a otros que les
recordemos que el tabaco rubio viene de la Guajira, que también es Cesar? No tienen
por qué molestarse, puesto que del intercambio de uno a otro Dpto. es de donde
viene la prosperidad. Lo injusto es lo de que se nos proponga que el impuesto
proveniente de la venta de las mercancías elaboradas lo paguemos en el Cesar y
se vaya a otras partes y que en cambio, el Cesar no reciba nada de impuestos
sobre las ventas, cuando vende sus materias primas. Que no se confunda la
discusión diciendo que somos enemigos de este o del otro Dpto. Lo que decimos
concretamente es que esa propuesta de que el 50% del impuesto sobre las ventas,
que se paga sobre la materia elaborada, se volvería injusto porque se le daría
todo a los Dptos., en donde hay industria y no se les daría nada a los Dptos.,
que suministran la materia prima.
Que si se paga por comprar los zapatos un
3%, que si se paga por la cerveza un 3%, que si se paga por los textiles un 3%
y, estos recursos no van ya a ser nacionales sino departamentales, también que,
al vender el algodón o al vender la palma africana o al vender los cueros se pague
un 3% y ese 3% se asigne al desarrollo del Cesar y de otros Dptos., que
producen materias primas. Igualmente, ¿cómo podríamos pensar en desarrollarnos
industrialmente si se va a crear un fondo nacional del ahorro, manejado por el
gobierno nacional para ayudarle a todos los Dptos. Con un criterio general, y
los que se oponen siguieran con el pretexto del descentralismo, de que cada
Dpto. se desarrolle con las cesantías de sus trabajadores? ¿Qué diablos
podríamos hacer con las pobres cesantías de los trabajadores del Cesar,
mientras Cundinamarca, Antioquia y Valle recogieran las cesantías de sus
trabajadores para desarrollarse? ¿De
dónde salen esas cesantías? ¿Con qué las pagan? Con los precios que pagamos en
el Cesar, La Guajira, Córdoba, o el Magdalena, por los precios altos de los
tejidos, del calzado, de las telas, de las telas que ellos elaboran. Si se ha
de promover un fondo nacional del ahorro, que sea nacional y que el gobierno lo
utilice para la descentralización industrial, pero que no se hagan fonditos
departamentales para cada uno de los Dptos. Porque de ese modo cada día serán
más ricos los que han avanzado y cada día más pobres los que nos tomaron la
delantera. Es necesario ayudarles a los rezagados y no hacer cada año más
honda, más grande, más inequitativa, más desigual la condición de los Dptos.
grandes frente a los pequeños.
No quisiera yo alargarme demasiado sin
una última consideración. Se me ha invitado, y con razón, a propiciar la unión
liberal. En todo momento yo he querido
que se realice esa unión liberal, que es tan necesaria en el Cesar como en toda
Colombia, y estoy dispuesto a ayudar en la medida de mis fuerzas, dentro de
mi órbita restringida de Gobernador, a que el Partido Liberal sea uno, sólido,
fuerte, como era en la época grande del Partido Liberal, cuando tenía esta
región a la cabeza de la administración seccional a Pedro Castro Monsalvo. Yo pienso que es de
máxima conveniencia el encontrar las fórmulas para conciliar las dos tendencias,
casi iguales en potencia electoral en que se halla dividido el Partido Liberal,
pero mi esfuerzo no se limitaría a unir al Partido Liberal sino que quisiera
también que ese otro partido que le dio grandeza a Colombia en 150 años de
historia, emulando con el Partido Liberal, el Partido Conservador, el Partido
Conservador del Cesar, también diera un ejemplo de unidad y que se rompieran
esas diferencias, esas barreras de los viejos partidos. Si el Cesar fuera el
primer Dpto. en que volvieran a ondear las banderas de los viejos partidos
unidos y al mismo tiempo viera surgir nuevos partidos, partidos jóvenes,
partidos con nuevas tesis, partidos inconformes que le sirvan de aguijón y estímulo a los viejos partidos, me daría
por satisfecho. Así como no pienso que sea buena la división, creo que es buena
la proliferación de los partidos. La división tienen sabor personalista, un
sabor desagradable, de rencillas entre hermanos; la creación de nuevos
partidos, con otras ideas, es una contribución ideológica, es una semilla que
se planta. Vamos a hacer en el Cesar ese último esfuerzo de que se unan los
partidos que tienen el mismo nombre y que surjan partidos nuevos, más
revolucionarios, más inconformes, con más sentido de protesta; que no necesiten
albergarse en las viejas toldas sino que se atrevan a poner la cara diciendo,
con nombre propio, que se llaman comunista, social-cristiano, o con cualquier
nombre que sea, pero que se pueden presentar al amparo de las nuevas reformas
constitucionales en las urnas de las próximas elecciones.
Al agradecer a Uds. esta manifestación
que no se borrará de mis pupilas, por igual a todos los partidos y a todos los
grupos, con quienes mis sentimientos son de respeto y de garantías, aun para
aquellos que me combaten, quiero decirles una cosa: en esa noche del Senado cuando
estaba en juego la presidencia de la República, cuando la confusión se iba
apoderando de los más serenos, yo contemplaba con asombro la ponderación de
alguien que ha llegado a la cima del poder y del poder, el Dr. Mariano Ospina
Pérez, situado más allá de la gloria, cumpliendo su palabra rigurosamente, esa
palabra de oro de que yo hablara algún día a los liberales, vacilantes y
dudosos, que no sería candidato a la presidencia y que había que creerle,
porque su palabra es de las palabras más respetables que existen en el panorama
político colombiano, en esos momentos, y así ha sido todo este tiempo, por
encima de toda consideración personal, el Dr. Ospina sólo tuvo en mente los
intereses de la patria.
Del
mismo modo, mientras él pensaba en esos intereses de la Patria, yo pensaba en
el Cesar. En qué me pedirían las gentes del Cesar que
yo hiciera o que yo dijera, en que podría darles cuenta de lo que había hecho
cuando regresara a este parque que lleva el nombre de mi padre, y me decía: el
pueblo de Valledupar no me perdonaría que hiciera algo contra sus intereses o
contra los intereses de la democracia colombiana, como la estatua que hay en
ese parque no me perdonaría que yo hiciera algo que no hubiera estado a la
altura de su nombre. Así, pues,
cuanto he hecho, si merece reconocimiento de Uds. Lo he hecho pensando en esta
gente, pensando en esta plaza, pensando en tantos recuerdos tan gratos y tan
imperecederos como me unen a Valledupar y al Cesar”.[59]
Es ciertamente notable esta joya de la
oratoria política del primer gobernador del Cesar, en un momento crítico de la
ondulante política colombiana, durante la vigencia de su breve mandato local.
López Michelsen no era un hombre de patriotismos excesivos, pero se echan de
ver en este texto unos momentos verdaderamente emotivos, que dejan entrever los
lazos afectivos que lo ataban a la tierra de sus antepasados.
17.
CAMPAÑA LOPEZ PRESIDENTE PARA EL PERIODO: 1974 –
1978
El acuerdo
frente nacionalista había llegado a su fin con la culminación del cuatrienio de
Misael Pastrana Borrero (1970 – 1974), por el Partido Conservador. El Partido
Liberal cerró filas frente al Partido Conservador y con la candidatura única de
Alfonso López Michelsen se lanzó a las elecciones presidenciales de 1974. El
Partido Conservador lanzó la candidatura de Álvaro Gómez Hurtado, quien resultó
derrotado en las urnas por el candidato liberal, quien obtuvo 2.929.719
sufragios, una cifra récord para la época.
Decenas de
artistas cesarenses y compositores musicales de diversos talantes y géneros de
diferentes lugares de Colombia, adhirieron espontáneamente a la Campaña López Presidente. Veamos una
breve muestra de ello.
El Maestro
Rafael Escalona Martínez había compuesto desde 1973 su célebre paseo vallenato
titulado López es el Pollo (grabado
en 1974 por Los Cañaguateros), la
divulgación del cual hizo popular el apodo cariñoso de “el pollo vallenato”; el
cual López Michelsen explotó ampliamente durante su intensa campaña
proselitista. Los compositores Alfonso de la Espriella y Eduardo Cabas
dedicaron un sentido paseo a “la Niña Ceci”, una de cuyas estrofas decía lo
siguiente:
Es esa la niña
Ceci,
Que muy del
brazo del hombre va…
Que para unirse
a su pueblo
Dejó su tierra
por una casa en Valledupar.
Esta hermosa
creación fue grabada en medio magnetofónico por La Tropibomba, en 1974. Pedro García le compuso otro sentido
vallenato, titulado López Presidente,
el cual fue igualmente grabado por el conjunto de Los Cañaguateros. Una parte de aquel texto sostenía lo siguiente:
Es para mi jefe
la humilde canción
Homenaje le
hacía como buen liberal.
Al solio de
Bolívar lo he de acompañar
Con su banda en
el pecho al son de acordeón.
Con vallenatos
así cantaremos
Todos estos
versos con mucha alegría (bis)
Ya los
colombianos tenemos presidente
Contra la mala
vida y la carestía.
Mientras tanto
el compositor mompocino Jimmy Salcedo, creaba una soberbia marcha militar
titulada Soy Liberal, con texto de la
poetisa cartagenera Evelia Porto de Mejía[60].
Dicho himno fue vocalizado por Nelson Arango y grabado con banda y coros en
1974. Durante varias décadas después de la Campaña
López Presidente aún sonaba Soy
Liberal en las emisoras costeñas a
modo de Himno del Partido Liberal.
Una parte de aquel texto decía lo siguiente:
Soy liberal de
convicción
Soy liberal de
corazón.
Creo en mi
partido fuerte y unido
Y en sus ideas
de libertad.
Y que nos da a
los colombianos
Calor humano
sin distinción.
Miguel Ángel
Martín, el famoso compositor llanero autor de Carmen Tea, se sumó a la Campaña López Presidente con un sentido
joropo titulado Viva el partido Liberal,
el cual fuera vocalizado en 1974 por Fernando Lizarazo. Una parte del texto de
esta canción decía lo siguiente:
Viva gritemos
viva Colombia
Viva que viva
la libertad…
Viva gritemos
con toda el alma
Gritemos todos
Que viva el
Partido Liberal.
Viva quienes
habitan el territorio
Donde pueden
trabajar.
Viva es el
grito que en su boca florece
Como una rosa
el Partido Liberal.
18. LA CAMPAÑA PRESINDENCIAL DE LÓPEZ
MICHELSEN EN EL CESAR
¿Cómo se vivió
en el Cesar la Campaña López Presidente?
Una de las más
entusiastas colaboradoras dentro de la campaña en tierras cesarenses fue
indudablemente la Cacica Consuelo Araujonoguera, junto con el maestro Rafael
Escalona y un nutrido grupo de seguidores. En su conocida obra Escalona: el hombre y el mito, puntualiza la pilonera mayor lo siguiente:
El entusiasmo que despertó la candidatura
presidencial de Alfonso López en todo el país se reflejó de manera especial en
Valledupar, donde el de por sí comité pro-candidatura, que se nombró
inicialmente, desapareció de hecho, apabullado en sus programas por la
espontánea iniciativa popular que, en forma masiva, se adelantaba a las
convocatorias y sobrepasaba en fervor y en mística a los más generosos cálculos
de los politólogos. Lo de Valledupar fue un fenómeno multitudinario de
solidaridad hacia el candidato y su esposa, que dejó boquiabiertos a los
observadores del país pero que para los conocedores no era sino la refrendación
de un afecto ancestral que hundía sus raíces en la propia tierra vallenata.
En mayo de ese año (1974) los vallenatos
andaban dispersos por todo el territorio promoviendo la candidatura de López; y
Escalona que entonces no era, como alguien ha afirmado, un empleado público,
estrenó su paseo López el pollo, que se
convirtió en una especie de himno de la campaña.[61]
Las reuniones
multitudinarias convirtieron a Valledupar, al Cesar y a la Costa en el fortín
electoral de López Michelsen, lo cual se vio inevitablemente reflejado en el
abrumador resultado en las urnas de aquel decisivo 21 de abril de 1974.
López había sido elegido presidente de la república
por el Partido Liberal, una vez finalizados los 16 años de vigencia del Frente Nacional.
19. EL GOBIERNO DEL MANDATO CLARO
López Michelsen ascendió al solio de
Bolívar a los 61 años de edad, llevando del brazo a la infaltable Niña Ceci, bogotana de origen, quien
fungiría como primera dama de la nación a su lado, de 1974 a 1978. El cuadro
general del escrutinio electoral fue el siguiente:
ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COLOMBIA 21 DE ABRIL DE 1974 [62] |
|||
|
CANDIDATOS Y SUS PARTIDOS |
SUFRAGIOS OBTENIDOS |
|
|
|||
1. |
Alfonso López Michelsen Partido Liberal
Colombiano |
2.929.719 |
|
2. |
Álvaro Gómez Hurtado Partido Conservador
Colombiano |
1.634.879 |
|
3. |
María Eugenia Rojas de Moreno Díaz Alianza Nacional Popular (ANAPO) |
137.054 |
|
4. |
Hermes Duarte Arias Partido de la Democracia
Cristiana |
5.718 |
|
TOTAL DE SUFRAGIOS: 4.707. 370 |
De otra parte, en el Congreso de la
República también el Partido Liberal se llevó el mayor número de curules.
Veamos:
DISTRIBUCIÓN DE CURULES EN EL PARLAMENTO PERIODO 1974 – 1978 [63] |
||||
|
CÁMARA DE
REPRESENTANTES |
|
SENADO |
|
1. |
Partido Liberal
Colombiano |
113 |
Partido Liberal Colombiano |
66 |
2. |
Partido Conservador Colombiano |
66 |
Partido Conservador
Colombiano |
37 |
3. |
Alianza Nacional Popular |
15 |
Alianza Nacional Popular |
7 |
4. |
Unión Nacional Obrera (UNO) |
5 |
Unión Nacional Obrera (UNO) |
2 |
TOTAL |
199 |
TOTAL |
112 |
López Michelsen asumió la presidencia en medio de una gran expectativa nacional: el campesinado había cifrado en él sus más altas esperanzas, como quiera que había encarnado la rebeldía y la disidencia liberal, frente a la exclusión que habían supuesto los 16 años del Frente Nacional.
Alfonso López Michelsen
y la primera dama de la nación, Cecilia Caballero de López durante el acto de
posesión presidencial, el 7 de agosto de 1974
Los siete departamentos costeños veían en
Alfonso López Michelsen una especie de
mesías, ancestralmente vinculado a estas tierras; quien habría de realizar
grandes ejecutorías en la segunda región geográfica más importante e
industrializada de Colombia, después de la región Andina. Durante su campaña
proselitista López había prometido grandes cambios en materia económica en el
país. Con frecuencia en la campaña se había dicho que Colombia sería el “nuevo
Japón”. El paseo vallenato de Pedro García, López
Presidente, había hecho eco de esta expectativa.
Él siempre lo ha dicho, tiene la razón
Es una idea que vive en su mente (bis)
Que nuestra Colombia será el nuevo Japón,
Ay, muy poderoso de este continente.
EL
PRESIDENTE Nº 54 DE LA REPÚBLICA
Su primer gabinete ministerial estuvo
conformado de la siguiente forma:
CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ
MICHELSEN 7 de agosto de 1934 (Decreto 713, de agosto 7 de 1974) |
||
|
||
|
CARTERA MINISTERIAL |
NOMBRE DEL FUNCIONARIO |
1. |
Ministro de Gobierno |
Dr. Cornelio reyes |
2. |
Ministro de Relaciones
Exteriores |
Dr. Indalecio Liévano
Aguirre |
3. |
Ministro de Justicia |
Dr. Alberto Santofimio Botero |
4. |
Ministro de Hacienda y
Crédito Público |
Dr. Rodrigo Botero
Montoya |
5. |
Ministro de Defensa |
Gral. Abraham Varón
Valencia |
6. |
Ministro de Agricultura[64] |
Dr. Rafael Pardo Buelvas |
7. |
Ministro de Trabajo y
Seguridad Social |
Dra. María Helena de
Crovo |
8. |
Ministro de Salud Pública |
Dr. Haroldo Calvo Núñez |
9. |
Ministro de Desarrollo
Económico |
Dr. Jorge Ramírez Ocampo |
10. |
Ministro de Minas y
Energía |
Dr. Eduardo del Hierro
Santacruz |
11. |
Ministro de Educación
Nacional |
Dr. Hernando Durán Dussán |
12. |
Ministro de
Comunicaciones |
Dr. Jaime García Parra |
13. |
Ministro de Obras
Públicas |
Dr. Humberto Salcedo
Collante |
Las realizaciones más significativas
durante su cuatrienio fueron las siguientes:
LA REFORMA
AGRARIA Y POLÍTICA CAMPESINA
Mediante las leyes 4ª, y 5ª de 1973; y la
ley 6ª de 1975; se planteó el nuevo marco jurídico para el desarrollo del agro
colombiano. Se creó el Programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI) lo mismo que el Plan de Alimentación y
Nutrición (PAN) y el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y
Adecuación de tierras (HIMAT), que asumió parte de las funciones de reguío que
anteriormente adelantaba el desaparecido Instituto Colombiano de la Reforma
Agraria INCORA. Se buscaba con ello incrementar de manera significativa la producción
agraria, mediante estímulos al campesinado, como: asistencia técnica, mercadeo
de sus productos, organización de las agremiaciones campesinas y planes de
capacitación subsidiados por el Estado. Para ello se atendían
complementariamente los frentes de la salud campesina, educación, y nutrición.
¿Cómo se llevó a cabo este ambicioso plan en todo el país? Se identificaron 22 distritos en 8
departamentos del territorio nacional (aquellos considerados como más altamente
vulnerables)[65].
Este novedoso plan se movía sobre el supuesto según el cual el campesinado era
fundamental en la producción económica nacional y fue uno de los más exitosos
durante su gobierno.
POLÍTICA
SOCIAL, ECONÓMICA Y FISCAL
Durante su célebre discurso de posesión
(7 de agosto de 1974) anunció la posibilidad de recurrir al artículo 122 de la
Constitución Nacional, que daba facultades al ejecutivo para decretar la
emergencia económica y tomar medidas drásticas acordes con el nuevo orden de
cosas. Pintó un sombrío panorama económico de la Colombia que había heredado de su predecesor Misael
Pastrana Borrero, del Partido Conservador y decretó la emergencia económica en
1974[66].
Redujo considerablemente el subsidio del Instituto de Mercadeo Agropecuario
(Idema), entidad estatal que compraba trigo y otros alimentos no nacionales en
el extranjero y los revendía a precios ínfimos ante el público consumidor,
aplicando para ello subsidios gubernamentales.
Por decreto implementó fuertes cambios en
la estructura fiscal del país: se buscaba optimizar el caduco e ineficiente
sistema de recaudo, foco continuo de corrupción lo mismo que de evasión
tributaria. Se gravan ahora aspectos de le producción económica anteriormente
no gravados, como la ganancia ocasional y la importación de elementos de lujo,
medida esta última que incomodó sobremanera a los grandes dueños del
capital. Para el año 1975 la captación
fiscal se incrementó significativamente en un 29%; no obstante –al decir de los
creadores de la reforma- la misma no había generado todos los resultados que de
ella se esperaban. El fraude y la evasión tributaria continuaron, aunque en
menor medida y en otros frentes. Para combatirlos el Gobierno había expedido un
nuevo Código Fiscal, pero fue declarado inexequible por la sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia; con lo que finalmente quedó abierto un enorme boquete
legal bajo cuyo amparo se siguieron
cobijando el fraude y la evasión fiscal, enquistados en la cultura
fiscal colombiana.
POLÍTICA
LABORAL
Tomó partido decisivamente a favor de los
trabajadores colombianos frente a las grandes empresas e industrias del país,
lo que le valió el resentimiento de los grandes capitalistas. Logró para
aquellos un reajuste porcentual del salario mínimo de un 200%. Con ello daba
cumplimiento a su promesa de campaña de “cerrar la brecha entre las dos
Colombias” (la pobre y la rica); y de apostarle al 50% más pobre. Para ello
promulgó el llamado “Plan de las cuatro estrategias”, con el cual buscaba
fundamentalmente fomentar el sector de la construcción nacional y fomentar el
desarrollo agroindustrial, con la intencionalidad de incrementar los niveles de
vida campesina y disparar los ingresos familiares.
En el año 1977 tuvo que afrontar el paro
cívico más grande de la historia de Colombia, el 14 de septiembre. El paro fue
convocado por las centrales obreras y apoyado por los gremios y los
estudiantes. La jornada tuvo momentos violentos y dejó un saldo de 18 muertos
entre los insurgentes. Tuvo que afrontar ese mismo año un paro médico que se
prolongó durante 50 días. Ambos ceses laborales fueron sorteados con admirable
temple administrativo por el mandatario, con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
POLÍTICA
EXTERIOR
Entabló negociaciones con aquellos países
vecinos cuyas fronteras comunes aún no habían sido delimitadas. Las áreas
marinas y submarinas fueron establecidas con: Costa Rica, Ecuador, República
Dominicana, Panamá y Haití. Muchos de estos nuevos tratados fronterizos fueron
territorialmente ventajosos para Colombia. Se consideran estos logros diplomáticos
los aportes más significativos de su cuatrienio.
POLÍTICA
GUBERNAMENTAL ANTE EL CONFLICTO INTERNO COLOMBIANOY EL TRÁFICO DE DROGAS
El grupo subversivo más fuerte en la
época era el Movimiento 19 de abril (M19), de extrema izquierda. Coexisten junto
al M19 el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Ejército de Liberación
Nacional (ELN), como movimientos de izquierda alzados en armas en la
clandestinidad. López adelantó una política de acercamiento a los elementos
moderados de la izquierda. En esta línea nombró como rector de la Universidad
Nacional al líder Luis Carlos Pérez y en un ministerio a María Helena de Crovo,
“cuya labor al frente del Ministerio del
Trabajo fue sobresaliente”[67].
Extensas zonas de Colombia empiezan a ser dominadas por la subversión y algunos
empiezan a incursionar en las ciudades. La derecha colombiana y las Fuerzas
Armadas criticaron las medidas que juzgaron como de reblandecimiento ante la
creciente subversión armada del país. Para ilustrar esto último veamos un
comentario del oficial del ejército, Alfonso Plazas Vega:
En 1978 López entregó el país con una
bien abastecida reserva económica internacional, una banca fortalecida, un
sistema económico manejable y próspero, pero una subversión creciente y oculta
que horadaba los cimientos de la nacionalidad sin que hubiera podido ser
detectada a tiempo.[68]
CONSIDERACIONES
GENERALES
Alfonso López Michelsen gobernó el país
durante su cuatrienio con un criterio de centro izquierda. Ello se tradujo en
un notorio acercamiento hacia los problemas sociales de las clases menos
favorecidas, un saneamiento de las finanzas públicas sin ir en desmedro de los
ingresos de la clase trabajadora, un replanteamiento de las relaciones
exteriores colombianas y un proceso de reconciliación con los elementos
intelectuales moderados de la izquierda colombiana y con las centrales obreras.
En el cuatrienio 1974 – 1978 hubo así mismo un preocupante incremento de la
actividad de las drogas ilícitas en Colombia, pese a las medidas
gubernamentales y los operativos que buscaban contrarrestarlas[69].
Paralelamente se incrementaron actividades delictivas como la inseguridad
ciudadana, el boleteo y el secuestro, el 19 de abril de 1976 el M19 reivindicó
el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, presidente de la Central
de Trabajadores de Colombia (CTC). Por otro lado hubo buenas noticias por
cuanto se vivieron las épocas de la bonanza cafetera lo que dio al país un
inusitado auge económico que fue aprovechado en obras de infraestructura y de
inversión.
En suma a Alfonso López Michelsen le tocó
conducir al país en un momento crítico de la historia, una serie de
encrucijadas políticas y económicas, tanto internas como externas se coaligaron
unas veces a su favor, otras en contra, para presentar la Administración con
rostro amable o con faz adversa, según fuera la coyuntura del momento. Las
derechas del país se asociaron para atacar al Gobierno desde la prensa, trance
este del cual logró salir airoso. La vieja estrategia de “Mamatoco” no volvió a dar resultado esta vez[70].
Muchas de sus medidas económicas aun cuando rechazadas y combatidas en su
momento, dieron frutos a largo plazo. No
obstante, las viejas clases patriciales conservadoras colombianas no le
perdonaron su declarado compromiso con las clases menos favorecidas.
Cuando López Michelsen se volvió a lanzar
por el Partido Liberal unido, para un segundo mandato en las elecciones
presidenciales de 1982, no resultó triunfador y su adversario conservador,
Belisario Betancur Cuartas fue elegido para el cuatrienio 1982 – 1986. Es
memorable entonces aquella frase lapidaria con la que Alfonso López Michelsen
le respondió a sus compañeros de campaña, ante la noticia de la derrota
electoral: ¡No quiero pésames!
20. CESARENSES EN EL ÁMBITO PÚBLICO DURANTE EL CUATRIENIO DE LÓPEZ
MICHELSEN
Fueron varios los hijos del Cesar que
acompañaron al presidente López Michelsen durante los cuatro años de su
gobierno. En gracia de brevedad nos referiremos solamente a los más nombrados:
el Maestro Rafael Escalona Martínez y la
Cacica Consuelo Araujonoguera. Dicho sea de paso uno y otra habían jugado
un papel decisivo en la cristalización del Proyecto
Departamento del Cesar, en 1967, a golpes de constancia, artículos de opinión y sentidas serenatas vallenatas.
No es exagerado decir que los sectores políticos más reticentes en la capital
del país se rindieron finalmente ante el influjo macondiano de la caja, la
guacharaca y el acordeón, de Rafael. Y ante la insistente pluma de
Consuelo. Dejemos que sea la propia Cacica quien nos lleve, una vez más de
la mano de su prosa, al pasado. A ese pasado lleno de hondas significaciones
para nuestra tierra.
Y así se abrió el camino, con acordeones
en El Tiempo, El Espectador, La República y todos los ámbitos de la
comunicación. De esa gira musical que hicimos a Bogotá, se recuerda aún con
especial admiración la fiesta que brindó El Tiempo y en la cual se ratificó una
vez más el poder unificador de la música vallenata: doña Helena Calderón de
Santos, distinguida esposa del director, don Hernando Santos, fue una de las
anfitrionas más entusiastas y simpáticas con el multitudinario y heterogéneo
grupo de cesarenses que de puerta en
puerta y al ritmo de la música vallenata le contamos y cantamos nuestros
propósitos al país. Hoy, nadie se atrevería a discutir siquiera el hecho de que
sin Rafael Escalona y Colacho Mendoza el departamento del Cesar posiblemente no
existiría.[71]
De este asalto vallenato orquestado sobre
Bogotá por Rafael y Consuelo en 1967 se hizo eco en la prensa de la época, según
lo esperado y planeado. El Cesar fue el Departamento número 22 y el juglar
vallenato por excelencia y la columnista depurada habían contribuido con un
prominente grano de arena para lograrlo. López Michelsen lo sabía muy bien y
por ello los llamó a formar parte de su equipo de colaboradores, una vez
posesionado presidente de la República, en 1974.
20.1. CÓNSUL EN LA CIUDAD DE COLÓN (PANAMÁ)
En el año de 1975, a comienzos de año, el
Maestro Rafael Calixto Escalona Martínez fue nombrado ante el Gobierno de la
República de Panamá, presidido entonces por el general Omar Torrijos, como
cónsul. En noviembre de 1974 Escalona compuso entonces el son titulado La misión de Rafael, en cuyo texto alude
a su nuevo encargo diplomático en tierras panameñas. Una parte de aquella
canción sostiene lo siguiente:
A mí me dijo el Presidente
El Presidente de Colombia.
“Rafael tienes que irte ahora
A otra parte ´el continente”.
Doctor López, le prometo
Que cumpliré su voluntad:
Creo que con bastante acierto
Yo he escogido a Panamá.[72]
En Colón el Maestro –quien ya contaba con
48 años de edad- se reuniría con la que sería su gran amor, Dina Luz Cuadrado,
a quien nombraría reiteradamente en varias de sus canciones ulteriores.
Escalona detentó dicho cargo diplomático hasta mayo de 1978, cuando regresaría
definitivamente a Colombia.
20.2. CÓNSUL VALLENATA EN
SEVILLA (ESPAÑA)
Consuelo Inés Araujonoguera nació en Valledupar, el día 1 de agosto de 1940 y murió en la Sierra Nevada de Santa Marta, el 30 de septiembre de 2001, a manos de la insurgencia colombiana, a la edad de 61 años. Mujer aguerrida y luchadora, amante de las letras, el periodismo, la gestión cultural, la folclorología y la política. De formación autodidacta, lectora incansable inclinada hacia la literatura clásica española y la filología hispánica. La falta de un título universitario la suplió Consuelo, con un estilo prosístico depurado que cultivó a lo largo de toda su vida, en el que pervivían elementos del dialecto regional de la Provincia de Padilla.
Consuelo fue incondicional aliada de las
aspiraciones presidenciales de Alfonso López, tanto en 1974 como en el fallido
intento de 1982. Consuelo había sido la menor de los doce hijos de Santander
Araujo y Blanca Noguera. Una simpática anécdota cuenta que en cierta
oportunidad, en un mes de abril del año 1969, un grupo de personas disfrazadas
entraron inopinadamente a casa de Consuelo cuando ella departía con algunos
invitados. Los recién llegados entonces cantaron y bailaron para todos en el
recinto. Una vez se marcharon los enmascarados danzarines, uno de los invitados
de Consuelo sentenció lo siguiente: “Se fue el cacique, pero nos quedó la
Cacica” [73]
y desde entonces así empezó a ser conocida, tanto en Valledupar como fuera de
ella, la genial columnista de la Carta
Vallenata, de El Espectador[74].
Durante el Gobierno de Alfonso López Michelsen Consuelo Araujonoguera fue
nombrada para ocupar un consulado en Sevilla (España). Ocupó durante varios
años la presidencia de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, entidad a
la que consagró los mejores años de su vida. Finalmente durante el Gobierno de
Andrés Pastrana Arango fue nombrada para ocupar el Ministerio de Cultura, mientras que su segundo esposo Edgardo Maya
Villazón ocupaba el cargo de Procurador General de la Nación. De todos es conocida la absurda muerte que
tuvo la Cacica en el oscuro marasmo
del conflicto interno que aqueja a nuestra patria. Los acordeones vallenatos
lloraron su partida a las regiones de la eternidad y las trinitarias -sus
flores preferidas- se convirtieron en símbolo denodado de aquella mujer
combativa, culta y valerosa que luchara a brazo partido desde la tribuna
pública y desde la rotativa, por el folclor y las costumbres ancestrales del
Departamento del Cesar, su más caro pedazo de patria.
(…)
Vivirás en el Valle, en su suelo,
En la lucha, en la prensa, el ardor
Del ayer de los recios abuelos
Que a tu nombre darán vivo honor.
Cada vez que haya canto y piquería,
Cada vez que un vibrante acordeón
Llore y cante, estarás siempre bella
Cual radiante es tu fiel corazón.
Y tu nombre, que acoge la historia
Con su recia leyenda y labor.
Vivirá en la sublime memoria
Del Cesar, tu solar cantador.[75]
20.3 TRAYECTORIA PÚBLICA DE
CONSUELO ARAUJONOGUERA
Desde su juventud, hasta el momento de su
fallecimiento, Consuelo Araujonoguera adelantó una vida pública intensa, que se
dejó sentir desde los diarios, los micrófonos radiales, la plaza pública, la
asamblea departamental y la tarima Francisco
El Hombre, entre otros ámbitos. A continuación realizaremos una breve
sinopsis de los principales cargos públicos adelantados por la Cacica durante
su vida.
CARRERA PUBLICA DE CONSUELO ARAUJONOGUERA |
||
|
||
|
CARGO / ACTIVIDAD / REALIZACIÓN |
AÑO |
1. |
Integrante del Comité de Finanzas del Comité Central
Pro-Departamento del Cesar |
1966 (Edad: 26 años) |
2. |
Gobernadora encargada por ausencia temporal del titular,
Alfonso López Michelsen. |
1968 (15 días aprox.) (Edad: 27 años) |
3. |
Cofundadora, junto con Alfonso López Michelsen y el
Maestro Rafael Escalona Martínez, del Festival de la Leyenda vallenata,
patrimonio cultural de la nación. |
1968 (Edad: 27 años) |
4. |
Publica su obra: Vallenatología,
editada por Tercer Mundo Editores. Publicada nuevamente en 1978. |
1973 (Edad: 33 años) |
5. |
Directora de la Oficina
Departamental de Turismo, durante las gobernaciones de: Alfonso Araujo
Cotes (septiembre de 1968 – agosto de 1970), José Antonio Murgas (agosto de
1970 – junio de 1971) y Manuel Germán Cuello (junio 1971 – agosto de 1974), respectivamente. |
1968 – 1972 (Edad: de los 27 a los 32
años) |
6. |
Gerente Regional de Colseguros |
1975 – 1977 (Edad: de los 35 a los
37 años) |
7. |
Cónsul de Colombia ante el Gobierno del Reino de España,
en la ciudad de Sevilla, Provincia de Andalucía. |
1977 – 1978 (Edad: de los 37 a los 40 años) |
8. |
Publica su segundo libro, titulado: Escalona: el hombre y el mito. Lo edita Tercer Mundo Editores. Lo
vuelve a editar esta entidad en 1998. |
1988 (Edad: 48 años) |
9. |
Jurado, junto con Simón Martínez Ubarnes y Luis
Rosenzwelg; en la convocatoria para la escogencia del Himno de Valledupar; en la que resultó ganadora la obra de la
Maestra Rita Fernández Padilla. |
1984 (Edad: 44 años) |
10. |
Colaboradora del diario EL HERALDO, de Barranquilla
(Atlántico) |
1988 – 1989 (Edad: de los 48 a los 49 años) |
11. |
Directora del Instituto Departamental de Cultura y Turismo |
1989 (Edad: 49 años) |
12. |
Directora del programa radial La Cacica Comenta, en la emisora local Radio Guatapurí |
1983 – 1989 (Edad: de los 43 a los 49 años) |
13. |
Corresponsal en Valledupar del Noticiero del Medio Día, medio capitalino de cobertura nacional. |
1984 – 1985 (Edad: de los 44 a los 45 años) |
14. |
Gerente de la emisora local Radio Guatapurí. |
1994 – 1997 (Edad: de los 54 a los 57 años) |
15. |
Publica su tercera obra, titulada: Lexicón del valle de Upar, editada por El Instituto Caro y
Cuervo, de Bogotá. |
1995 (Edad: 55 años) |
16. |
Columnista del diario EL ESPECTADOR, autora de la columna
semanal La Carta Vallenata,
polémica tribuna desde la que defendió el folclor y realizó importantes
denuncias del orden nacional. |
1979 – 2001 (aprox.) (Edad: de los 39 a los 61 años) |
17. |
Gerente de la Beneficencia
del Cesar – Lotería La
Vallenata, nombrada por el gobernador Lucas Gnecco Cerchar. |
1992 – 1994 (Edad: de los 52 a los 54 años) |
18. |
Candidata a la Gobernación del Cesar. (La votación insuficiente la privó de servirle a su
departamento desde el solio de Alfonso López Michelsen, en calidad de
gobernadora elegida popularmente) |
1997 (Edad: 57 años) |
19. |
La Universidad Popular del Cesar le otorga el título Honoris Causa de Licenciada en Español
y Literatura |
Abril de 2000 (Edad: 60 años) |
20. |
Ministra de Cultura, nombrada por el presidente Andrés
Pastrana Arango. |
2000 – 2001 (Edad: de los 60 a
los 61 años) |
21. |
Presidenta de la Fundación
Festival de la Leyenda Vallenata |
1986 – 2001 (Edad: de los 46 a los 61 años) |
No se han recopilado aún las Obras Completas de Consuelo
Araujonoguera. La Presidencia de la República, en un primer esfuerzo altamente
significativo en dicho sentido publicó un tomo titulado Trilogía Vallenata (del cual hemos tomado varias referencias
bibliográficas en diversos momentos, en el presente trabajo), en el cual se incorporan los tres libros que la Cacica
alcanzó a publicar en vida. Quedan aún por publicar sus libros inéditos,
estudios sobre la décima vallenata y una biografía novelada de Leandro Díaz
Duarte que quizás pudo quedar inconclusa. La labor de recopilar sus columnas de
opinión en La Carta Vallenata,
durante 22 años ininterrumpidos, además de su correspondencia personal, numerosos
artículos periodísticos y sus discursos
oficiales en los diversos cargos que ocupó durante su vida pública; supone un
trabajo titánico que es preciso acometer para beneficio de la cultura del Cesar
y de Colombia entera. Es tarea que corresponde a los estudiosos e
investigadores cesarenses, como la tierra por la cual y desde la cual la Cacica
luchó en diferentes ámbitos, a manera de Leit Motiv inspirador y evocador.
21. ALFONSO LÓPEZ: AUTOR, ANALISTA, EXÉGETA, CRÍTICO Y ESCRITOR.
Alfonso López
Michelsen incursionó en diferentes ámbitos de las ciencias humanísticas y
sociales, desde la disertación y la
hermenéutica jurídicas (como correspondía a su formación de abogado con énfasis constitucionalista), hasta la
especulación filosófica, el análisis socio – económico y socio – político; y la crítica literaria, sin dejar de lado su
faceta de novelista con su conocida obra Los
Elegidos. Si bien es cierto que incursionó en diversos ámbitos del
conocimiento, es preciso reconocer igualmente que no en todos ellos cosechó
éxitos proporcionales al entusiasmo con el que laboró en sus correspondientes
universos discursivos. La enorme confianza que poseía en sus innegables dotes
de intelectual, lo impulsaba a dirigir su pluma hacia diferentes universos de
referencia y sus correspondientes géneros: ensayo, columna de opinión, tratado,
disertación, crítica literaria, novela, etc. Amén de los prólogos de las obras
de varios de sus amigos y seguidores que
se consideraban honrados de lograr las palabras preliminares de sus trabajos
investigativos o creativos, de parte del afamado ex presidente López. Prologó
una edición colombiana de El Príncipe del autor italiano
renacentista, Nicolás Maquiavelo; Y elaboró las palabras de presentación de la
primera edición del libro de Consuelo Araujonoguera, Escalona: el hombre y el mito, para mencionar únicamente dos de sus
mejor logrados trabajos prologales, a manera de ínfima muestra de una verdadera
jungla de prólogos de obras diversas, entre 1964 y el año 2000.
No pretendemos
en estas breves líneas agotar su faceta como autor, porque dicha temática (de
suyo inquietante y atrayente), bien podría ser objeto de una tesis doctoral con
varios años de estudios y reconstrucción de fuentes. En la Universidad Colegio
Mayor del Rosario el Grupo de
Investigación del Historia del Derecho, de la Facultad de Jurisprudencia,
dirigido por el profesor Fernando Mayorga García inició la encomiable tarea de
compilar las obras completas de Alfonso López Michelsen, durante más de 70 años
de creación y publicación constantes. Como resultado de dicho esfuerzo
investigativo se editó la obra titulada Bibliografía
de Alfonso López Michelsen, cuyo libro fue lanzado en ceremonia especial en
el venerable claustro, con asistencia del ex presidente. Quizás fue esta la
última oportunidad en la que se le viera en su Alma Mater. La obra compila los
escritos de López Michelsen producidos entre 1934 y 2006. Aún haría falta
incluir las últimas columnas de opinión que produjo en sus últimos meses de
vida de 2006 y 2007, publicadas en diarios de amplia circulación nacional.
A continuación
haremos un sucinto inventario de sus obras más conocidas, acompañando cada una
de información cronológica, ámbito temático resumido, notas y comentarios.
INDICE DE
LAS PRINCIPALES OBRAS DE
ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN (Trabajos
académicos, tratados, artículos de prensa, ensayos, disertaciones, discursos,
entrevistas y antologías de escritos
varios) |
||||
|
TITULO |
GÉNERO |
AÑO
DE PUBLICACIÓN/ FRAGMENTOS |
ÁMBITO
TEMÁTICO |
1. |
Benjamín Constant: el
padre del liberalismo burgués |
Ensayo
sociopolítico |
1934 (Publicado
en la Revista de la U. del Rosario, durante sus épocas de estudiante) |
Artículo sobre la
desromanización del derecho público en Colombia. |
2. |
La posesión Inscrita |
Tesis
de Grado (Pregrado) |
3
de julio de 1937 (Día
de su graduación como abogado) |
Disertación científica
ampliamente sustentada, en torno a la
concepción y el reconocimiento legal de la propiedad, en el Estado. |
3. |
La posesión en el
Código de Bello |
Tesis
de Postgrado |
1938 |
Algunos analistas
consideran esta obra como antecedente de La
Ley de Tierras de 1936, expedida durante el gobierno de su padre. |
4. |
Introducción al estudio
de la Constitución en Colombia |
Ensayo
sociopolítico |
1942 |
Resultado reflexivo de
sus cátedras como profesor de derecho constitucional en varias universidades
de la capital. |
5. |
La estirpe calvinista
de nuestras instituciones |
Ensayo
sociopolítico y filosófico |
1947 (Editada
en la U. Nacional de Colombia) “Impagable ironía del
destino la que hizo que ésta, la más católica de las Asambleas Constituyentes
de Colombia, introdujera el concepto calvinista del mundo en nuestra
sociedad”. [76] |
Se defiende la tesis
según la cual las instituciones fundamentales en nuestro ordenamiento
jurídico (establecido desde 1811), son de inspiración puritana-calvinista; en
agudo contraste con nuestra tradición cultural católica. |
6. |
Los Elegidos |
Novela |
1953 (Editada
en México por Ediciones Guaranía) “El relato que se publica
a continuación fue hallado por mí entre los papeles privados del ciudadano
alemán B.K., de quien fui abogado, amigo y confidente durante los últimos
diez años de su vida, que le correspondió vivir en nuestro país, a
consecuencia de la persecución desatada por el régimen nazi contra los no
arios, así fuera remota la ascendencia israelita, como en este caso”.[77] |
Plantea y desarrolla el
polémico tema de una casta social privilegiada en un cierto país del tercer
mundo. La novela fue llevada al cine en una producción colombo-soviética. |
7. |
Cuestiones colombianas |
Colección
de ensayos sobre temas diversos |
1955 |
Disertaciones filosófico-
jurídicas y hermenéuticas sobre temas constitucionales, a manera de notas de
su cátedra universitaria sobre derecho constitucional y temas afines. |
8. |
(Manifiesto del)
Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) |
Carta
- manifiesto |
1958 |
Sienta las bases de la
disidencia liberal en el seno de dicho partido. |
8. |
Consideraciones sobre
la reforma constitucional por medio de la cual se establece alternación
forzosa de los partidos en la presidencia e la república |
Ensayo
sociopolítico |
ca. 1959 |
Establece, defiende y
argumenta su polémica postura sobre la
alternación partidista en el marco del acuerdo frente nacionalista. |
8. |
Los últimos días de
López |
Crónica
histórico-familiar |
1960 “…desde la infancia, el
día en que la muerte iba a privarnos de su sombra tutelar nos asediaba como
la más inevitable y cruel de las hipótesis”.[78] |
Crónico en la que recoge
para la posteridad los últimos momentos de vida del ex presidente López
Pumarejo, en Londres. |
|
El Estado Fuerte: una
introducción al estudio de la Constitución de Colombia |
|
1966 |
Realiza un juicioso
análisis hermenéutico y jurídico de la Constitución
de 1886 y su largo proceso de reformas ulteriores. |
11. |
Colombia en la hora
cero (Dos volúmenes) |
Ensayo
sociopolítico |
1964 |
Análisis socio histórico
y político sobre la evolución del Estado colombiano y su actual coyuntura
político – económica, a la cual identifica como “la hora cero”. |
12. |
Discursos y
exposiciones sobre cuestiones internacionales y otros temas |
Ensayo
sociopolítico |
ca.
1969 |
Antología de discursos,
telegramas y ensayos en torno a temas como la soberanía nacional y las
fronteras, entre otros. |
13. |
Posdata a la
alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970 (Campaña contra la
candidatura lleras Restrepo, presentación de la Reforma Constitucional, la
unión liberal y demás documentos de intervención en la vida pública) |
Discursos,
artículos periodísticos y columnas de opinión. |
1970 “En libros de
juventud describí yo lo impropicio del
medio católico, inclinado al dogmatismo y horrorizado por las herejías, para
aceptar el disentimiento y el libre examen, propio de las democracias
anglosajonas, de formación protestante y principalmente calvinistas”. [79] |
Antología de discursos,
conferencias, telegramas, cartas, e intervenciones públicas. Evidencian la
evolución de su pensamiento ante diferentes coyunturas del acontecer liberal
y nacional, entre 1964 y 1970. |
14. |
Documentos relativos a
mi gestión en el Cesar y Memorias al Congreso Nacional (como canciller de la
república) |
Discursos,
memorias oficiales y actos administrativos. |
1969-1970 “Todos ustedes saben que
el primer cargo que desempeñé en la vida pública fue la Gobernación del
Departamento del Cesar, en donde apenas pude permanecer por el breve espacio
de siete meses” [80] |
Informes oficiales sobre su gestión pública en el
Cesar y luego, como canciller de la República. |
|
Discurso de Posesión |
Discurso
programático |
7
de agosto de 1974 “(La lucha contra la
inflación, es) ese veneno semejante al alcohol que produce una euforia
bienhechora en los “primeros momentos” (se impone si se quiere evitar que se
“abran abismos más profundos entre las clases sociales)”[81] |
Traza las líneas doctrinarias generales que
animarán al gobierno de “El Mandato
Claro” para el cuatrienio que se inicia: 1974 – 1978. Se acentúa el
carácter y el tono de centro izquierda con matiz moderado. |
|
La Real Audiencia y el
derecho Público en Colombia; La Generación del Centenario; Por qué se perdió
Panamá; esbozos y Atisbos |
Colección
de ensayos sobre temas diversos |
1980 |
Defiende
tesis socio – jurídicas sobre el origen de las instituciones políticas
colombianas, a partir de entidades coloniales. |
15. |
Con mis propios ojos |
Críticas,
crónicas, entrevistas y discursos. 1953-1982 |
1982 |
Realiza
breves semblanzas históricas y analíticas de personajes varios a lo largo de
su ya apreciable carrera pública y política. |
|
El quehacer literario |
Crítica
literaria |
1989 |
Funge
como crítico literario: lector dueño de un criterio estético propio a partir
del cual se permite emitir juicios sobre forma y fondo, respecto de autores
diversos, clásicos y contemporáneos. |
16. |
Palabras pendientes:
conversaciones con Enrique Santos Calderón |
Entrevista
periodística |
2001 “…lo que me tocó manejar a
mí, y creo que lo hice bien, fue la bonanza cafetera. Practiqué una política
de ahorro en materia de precios del café. (…) La bonanza marimbera fue muy
modesta comparada con la bonanza cafetera de la época y con las bonanzas
posteriores de la coca y la amapola”[82] |
Responde
en tono coloquial y desenfadado al periodista de El Tiempo, Hernando Santos
Calderón, una amplia entrevista, dividida en: ayer, hoy y futuro. Pese
a sus 88 años de vida, muestra una lucidez y claridad de espíritu realmente
admirables. |
20.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL INTELECTUAL, EL ANALISTA Y EL
CRÍTICO
El día lunes 11
de julio del año 2007, a los 94 años de edad y once días, falleció en la capital de la república
Alfonso López Michelsen, víctima de un paro cardiaco. Murió el iconoclasta, el
crítico mordaz, el disidente, el intelectual destacado, el político de plaza,
el latinista y en una sola expresión: el
burgués progresista, como él se autodefiniera a los 88 años, en sus
célebres Conversaciones… con el periodista del diario EL TIEMPO,
Enrique Santos Calderón[83].
Hasta último momento estuvo publicando
su habitual columna de fines de semana en el diario El Tiempo, donde analizaba
hechos de la vida nacional y de actualidad, siempre bajo la lente de hechos
pasados, de los que él hubiera sido protagonista, coprotagonista o simplemente
espectador. En los últimos años se había convertido en consultor y consejero
del Partido Liberal, cuyas nuevas cúpulas directivas lo veían como un referente
obligado frente a los nuevos rumbos del acontecer nacional. El día domingo 10 de
julio había asistido a un almuerzo en el Gun
Club de Bogotá, se le veía ya cansado y agotado por el peso de los años. La
noticia en Valledupar y el Cesar cayó como “una
gota fría” –para parodiar respetuosamente una de las canciones vallenatas
que más le gustaban-. Gota fría del pesar y la tristeza ante el deceso de uno
de los hombres más grande del Cesar y de Colombia entera. ¿Qué Alfonso López
Michelsen no era cesarense? Sí lo era, de corazón, de convicción y en virtud
del ancestro de su abuela doña Rosario Pumarejo de López; cuya sangre materna
siempre palpitó con fuerza en él cada vez que venía a Valledupar.
Alfonso López Michelsen a los 88 años
En el ocaso de una intensa vida intelectual y pública
No falta quien haya protestado
recientemente por lo que algunos círculos de Valledupar denominan “idolatría al presidente López Michelsen”;
traducida en el hecho que cuanto hay de importante y significativo en la
capital del Cesar lleve el nombre del ex presidente o bien de su padre.
El bicolor cesarense engalana tanto el busto como la fotografía de
Alfonso López Michelsen, frente al edificio de la Gobernación del Cesar que lleva su nombre. La fotografía representa
al político a los 54 años, cuando fuera Gobernador
del Cesar.
El aeropuerto, la plaza central, el
edificio de la gobernación, en fin. Como
decíamos en las primeras líneas de este ya extenso trabajo, el Cesar le debo
mucho a uno y otro y creemos que, en este momento del desarrollo discursivo del
presente ensayo, ya próximo a culminar, queda bastante clara la profunda
raigambre y los sólidos lazos históricos, traducidos en afecto y compromiso
incontrastable de parte de Alfonso López Pumarejo y Alfonso López Michelsen,
para con las tierras del Cesar. No se
trata de idolatrarlos ni de incurrir en culto a la personalidad, por cuanto
estas son formas de pensamiento cuya obsolencia las lleva a ser piezas de museo
en el atrio de los tiempos de la humanidad. Se trata de rescatar, con
objetividad, lo mucho de valioso que uno
y otro aportaron tanto al Cesar como a la cesareidad.
La Plaza Alfonso López
Pumarejo en la actualidad en una magnífica visión
nocturna.
En el centro el emblemático árbol de mango que la caracteriza y en
el extremo izquierdo se levanta imponente el grupo escultórico titulado La Revolución en Marcha, del Maestro
Rodrigo Arenas Betancur.
21. CONCLUSIONES
Esta historia comenzó en el primitivo
Reino de Galicia, en la España dominada por el invasor árabe, con la eventual concesión
de un escudo de armas de trece roeles de oro sobre campo de gules, a los
caballeros de la Casa de López. Trasegó posteriormente por las riberas del río
grande de la Magdalena en nuestra patria, con la metódica y disciplinada
construcción de un poderoso emporio comercial de exportaciones e importaciones,
la Casa López, por parte de don Pedro
Aquilino López junto a su esposa doña Rosario Pumarejo de López. De la
tolimense y cálida Honda, la historia proseguiría su curso en la fría capital
del altiplano, donde Alfonso López Pumarejo se formaría, adicto al estudio de
la historia, la filosofía y la política, para, a la vuelta de unos años
alcanzar la primera magistratura del país, con un revolucionario proyecto
político en mente. Colombia se enfrentaría entonces a un decisivo proceso de
modernización y transformación, tanto de su estructura gubernativa,
administrativa y política; como de su mentalidad hasta entonces conventual y
timorata. Este proceso sería fuertemente atacado por la derecha opositora, pero
la fuerza de la historia no daba marcha atrás, aun cuando algo lograron ganar
los conservadores y la Iglesia. La
Revolución en Marcha entregó un país diferente, Colombia ya no volvería a
ser la misma después de 1938. El liberalismo entendió y aceptó esta impronta
como un hecho cumplido, aun cuando adoptara entonces una postura reformista
moderada, liderada por Eduardo Santos. Un Alfonso López Pumarejo ya trajinado
en las lides administrativas volvió a asumir como presidente de la República en
1942, pero el ímpetu reformista fue seriamente contrarrestado por varios
sectores coaligados de la derecha: Iglesia, industriales y algunos militares de
alta gradación. No obstante la oposición, La
Constitución Política de 1886 volvió a ser reformada y se lograron nuevas y
más amplias libertades para los ciudadanos del común. Las coyunturas históricas desfavorables que
supuso la II Guerra Mundial, la fuerte oposición y el creciente descontento
popular llevaron al otrora campeón de las reformas populares a dimitir a la
presidencia en 1945. En Londres (Inglaterra), en el año de 1959 moriría el hijo
de doña Rosario Pumarejo de López en medio de un “acre olor de tempestad” como dijera un orador en su célebre
oración fúnebre. Murió Alfonso López Pumarejo, pero no así su ideario ni mucho
menos el amor por la tierra de sus ancestros, el valle del Cesar, en la
ancestral Provincia de Padilla y de Valledupar.
Alfonso López Michelsen, indudablemente
el heredero de las banderas políticas de su padre, presentó fuerte oposición al
pacto frente nacionalista implementado en Colombia a partir de 1958 y optó por
una tercera opción, el Movimiento
Revolucionario Liberal (MRL), lo que fue interpretado por la dirigencia
liberal nacional como disidencia. Durante varias magistraturas el MRL conquistó
curules diversas, tanto en la Cámara de representantes como el Senado. Carlos
Lleras Restrepo fue elegido por el Partido Liberal para el cuatrienio: 1966 –
1970. Este dirigente político en calidad de jefe del liberalismo presionó a
López Michelsen para que regresara a las toldas del oficialismo liberal, lo que
finalmente logró mediante la aceptación por parte de aquel de la Gobernación
del nuevo Departamento del Cesar, el cual se inauguró oficialmente en
Valledupar el jueves 21 de diciembre del año 1967, en medio del regocijo
popular y la alegría desbordada. Se
cristalizaba de esta forma un viejo anhelo regional, que hundía sus raíces en
los lejanos tiempos en que el presidente Alfonso López Pumarejo llegara por
primera vez a Valledupar, en busca de sus recuerdos de niñez junto a una
cariñosa doña Rosario que lo dejara muy niño, a los ocho años, por una
prematura muerte. El Cesar se convertía de esta forma en el Departamento número
22º de la República, para lo cual tuvieron que sortear los coautores del
correspondiente proyecto, José Antonio Murgas, Crispín Villazón de Armas y
Aníbal Martínez Zuleta –entre otros-, las fuertes críticas en contra, que
tildaban a la iniciativa de síntoma de la “Departamentalitis”
aguda que entre 1966 y 1967 había “aquejado
al país”. El Cesar y sus gentes
demostraron que no se trataba de una moda coyuntural sino del anhelo de la
búsqueda de autonomía y autodeterminación que desde décadas atrás se venía
acariciando en la región. La historia acabaría dándole la razón a este amado
pedazo de la Patria.
Con una de las votaciones más altas en la
historia electoral de Colombia en el siglo XX Alfonso López Michelsen fue
elegido por el Partido Liberal, para el cuatrienio 1974 – 1978. Asumió la
primera magistratura el 7 de agosto en medio de una gran expectativa nacional.
Adelantó medidas gubernativas a favor de las clases campesinas y menos
favorecidas, fomentó el agro, la construcción, la industria y logró
acercamientos significativos con los principales elementos de la izquierda
moderada del país. Logró así mismo sanear las finanzas nacionales gracias a la
bonanza cafetera que benefició enormemente sus planes y proyectos. Algunos
cesarenses lo acompañaron durante su gestión, como el Maestro Rafael Escalona
Martínez y Consuelo Araujo Noguera. El conflicto interno se agravó en
diferentes frentes y en 1977 López Michelsen debió afrontar el paro cívico más
grande de Colombia en el siglo XX, el cual supo sortear con apego al derecho y
las instituciones. López Michelsen inscribió nuevamente su candidatura por el
Partido Liberal unido para la contienda electoral de 1982 y resultó derrotado
por el candidato conservador, Belisario Betancur Cuartas. Pese a este revés
político López Michelsen no se retiró de la vida política y hasta último
momento se mantuvo activo, en calidad de consultor del Partido Liberal al cual
había consagrado todo su capital político y buena parte de su vida. El 11 de
julio de 2007, a la edad de 94 años fallecería en Bogotá el ex presidente López
en medio del aprecio y la admiración de amigos y contradictores políticos. Fallecía
así el primer gobernador del Cesar y uno de los cofundadores, junto con la
Cacica Consuelo Araujonoguera y el Maestro Rafael Escalona Martínez, del Festival de la Leyenda Vallenata. Su
nombre, junto al de Alfonso López Pumarejo, permanecerán indelebles en la
identidad colectiva del pueblo cesarense, tierra en favor de la cual
adelantaron grandes proyectos y ejecutorias. Indudablemente la dinastía López
se halla indisolublemente ligada al ser y al quehacer del Cesar, como
colectividad humana dueña de su destino y de un porvenir cuyos principales
lineamientos contribuyeron a delinear tanto el uno como el otro.
nacoayala@gmail.com
Bibliografía
ACTA Nº 1: ACTA DE LA SESIÓN INAUGURAL DE LA CREACIÓN
DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR. Valledupar (Magdalena), Colombia. Septiembre 5
de 1966
ALZATE,
Andrés. Enorme Alegría en Valledupar.
Artículo publicado en EL TIEMPO. Sábado 23 de diciembre de 1967
ARAUJONOGUERA,
Consuelo. Escalona: el hombre y el mito.
En: Trilogía Vallenata: Homenaje a Consuelo
Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura. Bogotá (Colombia), 2002
ARIZMENDI
POSADA, Ignacio. Los presidentes, esos
hombres… Casos y cosas de los mandatarios colombianos. Eds. Planeta. Bogotá
(Colombia), 2001
ATEHORTÚA GIL, Carlos
Alberto. Cesar 30 años de progreso: 1967
– 1997. Ed. Gobernación del Cesar. Bogotá (Colombia), 1997
BELLO, Gilberto, MUÑOZ, Héctor, PLATA, Orlando y
GÓMEZ, Andrés. Colombia transformó su
entorno. Artículo conmemorativo publicado en: EL ESPECTADOR. Hechos y personajes del Siglo XX, Nº 953.
Domingo 14 de septiembre de 1999
CASTELLANOS, Juan de. Elegías de Varones Ilustres de Indias.
Eds. Gerardo Rivas Moreno. Bogotá (Colombia), 1997
CASTRO SOCARRÁS, Álvaro. Episodios históricos del Cesar. Ed. Plaza y Janés. Bogotá
(Colombia), 1997
COGOLLO AYALA, Nabonazar. Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Publicado en: 37º Festival de la
Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Homenaje a los Grandes,
Alfonso López Michelsen, Consuelo Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de
reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación
Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004
Consuelo Araujonoguera
(q.e.p.d.). Página Web de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata
37º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio
Cultural de la Nación. Homenaje a los Grandes, Alfonso López Michelsen,
Consuelo Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004
EL ESPECTADOR, jueves 21 de
diciembre de 1967
EL ESPECTADOR, viernes 22 de
diciembre de 1967
EL SIGLO, jueves 21 de diciembre de
1967
EL TIEMPO, martes 7 de agosto de 1934
GALINDO, Alberto. Una Tarde con el Presidente López. EL
ESPECTADOR, 1937
GARCÍA,
Álvaro. Colombia vivirá bajo la era del
Cesar. Artículo publicado en: EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967
GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Valledupar: música de una historia. Ed.
Grijalbo. Santafé de Bogotá (Colombia), 2000
HMNO. JUSTO RAMÓN DE LA SALLE. Historia de Colombia: significado de la
obra colonial. Independencia y República. Eds. Librería Stella. Bogotá
(Colombia), 1967
JET – SET (Revista): Edición de aniversario. Nº 27. Eds.
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LATORRE CABAL, Hugo. Mi novela: apuntes biográficos de Alfonso
López. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República.
Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I.
LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. La Estirpe Calvinista de Nuestras
Instituciones Políticas. Eds. Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1966
LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los Elegidos (Novela). Eds. Antares –
Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1967
LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso. Los últimos días de
López. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República.
Bogotá (Colombia), 1986
LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso. Buscando el rostro de
mi abuela. Artículo publicado en: 29º
Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Revista
de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Colombia), 1996
LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN,
Enrique. Palabras Pendientes:
conversaciones con Enrique Santos Calderón. Ed. El Áncora Editores. Bogotá
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LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Posdata
a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista
Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970
LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Vida,
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Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970
LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Presentación
ante el Congreso de Alfonso López Michelsen, como Ministro de Relaciones
Exteriores. Publicado en: Posdata a
la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista
Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970
LÓPEZ VALDÉS, José Hilario. Memorias. Ed. Bedout. Medellín
(Colombia), 1969
LÓPEZ
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Perversiones de la Libertad de Oposición. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República.
Bogotá (Colombia), 1986
LÓPEZ
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Posesión. EL TIEMPO, Bogotá (Colombia), miércoles 8 de agosto de 1934
LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. La
Conferencia del Doctor López. EL TIEMPO. Viernes 28 de septiembre de 1934
LÓPEZ
PUMAREJO, Alfonso. El discurso del Doctor
Alfonso López. EL TIEMPO, mayo 5 de 1959
MARTINEZ ZULETA, Aníbal. López nos presentó en sociedad. Artículo
publicado en: EL PILÓN: EL DIAIRO DE LA REGIÓN. Mayo 1 de 2008. El texto es el
prólogo del libro Alfonso López: el
cronista de Macondo. Escrito por Rafael Oñate Rivero.
MUÑOZ,
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Cesar. EL ESPECTADOR. Jueves 21 de diciembre de 1967
PAREDES CRUZ, Joaquín. Departamento del Cesar: factores
socioeconómicos, culturales y turísticos. Ed. Cima. Bogotá (Colombia), 1975
PÉCAUT,
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política colombiana: 1968-1988. Eds. Siglo XXI. Bogotá (Colombia), 1989
PLAZAS VEGA, Alfonso. Presidentes
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ROCA VIDALES, Fabio y ROCA
MAICHEL, Luis Eduardo. La herencia de Don
Quixote: Estudio histórico, heráldico y genealógico, siglos VIII al XXI.
Eds. Fuerzas Armadas. Bogotá (Colombia), 2006
TIRADO, Thomas Charles. Alfonso López Pumarejo el conciliador: su
contribución a la paz política de Colombia. Ed. Planeta. Bogotá, 1986
VILLAZÓN
DE ARMAS, Crispín. El Cesar, triunfo de
una raza: el pueblo vallenato, a través de un exponente suyo, Enrique Eloy
Quintero, “El último discípulo de Benjamín Herrera”, el padre y el abuelo,
luchadores íntegros y liberales como él. Yo tuve un amigo. Artículo
publicado en EL TIEMPO, jueves 21 de diciembre de 1967
* * *
La presente investigación se enriqueció además con
los oportunos comentarios y anotaciones de las siguientes personas, en
diferentes momentos, en los últimos cinco años:
·
Dr.
Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa (Valledupar -Cesar)
·
Historiador
Manuel Palencia Caratt, Academia de Historia del Cesar. (Valledupar – Cesar)
·
Periodista
Fabio Roca Vidales (Bogotá D.C.)
·
Publicista
Carlos Julio Daza Boom (Valledupar – Cesar)
A quienes el autor agradece sobremanera.
[1] Cfr. ROCA
VIDALES, Fabio y ROCA MAICHEL, Luis Eduardo. La herencia de Don Quixote: Estudio histórico, heráldico y genealógico,
siglos VIII al XXI. Eds. Fuerzas Armadas. Bogotá (Colombia), 2006. Pág. 198
[2] CASTELLANOS,
Juan de. Elegías de Varones Ilustres de
Indias. Eds. Gerardo Rivas Moreno. Bogotá (Colombia), 1997. Pág. 113
[3] LÓPEZ VALDÉS,
José Hilario. Memorias. Ed. Bedout.
Medellín (Colombia), 1969. Pág. 17
[4] LATORRE
CABAL., Hugo. Mi novela: apuntes
biográficos de Alfonso López.
Publicado en: NOGUERA MENDOZA,
Aníbal. Aproximación a Alfonso López.
Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 36
[5] GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Valledupar: música de una historia. Ed. Grijalbo. Santafé de Bogotá
(Colombia), 2000. Pág. 342
[6] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Buscando
el rostro de mi abuela. Artículo publicado en: 29º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación.
Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar
(Colombia), 1996. Pág. 29
[7] Bisnieto del legendario Eduardo Zuleta Gaviria, quien fuera el
primer colombiano en obtener título de medicina en la prestigiosa Universidad
de Columbia, en los Estados Unidos. Ello fue a finales de 1800.
[8] MARTINEZ ZULETA, Aníbal. López
nos presentó en sociedad. Artículo publicado en: EL PILÓN: EL DIARIO DE LA
REGIÓN. Mayo 1 de 2008. El texto es el prólogo del libro Alfonso López: el cronista de Macondo. Escrito por Rafael Oñate
Rivero.
[9] Op. Cit.
[10] Cf. Los Castro: amor por la
tierra. Artículo publicado en: JET –
SET (Revista): Edición de aniversario. Nº
27. Eds. Publicaciones Semana. Bogotá (Colombia), septiembre de 2000. Págs.
56-57
[11] Cf. CASTRO SOCARRÁS, Álvaro.
Episodios históricos del Cesar. Ed. Plaza y Janés. Bogotá (Colombia),
1997. Págs. 287 y ss.
[12] Álvaro Castro Socarrás señala como la fecha del deceso de Pedro
Castro el 3 de marzo (que incluimos aquí). Consuelo Araujonoguera en Escalona: el hombre y el mito. En: Trilogía Vallenata: Homenaje a Consuelo
Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura. Bogotá (Colombia), 2002. Pág.
322; afirma que dicha fecha fue el 20 de marzo de 1967. El compositor Tobías
Enrique Pumarejo dedicó a Pedro Castro un sentido paseo titulado La muerte de Pedro Castro o 3 de marzo. La prensa de la época confirma el 3 de marzo
como la fecha del deceso. Nos inclinamos a pensar que la Cacica incurrió en un
error de datación cronológica.
[13] Se ha esparcido como cierta la noticia según la cual Pedro Castro
Monsalvo no habría estado de acuerdo que el Cesar se convirtiera en departamento.
Álvaro Castro Socarrás desmiente esta afirmación, así: “Se ha dicho que Pedro Castro Monsalvo se opuso a la creación del
Departamento del Cesar. Pero es necesario aclarar que esto no es cierto. El ilustre vallenato,
al contrario, siempre tuvo en mente la creación de un Departamento pujante,
sólidamente constituido: sin vicios administrativos y sin burocracia
parasitaria, impermeable a la corrupción y capaz de generar desarrollo”.
Op. Cit. Págs. 307 – 308.
[14] Cf. EL TIEMPO,
martes 7 de agosto de 1934. Primera página
[15] C f. TIRADO, Thomas Charles.
Alfonso López Pumarejo el conciliador: su contribución a la paz política de
Colombia. Ed. Planeta. Bogotá (1986), pág. 121
[16] Cf. Ibidem.
[17] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. La Conferencia del Doctor López. EL
TIEMPO. Viernes 28 de septiembre de 1934. (El subrayado es mío)
[18] GALINDO,
Alberto. Una Tarde con el Presidente
López. EL ESPECTADOR, 1937
[19] Cf. PLAZAS
VEGA, Alfonso. Presidentes de Colombia.
Ed. Panamericana., Bogotá (Colombia), 1993. Pág. 211
[20] TIRADO, Thomas Charles. Op. Cit. Pág. 125
[21] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. Monstruosas
Perversiones de la Libertad de Oposición. Publicado en: NOGUERA MENDOZA,
Aníbal. Aproximación a Alfonso López.
Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 386
[22] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los
últimos días de López. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República.
Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 472
[23] Op. Cit. Pág. 473
[24] Para conmemorar los 20 años del fallecimiento de Alfonso López
Pumarejo.
[25] En el ambiente político de la época estaba en fuerte discusión la
firma del Tratado Urrutia – Thompson
con el gobierno de los Estados Unidos, en virtud del cual Colombia reconocía la
independencia de Panamá y recibía en calidad de indemnización la suma de 25
millones de dólares; a los cuales se refiere este fragmento de la carta.
[26] En 1917, en plena I Guerra Mundial, (Vladimir Illich Ulianov)
Lenin y otros líderes del comunismo ruso habían proclamado la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (aun cuando esta denominación la adoptaría hasta 1922).
El otrora Imperio Ruso adquirió el rostro y la forma de la ideología de
izquierda más extrema, lo que horrorizó a la Europa occidental y preocupó a los
Estados Unidos. Se hizo común entonces en las naciones y partidos de talante
conservador la consigna antivolchevista,
como reafirmación de la ideología opositora. El Partido Conservador Colombiano
no fue la excepción.
[27] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso.
Texto del Discurso de Posesión. EL TIEMPO, Bogotá (Colombia), miércoles 8
de agosto de 1934. (Los resaltados son míos).
[28] El futuro presidente electo para el periodo 1950 – 1951, había
alternado con Alfonso López Pumarejo, en calidad de orador y conferencista
invitado a las célebres Conferencias del
Teatro Municipal. Esta iniciativa había cristalizado por deseo de los
estudiantes de la Facultad Nacional de Derecho y significó un espacio abierto
para la dialéctica política, la reflexión y el análisis de la realidad
nacional. Tribuna abierta en la que el joven abogado Jorge Eliécer Gaitán
expuso inicialmente su ideario liberal socialista, junto a otros líderes del
momento.
[29] El resaltado es mío.
[30] Laureano Gómez y Abell Carbonell, integrantes del Directorio
Nacional Conservador, quienes cursaron un telegrama a López durante su breve
escala en Cali, camino a Lima.
[31] Mariano Ospina Pérez, quien sería elegido presidente parra el
cuatrienio: 1946 - 1950
[32] Los resaltados son míos.
[33] El compilador Aníbal Noguera Mendoza anuncia en la obra tantas veces
citada en el presente trabajo, que este sería el último discurso público del
presidente López Pumarejo, antes de su deceso. No obstante discrepamos de este
parecer. El diario EL TIEMPO publicó el 5 de mayo de 1959 un discurso en el que vuelve a hacer alusión
a su intenso quehacer político en el país, durante la primera mitad del siglo
XX.
[34] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. El
discurso del Doctor Alfonso López. EL TIEMPO, mayo 5 de 1959.
[35] Cf. GARCÍA, Álvaro. Colombia
vivirá bajo la era del Cesar. Artículo publicado en: EL ESPECTADOR, jueves
21 de diciembre de 1967. Pág. 2ª
[36] Cf. ALZATE, Andrés. Enorme
alegría en Valledupar. Artículo publicado en: EL TIEMPO. Sábado 23 de
diciembre de 1967
[37] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona:
el hombre y el mito. En: Trilogía
Vallenata: Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura.
Bogotá (Colombia), 2002. Págs. 321 – 322
[38] ACTA Nº 1: ACTA DE LA SESIÓN INAUGURAL DE LA CREACIÓN
DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR. Valledupar (Magdalena), Colombia. Septiembre 5
de 1966. Local del Teatro Radio Guatapurí.
[39] Ibidem.
[40] Ibidem.
[41] Ibidem.
[42] Ibidem.
[43] Ibidem.
[44] ARAUJO NOGUERA, Consuelo. Op. Cit. Pág. 322
[45] MARTÍNEZ ZULETA, Aníbal. Op. Cit.
[46] ALZATE, Andrés. Enorme
Alegría en Valledupar. Op. Cit.
[47] LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Palabras Pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón.
Ed. El Áncora Editores. Bogotá (Colombia), 2001. Pág. 53
[47] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona:
el hombre y el mito. Op. Cit. Pág. 324
[49] MARTÍNEZ ZULETA, Aníbal. Op. Cit.
[50] A quien familiarmente llamaban en círculos de la Gobernación, “el
padre Guarecú”.
[51] EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967. Brillante equipo de Gobierno nombra López.
Pág. 3ª
[52] LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Op. Cit. Pág. 54
[53] Charla telefónica: julio 9 de 2008.
[54] EL SIGLO, jueves 21 de diciembre de 1967. Editorial, página 4.
(El resaltado es mío)
[55] EL ESPECTADOR, viernes 22 de diciembre de 1967
[56] VILLAZÓN DE ARMAS, Crispín. El
Cesar, triunfo de una raza: el pueblo vallenato, a través de un exponente suyo,
Enrique Eloy Quintero, “El último discípulo de Benjamín Herrera”, el padre y el
abuelo, luchadores íntegros y liberales como él. Yo tuve un amigo. Artículo
publicado en EL TIEMPO, jueves 21 de diciembre de 1967
[57] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Posdata
a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista
Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Págs. 323 – 329 (Los
resaltados son míos)
[58] Cf. EL ESPECTADOR, Jueves 21 de diciembre de 1967
[59] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Defensa
del Cesar y de la Costa, al regreso de Bogotá, después de la renuncia del
presidente Lleras Restrepo. Publicado en: Posdata a la Alternación. Op. Cit. Págs. 355-360 (Los resaltados
son míos).
[60] Autora también de la letra del Himno del ARC Buque Escuela Gloria, uno de los más bellos de la
Armada Nacional de Colombia.
[61] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona:
el hombre y el mito. En: Trilogía
Vallenata: Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura.
Bogotá (Colombia), 2002. Pág. 327
[62] Cf. PÉCAUT, Daniel. Crónica
de dos décadas de política colombiana: 1968-1988. Eds. Siglo XXI. Bogotá
(Colombia), 1989. Pág. 240
[63] Op. Cit. Pág.
241
[64] Sería reemplazado posteriormente, el 19 de octubre de
1976, por el Dr. Álvaro Araujo Noguera (hermano de la Cacica, Consuelo
Araujonoguera), destacado político cesarense, nombrado mediante el decreto Nº
2206.
[65] Cf. BELLO,
Gilberto, MUÑOZ, Héctor, PLATA, Orlando y GÓMEZ, Andrés. Colombia transformó su entorno. Artículo conmemorativo publicado
en: EL ESPECTADOR. Hechos y personajes
del Siglo XX, Nº 953. Domingo 14 de septiembre de 1999
[66] Cf. PÉCAUT, Daniel. Op. Cit. Págs. 250-251
[67] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Hernando. Op. Cit.
Pág. 46
[68] PLAZAS VEGA, Alfonso. Op. Cit. Pág. 272
[69] Cf. PÉCAUT, Daniel. Op. Cit. 292
[70] El denominado Escándalo de
Mamatoco fue uno de los hechos detonantes de la renuncia de Alfonso López
Pumarejo del gobierno, en su segundo mandato. “Mamatoco” era el apodo con el
cual era conocido el boxeador magdalenense Francisco Atanasio Pérez. Cuenta el
periodista Fabio Roca Vidales este episodio así: Un boxeador, gacetillero, oscuro, Francisco Atanasio Pérez, alias
“Mamatoco”, director del periódico de crónica roja, “La voz del pueblo”, en el que
se dedicó por su parte a chantajear a la familia del Presidente por presuntos
escarceos amorosos de una importante dama con uno de los delfines
presidenciales, amenazando con publicar el chisme, hoy llamado “farandulero”,
pero entonces considerado como grave afrenta ante una sociedad mucho más
estricta que la del siglo XXI. La consternación fue total y un jefe policial
resolvió interpretar a su manera aquello de que “hay que salir de ese
problema”. Mamatoco “fue asesinado a puñal y su cadáver dejado en una banca del
parque de La Magdalena, en el barrio Palermo. En adelante el estribillo de la
oposición, diariamente era el siguiente: “¿Porqué mataron a mamatoco”? ROCA VIDALES y ROCA MAICHEL, Luis Eduardo. Op.
Cit. Pág. 229
[71] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona…
Op. Cit. Pág. 322
[72] Cf. ARAUJO NOGUERA, Consuelo. Escalona…
Op. Cit. Pág. 455
[73] Se ha afirmado que quien
le endilgó a Consuelo el famoso apelativo, en 1969, fue el periodista y compañero de trabajo de
Consuelo, Hernando Giraldo; inspirado en el indiscutible don de mando que
caracterizaba a la Cacica, quien no admitía que se controvirtieran sus órdenes.
Cf. Consuelo Araujonoguera
(q.e.p.d.). Página Web de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
Giraldo habría sido uno de los invitados a la casa de Consuelo aquel día que
los danzarines ingresaron en ella. Cf. TOVAR, Ana. Consuelo Araújo Noguera. Op.
Cit.
[74] Cf. Los Araújo: sencillamente vallenatos. Artículo publicado en: JET – SET (Revista): Edición de aniversario.
Nº 27. Eds. Publicaciones Semana.
Bogotá (Colombia), septiembre de 2000. Pág. 71
[75] COGOLLO AYALA,
Nabonazar. Homenaje a Consuelo
Araujonoguera. Publicado en: 37º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la
Nación. Homenaje a los Grandes, Alfonso López Michelsen, Consuelo
Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.
Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004. Pág. 5
[76] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. La
Estirpe Calvinista de Nuestras Instituciones. Eds. Tercer Mundo. Bogotá
(Colombia), 1966. Pág. 42
[77] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los
Elegidos (Novela). Ed. Eds. Antares – Tercer Mundo. Bogotá (Colombia),
1967. Pág. 11 (Prólogo)
[78] LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso. Los últimos días de
López. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Op. Cit. Vol. I. Pág. 469
[79] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Vida,
Pasión y Muerte del Frente Nacional. Publicado en: Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970.
Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Pág. 79
[80] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Presentación
ante el Congreso de Alfonso López Michelsen, como Ministro de Relaciones
Exteriores. Publicado en: Posdata a
la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista
Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Pág. 361
[81] PÉCAUT, Daniel. Op. Cit. Pág. 249
[82] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, HERNANDO. Palabras Pendientes. Op. Cit. Pág. 101
[83] LÓPEZ
MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Palabras Pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón.
Ed. El Áncora Editores. Bogotá (Colombia), 2001. Pág. 164
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