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MADRID, CUNDINAMARCA, Colombia
Escritor, investigador y humanista colombiano, con estudios en filosofía. Fomentador de los cánones clásicos de la poesía española e hispanoamericana, en un sano marco de patriotismo colombiano y latinoamericano.

sábado, 2 de julio de 2022

BÁRBULA

 


BÁRBULA

Allí están ved en la altura

De la elevada montaña

Sobre las armas de España

El sol levante fulgura…

Y bate la brisa pura

El regio pendón que un día

Sobre el mundo se extendía

Siendo el asombro y espanto

Del agareno en Lepanto

Y del francés en Pavía.

 

Allí están… ¡Ved! -Lentamente

Van por las faldas marchando

Tres columnas ondulando

Cual gigantesca serpiente;

Y agita el ligero ambiente

Los altivos pabellones

Que á las hispanas legiones

Arrancaron la victoria

Sobre los campos de gloria

De Angostura y los Horcones

 

Sube en el oriente el sol,

Y al alumbrar la montaña,

Los dos ejércitos baña

Con su postrer arrebol.

En la cima el español,

Que sus ventajas advierte

Tras de sus trincheras fuerte

Espera que el otro avance

Y esté de su arma al alcance

Para lanzarle la muerte.

 

Y el patriota lentamente

Con el fusil en balanza

Tranquilo, impasible, avanza

Por la escabrosa pendiente;

Pues cada soldado siente

Aquel ardor sin segundo,

Aquel anhelo profundo

Que en la ruda lid inflama,

Al que su sangre derrama

Por la libertad de un mundo.

 

Se oye de pronto un rugido

Terrible, estridente, seco,

Que es mil veces por el eco

Del monte repercutido;

Como volcán encendido

El alto cerro parece,

Y entre el humo que oscurece

Los resplandores del sol,

El pabellón español

Envuelto desaparece.

 

A torrentes la metralla

Lanza el cañón enemigo;

Los Patriotas sin abrigo

Van en orden de batalla;

Y al vivo fuego que estalla

Sobre la alta serranía,

Sin contestar todavía,

Siguen redoblando el paso,

Pues si es su pertrecho escaso,

Es mucha su bizarría.

 

¡Y avanzan! Siempre adelante

Van esas huestes tranquilas;

Si un hueco se abre en las filas,

Hay quien le llene al instante.

Mas de pronto vacilante

Una columna se para

Como si se intimidara

Ante el fuego aterrador

Que, sobre ella, en su furor,

El enemigo dispara.

 

El jefe que tal advierte

Veloz como el rayo parte,

Y el tricolor estandarte

Empuña con brazo fuerte;

Y a despecho de la muerte

Que en las filas se pasea,

Lanzándose a la pelea

Girardot valiente exclama

Agitando el oriflama

Que sobre su frente ondea:

 

“Permite, Dios poderoso

Que yo plante esta bandera

Donde se mece altanera

La del español odioso.

Y yo moriré dichoso

Si tal es tu voluntad…

¡Compañeros, avanzad!

Nos espera el enemigo

Venid a buscar conmigo

La muerte o la libertad”.

 

Dice, y lleno de osadía

Hacia las trincheras parte

Agitando el estandarte

Que es del ejército guía;

Todos siguen á porfía

Tras del audaz granadino,

Y cual fiero torbellino

Se lanzan a la batalla

Sin que pueda la metralla

Tenerlos en su camino.

 

Avanzan con ira fiera

Sobre la enemiga tropa,

Apuntan y á quema-ropa

Dan la descarga primera;

Saltan sobre la trinchera,

Y llenos todos de saña

Allí, en confusión extraña,

Se ven luchar pecho a pecho

Los que invocan su derecho

Y los que invocan a España.

 

El humo de los cañones

Oscurece el limpio cielo,

Que ya se asemeja a un velo

De desgarrados crespones;

Y de las detonaciones

Al espantoso rugido

Se mezcla el triste gemido

Que lanzan los moribundos,

Y los gritos iracundos

Del vencedor y el vencido.

 

Es la victoria segura,

Pero, ¡a qué precio comprada!

Sobre el sol de esa jornada

Se extiende una nube oscura,

Pues del Bárbula en la altura,

Por traidora bala muerto,

El jefe heroico y experto

Que asegura la victoria

Cae en el campo de gloria

Por su bandera cubierto.

 

Bolívar, ese coloso

Que en la libertad se inspira,

Es alma noble que admira

Todo lo que es generoso,

Llora al héroe valeroso,

Y los hijos de Granada

Piden la primera jornada

Para vengar como hermanos

Con sangre de los tiranos

Aquella sangre adorada.

 

Y Girardot fue vengado;

Tres días después en Trincheras

Sobre las huestes iberas

Va D' Elhuyar denodado,

Y cual torrente lanzado

Desde elevada montaña,

Lleno de ardor y de saña

Se lanza con sus legiones

Y recoge hecha girones

¡La altiva insignia de España!

 

Autor: Robert Mac-Douall

(colombiano) 

Fuente: Ruano, Jesús María. Resumen histórico-crítico de la literatura colombiana. (1945), páginas: 157 y 1157. Editorial Pax. Bogotá (Colombia).




 


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