EL MUNDO TRASCIENDE TU OBRA
Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Te
fuiste Gabo y dejaste un legado en las letras
Que
aún no acabamos de entender del todo…
Esa
nuestra realidad latina de la que tanto te nutriste
Y
que enriqueciste con el elixir de la poesía más pura
Ese
nuestro hablar quizás duro quizás exacerbado
Quizás
fuerte y lleno con los aromas del mercado
Con
las jotas y las injurias
Que
a los moralistas les hacen palidecer…
Con
esas palabras de grueso calibre
De
torpe factura y sentir muy marcado
Con
que el pueblo raso hace vía de su pensamiento no libresco
De
sus ideas más puras y prístinas
De
su diáfano desenfado…
Ese
su idiolecto era tu dialecto
Ese
su habla era tu venero
Manantial
puro de voces y amado
Por
aquellos que viven al socaire
Del
vivir de la no-academia
Del
vivir de intemperie y arado
No
de la vida de escuela
Que
huella y falsea
Y
huele a vaciado
Huele
a editores
De
tinta y mercado
De
imprentas
Y
tipos
Y
precios fijados
Te
fuiste Gabriel José de la Concordia y discordia has creado
Tus
libros que huelen a pueblo, a machete y arado
Ofenden
a aquellos que un día siguieron
La
escuela estirada de fe y diccionario
El
lenguaje se pliega a tu antojo
Lo
formas, deformas
Como
un diccionario
Donde
los Buendía
Con
devocionario
Hablan
y deshablan
Con
son incendiario
Fernanda
del Carpio
La
andina estirada, con escapulario
Habla
de etiqueta y de normas a diario
¡Eres
tú la norma de son macondiano!
Eres
el que impone del étimo el astro
Con
su habladuría
Y
su andar desgarbado
En
ello quizás tú lograste la esencia
Del
diario vivir entre riñas de gallos
De
machos y hembras
Prostíbulo
y guaro
Entre
el tableteo
De
ametralladoras
Que
muerden y asolan
Del
pueblo el villorrio
Con
hórrido espanto
Eres
tú la vida
Del
diario vivir
De
sabor macondiano
De
la vida entera
De
lo cotidiano
Allí
se retrata
Con
habla
Del
diario
Sentir
Musitar
Y
vivir
Solitario
Te
fuiste Gabriel de la imprenta el amigo y de crónica el amo
Llenaste
de sándalo y dulce tomillo
Los puros rincones de aromas lejanos
Esencia
y derviche que traen del arcano
El
tinto misterio de Constantinopla
Y
de Babilonia con su amplio mercado
Los
turcos llegaron y aquí negociaron
Trayendo
consigo sus toldas de antaño
Melquiades
el viejo gitano incansable
El
del escorbuto y los fuertes imanes
Venía
a Macondo una vez cada año
Trayendo
invenciones que a todos deslumbran
El
hielo, las chapas y los travesaños
De
un viejo velero, también cosas nuevas
Asaz
inservibles cual raras de amaño
Y
la vieja lengua de Horacio servía
Al
viejo Melquiades para sus engaños
Latines
aquí y acullá por doquiera
Y
el buen José Arcadio el latín aprendiera
De
oír a Melquiades latines hablando
La
límpida esencia de la materia
Se
busca en el oro
Fritando
en aceite
Aquellos
doblones
Que
Úrsula guarda
Con
celo y deleite
Entre
gavetones
Solo
chicharrones
Y
sarro quedaron
De
aquellos
Doblones
De
herencia
Y
resguardo
Mundo
y realidad entre signos y hablas de tiempos de antaño
De
añejas infancias de meses de ogaño
Te
dieron sus luces y timbres tempranos
Hombre
de las letras más no de la regla
Que
impide y coarta
Y
asaz hace daño
No
eres de esa clase
Eres
mundo y tablado
De
propias palabras
Con
cruel desenfado
De
mundos posibles
Un
fiel inspirado
Creador
de otros estros
De
propios tomados
Entre
cantinelas
Y
viejos poblados
Que
otrora existieron
Quizás
se han marchado
En
ti ya perviven
Con
tonos de antaño
Y
son y no son
En
su ser sosegado
Que
dan su fiel sello
Latinoamericano
Eres
Gabo el frondoso
Laurel
de aquel patio
Donde
vuelto loco
Se
ató a José Arcadio
Y
hablando en latín
Se
marchó de tu lado
Marchóse
y quedóse
En
tu estilo logrado
Cual
nítido espejo
Cristal
depurado
Donde
ya nos vemos
O
nos desandamos
Te
fuiste Gabriel
Mas
dejaste el retrato
Donde
nos miramos
Donde
nos reímos
Y
nos enfadamos
¿Cuándo
te entendemos?
Un
año u otro año
El
mundo está ahí
Y
en tus letras
Lo
hallamos
Finis
Coronat
Opus
Gabo
Madrid
(Cundinamarca), mayo 1° de 2015