SÓCRATES Y LUIS FELIPE
Sócrates el viejo filósofo de Grecia
Conversa entre las nubes mirando el porvenir…
Le dice preocupado a Zeus el dios del trueno…
¡Oh Padre, mira al mundo! Ya casi nadie es bueno
Los jóvenes no estudian, rebelde es su existir.
Lo escucha muy atento el dios de las alturas…
- ¿Pretendes, viejo sabio, acaso dar virtud.
De normas y deberes a cuantos hoy habitan
El mundo con su estilo moderno de amplia vida
Que tú no conociste en tu tierna juventud?
- Mas déjame intentarlo, buen Zeus te lo suplico
¡Observa aquel muchacho en un parque en Bogotá!
Se llama Luis Felipe, conozco sus andanzas
¡Estudio él ya no quiere! La vida sólo es chanza
Jugando se la pasa… ¡Rechaza el estudiar!
Pues anda viejo sabio y que Hermes te conduzca
Al mundo actual con alas de rápido volar…
Convence con razones de sólido argumento
Al joven que te escuche y atienda tus consejos
¡Dirige los senderos del joven al andar!
Veloces como el viento los pies del mensajero
De Zeus llevan al viejo volando sobre el mar.
Lo posan en segundos en una vieja banca
Del parque donde el joven llegando va con ansias
Con gorra y patineta dispuesto a juguetear.
Observa Luis Felipe un viejo allá sentado
Vestido con su ruana cual túnica de luz.
El rostro del anciano de paz se ve rodeado
¡Es sabio ese viejito! Jamás lo vi sentado
Allí en el viejo parque… ¿Acaso es él Jesús?
¡Querido Luis Felipe! Qué bueno es encontrarte
No soy Jesús, no importa mi nombre. Soy aquel…
Que viene con palabra de sabios a orientarte
Las aulas no te gustan, del bien tú te apartaste
Las aulas tú las odias con rabia sin cuartel.
- ¿Y cómo es que lo sabes? ¿Acaso me has seguido?
Es cierto… ¡Ese colegio -yo pienso- es lo peor!
Perdí cuatro materias por eso me han quitado
El viaje al extranjero que tanto había anhelado
¡Detesto los maestros! Vagar es lo mejor.
¡Detente Luis Felipe! Escúchame un momento
Con esas actitudes jamás tú llegarás…
Al bien que aquellos padres que te aman con locura
Procuran a tu vida, cual meta más segura
Que te haga hacerte grande y construya bienestar.
- ¿Sermones? ¡Qué jartera! Mejor voy con mi tabla
Al parque y que las aulas se pudran en su olor….
- ¿Y cómo dices eso? Alumno cruel, malcriado…
¡Tus padres su salario muy duro han trabajado!
¡Repiensa esas palabras de ingrato malhechor!
El joven se detiene. Las frases del anciano
Le calan muy profundo, conmueven su interior.
Y llora como un niño tumbado en la amplia banca
Su rostro cubre ansioso en sus manos muy blancas
Y bañan sus mejillas mil ríos de dolor.
¡Perdóname viejito! Con ira dije cosas
Terribles… ¿Me disculpas? Yo sí quiero estudiar.
¡Seré un buen ingeniero! Cual nunca se haya visto
¡Seré un buen estudiante que orando a Jesucristo
Conquiste las alturas del triunfo celestial!
A veces yo me enojo con los maestros esos
Que cuando me evalúan me rajan sin parar…
¿Por qué no me colocan la nota por mis ganas?
¿Por qué no me evalúan por mi interés del aula?
¡Colocan mil trabajos y previas a cual más!
¡Muchacho no los juzgues tan duro, ellos son buenos
Te adoran, son sinceros… ¡Te quieren impulsar!
Cual águila que vuela surcando el firmamento…
Dedican a tu vida sus más bellos momentos
¡Muchacho ve, no es fácil a un joven educar!
¡Oh Sí, lo sé viejito! En eso eres muy sabio
Las frases de tus labios me orientan como luz…
¡No es fácil ser docente! ¡No es fácil evaluarte!
El otro se te ofende, pretende superarte
Con mínimos esfuerzos, lo enseña el buen Jesús.
¡Muchacho… ¡Qué alegría oírte decir eso!
¿Más ello significa que anhelas el saber?
¡Oh sí viejito sabio! Pues claro que lo anhelo
Es solo que entre ratos me elevo hacia los cielos
¡Me olvido de las clases ¡Qué malo proceder!
¡Entiende jovencito las aulas son la gloria
Feliz del que procura mil triunfos alcanzar!
En ellas te preparas con ánimo y grandeza
Por ser un ciudadano fecundo que comienza
A darle a su Colombia su espíritu triunfal.
¡Oh Viejo! Eso es muy cierto ¿Y cómo es que te llamas?
Buscando va el muchacho al viejo que le dio…
Su gran sabiduría aquella fiel mañana
¡Más nada! ¡Se ha esfumado! Jesús… ¿Es la campana
Del bien que tú me enviaste con celo orientador?
Y Zeus que en el Olimpo, miró la bella escena
Le da suaves palmadas a Sócrates, cordial…
¡Oh viejo de alegría te llenas en el alma!
Tu gran sabiduría le dio a ese joven calma
¡Bendito seas por siempre, filósofo genial.
Y así termina el cuento del joven y de Sócrates
Que hablaron en la banca del parque con ardor…
El viejo da sus luces, el joven las aprende…
¡Y un mundo nuevo gana el chico que comprende
A qué se va al colegio, con fe de ser mejor.
Nabonazar Cogollo Ayala
Agosto 18 de 2009
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