Por: Nabonazar Cogollo Ayala
Cada
país del mundo cuenta con una celebración especial que conmemora periódicamente
como el hecho fundacional mismo del país. Para el caso de Colombia, nuestra
patria, dicho hecho fundacional son los sucesos del 20 de julio del ya lejano
año de 1810 en la Santa Fe colonial, entonces capital del Virreinato de la
Nueva Granada.
Corría
el año de 1810, y en España, que entonces era la potencia metrópoli que
detentaba el poder político y colonial sobre 16 colonias en América, el
acontecer político no podía ser más grave.
Desde 1807 el emperador francés, el todopoderoso Napoleón Bonaparte, al
ir de paso con sus tropas por España para invadir a
Portugal con quien tenía
graves diferencias, aprovechó la inestabilidad política en el gobierno español
para encarcelar en la ciudad francesa de Bayona al rey de España, padre, Carlos
IV y a su hijo, el ambicioso príncipe Fernando, quien le exigía a su padre que
le entregara la corona. Bonaparte exigió al viejo rey español que le entregara
la corona del país y luego hizo traer desde Roma a su hermano, José Bonaparte,
a quien coronó solemnemente como nuevo rey español, entre otras cosas: “para
garantizar el progreso y la paz”.
Esto
encendió la guerra civil en España y en Madrid una junta de patriotas se
declaró en guerra contra el rey invasor, fue la llamada Junta de Gobierno de
Cádiz, Aunque en cada provincia española se formaron nuevas y nuevas juntas
antibonapartistas. Una de estas juntas rebeldes decidió enviar “comisionados
regios” a las colonias de América, para ponerlos al tanto de la situación y
conseguir apoyos militares y económicos para repeler a los franceses,
expulsarlos y reinstalar a Fernando VII en el trono de España y las colonias. En
1810 la Junta envió a los patriotas Carlos Ramírez Montúfar a Quito y don
Antonio Villavicencio a la Nueva Granada. Este último llegó en barco a
Cartagena, donde convocó a los patriotas locales y los puso al tanto de la
gravedad de los hechos. Luego pasó a Santa Fe. Los patriotas santafereños noticiosos
de que Villavicencio venía hacia la capital, fueron donde el viejo virrey
local, Antonio Ansario Amar y Borbón, para comentarle las noticias de Madrid y
exigirle que autorizara la conformación de la Junta de Gobierno de Santa Fe,
a semejanza de las de España. Fue así como Antonio Nariño, Camilo Torres, el
sabio Francisco José de Caldas, José Acevedo y Gómez; entre otros patriotas; se
dirigieron al palacio virreinal para poner al virrey al tanto de los
aconteceres españoles. Amar y Borbón no creyó, se negó rotundamente alegando
que para qué junta si el único gobernante local era él, la virreina apoyaba
esta idea. En vista de la actitud terca del virrey, los patriotas se reunieron cierta
noche de manera secreta en el Observatorio Astronómico que entonces era
dirigido por Caldas, para decidir qué hacer.
El
plan acordado fue este. Aprovechando que venía el sábado día de mercado, los
Morales, Francisco y Antonio, llegarían hasta la tienda del español don José
González Llorente con la excusa de pedirle prestado un florero para adornar la
mesa del comisionado regio don Antonio de Villavicencio quien en contados días
llegaría a la ciudad, procedente de Cartagena. Muy seguramente no lo iba a
prestar, así que se encendería la pelea entre los Morales y Llorente. Carbonell
arengaría al populacho reunido en la Plaza Mayor de Santa Fe, al grito de: ¡Abajo
los chapetones que insultan a los americanos! ¡cabildo abierto, cabildo
abierto! ¡Queremos Junta de Gobierno!
Y
así tal cual se hizo. Francisco y Antonio Morales llegaron hacia media mañana a
la tienda de González Llorente, le pidieron prestado un fino florero de
porcelana de Castilla, aquel se negó diciendo que él alquilaba o vendía, no
prestaba. Los Morales afirmaron que González Llorente había dicho:
- ¡No presto nada y me c… en Villavicencio y todos los
americanos!
Uno
de los Morales jaló violentamente a González Llorente de las solapas a la Real
Calle del Comercio (actual carrera séptima), porque aquel grave insulto “lo
iban a arreglar de hombre a hombre”.
El
otro, acompañado por Carbonell exaltó al populacho de la plaza. A los pocos
minutos una turba de gente rodeaba la casa del español. El virrey tuvo que
mandar a unos soldados a detener a González Llorente, sobre todo para salvarle
la vida y encarcelarlo. La gente en la plaza gritaba: ¡Queremos junta,
queremos junta! El virrey se asustó y ante la insistencia de los patriotas,
quienes llegaron hasta él, no tuvo más remedio que autorizar la creación de la Junta
de Gobierno de Santa Fe.
Al
amanecer del día 21 de julio se firmó el ACTA DE INDEPENDENCIA, cuyo presidente
era el propio virrey. Uno de los primeros actos de gobierno de la Junta fue
detener al virrey y a su esposa, garantizarles la vida y expulsarlos del
Virreinato. Aquella Junta proclamó a los pocos días las PROVINCIAS UNIDAS DE LA
NUEVA GRANADA, que estuvo vigente hasta 1815, año en que sobrevino la
reconquista española. Este fue nuestro primer ensayo republicano que por los
muchos errores que cometió se ha llamado La Patria Boba, porque los
patriotas se enzarzaron en inútiles disputas entre sí mientras España venía y
nos reconquistaba. La independencia definitiva vino después de la batalla de
Boyacá, el 7 de agosto de 1819 en donde el ejército patriota derrotó al ejército
virreinal, y España fue definitivamente expulsada de nuestro territorio.
Madrid – Cundinamarca
Julio 19 de 2022