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MADRID, CUNDINAMARCA, Colombia
Escritor, investigador y humanista colombiano, con estudios en filosofía. Fomentador de los cánones clásicos de la poesía española e hispanoamericana, en un sano marco de patriotismo colombiano y latinoamericano.

domingo, 18 de junio de 2023

LA ABEJA QUE NO QUERÍA ESCRIBIR (fábula)

LA ABEJA QUE NO QUERÍA ESCRIBIR

(fábula)

Por: Nabonazar Cogollo Ayala

 

En el viejo panal que domina en el bosque

Hoy se escuchan zumbar abejitas al son…

Del cantar de los vientos olímpico gozque

Que entre árboles alza su limpia canción.

 

En las aulas del viejo panal hoy estudian

Las abejas obreras su diaria lección…

Comodina abejita terrible repudia

El estudio y molesta con fascinación.

 

¡Yo no quiero escribir! ¡De verdad que lo siento!

Yo transcribo tareas de quien haga el deber…

¡Y que no se me obligue! Es mi real sentimiento

¡Que me dejen dormir que así debe ser!

 

Esto escucha  la Tía Azucena, maestra

Quien enseña la diaria y muy sabia lección…

-Comodina… ¡No hiciste el deber!, se demuestra

Que bien poco te importa tu fiel formación.

 

Comodina se marcha molesta y furiosa

Del salón de la clase y no quiere volver…

Y la vieja maestra se ve pesarosa

¿Cómo hago que cambie su modo de ser?

 

Cuando estaba pensando aparece con luces

La Abejita Suprema que es hada especial…

-¡Te escuché pesarosa! ¿Por qué no conduces

El ser de esa niña de fe intelectual?

 

-¡Mi Hada Suprema! Esa niña es terrible

No quiere escribir y tampoco estudiar!

-¿Y ya tú averiguaste la causa posible

De esa mala conducta que sabes juzgar?

 

En los días siguientes la Tía Azucena

Averigua el ambiente la luz familiar…

Donde Comodina comparte su cena,

Su vida y el diario vivir  de su actuar.

 

¡En la casa no leen! Y lo enseñan a diario

¡La lectura es fatal y también escribir!

Y por eso la niña ese mal ideario

Lo refleja en su vida normal al vivir.

 

Nuestra Tía Azucena aprendió la tarea

Y al día siguiente se aplica a enseñar…

A la fiel Comodina a escribir como sea

Con cariño, canción y jugar y jugar.

 

Comodina aprendió a escribir presurosa

Y ahora lleva sus libros a casa a leer…

Les refiere historietas con faz orgullosa

A sus padres diciendo… ¡Aprender es deber!

 

En la casa le imitan el cambio a la chica

Y una gran biblioteca se van a comprar….

En las tardes se lee, la campana repica

Con gran alegría, leer es genial.

 

Cuando mires un mal comportar, no lo juzgues

Con dureza pues mira la causa de aquel.

Y rebusca el motivo, razón que produce

Y aprendiendo hallarás el sendero más fiel.

 

Madrid – Cundinamarca

Octubre 24 de 2018

 




sábado, 10 de junio de 2023

LA DINASTÍA LÓPEZ EN LA HISTORIA DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR (ponencia histórica inédita)

 

LA DINASTÍA LÓPEZ EN LA HISTORIA DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR

Por: Nabonazar Cogollo Ayala


El Partido Liberal tiene el hombre,

En la Plaza de Bolívar se grita:

López (es) el Pollo, López (es) el Gallo

¡El presidente que Colombia necesita!

 

López el Pollo – Paseo del Maestro Rafael Escalona Martínez (1973)

 

Este año 2008 el Festival de la Leyenda Vallenata tributó un sentido homenaje a quien fuera el principal defensor del proyecto Departamento del Cesar, el cual cristalizara felizmente aquel jueves 21 de diciembre del año 1967 con la creación del departamento número 22 de la república. La dinastía López de profunda raigambre y significado en nuestra tierra, la encabeza el inolvidable presidente Alfonso López Pumarejo, gestor de la modernización y laicización del país; lo mismo que de la  decisiva vinculación del Magdalena Grande y concretamente de la Provincia de Padilla (tierra de sus ancestros maternos) a las nuevas dinámicas del progreso nacional.  La secunda el también presidente Alfonso López Michelsen, quien fuera el primer gobernador del Cesar y uno de los cofundadores, junto con la inolvidable Cacica Consuelo Araujonoguera y el Maestro Rafael Escalona Martínez, del Festival de la Leyenda Vallenata, en abril del año 1968, emblemático para la historia regional, por su amplia trascendencia. López Michelsen fue un hombre de vasta cultura, carácter cosmopolita, poliglota moderno y clásico, político visionario, analista y uno de los principales protagonistas en la arena política colombiana durante buena parte del siglo XX; indudablemente su legado político tanto en el Cesar como en la Costa y en Colombia entera será indeleble.

Las presentes líneas tienen el modesto objetivo de bosquejar en rápidas pinceladas la genealogía, vida y obra de los presidentes Alfonso  López Pumarejo y Alfonso López Michelsen como un justo homenaje a su memoria de tan grata recordación en nuestra amada tierra, que tanto le debe a uno y otro.

  1. LA CASTA FAMILIAR DE LOS  LÓPEZ.

Según los más aprestigiados genealogistas nacionales la casta de López habría tenido su origen en el primitivo reino de Galicia, en el extremo noroccidental de España[1]. El apellido López es un patronímico derivado del latín Lupus que significa Lobo. En la antigua España era proverbial el nombre masculino Lope, derivado de dicha raíz. El sufijo –ez denotaría “hijo de”/ perteneciente a la casa de“. De tal manera que el antropónimo López tendría el significado de “hijo de Lope o de Don Lope”; con el trasfondo semántico, de origen un poco más lejano, de: “dotado de la fuerza de un lobo”.  El Blasón de la casta familiar de los López se describe así: campo de forma española con fondo de gules y trece roeles de oro puestos en palo, distribuidos así: CUATRO, CINCO y CUATRO.           



BLASÓN FAMILIAR DE LÓPEZ

El esmalte en gules (rojo) en la heráldica española significa

la guerra, aludía al dios Marte, al fuego y la furia de los volcanes. En virtudes militares denota fortaleza, honor, valentía, osadía y triunfo sobre el enemigo. Las armas con este esmalte obligaban al beneficiario a defender al rey de España, a la patria y a la religión  hasta la muerte (vertimiento de la sangre). Los trece  roeles o tortillos de oro  dispuestos en palo significaban que el beneficiario del escudo había tomado del enemigo sus armas (lanzas) dejándolos desprovistos y sin guarnición militar. Estas últimas figuras denotan además como virtudes mundanas: nobleza, esplendor, prosperidad, magnanimidad, constancia, riqueza, poder y  luz. Complementariamente los roeles o tortillos indicaban en la antigua heráldica española conexión familiar con la familia de los Castro.

 

La concesión del referido blasón a la Casta Familiar López indica que en la España de los tiempos de la reconquista contra el enemigo árabe, los caballeros López hicieron méritos ante el rey castellano de la época para recibir de este el escudo ya descrito y explicado, con un innegable cuño de nobleza militar. Según noticia aportada por el cronista de Indias,  el beneficiado de Tunja Don Juan de Castellanos, con Alonso de Ojeda habría participado en la expedición de reconocimiento y conquista de la isla de Borinquen (Puerto Rico) un hispano de nombre Joan López Adalid, de quien dice Castellanos lo siguiente:

Joan López de Adalid, cuyas destrezas

No merecen aquí lugar postrero,

Porque sus tinos son atrevimientos

No se podrán decir en breves tiempos.[2]

 

¿Sería acaso este el primer López de quien haya quedado registro histórico, que pusiera pie en las tierras de América? No podemos afirmar esto con certeza histórica. Tengamos en cuenta que el listado de nombres de la tripulación que acompañó al almirante Cristóbal Colón en su expedición de las tres carabelas en 1492 aún no ha podido ser reconstruido completamente; y nada excluye la posibilidad que el Puerto de Palos de la Frontera, geográficamente próximo a Portugal, puente natural entre Galicia y el resto de España, no haya aportado algún tripulante de apellido López a la célebre travesía.

  1. LOS LÓPEZ EN LA INDEPENDENCIA NACIONAL

Presumiblemente los primeros López en llegar al actual territorio colombiano habrían llegado procedentes del sur del país, a donde habrían ingresado provenientes del Perú. En principio se habrían asentado en el Cauca, de donde se habrían extendido con el paso de los siglos hacia Cundinamarca, el Tolima, Antioquia y los Santanderes. Los primeros próceres de esta ilustre familia, fueron además mártires por la causa de la  libertad. El 26 de septiembre del año de 1816 fue fusilado por la espalda en la ciudad de Neiva, el patriota Francisco López, quien había sido tesorero en tiempos del gobierno rebelde de  la Primera República (1810-1815). Posteriormente había sido nombrado alcalde Ordinario, Capitán, Teniente Coronel, Comisario de Guerra y Miembro del Colegio Electoral de Cundinamarca.  Este ilustre patriota fue acusado durante la Pacificación del general gallego Pablo Morillo, bajo el cargo de alta traición. Ese mismo día en la misma ciudad de Neiva fue igualmente fusilado por la espalda y bajo el mismo cargo, don José María López, quien durante la Primera República había ejercido los cargos de Jefe de Correos, Capitán, alcalde ordinario y Miembro del Colegio Electoral de Cundinamarca. Fue férreo perseguidor de las huestes realistas, lo que le valió ser declarado enemigo de la Corona Española.

El más célebre prócer colombiano de la independencia, apellidado López, es indudablemente el general liberal José Hilario López y Valdés (1798 - 1869), quien era de origen caucano. Ejerció la presidencia de la República de la Nueva Granada entre los años 1849 y 1853; y ha pasado a la historia por haber concedido la libertad a los esclavos, haber abolido la pena de muerte por delitos políticos y haber promulgado la libertad de imprenta, entre otras medidas gubernativas de relieve. Fue cadete del ejército realista durante su juventud, pero en 1814 militó bajo las órdenes de Antonio Nariño, cambiando de bando para siempre. En sus célebres Memorias afirma lo siguiente:

Nací en la ciudad de Popayán, capital de la provincia de este nombre, el 18 de febrero de 1798. Mis ascendientes pertenecían a las primeras familias de la antigua nobleza: mi padre era oficial real de la Santa Cruzada. [3]

 

Lo cual reafirma la tesis según la cual los primeros López llegados al actual territorio colombiano, procedían del sur y algunos eran descendientes de familias nobles de la península.

 

3.       LA DINASTÍA LÓPEZ EN ASCENSO HACIA EL PODER

 

Durante las duras jornadas para la elección en el Congreso del presidente de la república neogranadina aquel miércoles 7 de marzo del año 1849, un anónimo artesano llamado Ambrosio López, de origen humilde, lideró entre el artesanado capitalino un movimiento popular de apoyo a la candidatura del General José Hilario López. El historiador Hugo Latorre Cabal puntualiza sobre este hecho lo siguiente:

 

Ambrosio López espera en el atrio, con paciencia, el resultado de la votación. ¿Saldrá elegido el general? ¿Volverá el partido liberal y entonces los pobres tendrán mejores oportunidades y los ricos menos libertades? Repentinamente se desprende el cojitranco Ambrosio López del grupo que lo escucha con reverente atención, se echa hacia atrás el sombrero de anchas alas en cuya copa, y en cinta colorada, lleva el mote de “Viva López, candidato popular”.[4]

 

El artesano Ambrosio López (quien además era cojo) sería el futuro abuelo paterno de Alfonso López Pumarejo. El patriarca valduparense don José Domingo Pumarejo, quien formaba parte del Congreso en calidad de senador por la provincia de Santa Marta desde 1842; había apoyado la candidatura del filólogo conservador Rufino José  Cuervo.  Don José Domingo Pumarejo Daza era un acaudalado provinciano quien había heredado buena parte de las extensas propiedades agrarias del capitán Hernando de Santana, el fundador legal de la ciudad de los Santos Reyes del Valle del Cacique Upar, aquel 6 de enero del año 1550. Dispuestos en los bandos políticos opuestos aquel día decisivo para la historia ulterior de la república, los futuros abuelos de Alfonso López Pumarejo ni siquiera se conocían.  El dedo oculto de la historia se encargaría de unirlos a través de sus hijos María del Rosario y Pedro Aquilino; lo que decidiría buena parte de los hechos en la Colombia y el Cesar del siglo XX en adelante.


4.       ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO

 

Ambrosio López  había contraído matrimonio con doña Felisa Medina Morales, de quien tuvo varios hijos. El segundo de ellos fue bautizado en la Catedral Primada de Bogotá con el nombre de Pedro Aquilino. Todo permite suponer que a Pedro Aquilino López Medina poca gracia le hacía su segundo nombre de inspiración romana, por lo cual se hizo conocer simplemente como Pedro A. López. Cursaría las primeras letras en el Colegio de San José, junto con su hermano Ambrosio. Ya adolescente empezó a trabajar como dependiente en negocios mercantiles capitalinos, para contribuir a la menguada economía familiar, no exenta de privaciones. La guerra civil de 1875 dejó al joven Pedro Aquilino sin trabajo, por lo cual debió trasladarse a la fronteriza Cúcuta en 1876. Treinta años después ya había amasado una considerable fortuna en la fluvial ciudad tolimense de  San Bartolomé de las Palmas (Honda en la actualidad), a orillas del Magdalena. En Honda conocería a la bellísima sobrina de doña Josefina Pumarejo, la recatada María del Rosario, protegida del acaudalado don Joaquín de Mier.  

 

Con ella contraería nupcias en el año de 1882. El tercer hijo de la unión, luego de las dos niñas iniciales sería bautizado con el germánico nombre de Alfonso. Nació en Honda el 30 de enero de 1886, el mismo año en que luego de sangrientos interludios de guerra se derogara la constitución ultra liberal de 1863 para adoptarse en su lugar la Carta Magna de 1886, que regiría al país durante 105 años, hasta 1991.

La próspera industria familiar de importaciones y exportaciones, Casa López, construida diligente y disciplinadamente durante varias décadas por ese espíritu metódico que era don Pedro, fue heredada por el joven Alfonso quien complementaría su formación paterna en Inglaterra, a donde viajaría a la tierna edad de 15 años para adelantar cursos de finanzas públicas en el Brighton College, como correspondía a un joven acomodado de la época. Posteriormente continuaría dichos estudios en los Estados Unidos, aunque sin alcanzar título profesional alguno. Sobre la formación académica del ex presidente Alfonso López Pumarejo anota el historiador cesarense Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, lo siguiente:

 

Se sorprende quien enterado del talento de este gran estadista descubre luego, que no ostentaba título profesional alguno, pero no por esto puede pensarse que era un empírico. Estudió en Bogotá en el Colegio San Luis Gonzaga y en el Liceo Mercantil, además recibió instrucción especial mediante clases particulares (…) En Inglaterra complementaría su formación al recibir cursos de economía y hacienda pública en el Brighton College de Londres; conocimientos que perfeccionaría luego en el Packard School de Nueva York.  [5]

 

En el año de 1903, siendo aún muy joven, se hizo cargo del control de la Casa López en la ciudad de Nueva York. A la edad de 18 años regresaría a Bogotá a asumir igualmente los negocios paternos en la capital del país. A partir de su fundación en Bogotá en 1910 del periódico El Liberal,  inició una vertiginosa carrera política que lo llevaría a la presidencia en el año de 1934, en una contienda electoral marcada por el ausentismo de los conservadores, lo que aseguró su triunfo. Contaba 48 años y subió al solio de Bolívar de la mano de María Michelsen Lombana, con quien se había casado en el año de 1911, para radicarse en Medellín.



ARBOL GENEALÓGICO DE LOS EXPRESIDENTES

 LÓPEZ PUMAREJO  Y  LÓPEZ MICHELSEN




Quizás los viejos recuerdos maternos de una tranquila y hermosa Valledupar, lo llevaron a ponerse en camino de la ciudad natal de Doña Rosario Pumarejo de López, a orillas del cantarino río Guatapurí. Arribar a la provincial Valledupar suponía tradicionalmente un largo viaje, que iniciaba en Honda por la vía fluvial del río Magdalena, a bordo de viejos barcos de vapor, hasta donde intercambia aguas con la zona cenagosa que forma el Cesar al sur de la ancestral Provincia de Padilla. Para continuar en canoa por el rubio curso de los  ríos Cesar y Ariguaní, hasta llegar a la plaza de Valledupar, luego de varias horas a lomo de caballo. Aun cuando la línea férrea que unía a Bogotá con Santa Marta había acortado significativamente este penoso viaje, en varias horas. Una emotiva anécdota sobre la visita presidencial a Valledupar por parte de su padre,  la narra el propio ex presidente Alfonso López Michelsen. Veamos.


La primera vez que vino Alfonso López Pumarejo al Cesar, que entonces formaba parte del departamento del Magdalena, lo llevaron a visitar en la casa que es hoy de los Castro, en la plaza de Valledupar, el salón en donde había nacido su madre; era la primera vez que visitaba a Valledupar y experimentó la inexplicable emoción de un niño huérfano prematuramente, de encontrar gente que había conocido a su madre, que él mismo no recordaba[6].

 

Es de recordar que Doña Rosario Pumarejo de López había muerto prematuramente a la edad de 26 años (1894), dejando huérfanos a sus seis hijos, el último de los cuales era Miguel. Alfonso López -que ocupaba el tercer lugar entre sus hermanos-, contaba ocho  años al momento del fallecimiento de su progenitora, razón por la cual manifestaría poseer recuerdos vagos de ella. Doña Rosario Pumarejo había sido reemplazada cuatro años después en 1896 por Isabel Smyth Pumarejo (la familiar “tía Chavela”) quien era su prima. Afectuosa señora que había hecho las veces de madre del futuro presidente y sus hermanos. La búsqueda de estos viejos recuerdos habría puesto a Alfonso López en camino de la señorial Valledupar de sus ancestros.

 


Alfonso López Pumarejo (centro), Maria Michelsen de López (izquierda) y Pedro A. López (derecha), ingresando al Capitolio Nacional

el 7 de agosto de 1934, durante el acto de posesión presidencial.

 

Este viaje presidencial sería decisivo para nuestra amada tierra cesarense: se completó el tramo faltante de la proyectada carretera Riohacha – Valledupar, la cual solo había llegado hasta Fonseca en 1925, en  tiempos del gobierno del general Pedro Nel Ospina. Este mandatario liberal gobernó el país de 1922 a 1926. Hacia 1936 la carretera fue culminada y Valledupar entró a formar parte de la dinámica del progreso nacional en sus diversos órdenes. Sobre el particular dice Aníbal Martínez Zuleta[7] lo siguiente:

Cuando Alfonso López accedió al poder, Valledupar era una población de escasos 15 mil habitantes, con una sociedad adocenada, pacata, con una economía feudal empobrecida, aislada, sus vías de comunicación eran intransitables caminos de herraduras; donde solo existían dos pequeñas escuelas públicas, una de varones y la otra de niñas, y un par de colegios particulares; no existían puestos de salud, y menos hospitales; solo dos o tres médicos, Ciro Pupo Martínez, el doctor Pavajeau y después Leonardo Maya. Indios y curanderos afamados respondían por la salud en la región.[8]

Las ejecutorias materiales y de progreso adelantadas por Alfonso López Pumarejo a favor de la Provincia de Padilla sacaron a nuestra tierra de su estado proverbial de aislamiento y abandono, para convertirla en una tierra pujante, con carreteras y carreteables que facilitaban la entrada y salida de los productos pecuarios y de pan coger que en estos valles aluviales se daban a manos llenas.

 



EL PRESIDENTE Nº 38 DE LA REPÚBLICA

 

Se construyeron las carreteras: La Paz – Chiriguaná; Valledupar – Río Diluvio  y Diluvio – Fundación, entre otras. Valledupar conoció entonces el progreso y fue proyectada como ciudad intermedia, dotada de hospital, escuelas de enseñanza primaria, escuela de artes y oficios, colegio departamental y cría de las mejores razas de ganado para obtención de leche y carne. Complementa Martínez Zuleta:

 

Pues bien, López hizo carreteras que nos comunicaron con la zona bananera, con Santa Marta y con el mar; López hizo el aeropuerto y nos comunicó con la civilización. Por venir a inaugurarlo en el primer vuelo casi pierde la vida; López hizo el hospital para atender a los enfermos de toda esta región; por el doctor López se construyó la Escuela Superior de Artes y Oficios, hoy Instpecam; López hizo posible la construcción del Colegio Loperena; antes había que ir al Liceo Celedón de Santa Marta o al Colegio Pinillos de Mompox. Máximo podían salir, como en nuestro caso, tres bachilleres; López hizo posible la construcción de la granja ganadera que mejoró nuestra ganadería ‘cabunga’; López nos dio representación política y administrativa; Ciro Pupo Martínez y Pedro Castro Monsalvo fueron gobernadores del Magdalena Grande; después nos dio un ministerio en cabeza de Pedro Castro Monsalvo.[9]

El Cesar empezaba a ocupar de esta forma el lugar que le correspondía en la dinámica de la historia, aun cuando todavía no fuera departamento.

5.       PEDRO CASTRO MONSALVO: GOBERNADOR DEL MAGDALENA GRANDE

 

En 1938 Alfonso López Pumarejo nombró como gobernador del Magdalena grande a Pedro Castro Monsalvo, quien a su vez nombró como alcalde de Valledupar a Miguel Villazón. El gobernador y este alcalde emprendieron una lucha denodada contra la pesca indiscriminada con dinamita muy arraigada por entonces en la zona, práctica ésta que tanto lesionaba la riqueza ictiológica de la región.

 


 

Una curiosa anécdota de la época narra que el alcalde Villazón decomisó, por órdenes de Pedro Castro,  un pescado obtenido con dinamita, de la mesa de Doña Rosa Monsalvo de Castro, –madre del gobernador-[10].  El cumplimiento de la ley no reconocía barreras de índole familiar y el hecho causó admiración en Valledupar y sus alrededores. En su gestión gubernamental Pedro Castro Monsalvo construyó la carretera desde Fundación hasta Valledupar, inauguró el puente Francisco Salguero sobre el río Cesar, inició las obras para la construcción del Colegio Departamental Loperena, lo mismo que de la Escuela de Artes y Oficios; el Hospital Rosario Pumarejo de López y el primer acueducto de la ciudad.

 





PEDRO CASTRO MONSALVO

(En 1942, cuando fuera Ministro de Correos y Telégrafos,

Durante el segundo periodo de Gobierno de López Pumarejo)

 

Este hombre de relieve para el Cesar, la Costa y Colombia entera, había nacido en Valledupar, el 14 de noviembre de 1905, siendo sus padres: José María Castro Baute  y Rosa Monsalvo Maestre. Había sido el octavo de los diez vástagos Castro Monsalvo y su infancia transcurrió junto a sus hermanos en la vieja casona esquinera que anteriormente había pertenecido a Don José Domingo Pumarejo Daza, en el marco de la plaza Alfonso López Pumarejo. A la tierna edad de 12 años fundó en su natal Valledupar un periódico llamado Guatapurí, en el que  hiciera sus primeras incursiones en el mundo de las letras[11]. Se casó con Paulina Mejía de cuya unión nacerían sus tres hijas: Leonor, Paulina y María Eugenia. Pedro Castro Monsalvo murió en un infortunado accidente automovilístico a la edad de 61 años, el día 3[12] de marzo de 1967, el mismo año que el Cesar se elevaría a la condición departamental[13]. La musa vallenata del maestro Escalona lo exaltó entonces con un sentido paseo titulado La Muerte de Pedro Castro, que empezaba diciendo:

 

De lejos muy lejos venía un vallenato

Venía tocando su triste acordeón…

Y cantaba con dolor

La muerte de Pedro Castro.

 

Él era famoso, se llama Pedro,

El hombre más grande que el Valle ha tenido,

En el jardín del recuerdo

Quedó su cuerpo tendido.

(…)

 

(Presentado en público el 1º de agosto de 1967)

Pedro Castro Monsalvo había desarrollado una intensa vida pública desde muy joven: detentó cargos de representación en Valledupar, fue luego Diputado por Valledupar al Magdalena Grande y posteriormente Gobernador (en dos oportunidades). Representante a la Cámara por el Magdalena, Senador, Ministro de Correos y Telégrafos, igualmente durante el gobierno de Alfonso López Pumarejo, quien lo nombró mediante Decreto 1954 del 7 de agosto de 1942. El mandatario le aceptó la renuncia el 17 de diciembre del mismo año);  posteriormente sería nombrado Embajador Especial en México. Un breve cuadro informativo sobre sus diversos cargos es el siguiente:

CARRERA PUBLICA DE PEDRO CASTRO MONSALVO

 

 

CARGO

AÑO

1.

Prefecto de la Provincia de Valledupar

(Nombrado por el gobernador del Magdalena: Nicolás Dávila)

1926

(Edad: 21 años)

2.

Diputado a la Asamblea Departamental del Magdalena

1929 - 1930

(Edad: 24 años)

3.

Agente de la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero (La Caja Agraria)

1930 – 1935

(Edad: 25 años)

4.

Representante a la Cámara por el Departamento

del Magdalena

1935

(Edad: 29 años)

5.

Gobernador del Magdalena Grande

(Nombrado por Alfonso López Pumarejo)

1936 - 1938

(septiembre)

(Edad: 30 años)

6.

Senador y Representante al Congreso

(Elegido por el Liberalismo del Magdalena)

1939

(Edad: 31 años)

7.

Ministro de Correos y Telégrafos

Nombrado por Alfonso López Pumarejo

1942

(Edad: 34 años)

8.

Gobernador del Magdalena Grande

(Nombrado por el primer designado Darío Echandía)

1944

(Edad:   36 años)

9.

Embajador Especial de Colombia en México

(Asistente por Colombia al acto de posesión del presidente de México, Miguel Alemán Valdés)

1946

(Edad:   38 años)

10.

Senador

1948

(Edad:   40 años)

11.

Ministro de Agricultura

(Nombrado por Mariano Ospina Pérez)

1948 (abril)

(Edad:   40 años)

12.

Senador

1949

(Edad:   41 años)

Los cantares vallenatos hicieron proverbial - desde su paso por la Gobernación-, esta expresión con la que hacían referencia a las futuras tierras del Cesar: “la tierra de Pedro Castro”.

Valga decir que el primer Castro en llegar a la región valduparense había sido Don José Manuel Fernández de Castro, quien se casaría con la heroína vallenata María de la Concepción Loperena de Fernández de Castro (1774- 1835), la valerosa matrona que el 4 de febrero de 1813 proclamara la independencia absoluta de Valledupar, de la Corona Española. Esta proverbial mujer ejemplo del y temple y el coraje cesarenses, puso a la ciudad y su término territorial adyacente, bajo lo auspicios del gobierno revolucionario de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, con lo que Valledupar y el Cesar habían escrito una página de oro en la historia de Colombia y de América.   


6.       PRIMER CUATRIENIO DE LÓPEZ PUMAREJO: LA  REVOLUCIÓN EN MARCHA (1934 – 1938)

 

Alfonso López había llegado como el segundo presidente liberal de la breve hegemonía de dicho partido, luego del cuatrienio de Enrique Olaya Herrera. El distanciamiento con el Directorio Nacional Conservador era evidente, desde los funestos hechos de la Masacre de las Bananeras, que le costó al Partido Conservador la pérdida del poder durante cuatro periodos consecutivos. El gabinete ministerial de López Pumarejo estuvo conformado por políticos jóvenes, hasta entonces desconocidos en el ámbito político nacional. Una oleada de sangre joven oxigenaba la anquilosada política colombiana de la primera mitad del siglo XX. Aunque la clase política tradicional bogotana veía dicha incursión con recelo y desconfianza. López Pumarejo llegó con el ánimo de modernizar en términos de hábitos políticos, mentalidad y costumbres una nación aún decimonónica, fuertemente arraigada en costumbres patriciales que se remontaban a los tiempos de la colonia. Heredó una Colombia confesional, reaccionaria y excluyente; que veía en el nuevo experimento político una seria amenaza a privilegios de vieja data  que beneficiaban a las altas clases sociales y al clero. Mediante el decreto 1613 del 7 de agosto de 1934, Alfonso López Pumarejo conformó su gabinete ministerial de la siguiente forma:

 

 

CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO

7 de agosto de 1934 [14]

 

 

CARTERA MINISTERIAL

NOMBRE DEL FUNCIONARIO

1.

Ministro de Gobierno

Dr. Luis Cano

2.

Ministro de Relaciones Exteriores

Dr. Roberto Urdaneta Arbeláez

3.

Ministro de Hacienda y Crédito Público

Dr. Carlos Uribe Echeverri

4.

Ministro de Guerra

Dr. Alberto Pumarejo

5.

Ministro de Industrias

Dr. León Cruz Santos

6.

Ministro de Educación Nacional

Dr. Carlos Lozano y Lozano

7.

Ministro de Correos y Telégrafos

Dr. Benjamín Silva Herrera

8.

Ministro de Obras Públicas

Dr. César García Álvarez

9.

Ministro de Agricultura y Comercio

Dn. Marco A. Aulí

 

Posteriormente lo acompañarían hombres como Carlos Lleras Restrepo, Alberto Lleras Camargo, Antonio Rocha, Darío Echandía, Carlos Santamaría, Jorge Zalamea y Jorge Soto del Corral, entre otros. Los conservadores se distanciaron secundados por la Iglesia. Aun cuando no era la idea inicial de López, acabó haciendo un gobierno de partido luego que el Directorio Conservador rechazara los tres ministerios que el presidente en principio les ofreció.

 


En 1935 impulsó una ambiciosa Reforma Tributaria que gravaba a los grandes capitales  y dejaba exentos a los ingresos menores. En 1936 marchó lanza en ristre contra la Constitución de 1886, la más conservadora de la historia jurídica colombiana. La extensa propuesta de reforma fue llamada por sus enemigos políticos “La Constitución de 1936”. Se le recortaron privilegios a la Iglesia Católica y se limitaron las relaciones entre el Estado y la Santa Sede exclusivamente al articulado del Concordato vigente firmado con el gobierno pontificio[15]. Estableció el sufragio universal (para todos los ciudadanos: varones de 21 o más años), concedió a las mujeres colombianas mayores de 21 años la potestad de ejercer cargos públicos, y limitó las prerrogativas de la propiedad privada, la cual debía cumplir con una función social sujeta a obligaciones en pro del beneficio común.  Estableció la posibilidad de la expropiación por vía administrativa cuando el interés común prevaleciera sobre el particular. Mantuvo el monopolio de la Iglesia Católica sobre la educación pública, pero sujeta a la inspección y vigilancia de los órganos de control del Estado[16] (Ley 32 de 1936). Y consagró el derecho de huelga pacífica sobre causas justas, a excepción de las empresas prestadoras de servicios públicos.

 

Estas medidas (fuertes para la época) incorporadas muchas de ellas al propio texto constitucional, estremecieron las viejas y enmohecidas estructuras del poder público en Colombia y prepararon al país para su ingreso definitivo a la modernización, aun cuando un poco tarde en relación con otras naciones del continente. Estas reformas (impensables unos años atrás) le valieron el resentimiento de la vieja clase patricial y de la Iglesia, que cerraron filas en contra del proceso de liberalización y laicización del Estado, que se había iniciado resueltamente bajo su primera administración.  En una célebre conferencia leída por los micrófonos de las emisoras de la época: HJN y HKF, había trazado Alfonso López Pumarejo las directrices ideológicas de su cuatrienio. Dijo el mandatario, entre otras cosas, lo siguiente:

Yo no fui elegido presidente de la república para hacer un gobierno de concentración ni para continuar el que se venía haciendo. No fui elegido para hacer un gobierno de temperamento republicano, sino, muy por el contrario, con el declarado propósito de hacer un gobierno liberal que realizara  el viejo ideal acariciado por tanto tiempo de  traer un cambio fundamental de hombres, de ideas y de procedimientos. En la dirección de los asuntos públicos. Es decir el propósito de sustituir los hombres, las ideas y los procedimientos republicanos que han imperado en el país durante medio siglo, por ideas liberales y procedimientos liberales. [17]

Se trataba por ende de un distanciamiento con el gobierno de su antecesor, Enrique Olaya Herrera, cuyo cuatrienio había sido denominado De Concentración Nacional. De otra parte eran muy notorias las cercanías ideológicas con el programa partidista del mandatario de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, tan cercano a sus afectos. Llamaba a los conservadores republicanos y acentuaba el carácter netamente partidista de su gobierno. ¿Cómo respondieron los liberales de derecha y los conservadores ante esta fuerte advertencia y otras de similar talante? El ala fuerte del Partido Conservador, coaligada con una facción liberal opuesta  a la Revolución en Marcha, conformaron a la larga una agremiación opositora de extrema derecha denominada Acción Patriótica Económica Nacional (APEN). Esta entidad agremiaba a los terratenientes más poderosos del país que se habían visto afectados tanto por la Reforma Agraria de la administración, materializada en la Ley 200 de 1936 o Ley de Tierras, como por las últimas disposiciones en materia tributaria. Curiosamente su propio hermano, Eduardo López Pumarejo, lideró en el Congreso Nacional una facción de liberales de derecha en contra de los lineamientos de La Revolución en Marcha, cuyas ejecutorias consideraban lesivas para sus intereses. Alfonso López debió sortear valientemente esta presión tanto política como familiar y logró salir avante, no obstante haber contemplado la posibilidad de renunciar en 1937, renuncia esta que no le fue aceptada por el Senado. El propio Partido Liberal retiró gradualmente su apoyo al ímpetu reformista de la Revolución en Marcha y optó por un reformismo moderado, encabezado por el abogado Eduardo Santos, director y propietario del influyente diario El Tiempo. Los liberales moderados derrotaron a los reformistas lopistas en las elecciones parlamentarias de 1937, con lo que Eduardo Santos aseguraba de alguna manera su sucesión en el poder para el período presidencial venidero. Los postulados y lineamientos fundamentales de la Revolución en Marcha acabaron siendo absorbidos por la política tradicional, pacata y clerical de la época, reacia a los grandes procesos transformadores del Estado y timorata ante los grandes desafíos de la historia.

¿Cuál fue la reacción de López Pumarejo ante la derrota parlamentaria de  su programa político? Cayó en un profundo trance de amargura y fundó el periódico El Liberal, desde cuyas páginas defendió con ardor su programa y atacó el liberalismo moderado de Eduardo Santos. En 1938, al término del primer período de gobierno de López Pumarejo se llevó a cabo un Censo Nacional que arrojó como resultado: 8.700.000 colombianos. Una vez entregó el poder, el 7 de agosto de 1938, López  viajó a New York, desde donde siguió interviniendo en la política nacional, para incomodidad de los liberales moderados. Eduardo Santos Montejo fue elegido para el cuatrienio 1938 -1942, como candidato oficial del liberalismo. A este período se le ha denominado en la historia de Colombia “la pausa”, por el freno  que le diera al impulso reformista de su predecesor.

  1. LA CIUDAD UNIVERSITARIA.

Una de las obras más duraderas y reconocidas de la primera administración de López Pumarejo fue la construcción de la Ciudad Universitaria, sede de la Universidad Nacional de Colombia. Para ello trajo ingenieros de Alemania quienes diseñaron la sede del claustro bajo los lineamientos arquitectónicos de la revolucionaria escuela de diseño de Bauhaus; que preconizaba la simplificación y estilización de las formas en función de las necesidades sociales en términos de utilidad y espacio. La denominada Ciudad Blanca empezó a gestarse imponente en los entonces extramuros de Bogotá, de tal forma que desde las alturas empezó a delinearse la forma urbanística de un búho que alude a la tradición investigativa, humanística, científica y cultural del  Alma Mater de los colombianos.

 





En entrevista con el periodista Alberto Galindo del diario EL ESPECTADOR en 1937, dijo Alfonso López Pumarejo en torno al tema de la Ciudad Universitaria, lo siguiente:

Como usted puede verlo, sobre el terreno se acumulan ya los materiales. Más de 20 edificios se elevarán allí, y la Universidad tendrá no solamente espaciosos lugares de estudio, laboratorios y bibliotecas, sino también extensos campos de experimentación, grandes instalaciones deportivas, piscinas, gimnasios y muchas otras dependencias exigidas por el sentido nuevo que la educación tiene en el mundo entero.  La Universidad formará así el cuerpo y el espíritu y no sacrificará, como hasta hoy lo ha hecho, la cultura física  para formar enclenques eruditos. [18]

8.       SEGUNDO MANDATO PRESIDENCIAL,  INCONCLUSO. (1942 – 1945)

Un fuerte apoyo popular y la adhesión de una parte significativa de su partido, incidieron efectivamente para que Alfonso López Pumarejo volviera al solio de Bolívar para el cuatrienio 1942 – 1946, luego de ser aclamado en julio de 1941 por la Convención Nacional Liberal  como candidato único del liberalismo. Una vez en el poder quiso retomar el ímpetu reformista de su primera administración, pero las condiciones –muy diferentes ahora- no le fueron favorables. La conformación de su primer gabinete ministerial fue la siguiente:

 

 

CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO

 (SEGUNDO MANDATO)

7 de agosto de 1942

 

 

CARTERA MINISTERIAL

NOMBRE DEL FUNCIONARIO

1.

Ministro de Gobierno

Dr. Darío Echandía

2.

Ministro de Relaciones Exteriores

Dr. Gabriel Turbay

3.

Ministro de Hacienda y Crédito Público

Dr. Alfonso Araujo

4.

Ministro de Guerra

Dr. Alejandro Galvis Galvis

5.

Ministro de Trabajo, Higiene

y Previsión Social

Dr. Arcesio Londoño Palacio

6.

Ministro de Economía Nacional

Dr. Santiago Rivas Camacho

7.

Ministro de Minas y Petróleos

Dr. Néstor Pineda

8.

Ministro de Educación Nacional

Dr. Jorge Zalamea

9.

Ministro de Correos y Telégrafos

Dr. Pedro Castro Monsalvo

10.

Ministro de Obras Públicas

Dr. Alberto Jaramillo Sánchez

 

Los grandes dueños del capital en el país cerraron filas en contra del reformador liberal; y respondieron defensivamente creando las agremiaciones industriales más poderosas de Colombia: La Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO) y La Asociación Nacional de Industriales (ANDI), entre otras[19]. El Partido Conservador, en cabeza de su jefe, Laureano Gómez Castro, le hizo una implacable oposición política. Desde las páginas del diario El Siglo (fundado en 1936), Gómez Castro adelantó una intensiva campaña en contra del gobierno nacional.  Puntualiza Tirado:

 

Muchos de los ataques de Gómez contra el carácter y la vida privada del presidente eran totalmente infundados, pero, no obstante, contribuyeron a resquebrajar su efectividad política y a erosionar el prestigio de que gozaba entre la gente. [20]

 

El pueblo raso empezó a desilusionarse de su otrora campeón y héroe de las reformas populares. De otra parte la encrucijada histórica internacional tampoco le fue benigna: el mundo se debatía en la II Guerra, los mercados europeo y norteamericano estaban severamente restringidos por efecto de la confrontación bélica y ello dejaba sentir sus negativos efectos en la economía nacional. El café colombiano dejó de comprarse en medida importante en Europa y los EEUU; los bienes de consumo necesarios para el desarrollo nacional también restringieron su flujo habitual hacia el país, lo cual disparó el costo de vida y elevó considerablemente las tasas de desempleo. El país se sumió en una aguda crisis económica y el gobierno poco o nada podía hacer para evitarlo. No obstante la crítica conservadora y de los liberales de derecha proseguía implacable su campaña de descrédito, capitalizando ahora el creciente inconformismo popular.  Los días del reformador liberal al frente del ejecutivo parecían contados.

 

Sin embargo el valor proverbial de sus ancestros vallenatos no abandonó a López, quien hizo frente a la crisis con nuevas medidas gubernativas a modo de paliativo. Logró la aprobación de una nueva reforma tributaria con un impuesto de valorización en las ciudades mayores de 25 mil habitantes. Modificó ligeramente la Ley 200 de 1936, por presiones políticas de los terratenientes y emprendió un viaje a los Estados Unidos (1943), para imponerse de la gravedad de los hechos ante la II Guerra Mundial. Se hizo cargo del ejecutivo, de noviembre 19 de  1943 al 16 de 1944, el Designado, Darío Echandía Olaya.  A su regreso López  reasumió el mando, lo que volvió a incomodar a la clase patricial colombiana, a la Iglesia y ahora a ciertos sectores de la cúpula militar. El 10 de julio de 1944, durante el desarrollo de una visita a Pasto para unas maniobras militares, en compañía de su hijo Fernando, el presidente fue privado de la libertad por orden del coronel Diógenes Gil, con lo que se perpetraba un golpe de Estado en su contra. La intentona de cuartelazo quiso asumir las riendas del gobierno, pero el Designado Echandía en Bogotá asumió el poder, se apoyó en los sectores leales de las Fuerzas Militares y decretó formalmente el estado de sitio en todo el territorio nacional. La legalidad fue restablecida y López volvió al poder el día 12 de julio, pero quedaba en evidencia la frágil estabilidad del gobierno nacional, que navegaba en las turbulentas aguas de la inconformidad casi generalizada.

 

Su realización de mayor importancia en este segundo mandato fue una nueva reforma de la Carta Magna, en el año de 1945, en la cual: se concedió definitivamente la ciudadanía a la mujer colombiana, se suprimió la segunda designatura, se estableció la elección popular de senadores (anteriormente elegidos por las asambleas) y se redujo a dos el número de debates reglamentarios en cada cámara del Congreso Nacional, para la aprobación de los proyectos de ley. Se estableció  así mismo la creación del Distrito Especial de Bogotá. Finalmente el día 19 de julio de 1945 presentaba al Congreso Nacional una carta con una nueva dimisión al cargo, la cual le fue finalmente aceptada. Una de las razones expuestas para su renuncia a la presidencia fue la siguiente:

 

Lo que me mueve a considerar indispensable mi separación del Gobierno es el hecho de no haber alcanzado mis propósitos, contando con el caudaloso apoyo de las mayorías nacionales, donde quiera que ellas se manifiestan espontáneamente o están representadas por sus organismos legales[21].

 

De esta forma llegaba a su fin el segundo período presidencial del paladín de las reformas liberales en Colombia, en la primera mitad del siglo XX. El liberal Alberto Lleras Camargo fue designado para completar el cuatrienio de gobierno, hasta el 7 de agosto de 1946. No obstante esta renuncia no significó la muerte política de Alfonso López Pumarejo, quien repuesto de su momentánea caída, regresó nuevamente a la palestra para dirigir el Partido Liberal en 1950 y tomó parte activa en el proceso gradual de desmonte de la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla (1953 – 1957); lo mismo que en la implementación del acuerdo frente nacionalista, el cual le reconoce la posteridad.

 

9.       EL FIN DEL REFORMADOR, EL LÍDER POPULAR  Y EL LIBERAL CONVENCIDO

 

Luego de ocupar varios cargos diplomáticos, encontramos a Alfonso López Pumarejo ejerciendo el cargo de embajador de Colombia ante el gobierno de su majestad Isabel II Mountbaten – Windsor, del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte,  quien había ascendido al trono en 1952. López era ya un hombre anciano y lo acompañaba en los últimos meses de su intensa vida su segunda esposa, Olga Dávila de López, quien fuera viuda del empresario alemán Leopoldo Kopp. El ex presidente contaba entonces 73 años y para el venidero 31 de enero de 1960 habría cumplido 74, si el trágico desenlace no se hubiera producido aquel 20 de noviembre de 1959.  A pesar de ser un septuagenario, su actividad febril no lo abandonaba un instante. Telefoneaba a sus amigos en Bogotá y a su círculo de seguidores en Medellín,  enviaba telegramas a New York e intercambiaba cartas con algunos de sus hijos. Pero su salud cada vez más debilitada se resentía, su viejo y gastado cuerpo le imponía un ritmo menor a la febril actividad que le dictaba su voluntad.  Dice Alfonso López Michelsen sobre los últimos días de su inspirador y progenitor, lo siguiente:

 

La vida en Londres fue, desde el día de su llegada, un milagro de voluntad y energía por parte suya y abnegada devoción por parte de su mujer. Las noticias que nos llegaban de los amigos que acudían a visitarlo en le Embajada se hacían cada vez más pesimistas y, aún para el más lego, era claro que apenas podría sobrevivir unos pocos meses a la llegada del otoño y del invierno.[22]

 

Desde el 28 de octubre su vida empezó a apagarse lenta e inexorablemente, dormitaba con frecuencia y apenas si respondía con monosílabos o frases cortas. Había tenido la intención de regresar a Medellín (quizás a morir en la ciudad donde viviera su juvenil luna de miel), para lo cual había planeado renunciar a su cargo de Embajador, pero la vida no le alcanzó para llevar a cabo esta última tentativa de su voluntad. Alfonso y Cecilia, quienes se hallaban entonces en Moscú, determinaron un precipitado viaje a Londres temiendo lo peor. Evoca nostálgicamente López Michelsen el siguiente diálogo con Olga Dávila:

 

“¿A dónde estás?” fue lo primero que me preguntó Olga. “Aquí en el Terminal Aéreo de Londres” – Tu papá está muy malo. Te estamos buscando desde hace días. En la dirección que nos diste en Moscú dicen que no estás registrado. Vente inmediatamente. Los médicos creen que no existe esperanza ninguna de volver a Colombia”. [23]

 

En la vieja casona estilo Tudor signada con el número 33 en Wilton Crescent, Harley Street, falleció Alfonso López Pumarejo el 20 de noviembre de 1959, a las seis y cincuenta minutos de la tarde, ante la presencia casi reverencial de su esposa Olga, su nuera Cecilia, sus hijos Alfonso, María y María Mercedes. Estaban ahí además el cónsul de Colombia, Pablo Uribe y algunos empleados de la Embajada, más unos pocos amigos personales.    

 

10. OBRAS DE ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO

 

Ha habido esfuerzos significativos por compilar el maremagnum de escritos que semana a semana brotaban de la pluma de Alfonso López Pumarejo, desde su más temprana juventud, hasta el momento de su deceso. Pero en honor a la verdad, ninguno de estos trabajos hasta el momento presente ha abarcado la totalidad de escritos de tan prolijo y complejo personaje.  La más amplia y profunda compilación de la cual tenemos noticia es la Aproximación a Alfonso López, en dos tomos, del autor Aníbal Noguera Mendoza, publicado por la Presidencia de la República como edición conmemorativa al cumplirse el primer centenario del nacimiento de Alfonso López, en 1986. Obra anteriormente citada en el presente trabajo. Dicha obra supone un trabajo exhaustivo que rastrea el Corpus de López en:

 

(A) La prensa liberal de la época y posterior: El Tiempo, El Espectador, El Liberal, El Independiente, El Intermedio, Vanguardia Liberal, entre los rotativos más importantes.

 

(B) La prensa conservadora: El Siglo, El Deber, La Patria (de Manizales), La República,  La Unidad, entre los más importantes.

 

(C) En revistas: Cromos, Semana, Sábado, Estampa, etc.

 

(D) La prensa oficial y los actos administrativos legales (Diario Oficial, La Gaceta del Congreso, decretos, circulares, leyes, etc.). Igualmente trabajos historiográficos de diversos autores, como: Eduardo Zuleta Ángel, Alfonso López (1986) y Enrique Caballero, Historia Económica de Colombia (1981), para citar solamente dos de los más importantes.

 

Igualmente rastrea Aníbal Noguera Mendoza, el epistolario familiar y público de López, lo cual es quizás el aporte más significativo y valioso de este trabajo. Para ello el compilador tuvo acceso a los archivos privados de Alfonso López Michelsen, lo mismo que de su hermano Fernando López Michelsen. Consideramos que este es un trabajo arduo, el cual no obstante sus alcances y dimensiones, resulta todavía incompleto; según se constata consultando los documentos de López publicados por la prensa de la época. Aníbal Noguera Mendoza tituló su obra Aproximación… lo cual pone de relieve  un elevado sentido de la modestia digno de imitar.

 

Ya anteriormente, en 1979[24], la Cámara de Representantes había publicado unas Obras Selectas, también en dos tomos, de Alfonso López Pumarejo, dentro de su colección titulada: “Pensadores Políticos Colombianos”. Bajo el sello de Editorial Retina, de la capital del país. 

 

Corresponde a los historiógrafos y demás estudiosos de las ciencias sociales en el Departamento del Cesar principalmente, poner manos a la obra para complementar el trabajo ya iniciado por Noguera Mendoza en 1986. Es lo menos que nuestra amada tierra podría hacer por el hombre que puso de relieve en el orden del progreso nacional las posibilidades de las tierras del Cesar, como despensa agropecuaria e industrial de Colombia.

 

A continuación presentamos una selección de los principales escritos de Alfonso López Pumarejo, datados y brevemente comentados; como una forma de poner al alcance de las nuevas generaciones una parte significativa del ideario del líder político liberal. Cuando no se indique expresamente en nota de pie de página, se entenderá que la fuente del documento en cuestión es tomada de la obra de Aníbal Noguera Mendoza.  Cuando no sea ese el caso, se indicará de manera explícita la fuente en nota de pie de página. Igualmente cuando se juzgue necesario se introducirán comentarios contextuales a pie de página, a modo de guía para el lector de los fragmentos citados.

 

INDICE  DE  LAS PRINCIPALES OBRAS  DE  ALFONSO  LÓPEZ  PUMAREJO

(Epistolario, discursos, telegramas, conferencias y demás escritos)

 

TITULO

GÉNERO

AÑO DE PUBLICACIÓN /FRAGMENTOS

ÁMBITO TEMÁTICO

1.

La Fogosa Juventud y las Perdidas esperanzas

 

 

Carta personal dirigida al general Rafael Uribe Uribe, fechada en Brighton, marzo 31 de 1901.

1901

 

“…El deseo de su señora era que no volviera (usted) a la guerra. Si Rafael vuelve a la guerra, me decía, es porque la Campaña embrutece…”

Un López Pumarejo adolescente (15 años), enfebrecido con su ideario político le dirige unas líneas en tono muy formal a Uribe Uribe, líder indiscutible del liberalismo político a principios de siglo.

2.

Mis notas colombianas

 

 

Carta personal dirigida a Don Rafael Parga, amigo familiar y otras.

New York, mayo 1 de 1902

 

“…mi joven imaginación es optimista y no supone que el ejército liberal haya tenido municiones para pelear cinco días…”

El joven Alfonso López Pumarejo expone sus ideas políticas y su percepción sobre la contienda partidista en el país.

3.

El laberinto inmenso de mis confusiones

 

Carta personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina

Quito(Ecuador),

Noviembre 4 de 1906

 

“…en el afán de definir prontamente una incertidumbre que consume al más impávido, se busquen crisis que emboten y distraigan el pensamiento inquieto”

Un Alfonso López joven (20 años) expresa sus tribulaciones juveniles en un tono psicológico que a veces linda con lo existencial. Esta admirable pieza prosística evidencia la influencia de la reflexión filosófica en el futuro presidente de la nación. 

4.

El desenfreno de mi vida anterior

 

Carta personal dirigida a Don Guillermo Camargo Levi, en Quito.

Guayaquil (Ecuador), enero 28 de 1907

 

“…yo garantizo que usted mismo no está apercibido del peso que ha tenido en mis ideas presenciar la lucha de su vida y estudiar su manera de sostenerla…”

El atribulado joven busca apoyo y orientación en modelos  consolidados y sensatos de vida, como una forma de empezar a modelar el temperamento fogoso e impulsivo que marca su modo de ser. 

5.

Estarás contento y yo por lo tanto

Carta personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina.

Londres (Inglaterra), enero 20 de 1911

 

“Están todas las redes tendidas y muy bien tendidas. El banco alemán (…)  está muy dispuesto a entrar en Colombia y me pareció muy complacido al abrirnos cuenta”

López le informa a su padre de los pormenores de su intensiva visita a Europa, en la que adelanta gestiones a favor del gobierno colombiano, la municipalidad de Bogotá  y la Casa López.

6.

El matrimonio me despertó a la realidad

 

 

Carta personal dirigida a su padre Pedro A. López Medina

Medellín, octubre 26 de 1911

 

“Como el matrimonio tenía que despertarme a la realidad, de que tanto le hablan a uno, estoy pensando que he debido casarme un años después…”

Recientemente se ha casado con Doña María Michelsen Lombana. La joven pareja de esposos ha fijado temporalmente su residencia en Medellín. Alfonso informa a su padre de los pormenores de su instalación en la ciudad y reflexiona sobre su nuevo estado civil.

7.

Quiero dejar a usted impuesto de mis ideas

 

 

Carta personal dirigida al Gral. Benjamín Herrera

Bogotá, abril 20 de 1921

 

“¿No piensa usted conmigo que nuestra política interna tendrá en la indemnización americana[25] un eje nuevo, alrededor del cual girará movida por un espíritu  regionalista, agresivo y batallador, más fuerte que el espíritu de partido que hoy la anima?”

Alfonso (quien ahora cuenta 30 años) se dirige en tono decidido y escueto a uno de los grandes líderes liberales del Partido en esos momentos, para exponerle su propio ideario liberal que distaba de la percepción oficial del Partido.

8.

El liberalismo colombiano necesita liberalizarse para redimirse

 

 

Carta personal dirigida a Don Nemesio Camacho

Bogotá, abril 25 de 1928

 

“No son pocos los liberales que piensan y sienten como los conservadores ante lo que ellos llaman la amenaza comunista. Un egoísmo estúpido puede llevarlos a oponerse juntos al desarrollo del socialismo…”[26]

El joven político liberal dirige una extensa exposición doctrinaria sobre el liberalismo, al jefe liberal Nemesio Camacho.

9.

El principio del fin

 

 

Conferencia leída en el Teatro Municipal

Bogotá, octubre 9 de 1928

 

“Yo no creo útiles las viejas fórmulas para resolver los problemas de esta hora agitada que vivimos. Ni creo en la aptitud de los hombres viejos  para adoptar los métodos que reclaman las nuevas necesidades nacionales” (…) “Estoy sinceramente alarmado. Considero muy comprometida la estabilidad económica y fiscal del país”. 

Un López políticamente maduro (42 años), se va lanza en ristre contra los gobiernos de la Hegemonía Conservadora y su maltrecha vigencia: cuestiona su base doctrinaria, sus métodos administrativos y sus realizaciones al frente de la administración pública.

 

Anuncia premonitoriamente el comienzo del fin de la Hegemonía Conservadora.

10.

La Cosa está divertida

 

 

Cartas de su intimidad familiar, dirigidas a

su esposa María Michelsen de López, quien residía en París.

 

Bogotá: cartas fechadas entre 1929 y

1930

 

“Pochita queridísima:

(…)

¿Qué hubo de tu retrato? Estoy esperándolo. Quiero ver si es cierto que estás muy buena moza. He oído muchas ponderaciones. Van muchos besos para el original.”

(Bogotá Noviembre 25 de 1929)

Se nos muestra aquí la faceta íntima familiar del agudo contradictor político de los conservadores. Muestra aspectos poco conocidos para la opinión pública del padre y esposo afectivo.

 

En lenguaje coloquial y festivo informa a su esposa del ambiente político colombiano, entre anécdotas y alusiones a la vida familiar de la pareja.

11.

Discurso de posesión como presidente de la república (primer mandato)

Discurso político y programático.

Bogotá (Colombia), 7 de agosto de 1934

 

“El país entero está conmovido por una aspiración revolucionaria; que vuelve sus ojos hacia la república liberal anunciada por los directores de mi partido. No se me oculta que hay una gran tensión nerviosa en esta expectativa, prólogo natural de todo experimento político. “[27]

Esta admirable pieza oratoria festeja el triunfo liberal en las urnas, hace cronología de los hechos más significativos para el Partido y presenta las líneas generales de lo que será el gobierno de la Revolución en Marcha.

12.

Cómo llegó el liberalismo al poder

 

 

Relato discursivo de reminiscencias, leído por el presidente en el Teatro de Variedades.

Bogotá, noviembre 30 de 1936

 

“Él (Laureano Gómez Castro[28]) trabajaba por corregir los errores del partido conservador y redimirlo de sus vicios, con la mira de poner un mejor instrumento  al servicio de las conveniencias públicas. Yo era un poco más ambicioso. Yo trabajaba por eso, pero además, por sustituir al partido conservador por el partido liberal en el Poder”.

Ameno recuento cronológico de los diferentes momentos vividos por López y otros líderes políticos del momento, en el proceso de desmontar del gobierno al Partido Conservador.

13.

No está el palo para cucharas

 

 

Carta personal dirigida a su padre Pedro A. López.

Londres, julio 1º de 1931

 

“…no me ha alcanzado el sueldo y la suma que recibo del gobierno para gastos de representación…”

(…)

“Todos (mis hijos) han crecido mucho. Los hombres serán más altos que yo, y las niñas tan altas como María. Alfonso, en particular ha aprovechado el tiempo; es un estudiante sobresaliente, y lleva trazas de ser una personalidad muy distinguida…”[29]

Alfonso informa a su padre Pedro A. López sus vicisitudes económicas en Londres, a pocas semanas de haberse instalado como funcionario diplomático colombiano.

 

Se muestra aquí la faceta paterna del futuro presidente, quien le informa a su progenitor sobre los avances físicos e intelectuales de sus hijos.

14.

“Bella cosa es la paz, pero nada vale sin honor”

 

 

Telegrama de respuesta a la acerba crítica del conservatismo nacional; que desestimaba las acciones de López ante el gobierno de Lima (Perú) para solucionar pacíficamente el conflicto de Leticia.

Mayo de 1933

 

“Afirman ustedes[30] que el Conservatismo, al entregar el Poder Público, dejó el territorio nacional delimitado y guarnecido (…) creo procedente recordar que el Departamento de Panamá se perdió sin que el ejército conservador derramara una sola gota de sangre. Eran otros tiempos quizás menos heroicos que los actuales”.

 

 

Alfonso López en su calidad de Director Único del Partido Liberal viaja a Lima (Perú) con el fin de  solucionar ante el presidente, Gral. Oscar Benavides, el conflicto surgido entre ambas naciones por la invasión de tropas peruanas a Leticia, el 2 de septiembre de 1932.

 

Este viaje fue rechazado por amplios sectores de la opinión pública colombiana.

El Partido Conservador lo juzgó inconveniente y lo cuestionó duramente.

 

La respuesta de López aunque amistosa fue contundente.

15.

Monstruosas perversiones de la libertad de oposición

 

 

Mensaje al Congreso en el cual presenta dimisión definitiva de su cargo, ante los calumniosos ataques de la oposición política

Bogotá, 19 de julio de 1945

 

“Nadie ha podido pensar con justicia que yo buscara un nuevo honor o que vacilara sobre los sentimientos del Congreso cuando sometí a su consideración la conveniencia de estudiar mi retiro de la Presidencia de la república”. 

Consideraciones socio políticas y doctrinales en las que busca persuadir a los parlamentarios sobre la conveniencia de su salida del ejecutivo.

 

Esta última dimisión finalmente le fue aceptada.

16.

Tendría que internarme en la montaña

 

 

Carta personal dirigida a su hijo Alfonso López Michelsen.

New York (Estados Unidos), junio 27 de 1940

 

“…no me he seguido enredando en el problema de las candidaturas  tan voluntariamente como parece, sino porque no hay remedio. Tendría que internarme en la montaña si me resignara a tener encima al Gobierno Nacional, como lo he tenido hasta ahora…”

Manifiesta sus sentimientos ante el creciente clamor popular para que se lanzara a la contienda electoral venidera. El candidato liberal asume la campaña proselitista con algunas reservas de ánimo.

17.

Crisis liberal de 1946

 

 

Carta personal dirigida a Don Emilio Toro, amigo intimo.

Bogotá, abril 18 de 1946

 

“Los conservadores están seguros de que volverán al Gobierno el 7 de agosto próximo con su amigo Marianito[31] y los liberales, asustados unos, desesperados otros (…) se muestran muy pesimistas respecto del probable resultado de las elecciones”.

 

“…mi separación del gobierno ha resultado menos ventajosa pata el país de lo que yo supuse.”

Presenta un análisis objetivo sobre las consecuencias políticas de su renuncia a la presidencia, con lo que el liberalismo perdió el poder.

18.

Se oyen himnos que invitan a coronar de rosas a la soberana de todos mis entusiasmos

 

 

Carta personal, dirigida a su hijo Fernando López Michelsen.

Londres, julio 1 de 1953

 

“…Olga ha despertado en mí sentimientos de admiración y afecto que no logró infundirme ninguna otra desde  que la muerte se llevó a María; sentimientos que fundadamente espero habrán de encontrar eco en la mente y en el corazón de mis hijos”.

En tono ameno y familiar le manifiesta sus sentimientos y su intención de casarse con Olga Dávila Pumarejo, a su hijo Fernando López Michelsen.

18.

Algo grave va a pasar aquí muy pronto

 

 

Carta personal, dirigida a su hijo Alfonso López Michelsen, quien se encuentra en México

Bogotá, marzo 27 de 1954

 

“Si vinieras a Colombia, como deseo que lo hagas, si te dan puesto en la Asamblea Constituyente, te sorprenderías de la rapidez con que está cambiando todo aquí, política, económica y socialmente. Queda bien poco del país que dejamos en octubre de 1952”.

El ex presidente presenta a su hijo Alfonso un diagnóstico del quehacer político y económico del país en aquellos momentos.

19.

Así nació el Frente Nacional

 

 

Carta dirigida a la Dirección Liberal de Antioquia

Bogotá, marzo de 1956

 

“…yo sigo abogando por la expedición de una reforma constitucional que dé carácter electivo al Consejo de Ministros, o que extienda a este Cuerpo la representación proporcional de los partidos, tomando como base la proporción en que estén representados en las Cámaras del Congreso de la propia manera como los artículos 152 y 157 de nuestro estatuto fundamental consagran dicha representación proporcional en las otras dos ramas del Poder Público”.

Documento en el cual expone Alfonso López su propuesta en el sentido de la alternación de los partidos tradicionales colombianos en el Poder.

 

Idea ésta que ya había expuesto anteriormente en documentos varios.

20.

En el alegre atardecer de mi vida

 

 

Discurso pronunciado en la Universidad Nacional de Colombia, para recibir el titulo Doctor Honoris Causa y la Medalla al Mérito Universitario

1959

 

“Mi madre había nacido más allá de la desembocadura del río (Magdalena) que para los colombianos había constituido la única comunicación con el mar, en las extensas sabanas de la provincia de Valledupar y Padilla, que Guajira de por medio, nos separaban de Venezuela. [32](…) La fundación de la Ciudad Universitaria no viene a ser así, y en último término, sino el deseo de un colombiano que no tuvo universidad[33]

Este discurso es una especie de testamento público de Alfonso López, en el cual hace un sucinto recuento de sus principales actuaciones políticas en los últimos cuarenta años. Retrotrae al recuerdo a sus padres, su tranquilo vivir en Honda y sus amigos y personas allegadas.

Este apreciable documento tiene un innegable tono nostálgico y evocador, en medio del agradecimiento por la exaltación al Doctorado Honoris Causa.

21.

El discurso del Doctor Alfonso López

 

(Título que le dio el diario El Tiempo, al publicarlo)

Discurso publicado en el diario

El Tiempo

Bogotá, mayo 5 de 1959

 

“Cuando recapitulo tantos hechos como jalonan una actividad política de 50 años, muchos de los cuales se reputaban imposibles en su tiempo, y que tuvieron que vencer más de una vez el escepticismo de mis contemporáneos, me asombra por contraste el apoyo y la acogida que encontraron  siempre entre la juventud y entre los humildes”.[34]

Este último discurso en público (más breve que el anterior), retoma el análisis y la reflexión sobre sus actuaciones políticas, frecuentes durante la primera mitad del siglo XX, que ya culminaba. López se acercaba al final de su vida y su prosa anunciaba lo que sería su próxima partida y su legado político.

 

Cuenta ahora con 73 años y para el 20 de noviembre del año en curso (1959) partirá a las regiones de le eternidad, en Londres (Inglaterra).

 

10.    ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN

 

El hijo homónimo del ex presidente López Pumarejo, cuyo nombre completo era Alfonso Antonio Lázaro López Michelsen, nació en Bogotá el día 30 de junio del año 1913. Cursó su bachillerato en el Gimnasio Moderno, uno de los colegios de secundaria de avanzada en el país, de pensamiento laico fundado en 1917 por el filósofo y educador don Agustín Nieto Caballero. No obstante el joven Alfonso viajaría a Bélgica a continuar sus estudios en el Saint Michel de Bruselas. Finalmente obtendría el título de bachiller en la ciudad francesa de Lille. Se matriculó en la Facultad de Derecho del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, de la Orden de Predicadores (Padres Dominicos). Después de interrumpirlos para continuarlos en Santiago de Chile, volvió al respetable claustro dominico donde finalmente se graduó como abogado. Adelantó estudios de posgrado en la Universidad de Georgetown, en los Estados Unidos.

 

Hombre de profunda y amplia cultura, manejaba con fluidez el latín, el inglés y el francés. Desarrolló a lo largo de los años un depurado estilo prosístico y logró así mismo un léxico elegante y refinado, como correspondía a una persona formada en diversos claustros del mundo. Desarrolló una elaborada percepción dialéctica de la realidad colombiana, en el contexto de la realidad mundial; como pocos hombres en el país lo lograron en su momento. Ejerció la cátedra de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional a partir de 1938; igualmente en la Universidad Libre y en el Colegio Mayor del Rosario, su Alma Mater.

 

11.    PROYECTO DEPARTAMENTO DEL CESAR

 

El día 5 de septiembre del año 1966 el señor Manuel Pineda Bastidas presidió en el local del Teatro Radio Guatapurí la reunión de grandes personalidades de Valledupar, con el fin de dar cuerpo y forma al Proyecto Departamento del Cesar, el cual habría de segregarse íntegro del Departamento del Magdalena, del cual formaban parte para entonces sus 13 futuros municipios.

¿Quiénes estaban detrás de esta convocatoria realizada por Pineda Bastidas? Los hijos de Valledupar que ocupaban prominentes cargos públicos en el Gobierno Nacional en Bogotá. Ellos eran: el representante Dr. José Antonio Murgas y los ex representantes: Crispín Villazón de Armas y Aníbal Martínez Zuleta. El día 6 de junio de 1967 José Antonio Murgas había sido sacado del recinto del Congreso en hombros por sus amigos y seguidores, luego que el Congreso diera la aprobación final a la Ley de Creación y Organización del Departamento del Cesar, la cual sería finalmente expedida el día 25 de junio del mismo año. Los coautores de dicha ley fueron: Aníbal Martínez Zuleta, Crispín Villazón de Armas y José Antonio Murgas. Ellos tres habían empezado a forjar la idea en el mismo mes de septiembre de 1966, en el Hotel Continental de Bogotá. [35] El parlamentario Murgas tuvo que luchar contra el rechazo al proyecto por parte de algunos congresistas que hablaban de la “Departamentalitis” que aquejaba al país. ¿Por qué se decía esto? Es preciso recordar que en 1964 se había creado el Departamento de la Guajira que anteriormente tuviera el estatus de intendencia. En 1966 se creó el Departamento del Quindío (segregado del viejo Caldas) y se creó igualmente, segregado del mismo ente seccional, el Departamento del Risaralda. De Bolívar se había segregado igualmente el Departamento de Sucre, inaugurado oficialmente el 1º de marzo de 1967. Esta avalancha de nuevos entes seccionales llevaba a algunos congresistas y senadores a hablar de una inusual tendencia  en el país en los últimos años: la “Departamentalitis”, la cual -decían- era preciso atajar.  ¿Sería el Proyecto Departamento del Cesar producto de la denominada departamentalitis? La historia, los hechos, la pujanza y determinación del pueblo cesarense demostrarían a la larga que no. El día 21 de diciembre de 1967 en el Acto de Inauguración del Cesar José Antonio Murgas fue condecorado por las colonias foráneas por “su destacada actuación en la creación del Departamento”[36]. Desde entonces se le ha adjudicado con justicia el apelativo de Padre del Departamento del Cesar.  Durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero, fue nombrado Gobernador en medio del beneplácito de sus coterráneos, cargo que ejerció desde el 22 de agosto de 1970 hasta el 17 de junio de 1971. 

Sobre la convocatoria cívica en Valledupar  aquel histórico día 5 de septiembre del año de 1966, complementa Consuelo Araujonoguera con la siguiente noticia histórica:

 

La gente vallenata había empezado a alborotarse nuevamente con la idea de la creación del Departamento del Cesar, un viejo anhelo que alguna vez fue un proyecto en borrador que no alcanzó a ser debatido siquiera. Por sugerencia de Crispín Villazón de Armas y de José A. Murgas desde Bogotá, y convocado por Don Manuel Pineda Bastidas, que tantos servicios le prestó a la región, el día cinco de septiembre se llevó a cabo en el teatro Radio Guatapurí  una gigantesca reunión de la que surgieron la junta directiva y los comités que irían a trabajar por la creación del Departamento del Cesar. [37]

 

Correspondió al Dr. José Antonio Murgas presentar el Proyecto Departamento del Cesar ante la Cámara de Representantes en ese mismo mes y año. El joven congresista  contaba entonces 33 años y había iniciado una prometedora carrera política. Aquel día 5 de septiembre en el Teatro de Radio Guatapurí, luego de los saludos de rigor el señor Pineda hizo exposición de motivos sobre el objeto de aquella reunión: deliberar sobre el citado proyecto y dejar constituido el Comité  Central Pro-Departamento del Cesar. Varios oradores tomaron turnadamente la palabra, a favor del proyecto citado, que causaba emoción entre los asistentes. Tomaron la palabra, entre los oradores más importantes:

 

·         Dr. Clemente Quintero

·         Sr. José Eugenio Martínez

·         Sr. Pedro Rodríguez

·         Sr. Efraín Lacera

·         Sr. Delio Ospino

·         Sr. Fernando Botero

·         Dr. Armando Maestre Pavajeau

·         Dn. Jorge Morales

·         Dn. José Guillermo Castro

·         Dn. Alfredo Araújo

 

¿Cuáles fueron los planteamientos principales de los oradores aquel día memorable? A continuación realizaremos un inventario lo más completo que se pueda de dichas intervenciones, a partir de las fuentes documentales de la época.

 

DON MANUEL PINEDA BASTIDAS (Saludo protocolario e intervención inicial) “…en frases emocionantes exaltó el civismo de los habitantes de la ciudad de Valledupar, por haber hecho acto de presencia a este apoteósico acontecimiento, ya que se trataba nada menos (que) de un hecho de resonancia nacional que sería protocolizado para la posteridad.”[38]

 

Dr. CLEMENTE QUINTERO  “…en una exposición amplia, razonada, e históricamente documentada, dijo todas las circunstancias por las que ha ido atravesando el proyecto del futuro Departamento del Cesar, que tuvo hace algunos años vida efímera y no pudio cristalizarse en Ley de la república por circunstancias de la época y no haber tenido ambiente puesto que, la creación del Departamento de la Guajira, obra del parlamentario Dr. José Ignacio Vives Echeverría, dio al traste con el agraz Departamento del Cesar, pero que hoy las circunstancias eran totalmente distintas ya que existe un bloque parlamentario costeño adicto al hecho histórico que se proyecta. Así mismo anunció una pronta reunión en esta ciudad de parlamentarios amigos del proyecto, que será una demostración vigorosa del desideratum de los valduparenses, cual es de hacer de esta ciudad la futura capital del Departamento del Cesar. En igual forma excitó a la concurrencia para que hiciera acto de presencia y cada quien cooperara en forma efectiva con el mayor entusiasmo, a afecto de que se reunieran suficientes fondos para sufragar los gastos de tan magna empresa. Por otra parte se extendió en largas consideraciones sobre el proyecto, concretando a todos los asistentes a que se responsabilizaran como verdaderos hombres, y no con un criterio simplista de aceptarlo todo, convenir en que sí es buena la cosa y a la postre, darle la espalda al problema como era costumbre muy tropical de no hacer nada y conformarse siempre con añoranzas o comentarios estultos como final de toda obra no realizada. Dijo que era una empresa de hombres responsables y por ende de todo ciudadano o persona humana que habitase en esta ciudad, estaba obligada a aportar su contingente en beneficio del proyecto que mañana (6 de septiembre de 1966) empezará a tener vida legal en el Parlamento Colombiano.[39] 

 

DON MANUEL PINEDA BASTIDAS (Segunda Intervención) “Manifestó que todo concurrente al acto tenía derecho a expresar sus ideas en torno al problema declarando Cabildo Abierto, con todas las de la ley.[40]

 

Sr. JOSÉ EUGENIO MARTÍNEZ  “…Hizo uso de la palabra y recordó cómo hace trece años justamente a la llegada a esta ciudad del Presidente de la República (e), Dr. Roberto Urdaneta Arbeláez,  le tocó dar el saludo de bienvenida a nombre de la municipalidad y dijo en esa época “que dentro de cuatro lustros se aspiraba a que fuera Valledupar la futura capital del Departamento del Cesar, desde donde se condujera la cultura del futuro departamento, que sería un hecho histórico impostergable”. Que se admiraba que la naturaleza de las cosas se hubiese anticipado y que faltando siete años, la sociología colombiana estaba demostrando que aquí en esta ciudad de Valledupar se habían dado cita familias de toda Colombia que pugnaban todas por ser genuinas amantes de la ciudad y que al igual que los nativos, sentían  un mismo sentimiento colombianista por el futuro Departamento del Cesar. En igual forma resaltó el interés que le merecía a toda aquella numerosa concurrencia la creación del, tantas veces mencionado Departamento del Cesar y que estaba listo a brindar su contingente en beneficio de la idea que magistralmente verá (la) luz por segunda vez en los anales del Congreso de Colombia como producto de la inteligencia del Dr. José Antonio Murgas, parlamentario intrépido y sagaz.[41]

 

Sr. PEDRO RODRIGUEZ, Sr. EFRAIN LACERA y Sr. DELIO OSPINO “…en frases emocionadas manifestaban su asentimiento al hecho histórico que se ventilaba.  [42]

 

Sr. FERNANDO BOTERO, Dr. ARMANDO MAESTRE PAVAJEAU, DON AMADOR OVALLE, DON JORGE MORALES, DON JOSÉ GUILLERMO CASTRO, DON ALFREDO ARAÚJO… “Todos a una expusieron sus buenos deseos por no desmayar un solo momento en la empresa que se avecina. [43]

 

Una vez concluidas las intervenciones de rigor, se procedió a integrar el Comité Central Pro-Departamento del Cesar. Como presidente fue elegido el Dr. Crispín Villazón de Armas, Primer vicepresidente: Dn. Jorge Dangond Daza, segundo Vicepresidente: Dña. Josefina Viuda de Castro. Secretario: Dn. José Eugenio Martínez. Tesorero: Dn. Manuel Germán Cuello. Se integró así mismo un Comité de Finanzas y un Comité de Propaganda. De aquel acto histórico para Valledupar y el futuro departamento del Cesar, se levantó el Acta Número I, protocolizada en la Escritura Pública número 1037 del día 5 del mes de septiembre del año 1966. Firmó dando fe de la protocolización de dicha acta, la notaria pública de Valledupar, Anaís Gutiérrez Labarces.  Firmaron así mismo en calidad de testigos, los señores: Luis A. González y William Aramendiz Oñate.

 

De aquella célebre reunión en el Teatro Radio Guatapurí, salieron los asistentes gritando vivas al Departamento del Cesar. ¡La iniciativa había nacido y ya nada la detendría! Sería cuestión de meses para que el nuevo departamento fuera una realidad.


Dice Consuelo Araujo Noguera lo siguiente:

 

Los que nos vinculamos al comité de finanzas vimos cómo –en un tiempo récord-, la tarea recompensada por una ciudad entusiasta y generosa que desembolsaba respetables sumas de dinero para instalar oficinas, para papelería, propaganda y giras por todo el sur del viejo Magdalena, conquistando adeptos para nuestra independencia territorial. Viajes a Aguachica, Tamalameque, Río de oro, San Alberto, Curumaní, Pailitas y decenas  de sitios que nunca antes habíamos oído mencionar siquiera, se sucedían vertiginosamente. Se abrieron oficinas en Bogotá, y desde allí Alfonso Araújo Cotes, Crispín Villazón de Armas, José Antonio Murgas Y Luis Rodríguez Valera, se empeñaban en convencer a los parlamentarios de las bondades y la justicia del proyecto. La campaña era una demostración plena de unidad, de fervor y decisión inquebrantable de hacer tolda aparte de Santa Marta y echarnos a caminar con nuestros propios recursos.[44]

 

El proyecto fue apoyado abiertamente además por el Dr. Alfonso López Michelsen en Bogotá, quien ante diferentes auditorios ponderó las cualidades de la región para conformar un ente seccional autónomo, dueño de su propio destino y autodeterminación. Disertando  sobre el liderazgo del futuro presidente ante el nuevo proyecto, puntualiza Martínez Zuleta lo siguiente:

 

…el mejor triunfo o la mayor fortuna que tuvimos, y que hemos tenido a través de los tiempos, fue que Alfonso López Michelsen inconcebiblemente, espontáneamente, aceptara exponerse a tomar el mando de la Isla Barataria (alusión metafórica al gobierno del nuevo departamento). El gran ideólogo de las izquierdas liberales, que hizo virar al Partido hacia las ideas socialistas, que tenía una curul en el Senado de la República, desde donde libraba los importantes debates políticos y jurídicos, con una reconocida y respetada autoridad académica e intelectual, pues el experto en derecho constitucional; en derecho internacional público y privado; en derecho administrativo y civil, sabe como el que más de economía, es ensayista y novelista, es políglota y productor de cine, sabe de floricultura y es conocedor folclorista al extremo que me atrevería a decir que nadie conoce más del folclor vallenato que él, aceptó el reto de venir al solar del olvido y la irredencia, Macondo.[45]

El entonces presidente, Dr. Carlos Lleras Restrepo no se mostró muy a gusto con la iniciativa, aunque acabó aceptándola como un hecho cumplido ante el determinante liderazgo que Alfonso López Michelsen asumió respecto de la misma.

 

¿Por qué razón se oponía Carlos Lleras Restrepo? En el año 2002 se le formuló esta inquietante pregunta al Dr. Héctor López López, decano de la Facultad Abierta y a Distancia de la Fundación Universitaria San Martín, sede de Bogotá.  López López fue asesor  presidencial de Carlos Lleras durante esos años.  Su respuesta fue la siguiente: Carlos Lleras Restrepo era de la idea que se debían evitar al máximo en el Estado, las nóminas burocráticas. Era reacio a la creación de nuevos cargos y carteras, porque él era un defensor denodado del erario público.  No era por animadversión contra el Cesar, no. Era por defender los impuestos de los colombianos.

12.    CREACIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL DEPARTAMENTO NÚMERO 22 DE LA REPÚBLICA

 

Finalmente y luego de los consabidos ires y venires en ambas cámaras en el Congreso de la República, se aprobó la ley 25 del 21 de junio de 1967, “Por la cual se crea y organiza el Departamento del Cesar”. El Artículo Primero de dicha ley dice lo siguiente:

 Créase el Departamento del Cesar, formado por el territorio de los municipios de Aguachica, Agustín Codazzi, Curumaní, Chiriguaná, Gamarra, González, La Gloria, Pailitas, Río de Oro, Robles, Tamalameque y Valledupar, que hoy forman parte del Departamento del Magdalena, con los límites que corresponden actualmente a los mencionados municipios. PARÁGRAFO: La capital del Departamento del Cesar, será la ciudad de Valledupar. 

 

Consideró el presidente Carlos Lleras Restrepo que el gobernador natural de dicha sección del país (luego de diferentes solicitudes en dichos sentido, por integrantes de ambos partidos, en Valledupar), debía ser el hombre que entusiastamente abogó desde el estrado, el micrófono, la cátedra y la plaza pública, por el Departamento del Cesar. Ese no era otro que Alfonso López Michelsen. Esta noticia fue tomada con entusiasmo en los distintos círculos valduparenses, que veían de esta forma cómo la historia le hacía justicia a su amada tierra, en la persona del último líder político de la dinastía de los López, tan cara a este pedazo de Colombia.

 

El Ministerio de Gobierno expidió entonces, en desarrollo de la mencionada ley 25 de junio 21, el Decreto Nº 1340, “Normas sobre Organización del Departamento del Cesar”, el 17 de julio del mismo año 1967. Algunas de las disposiciones de este acto administrativo fueron las siguientes:

 

ARTÍCULO 1º: Las ordenanzas y demás normas orgánicas que se encuentren vigentes en el Departamento del Magdalena en 21 de diciembre de 1967, regirán en el Departamento del Cesar hasta cuando la Asamblea de éste provea sobre el particular.

(…)

ARTÍCULO 7º: Mientras la Asamblea del Departamento del Cesar provea lo necesario, el Gobernador  del Departamento queda facultado para celebrar contratos sobre distribución de licores nacionales y extranjeros.

ARTÍCULO 8º: El Gobierno Departamental, con la asistencia técnica del Departamento Administrativo del Servicio Civil, tomará las medidas conducentes, con el fin de establecer la Carrera Administrativa a nivel seccional.  

(…)

ARTÍCULO 12º: Créase una Junta Especial para el Departamento del Cesar, compuesta por doce (12) miembros principales, con sus respectivos suplentes, los cuales serán designados por el Presidente de la República. Son funciones de la Junta:

 

a)      Proveer la adquisición de los inmuebles y enseres indispensables, y a la consecución de locales y oficinas para el funcionamiento de las dependencias departamentales. (…)

b)      Colaborar con la Secretaría de Organización e Inspección de la Administración Pública de la preside4ncia y el Departamento Administrativo de Planeación, en la elaboración de los proyectos de estructura orgánica y funciones para la administración y el presupuesto de rentas y gastos que ha de regir durante la vigencia fiscal comprendida entre el 21 de diciembre de 1967 y el 31 de diciembre de 1968 en el Departamento del Cesar.

c)      Gestionar la contratación del empréstito a que se refiere el artículo 12 de la ley 25 de 1967, el cual requerirá para su legalización la firma del Gobernador del Departamento.  

d)      Presentar al Gobernador planes e iniciativas tendientes a facilitar la organización y funcionamiento de los diferentes servicios y actividades que corresponde desarrollar a la administración departamental.   

 

PARÁGRAFO.- Los miembros de la Junta Especial ejercerán sus funciones ad honores, y durarán en ejercicio de ellas hasta el momento en que tome posesión de su cargo el primer Gobernador.

(…)

 

El presidente Carlos Lleras Restrepo expidió entonces el Decreto Nº 1419, el 26 de julio del mismo año 1967, “Por la cual se designan los miembros de la Junta organizadora del Cesar”. El Artículo 1º de dicho decreto dice lo siguiente:

 

La Junta Organizadora para el Departamento del Cesar, creada por el Decreto Número 1340 de 1967, quedará integrada así:

 

 

 

PRINCIPALES

SUPLENTES

1.

Alfonso López Michelsen

Alfonso Araujo Cotes

2.

José Francisco Socarrás

José Guillermo Castro C.

3.

Manuel G. Cuello Gutiérrez

Jorge Torrado

4.

Luis Rodríguez Valera

Adelaida de Castro

5.

Crispín Villazón de Armas

Jorge Eliécer Rincón

6.

Jorge Dangond Daza

Cerveleón Padilla

7.

Amador Ovalle Padilla

Jaime Araujo Noguera

8.

Luis Carlos Murgas

Luis Roberto García

9.

Clemente Quintero Araujo

Calixto Oyaga

10.

Jorge Posada

Rodolfo Mejía

11.

Aníbal Martínez Zuleta

Jesús Alejo Durán

12.

Jaime Dangond Ovalle

Josefina M. de Aguirre

 

El día 5 de agosto de 1967 el señor Dr. Jacobo Pérez Escobar, delegado del Ministerio de Gobierno, procedió a la instalación formal de esta Junta Organizadora, en el recinto del Concejo Municipal de Valledupar, mediante la toma del respectivo juramento. Sobre la Junta Organizadora del Cesar puntualiza el periodista Andrés Alzate, de El Tiempo, lo siguiente:

 

Una gran labor ha realizado últimamente la Junta Organizadora del Departamento del Cesar, que tuvo a su cargo la dirección de todos los actos desarrollados con motivo de la inauguración del departamento.[46]

 

13.    ACTO DE POSESIÓN DEL PRIMER GOBERNADOR. ENTUSIASMO POPULAR, RECEPCIONES Y PARRANDAS. EL CESAR YA ES DEPARTAMENTO…

 

La disidencia política que desde 1960 había liderado Alfonso López Michelsen dentro del Partido Liberal Colombiano con la creación del Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) llegaba a su fin, con la aceptación del cargo de gobernador del Departamento del Cesar, lo cual se protocolizó formalmente en Valledupar el día 21 de diciembre de 1967. De esta forma el presidente Carlos Lleras Restrepo lograba unificar las toldas de su partido, atrayendo a López a la institucionalidad; con lo que se le hacía frente de manera unificada al Partido Conservador de cara a las elecciones presidenciales de 1970, dentro del marco del acuerdo frente nacionalista. López no podía negarse a aceptar la gobernación del recién creado Cesar, una tierra muy significativa tanto para él como para sus ancestros, circunstancia esta que fue capitalizada a favor de la unidad liberal nacional. En agosto de 1968 López Michelsen fue relevado posteriormente de este cargo, para asumir el Ministerio de Relaciones Exteriores.

 

Evocando cierto día del 2001 estos ya lejanos tiempos, puntualizó el ex presidente López Michelsen lo siguiente:

 

regresé de Alemania Oriental y un día me llamó el presidente Carlos Lleras y me dijo:

 

-          Tengo un gran número de solicitudes de conservadores y liberales del Cesar que me piden que lo nombre como primer gobernador del departamento. ¿Aceptaría?

 

Y me agradó la idea de irme al Cesar, tanto más cuanto que era una especie de plebiscito de la población del nuevo departamento. Mi abuela era oriunda de Valledupar y los vallenatos de la época se preciaban de que el presidente López Pumarejo había tenido ese vínculo con su ciudad natal. Por aquel entonces comenzaba el auge de la música de Escalona, a quien yo conocía desde la época en que él estudiaba en el Liceo Celedón, y Cecilia y yo éramos amigos de la familia Castro y de Hernando Molina.  La ciudad era tan pequeña que la plaza estaba sin pavimentar y en la noche los ganados venían a echarse en sus aceras. Todo eso tenía su encanto.[47]

 

Cuando Alfonso López Michelsen llegó a la provincial Valledupar a finales del año  1967 procedente de la Alemania Democrática, se reencontró con la señorial ciudad de doña Rosario Pumarejo de López. Con ese tono ameno de su inconfundible, picaresca y cultivada prosa,  relata Consuelo Araujonoguera este hecho tan significativo para Valledupar y todo el Cesar:

 

En septiembre de 1967 vino a Valledupar una delegación enorme acompañando al compañero Jefe, López Michelsen, al que se le tributaba un homenaje de reconocimiento y gratitud por su decisiva participación y ayuda en la creación del departamento del Cesar, del que aseguraban, sería su primer gobernador. Gabriel García Márquez – a quien la Editorial Suramericana le acaba de publicar su novela Cien Años de Soledad-, Álvaro Cepeda Samudio, Juan B. Fernández, Alfonso Fuenmayor, Juancho Jinete, que eran la pesada de la Costa; Rafael Rivas Posada, José El Mono Salgar,  y Iáder Giraldo, de El Espectador, Daniel Samper, Luis Carlos Galán, Gloria Moanack, Carlos Caicedo y un reportero gráfico de apellido Díaz, de El Tiempo, que eran los más destacados integrantes de la comitiva, acabaron haciendo huelga contra el saco y la corbata impuestos para el homenaje en el Club Valledupar y decidieron mejor quedarse esa noche escuchando a Escalona y sus cantos vallenatos en casa de Hernando Molina, donde se formó un parrandón que se prolongó por tres días. [48]


En la plaza principal de Valledupar se levantaba en una graciosa glorieta de jardinería el busto de Alfonso López Pumarejo, la ciudad no estaba aún electrificada en su totalidad, las comunicaciones todavía eran precarias y la nueva sede de gobierno aún se resentía de comodidades propias de las ciudades intermedias, como servicios sanitarios adecuados y oferta educativa eficiente, pese a los dos colegios existentes (El Departamental Loperena y el Instpecam). Valledupar era todavía una ciudad con rezagos aldeanos e innegable cuño hispánico en su infraestructura urbanística y viejas casonas dotadas de inmensos patios, donde sus moradores cultivaban hortalizas u ordeñaban una que otra vaca para el sustento doméstico. Pese a la modernización de los últimos años, aún la ciudad era eventualmente atravesada por los consabidos viajes de ganado a pie, que  la llenaban del cadente mugido de innumerables reses y del penetrante olor de la boñiga pecuaria.

 


 


Hacer de Valledupar una ciudad capital de importancia, acometer grandes obras de adecuación e infraestructura y poner al Departamento del Cesar a tono con los primeros entes seccionales del país fueron los objetivos inmediatos de López Michelsen. Dice Martínez Zuleta:

 

El 95% de las posibilidades (del nuevo gobernador) era de quemarse, pues lo único que no tenía era praxis administrativa y lo que iba a encontrar era carencias en todo. No había infraestructura en salud, solo dos hospitales y tres puestos de salud en todo el departamento. No la había en educación, solo dos colegios de bachillerato. Carecía de vías de comunicación carreteables, solo dieciocho kilómetros de pavimento en vías secundarias y terciarias. Igual carecía absolutamente de infraestructura en servicios públicos de acueducto y alcantarillado y el agua potable era un sueño. Teníamos, sí, un folclor rico, pero desconocido en el país.[49]

Había, por lo tanto, muchos obstáculos que vencer pero López no se dio por vencido y se rodeó de un equipo de colaboradores entusiastas  que lo secundaron y apoyaron en todas sus iniciativas. Una vez llegó a la legendaria ciudad de los capitanes Francisco Salguero y Hernando Santana, el nuevo gobernador y su esposa, Cecilia Caballero de López fueron gentilmente alojados en casa de Amador Ovalle. Aun cuando posteriormente fueron alojados de forma definitiva en casa de Doña Paulina Mejía de Castro Monsalvo, antigua residencia del gobernador Pedro Castro Monsalvo quien recientemente había fallecido. El entusiasmo en las calles era desbordante ¡El Cesar es departamento! era el grito que se repetía en una y otra esquina; y las parrandas vallenatas que lo celebraban eran interminables. El viejo anhelo se había cristalizado en una nueva y delirante realidad.

 


El gobernador López Michelsen expidió desde un improvisado despacho en el antiguo Edificio de la Alcaldía de Valledupar, en el marco de la Plaza, los decretos números: 03, 04, 05 y 06 de diciembre 21 de 1967; en virtud de los cuales conformaba su Gabinete Departamental. La nómina de nuevos funcionarios fue la siguiente:

 

GABINETE  DEPARTAMENTAL DEL CESAR  - DICIEMBRE DE  1967

 

 

CARGO

NOMBRE DEL FUNCIONARIO

1.

Secretario de Gobierno

Luis Roberto García

(Conservador unionista)

2.

Secretario de Desarrollo

Álvaro Pupo Pupo

(Liberal)

3.

Jefe de la Oficina Administrativa

Álvaro Araújo Noguera

4.

Jefe de Planeación

Jorge Child Vélez

(Antiguo militante del MRL)

5.

Jefe de Educación

César Fernández Dáger

6.

Jefe de la Sección Agropecuaria

Hernán Osorio

7.

Jefe de Obras Públicas

Emiro Alfonso Zuleta C.

8.

Jefe de Presupuesto y Contabilidad

Teobaldo Manjarrez

9.

Jefe de Servicios Generales

Dámazo Lora

10.

Jefe de Personal

Jorge Gómez

11.

Jefe de la Oficina Jurídica

Uribe Hadid Molina

12.

Administrador de Rentas

Diomedes Daza Daza

13.

Secretario Privado

César Escobar Ortega

14.

Capellán de la Gobernación

Presbítero Fray José Agustín

Mackenzie Useche [50]

15.

Alcalde de Valledupar

Don Manuel Germán Cuello

(Conservador unionista)

16.

Jefe de Relaciones Públicas

Maestro Rafael Escalona Martínez

 

En virtud del decreto 102 del 29 de febrero de 1968, el gobernador López Michelsen fijó el presupuesto de rentas y gastos por cuanto aún no se había conformado la Asamblea Departamental del Cesar. El monto reglamentado fue de $ 33.252.000, oo.

 

¿Por qué razón el gobernador López Michelsen fue reacio a la creación de la Industria Licorera del Cesar?  En diciembre de 1967 Alfonso López Michelsen expuso en líneas generales ante la prensa nacional lo que sería su gobierno departamental. Sobre el particular puntualizó:

 

El Cesar no tendrá licorera… Nos abasteceremos, por el norte, en el Magdalena, y por el sur, con Santander. Vamos a demostrar que no necesitamos licorera para financiarnos.[51]

 

Ya en el ocaso de su vida –y dueño de esa lucidez que lo caracterizó hasta el último momento-, respondió una vez más a esta inquietud en los siguientes términos:

 

…le puse término a las aspiraciones de algunos hijos de la región (del Cesar) que estaban empeñados en fundar una licorera propia, un negocio que en el Magdalena Viejo había sido de grandes proporciones. Como no había panela y la compraban en otros departamentos, resultaba muy rentable conseguir el contrato de panela para alimentar la licorera y luego dedicarse, como ocurrió en Santa Marta, al contrabando de ron, creándole así un ramal a la licorera que conducía a la casa de algún amigo donde se recogía el licor. Algo parecido a lo que está ocurriendo en la actualidad con la gasolina. Hubiera sido una especie de cartel del ron. [52]

 

A juzgar por las anteriores declaraciones (tan distantes en el tiempo una de otra), López Michelsen mantuvo como idea central evitar un foco de corrupción en el recién creado ente seccional, por lo que nunca le dio el guiño a la creación de la esperada dependencia. El primer gobernador soñaba con una ciudad capital moderna, funcional y atractiva, desde donde se trazaran las directrices progresistas de los restantes municipios del departamento número 22 del país.

 

14.    LA CREACIÓN DEL CESAR EN LA PRENSA DE LA ÉPOCA

 

Según noticia que aporta a esta investigación el historiador y abogado cesarense Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, el periódico más importante para la región del Cesar y el Magdalena en 1967 era EL ESPECTADOR; era de los pocos diarios capitalinos que llegaba a estas tierras. Las noticias del centro de Colombia nos llegaban por este medio impreso[53].

 

En 1967 los periódicos de más amplia circulación en Colombia eran los siguientes: de filiación liberal, EL TIEMPO (de la familia Santos) y EL ESPECTADOR (de la familia Cano). Y de filiación conservadora el diario EL SIGLO (de la familia Gómez). El rotativo que dio mayor despliegue a la noticia de la creación del Cesar fue EL ESPECTADOR, hasta el punto de incluir una separata monográfica sobre el nuevo ente seccional, de muy positivo impacto en nuestra tierra. En segundo lugar podemos ubicar a EL TIEMPO, que dedicó varios reportajes, antes, durante y después del acto protocolario de creación del Cesar. EL SIGLO dedicó un elogioso editorial al Cesar y a los cesarenses, cuyos apartes más significativos nos permitiremos reproducir a continuación.

 

14.1. Departamento Promisorio

 

“…El Cesar, así hubiese estado unido al viejo Magdalena por lazos íntimos e indestructibles, siempre se manifestó dentro de la vida nacional con una personalidad muy propia, por medio de sus rasgos sustantivos y una fisonomía definida en todas sus expresiones. Y cosa curiosa, el contraste de su paisaje – la Sierra y el Valle-, no hizo plural y contradictorio el carácter de sus gentes, sino que unificó el sentimiento del alma popular para moldear su temperamento: laboriosas, alegres y acogedoras, nada de indolentes ni reservadas.

 

Ahora, como emporio de riqueza cuyos renglones productivos juegan papel importante en nuestra economía nacional, ninguna otra sección administrativa tenía tanta justificación histórica para aspirar al ascenso de ser departamento, ni tanto derecho para exigir la autonomía soberana de regir sus destinos. Tanto es así que en el resto del Magdalena, desde hoy su hermano mayor, se adoptó una actitud comprensiva y respetuosa, respecto a la aspiración justa de la ciudadanía del Cesar.

(…)

Se ve pues que el nuevo Departamento del Cesar por su realidad y potencialidad económicas, tiene asegurado su futuro. Pero en gran parte también depende de la orientación que a sus destinos impriman sus mandatarios. Su primer gobernador, el Doctor Alfonso López Michelsen, siendo un político profesional, es en verdad, un acierto, porque como amigo y admirador de esa noble tierra, comprenderá que por encima debe estar la satisfacción de su necesidad y aspiraciones que los menesteres de un proceso electoral”.[54]

 

14.2. Lleras Posesionó a López…

 

Así tituló EL ESPECTADOR en primera página la noticia, el día viernes 22 de diciembre, un día después de la ceremonia oficial de creación del Cesar. Dice el rotativo liberal entre sus apartes más significativos, lo siguiente:

 

“Lleras Posesionó a López

Al inaugurarse ayer el Departamento del Cesar

Lleras hizo elogio de integración con zonas venezolanas.

 

El Departamento del Cesar fue víctima en el primer día de su funcionamiento, como nueva entidad administrativa, de uno de los más grave problemas de cuya solución está pendiente esa región del país: la falta de comunicaciones. A pesar de encontrarse en Valledupar el Presidente de la República y las más altas autoridades colombianas, así como ilustres visitantes extranjeros, esta ciudad permaneció incomunicada ayer tarde. En la oficina telefónica de Barranquilla se informó lacónicamente: como es día cívico en Valledupar no abrieron la Oficina de Teléfonos.


El viaje de Lleras

 

Como estaba anunciado el presidente Lleras viajó ayer (21 de diciembre) con una comitiva de diecinueve personas. Las escasas noticias recibidas de Valledupar indican que el doctor Lleras fue objeto de una gran recepción en la que abundaron los sones vallenatos. Poco después tuvo lugar el acto solemne de posesión del primer gobernador del Cesar, doctor Alfonso López Michelsen. Un nutrido programa se desarrolló durante el día, en medio de una desbordante alegría del pueblo vallenato, por la creación de su departamento.

 

Discurso de Lleras

 

La Oficina de Información y Prensa de Palacio dijo anoche que al dar posesión al gobernador López Michelsen, el presidente Lleras lo describió como un compatriota deseoso de trabajar por el bien de Colombia.  Dijo el jefe de Estado que el Cesar tiene un porvenir de justificadas esperanzas e invitó a la acción combinada del Estado y de los particulares para lograr la plena prosperidad de la región. Dijo que esperaba dejar terminadas las obras de regadío en el Cesar antes de finalizar su administración con el fin de que fructifiquen los planes fundamentales de desarrollo agrícola.

 

Hizo referencia a la importancia que para el progreso de la región tiene la integración fronteriza con Venezuela e insistió en la trascendencia de la Transversal del Caribe. Citó como claves el tramo de carretera entre Puerto rey y Paraguachón. Finalmente invocó la solidaridad nacional  y reiteró su firme confianza en el pueblo colombiano”[55].

 

14.3. Separata sobre el nuevo Departamento del Cesar

 

El jueves 21 de diciembre diario EL ESPECTADOR incluyó la separata monográfica titulada: ¡Adelante, cesarenses! Elaborada por el periodista Héctor Muñoz, en la cual se incluía información abundante sobre el nuevo departamento, los 13 municipios que lo conformaban originalmente, lo mismo que de su orgullosa capital, Valledupar. Unos breves apartes de tan valioso material son los siguientes:


“LOS MUNICIPIOS

 

Valledupar, la capital tiene cien mil habitantes, la ciudad está ubicada al norte del departamento y tiene 22 corregimientos y 15 inspecciones de policía. Está a 298 kilómetros de Bogotá. Los otros municipios del Cesar son: Aguachica, Codazzi, Curumaní, Chimichagua, Chiriguaná, Gamarra, González, La Gloria, Pailitas, Río de Oro, Robles y Tamalameque. Los estimativos del DANE para el año de 1966 arrojaron una cifra de 293.218 habitantes, correspondientes a los municipios que integran el Cesar.

(…)

 

LA ECONOMÍA

 

En los renglones agropecuario e industrial el Departamento del Cesar tiene grandes perspectivas. Las cifras que a continuación se transcriben representan el aporte del nuevo departamento a la economía del país. Ochenta mil novillos para el consumo nacional, por un valor de $ 160 millones. Exportación de 4.000 novillos mensuales a Venezuela. Producción de 140.000 litros de leche. La producción de algodón, 74.000 hectáreas sembradas, vale más de 500 millones de pesos. Arroz, 46.000 toneladas,  $ 87.917.000. Maíz, 2.792.000 sacos de 50 kilogramos, $ 139.600. Café, 148.000 sacos, $ $ 44.400. Otros cultivos (palma africana, plátano, caña de azúcar, cacao, soya, millo,  etcétera). $200.000.000.

(…)”.

 

14.4. Poemas, canciones y homenajes diversos al nuevo departamento

 

En la edición del diario EL TIEMPO, del día viernes 22 de diciembre de 1967, se incluyó el siguiente soneto dedicado al río Cesar:

RÍO CESAR

De norte a sur en todo discordante

Siempre navegas contra la corriente.

Y con la espalda al mar, independiente

Patria adentro, penetras ondulante.

 

Con tozudez de caballero andante,

Don Quijote fluvial con tu corriente…

La entregas a tu tierra, la abundante

Arriada varonil de tu simiente.

 

Siendo ciento por ciento americano,

Del lado de nosotros caes ufano

Noble río Cesar… ¡Cuanta substancia!

Vital los otros ríos acuciosos

Con despilfarrada exuberancia

Tributan a los mares, desdeñosos.

 

T. Quintero de Fex.


El compositor cesarense Gustavo Gutiérrez Cabello, quien entonces contaba con 26 años y hacía su ingreso al mundo de las creaciones vallenatas, dedicó a la reina de belleza del Cesar, Leonor Eugenia  Pineda Palmera, una sentida canción. Su texto completo es el siguiente:

LEONOR DEL CESAR

 

Casita blanca de palma

Donde se escucha un adiós.

No te pongas triste el alma

Porque tu suerte cambió.

 

La luna me está mirando,

Yo no la quiero mirar.

Si delante de mí tengo

La belleza regional.

 

Cabellos negros que peinas

Con los vientos del Cesar,

Nobleza de raza heroica

Tu figura angelical.

 

Leonor Eugenia: que piensen

Que unas vienen y otras van…

Que Alfonso López Michelsen

Fue tu elegante edecán.

 

-Coro-

Al son de la música y ron

Todos te quieren cantar.

¡Viva la reina Leonor!

Que es la reina del Cesar.

 

El parlamentario Crispín Villazón de Armas publicó en el diario El Tiempo, un sentido artículo en homenaje del amigo del Proyecto Departamento del Cesar, Enrique Eloy Quintero, fallecido hacía poco tiempo. Algunos apartes dicen lo siguiente:

 

“…positivo fue su concurso en la creación del Departamento del Cesar, a cuya empresa se vinculó desde el principio, cuando nadie creía en ella. Llevando como bagaje y armamento su inextinguible optimismo, su espontánea capacidad para ofrecerse, su alto sentido del deber y su desinterés. Y murió sin gozar la victoria. Como el llerista más integral era el llamado para presenciar física y espiritualmente la posesión de Alfonso López Michelsen como primer gobernador del Departamento del Cesar.

(…)

Todavía guardo fuera de archivo oficinesco su cable de respuesta al mensaje que desde Bogotá le dirigimos José Antonio Murgas, Aníbal Martínez Zuleta, Jaime Calderón y Lucas Monsalvo, anunciándole que habíamos resuelto presentar el proyecto a la Cámara y romper el hielo y el escollo de una resistencia nacional atrincherada contra la creación de nuevos “departamentos”. Su adhesión y disposición fueron enfáticos como rotunda su actuación posterior.[56]

 

Hubo manifestaciones creativas, artísticas y folclóricas en abundancia a favor del Departamento del Cesar, tanto en Valledupar como en Bogotá. Lo anterior fue solamente una pequeña muestra representativa, que no se amplía en gracia de brevedad. Baste decir que la musa creadora tuvo abundante motivo de inspiración en la consagración de nuestra tierra como el vigésimo segundo departamento de la república. 

 

15.  DISCURSO DE POSESIÓN DEL PRIMER GOBERNADOR DEL CESAR,

DR. ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN

 

(Íntegro)

 

Valledupar (Departamento del Cesar), 21 de diciembre de 1967.

 

Acto de Posesión ante el Sr. Presidente de la República, Dr. Carlos Lleras Restrepo y personalidades de la ciudad capital.

 



“Hace ya casi 100 años se cumplió en Colombia la más grande hazaña colectiva de la raza, cuando descendiendo desde las montañas de Antioquia, iniciaron sus moradores la colonización del Quindío. Agotadas las riquezas mineras que habían servido de sustento a ese departamento, sus habitantes iniciaron una marcha al sur, poblaron la cordillera, sembraron el café que debía ser la espina dorsal de nuestra economía y forjaron 100 años de nuestra historia. Todo cuanto fuimos, todo cuanto crecimos, todo cuanto prosperamos en 100 años, se lo debemos a esa colonización. Comercio, industrialización, cultura, todo fue obra de la raza antioqueña, vertida sobre las laderas de la cordillera. Con íntima satisfacción de colombiano registro un hecho semejante, en las inclementes llanuras del Cesar. Aquí también, empujados unas veces por la violencia, otras por la necesidad económica, los habitantes del centro de Colombia y principalmente los hijos de Santander, abandonando sus montañas erosionadas, están realizando un milagro comparable al de la colonización del Quindío.  Aquí también se va a jugar la historia de Colombia en el siglo XX. Aquí se van a abrir las nuevas fuentes de riqueza, que han de reemplazar al café. Aquí se va a desarrollar la ganadería, se va a desarrollar el algodón, se va a desarrollar el turismo en forma tal, que el día que se sienta el vacío por la pérdida en los precios del grano, estará El Cesar, prestándole el contingente de su riqueza a toda Colombia. Es la imagen de quienes nos empeñamos en la creación del Departamento del Cesar, la que queremos ofrecerle esta tarde a Colombia. Un departamento que sea una esperanza, un departamento que sea para todos, un departamento que no tenga puertas, un departamento en donde día a día los colombianos que dejan sus tierras empujados por motivos económicos o por motivos políticos, encuentren una segunda patria más amable.

 

Porque, señor Presidente, el Cesar es el espejo de la patria. El Cesar es igual a la patria. El Cesar es como la patria misma. Tiene todos sus climas, desde las montañas coronadas de nieve, las laderas en donde florece el jazmín del café, las llanuras ardientes, todo lo que es la patria se reproduce en el Cesar. Aquí tenemos las laderas donde pueden aclimatarse los frutos de la zona templada, pero también tenemos las sabanas ardientes, semejantes a las de otras regiones de Colombia. Y los que han dejado su patria chica recobran en las pupilas, a través del paisaje del Cesar, aquel que dejaron más atrás. El llanero vuelve a ver en las sabanas del Valle, el pródigo y feraz valle del Casanare y las llanuras del Meta. El tolimense, el caucano, el hijo del Patía, todos vuelven a encontrar en este paisaje del Cesar un rincón de su terruño. Y también, como la patria, tenemos el sur de nuestra frontera en el río Magdalena, ese río que es el gran río de nuestra historia, sobre cuyo lomo indócil viajó la civilización occidental a conquistar nuestra tierra.

 

 



 

Y, además como los departamentos excepcionales de Colombia, El Cesar tiene frontera, muy dilatada  por cierto, que no nos separa sino que nos une, con la más próspera de las repúblicas bolivarianas, con la hermana Venezuela.  Venezuela, la cuna de Bolívar, la república con quien jamás dirimimos nuestras controversias por medio de las armas, en donde, por el contrario, cada batalla recuerda glorias comunes, cuando teníamos una sola bandera bajo la dirección del Libertador.  Y también fue con Venezuela, como instintivamente se inició la integración que los hijos de esta provincia hicieron balbucear cuando llevaban sus ganados a surtir la plaza de Maracaibo, en algo que se llamaba contrabando, pero que tiene que regularizarse, que tiene que consolidarse, que tiene que organizarse, no sólo como redención de esta región, sino como la prueba de que la integración es un propósito serio y constante.  Y también, como la patria misma, tenemos una estructura social injusta, unas tribus indígenas camino de extinguirse, abandonados por años por los poderes centrales. Campesinos pobres, campesinos hambrientos, campesinos iletrados frente a ricos terratenientes, dueños de las técnicas más modernas, capaces de emplear los procedimientos más avanzados en la agricultura y en la ganadería. Lejos de las leyes laborales, que muchas veces no se cumplen, sólo la caridad cristiana los ha unido para atenuar un poco el conflicto de la luchas de clases y hacer con el corazón lo que el legislador y los gobiernos no han obligado a hacer suficientemente. Y también, como Colombia toda, como Nariño o como Boyacá, el pueblo campesino de este departamento halló hace siglos su propia imagen milagrosa, su patrona, su virgen, Nuestra Señora de Río de Oro, que velará en adelante por la prosperidad y la fortuna de este departamento.

 

Superfluo sería enumerar las dificultades de todo orden que nos asedian, la penuria fiscal de esta sección del país, con un presupuesto no solo inferior al de otros departamentos, sino más modesto que el de las mismas facultades menores de la Universidad Nacional y, Dios sabe, si los ingresos, participaciones y contribuciones que recibe el departamento del Cesar no son a veces menores que los que reciben ciertos ciudadanos colombianos para su propio peculio personal. Pero si somos pobres, si no tenemos caminos, si no tenemos fuerza eléctrica, si no tenemos irrigación, si no tenemos escuelas, el Cesar cuenta con una población incomparable por su inteligencia, su voluntad de entrega total, su determinación de crear un departamento piloto para Colombia. Quienes combatieron tímidamente en un principio la creación del departamento del Cesar, se equivocaron en una cosa: En afirmar que no había con quién gobernarlo, ni con quién organizarlo. La tarea realizada por la Junta Organizadora designada por el Excelentísimo señor Presidente de la República, demuestra cómo existía el capital humano capacitado para poner en marcha el Cesar y, a la hora de escoger la nómina de mis colaboradores, me ha tocado comprobar cómo existe en este vasto territorio una inmensa nómina de profesionales y de gentes de trabajo, capaces, preparadas, listas para prestarle un gran contingente al departamento. Es con esa voluntad, con esa benevolencia para con mis errores, con  lo que cuento para iniciar mi tarea. No en vano tuve en la vida dos ejemplos de cómo se puede gobernar, poniendo fe en el pueblo, frente a otros que han hablado de una Colombia ingobernable, de una Colombia anárquica, de una Colombia veleidosa. Yo recuerdo siempre, señor presidente, el ejemplo de mi padre, cuando en aquel documento político que fuera su discurso en la universidad, terminaba dándole gracias a la Providencia por haber nacido colombiano y haber vivido entre sus compatriotas. Peri, si esto fuera poco, está vuestro ejemplo, Señor Presidente, en un largo año de gobierno habéis mostrado ante los países de América cómo el pueblo colombiano es receptivo, es inteligente, es abnegado, cuando se pone fe en la claridad de su pensamiento, cuando se le explica inteligentemente, como vos lo habéis hecho, cuáles son los propósitos de un gobierno serio y honrado y cuáles son los medio para alcanzar esos fines  que se propone el gobierno. Cualesquiera que hayan sido mis convicciones íntimas y siguen siéndolo con respecto a la política colombiana, voy a gobernar en los términos del Frente Nacional, cumpliendo el compromiso que he contraído. Días vendrán en que quienes me acompañen en la lucha por las reivindicaciones sociales, lleguen al poder y solos y sin compromisos realicen nuestro programa, pero, por ahora dentro de las circunstancias y las limitaciones, mi compromiso se reduce a hacer que el Cesar sea lo que Colombia ha querido y yo lo espero firmemente, yo creo que mañana n i el Congreso que le dio su voto, ni el Presidente que sancionó la Ley, ni el Departamento del Magdalena que tan generosamente auspició la creación del Cesar, tendrán que avergonzarse de haberle dado vida, sino por el contrario, podrán decir ufanos: “- nosotros contribuimos a su creación”.

 

Como he tenido la fortuna de contar con el apoyo de todos los grupos políticos, mi gobierno no será una administración de partidos ni de clase, será una administración para todos, una administración en la que nadie debe sentirse hostilizado, perseguido o discriminado. 10 años de lucha contra el Frente Nacional, tal como se concebía entonces, me enseñaron que el infierno está empedrado de buenas intenciones y que muchas veces, a pretexto de combatir las hegemonías se crean otras nuevas, más odiosas que las anteriores. Espero, sobre todo, que la mujer de la provincia, la mujer que tiene un símbolo en Doña Concepción Loperena de Fernández de Castro, contribuya con su acción a través de la acción comunal, al desarrollo del departamento. Toda nuestra fe, toda nuestra esperanza, más que los recursos económicos, que apenas figuran  en los periódicos, están en la voluntad  de cooperación, a la cual pensamos apelar.

 

Al agradecer la asistencia de todos quienes nos honran esta tarde con su presencia,  empezando por el propio Señor Presidente de la República, hago votos porque este acto tenga un especial significado en la reconciliación del interior de Colombia con la Costa Atlántica. Que este departamento costeño sin costas y tierra de inmigrantes, sirva de fuente para que si alguna vez hubo heridas o cicatrices, ellas se sanen mediante la intervención y la presente de este departamento intermedio, el departamento del Cesar.  Pero tampoco podemos desconocer que los problemas de la Costa Atlántica nos son comunes. No podemos considerar   que se trate de problemas parroquiales, los que sufre un departamento o el otro. Somos un todo, y así como reivindicamos la gloria de un escritor  de Bolívar o un escritor del Magdalena, que pasa las fronteras nacionales, como si se tratara de una gloria costeña, o reclamamos el prestigio de la pintura colombiana, en la paleta de un pintor de Barranquilla, o de un pintor de Cartagena, como si se tratara de la Costa toda, o si nos regocijamos por los aires musicales de un amigo de Valledupar se divulgan y propagan a través de todo el continente, como una gloria de la costa, también nos son comunes los problemas. Nos es común el problema del precio del algodón o del arroz, o el del ganado, su transporte y su mercadeo, nos es común la necesidad del puente sobre el río Magdalena, nos es común el acondicionamiento de los aeropuertos de Soledad, Santa Marta y Cartagena, para fines internacionales, porque la Costa es un todo, al que afortunadamente empiezan a prestarle atención los poderes centrales, durante la administración que tan dignamente preside el doctor Lleras Restrepo.

 

Señor Presidente, cuando me pedíais el juramento ritual de cumplir con los deberes de mi cargo como primer gobernador del Cesar, mi memoria evocaba la sombra de 2 gobernantes del Magdalena que se hicieron tan caros a esta provincia, por sus buenos servicios, que todavía, asociados al santo Ecce Homo, la gente los recuerda en sus cantos, a pesar de haber transcurrido 30 años desde su mandato. A esas sombras pido consejo y,  al jurar cumplir con los deberes de mi cargo quiero decir, que si llegare a fallar, ellos me lo demanden, y si llegare a prestar siquiera medianamente el contingente  que aspiro a darle al Cesar, ellos con la Patria y con Dios me lo premien”. [57]

 

Al acto de posesión de Alfonso López como primer gobernador del Cesar, asistieron siete gobernadores. Ellos fueron:

 

 

 

GOBERNADOR

NOMBRE DEL FUNCIONARIO

1.

Antioquia

Octavio Arizmendi Posada

2.

Atlántico

Próspero Carbonell Insignares

3.

Magdalena

Jacobo Tovar Daza

4.

Santander

Julio Obregón Bueno

5.

Norte de Santander

Gustavo Lozano Cárdenas

6.

La Guajira

Luis Armenta Daza

7.

El Estado Zulia (Venezuela)

Luis Vera Gómez

 

Asistieron igualmente grandes personalidades de la vida política nacional, como por ejemplo: Doña Olga Dávila de López (viuda del Dr. Alfonso López Pumarejo, quien había fallecido en 1959, según ya lo hemos visto). En la comitiva presidencial vinieron: Dr. Misael Pastrana Borrero (Ministro de Gobierno); Dr. Enrique Blair (Ministro de Agricultura); Guillermo Angulo (Presidente del Senado); Ramiro Andrade (Presidente de la Cámara de Representantes); Mayor General Guillermo Pinzón (Comandante del Ejército); Brigadier general Eduardo Muñoz (Comandante de la II Brigada);  Ing. Virgilio Barco Vargas (Alcalde mayor de Bogotá); Próspero Morales Pradilla (Director Nacional de Información); Jaime Aponte (Secretario Privado); Germán Bula Hoyos (Senador); Luis Alava. Y José Antonio Murgas (representantes a la Cámara); teniente Coronel Gustavo Matamoros D´Costa (Jefe de la Casa Militar de Palacio). Y los edecanes: mayor Hugo Beltrán y teniente de navío Luis C. Jaramillo, entre los más importantes. [58]

 

16.  DISCURSO DE REGRESO A VALLEDUPAR DEL DR. ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN

 

Aquel memorable discurso ante una espontánea multitud,  en el mes de junio de 1968, en la Plaza Alfonso López Pumarejo en Valledupar, luego de haber regresado tras el conato de renuncia presidencial de Carlos Lleras Restrepo, a quien López Michelsen ofreció inmediatamente todo su apoyo para que continuara al frente  del despacho. Dicho discurso -decimos- hemos decidido insertarlo íntegro aquí, por su profunda significación tanto política como histórica para Valledupar y el Cesar; por cuanto en él presenta un somero balance de su gestión modernizadora de la capital del Cesar y del departamento; al tiempo que se deja entrever en ellos sus más caros sueños para la región:

 

 

“Señor Dr. Jorge Dangond

Señor Dr. Adalberto Ovalle

Señor Dr. Luis Rodríguez Valera

Señor Dr. Gil Aguancha Jiménez

Señor Dr. Aníbal Martínez Zuleta

 

Compañeros, compañeras del Cesar y de Valledupar.

 

Yo le tenía miedo a esta recepción. Temía que se me anudara la voz en la garganta por la emoción al volver al Cesar. Las gentes que ven en la vida cotidiana del Gobernador y de su mujer, no saben hasta qué punto este episodio de nuestra vida  en Valledupar, señala un jalón muy especial en nuestra historia. En los altos y bajos de la vida, desde la época de la gran lucha de Alfonso López Pumarejo, en el exilio en México, en las batallas de nuestro partido, del Movimiento Revolucionario Liberal, este período del Cesar, ha sido un remanso en nuestras vidas. Cuando a Cecilia la ven plantando árboles o alegre cruzando la plaza para oír el dolor y la queja de todas las gentes, nadie imagina  la satisfacción que abriga a nuestros pechos; y qué compensación, qué satisfacción es el encontrar que tal vez entre todos los gobernadores de Colombia, es el del Cesar el que no tienen oposición, porque no hemos tenido adversarios, no hemos tenido enemigos sino manos que se nos tienden para ayudarnos. Esta manifestación lo está diciendo. Aquí han hablado representantes de todos los grupos que se presentaron en las últimas elecciones. Ha hablado, para comenzar, un representante de Alianza Nacional Popular, luego ha hablado un representante de cada uno de los grupos en que estuvo dividido el Partido Liberal, como también ha hablado un representante del unionismo conservador.  Yo quisiera preguntar, en qué Dpto. se encuentra una unidad semejante para hacer, con una gran disciplina, una tentativa de seguir construyendo el Dpto. piloto de Colombia.

 

Hace apenas 3 días, el señor Presidente de la República me invitó a acompañarlo a la ciudad de Ibagué en la primera manifestación que realizaba después de su renuncia. Y fue extraordinaria la manifestación de entusiasmo y apoyo que despertó la figura del dr. Carlos Lleras Restrepo, en medio de banderas de Colombia, de banderas de todos los partidos y de gentes de todas las clases sociales que aclamaron al primer mandatario. Y yo me decía: aclamar a un triunfador no tiene mérito. Acompañar al presidente cuando está respaldado por una inmensa fuerza, no tiene verdadera significación. Lo importante es acompañarlo cuando otros lo abandonan. Lo importante es secundarlo cuando otros creen que la nave está haciendo agua y se está yendo a pique. Cualquiera que sea la afiliación política de las gentes, yo quisiera decir aquí en Valledupar, que, si el Dr. Lleras Restrepo es admirable en las horas de popularidad, que son fáciles de granjearse haciendo promesas, es aún más grande afrontando la impopularidad, cuando impone sacrificios, cuando pone límites, cuando señala vallas. Es muy fácil ser presidente diciéndole a todo el mundo que sí, poniéndose de acuerdo con la última persona con quien se habla, sin tener una idea en la cabeza de lo que se va a hacer, de lo que se proyecta a largo plazo, pero lo difícil es ser presidente teniendo una idea formada, una concepción total y global de lo que se está haciendo para decirle al que ayer apoyaba al presidente: “No señor, no le puedo dar gusto” y al otro, que viene a amenazarlo, a decirle: “Ud. Tiene un límite, porque su apoyo me interesa menos que los intereses generales”. Por eso es grande Lleras Restrepo, porque ha sabido hacer cosas que no le gustan a determinados sectores, porque ha preferido arriesgar su popularidad corriendo el riesgo de que muchas gentes no lo comprendan, antes que dejar de pensar en las conveniencias generales, en los intereses de todos y no en los intereses de determinados sectores.

 

Me siento un poco esta tarde, como un ciudadano del Cesar que se ganó la Lotería de Navidad en este año. Un muchacho de 22 años a quien le cayó el gordo de 12 millones y ¿qué hizo? Llamó a los miembros de su familia y a cada uno le hizo un regalo. Si de algo me sirve este poco de suerte que he tenido en nuestra crisis nacional, yo quisiera que me sirviera para tener influencia ante los poderes centrales para conseguir una cejita de luz para el Cesar, para que en adelante mi voz sea un poco más escuchada. Entre tanto yo lo que quiero, y se lo he dicho a las gentes de Bogotá, es volver al Cesar a hacer cosas pequeñas, a nuestra manera, modestamente, como es pequeña nuestra Lotería Vallenata, que no es de 12 millones ni de veinte; una lotería eficaz, que yo espero y ayude a sustentar los gastos de salud en el Dpto. Así quiero yo que sigamos nuestra vida. Olvidémonos de lo que pasó en Bogotá, olvidémonos de candidaturas presidenciales a 6, 8 ó 10 años, porque quién sabe si estaremos vivos. Pensemos en las cosas pequeñas e inmediatas de cada día. Vamos a proseguir el mismo esfuerzo en el que venimos empeñados. Vamos a hacer de la ciudad capital la continuación de la obra de modernización que se viene realizando desde hace 3 años. En medio de tantos acontecimientos, tuve oportunidad de hablar con el Banco Popular y conseguir un préstamo de $ 1.500.00, oo para terminar la obra del mercado nuevo, que inició Pepe Castro. Vamos a hacer el estadio de Valledupar, un estadio como los de todas las ciudades capitales. Ya se ha abierto la licitación para construir 3 nuevas tribunas y vamos a hacer deporte, vamos a estimular a los ciclistas.  Los boxeadores ya nos han traído coronas, pero vamos a tener nuestro equipo de fútbol, vamos a presentarnos como el Unión Magdalena o como el Junior, para ver ondear en todos los estadios el verde y  blanco del Cesar. Pero estaría mal que descuidáramos otros aspectos.

 



 

Se va  hacer la Casa de la Cultura en que anda tan empeñada la señora del gobernador. Se va a mejorar la situación de los presos, porque se va a terminar la cárcel con el $ 1.000.000, oo del presupuesto que nos ha suministrado el Gobierno Nacional  y vamos a realizar la divulgación de la historia del Cesar, dando a conocer su pasado, su presente y su futuro y hacer que se oigan en esta ciudad las voces de todo el pensamiento nacional, desde Jorge Zalamea hasta Mario Laserna. Y como no podríamos limitarnos en forma egoísta a la capital del Dpto. porque nunca Valledupar debe convertirse en un centro de antagonismo, vamos a insistir en la electrificación del sur. Hemos conseguido 3 millones de pesos para la línea de Ocaña – Aguachica y Gamarra y tenemos además otros 5 millones para las redes de Valledupar – Robles – Codazzi, que me permiten traer la promesa de que no llegará el 31 de diciembre sin que haya entrado en servicio la primera unidad de 2.500 kilovatios para el alumbrado de Valledupar y la zona norte.  En el orden de las preocupaciones históricas, para esa joya turística que es la iglesia de Badillo, el Ministerio de Obras Públicas ha asignado los primeros $ 52.000,oo para iniciar la reconstrucción de la que es posiblemente la más antigua de las ermitas españolas en territorio colombiano: la iglesia de Badillo.

 



LA IGLESIA DE BADILLO: EL SANTUARIO DE LA PATRIA

 

Entre la Universidad de los Andes, el Ministerio de Obras Públicas y el Dpto. vamos a restaurar lo que será, como decía yo en alguna ocasión, un santuario de la Patria.  Pero si aquí en lo interno, vamos a seguir viviendo modestamente, olvidándonos de lo que ha pasado, con la misma fe, con la misma sencillez con que todos lo hemos hecho hasta ahora, con los mismos colaboradores, que tan justamente elogiaba aquí Aníbal  Martínez  Zuleta, tratándose de los derechos del Cesar en el concierto de la República, sí,  no vamos  a ser modestos. Ahí sí que no vamos a ser humildes. Una cosa es nuestra vida a domicilio, otra es permitir que se hable como se ha hecho en estos días del Cesar como de “Rebaño de bueyes y de electoreros”.

 

Este Dpto. de bueyes y de electoreros va a levantar la cara muy alto en donde quiera que haya una controversia nacional para reclamar sus derechos. Nosotros no tenemos nada contra nadie. Tenemos los brazos abiertos para recibir emigrantes, queremos que vengan, que nos traigan su experiencia y se vinculen a esta tierra; pero que no se nos vaya a menospreciar y que se repita aquello de que vallenato era el pobre diablo en los colegios de Santa Marta hace 30 años. Semejante tratamiento, mientras tengamos vida no se repetirá jamás.

 

¿Con que les molesta a algunos que nosotros les recordemos que las fábricas de tejidos se mueven con el algodón del Cesar o les molesta en otras partes que les recordemos que son los cueros del Cesar los que sirven para sus fábricas de curtidos, o les molesta a otros que les recordemos que el tabaco rubio viene de la Guajira, que también es Cesar? No tienen por qué molestarse, puesto que del intercambio de uno a otro Dpto. es de donde viene la prosperidad. Lo injusto es lo de que se nos proponga que el impuesto proveniente de la venta de las mercancías elaboradas lo paguemos en el Cesar y se vaya a otras partes y que en cambio, el Cesar no reciba nada de impuestos sobre las ventas, cuando vende sus materias primas. Que no se confunda la discusión diciendo que somos enemigos de este o del otro Dpto. Lo que decimos concretamente es que esa propuesta de que el 50% del impuesto sobre las ventas, que se paga sobre la materia elaborada, se volvería injusto porque se le daría todo a los Dptos., en donde hay industria y no se les daría nada a los Dptos., que suministran la materia prima. 

 

Que si se paga por comprar los zapatos un 3%, que si se paga por la cerveza un 3%, que si se paga por los textiles un 3% y, estos recursos no van ya a ser nacionales sino departamentales, también que, al vender el algodón o al vender la palma africana o al vender los cueros se pague un 3% y ese 3% se asigne al desarrollo del Cesar y de otros Dptos., que producen materias primas. Igualmente, ¿cómo podríamos pensar en desarrollarnos industrialmente si se va a crear un fondo nacional del ahorro, manejado por el gobierno nacional para ayudarle a todos los Dptos. Con un criterio general, y los que se oponen siguieran con el pretexto del descentralismo, de que cada Dpto. se desarrolle con las cesantías de sus trabajadores? ¿Qué diablos podríamos hacer con las pobres cesantías de los trabajadores del Cesar, mientras Cundinamarca, Antioquia y Valle recogieran las cesantías de sus trabajadores  para desarrollarse? ¿De dónde salen esas cesantías? ¿Con qué las pagan? Con los precios que pagamos en el Cesar, La Guajira, Córdoba, o el Magdalena, por los precios altos de los tejidos, del calzado, de las telas, de las telas que ellos elaboran. Si se ha de promover un fondo nacional del ahorro, que sea nacional y que el gobierno lo utilice para la descentralización industrial, pero que no se hagan fonditos departamentales para cada uno de los Dptos. Porque de ese modo cada día serán más ricos los que han avanzado y cada día más pobres los que nos tomaron la delantera. Es necesario ayudarles a los rezagados y no hacer cada año más honda, más grande, más inequitativa, más desigual la condición de los Dptos. grandes frente a los pequeños.

 

No quisiera yo alargarme demasiado sin una última consideración. Se me ha invitado, y con razón, a propiciar la unión liberal. En todo momento yo he querido que se realice esa unión liberal, que es tan necesaria en el Cesar como en toda Colombia, y estoy dispuesto a ayudar en la medida de mis fuerzas, dentro de mi órbita restringida de Gobernador, a que el Partido Liberal sea uno, sólido, fuerte, como era en la época grande del Partido Liberal, cuando tenía esta región a la cabeza de la administración seccional  a Pedro Castro Monsalvo. Yo pienso que es de máxima conveniencia el encontrar las fórmulas para conciliar las dos tendencias, casi iguales en potencia electoral en que se halla dividido el Partido Liberal, pero mi esfuerzo no se limitaría a unir al Partido Liberal sino que quisiera también que ese otro partido que le dio grandeza a Colombia en 150 años de historia, emulando con el Partido Liberal, el Partido Conservador, el Partido Conservador del Cesar, también diera un ejemplo de unidad y que se rompieran esas diferencias, esas barreras de los viejos partidos. Si el Cesar fuera el primer Dpto. en que volvieran a ondear las banderas de los viejos partidos unidos y al mismo tiempo viera surgir nuevos partidos, partidos jóvenes, partidos con nuevas tesis, partidos inconformes que le sirvan de aguijón  y estímulo a los viejos partidos, me daría por satisfecho. Así como no pienso que sea buena la división, creo que es buena la proliferación de los partidos. La división tienen sabor personalista, un sabor desagradable, de rencillas entre hermanos; la creación de nuevos partidos, con otras ideas, es una contribución ideológica, es una semilla que se planta. Vamos a hacer en el Cesar ese último esfuerzo de que se unan los partidos que tienen el mismo nombre y que surjan partidos nuevos, más revolucionarios, más inconformes, con más sentido de protesta; que no necesiten albergarse en las viejas toldas sino que se atrevan a poner la cara diciendo, con nombre propio, que se llaman comunista, social-cristiano, o con cualquier nombre que sea, pero que se pueden presentar al amparo de las nuevas reformas constitucionales en las urnas de las próximas elecciones.

 

Al agradecer a Uds. esta manifestación que no se borrará de mis pupilas, por igual a todos los partidos y a todos los grupos, con quienes mis sentimientos son de respeto y de garantías, aun para aquellos que me combaten, quiero decirles una cosa: en esa noche del Senado cuando estaba en juego la presidencia de la República, cuando la confusión se iba apoderando de los más serenos, yo contemplaba con asombro la ponderación de alguien que ha llegado a la cima del poder y del poder, el Dr. Mariano Ospina Pérez, situado más allá de la gloria, cumpliendo su palabra rigurosamente, esa palabra de oro de que yo hablara algún día a los liberales, vacilantes y dudosos, que no sería candidato a la presidencia y que había que creerle, porque su palabra es de las palabras más respetables que existen en el panorama político colombiano, en esos momentos, y así ha sido todo este tiempo, por encima de toda consideración personal, el Dr. Ospina sólo tuvo en mente los intereses de la patria.

 

Del mismo modo, mientras él pensaba en esos intereses de la Patria, yo pensaba en el Cesar. En qué me pedirían las gentes del Cesar que yo hiciera o que yo dijera, en que podría darles cuenta de lo que había hecho cuando regresara a este parque que lleva el nombre de mi padre, y me decía: el pueblo de Valledupar no me perdonaría que hiciera algo contra sus intereses o contra los intereses de la democracia colombiana, como la estatua que hay en ese parque no me perdonaría que yo hiciera algo que no hubiera estado a la altura de su nombre. Así, pues, cuanto he hecho, si merece reconocimiento de Uds. Lo he hecho pensando en esta gente, pensando en esta plaza, pensando en tantos recuerdos tan gratos y tan imperecederos como me unen a Valledupar y al Cesar”.[59]

 

Es ciertamente notable esta joya de la oratoria política del primer gobernador del Cesar, en un momento crítico de la ondulante política colombiana, durante la vigencia de su breve mandato local. López Michelsen no era un hombre de patriotismos excesivos, pero se echan de ver en este texto unos momentos verdaderamente emotivos, que dejan entrever los lazos afectivos que lo ataban a la tierra de sus antepasados. 

 

17.    CAMPAÑA LOPEZ PRESIDENTE PARA EL PERIODO: 1974 – 1978

 

El acuerdo frente nacionalista había llegado a su fin con la culminación del cuatrienio de Misael Pastrana Borrero (1970 – 1974), por el Partido Conservador. El Partido Liberal cerró filas frente al Partido Conservador y con la candidatura única de Alfonso López Michelsen se lanzó a las elecciones presidenciales de 1974. El Partido Conservador lanzó la candidatura de Álvaro Gómez Hurtado, quien resultó derrotado en las urnas por el candidato liberal, quien obtuvo 2.929.719 sufragios, una cifra récord para la época.

 

Decenas de artistas cesarenses y compositores musicales de diversos talantes y géneros de diferentes lugares de Colombia, adhirieron espontáneamente a la Campaña López Presidente. Veamos una breve muestra de ello.

 


 


El Maestro Rafael Escalona Martínez había compuesto desde 1973 su célebre paseo vallenato titulado López es el Pollo (grabado en 1974 por Los Cañaguateros), la divulgación del cual hizo popular el apodo cariñoso de “el pollo vallenato”; el cual López Michelsen explotó ampliamente durante su intensa campaña proselitista. Los compositores Alfonso de la Espriella y Eduardo Cabas dedicaron un sentido paseo a “la Niña Ceci”, una de cuyas estrofas decía lo siguiente:

 

Es esa la niña Ceci,

Que muy del brazo del hombre va…

Que para unirse a su pueblo

Dejó su tierra por una casa en Valledupar.

 

Esta hermosa creación fue grabada en medio magnetofónico por La Tropibomba, en 1974. Pedro García le compuso otro sentido vallenato, titulado López Presidente, el cual fue igualmente grabado por el conjunto de Los Cañaguateros. Una parte de aquel texto sostenía lo siguiente:

Es para mi jefe la humilde canción

Homenaje le hacía como buen liberal.

Al solio de Bolívar lo he de acompañar

Con su banda en el pecho al son de acordeón.

 

Con vallenatos así cantaremos

Todos estos versos con mucha alegría (bis)

Ya los colombianos tenemos presidente

Contra la mala vida y la carestía.

 

Mientras tanto el compositor mompocino Jimmy Salcedo, creaba una soberbia marcha militar titulada Soy Liberal, con texto de la poetisa cartagenera Evelia Porto de Mejía[60]. Dicho himno fue vocalizado por Nelson Arango y grabado con banda y coros en 1974. Durante varias décadas después de la Campaña López Presidente aún sonaba Soy Liberal  en las emisoras costeñas a modo de Himno del Partido Liberal. Una parte de aquel texto decía lo siguiente:

Soy liberal de convicción

Soy liberal de corazón.

Creo en mi partido fuerte y unido

Y en sus ideas de libertad.

Y que nos da a los colombianos

Calor humano sin distinción.

 

Miguel Ángel Martín, el famoso compositor llanero autor de Carmen Tea,  se sumó a la Campaña López Presidente con un sentido joropo titulado Viva el partido Liberal, el cual fuera vocalizado en 1974 por Fernando Lizarazo. Una parte del texto de esta canción decía lo siguiente:

Viva gritemos viva Colombia

Viva que viva la libertad…

Viva gritemos con toda el alma

Gritemos todos

Que viva el Partido Liberal.

 

Viva quienes habitan el territorio

Donde pueden trabajar.

Viva es el grito que en su boca florece

Como una rosa el Partido Liberal.

 

18.    LA CAMPAÑA PRESINDENCIAL DE LÓPEZ MICHELSEN EN EL CESAR

 

¿Cómo se vivió en el Cesar la Campaña López Presidente?

 

Una de las más entusiastas colaboradoras dentro de la campaña en tierras cesarenses fue indudablemente la Cacica Consuelo Araujonoguera, junto con el maestro Rafael Escalona y un nutrido grupo de seguidores. En su conocida obra Escalona: el hombre y el mito,  puntualiza la pilonera mayor lo siguiente:

 

El entusiasmo que despertó la candidatura presidencial de Alfonso López en todo el país se reflejó de manera especial en Valledupar, donde el de por sí comité pro-candidatura, que se nombró inicialmente, desapareció de hecho, apabullado en sus programas por la espontánea iniciativa popular que, en forma masiva, se adelantaba a las convocatorias y sobrepasaba en fervor y en mística a los más generosos cálculos de los politólogos. Lo de Valledupar fue un fenómeno multitudinario de solidaridad hacia el candidato y su esposa, que dejó boquiabiertos a los observadores del país pero que para los conocedores no era sino la refrendación de un afecto ancestral que hundía sus raíces en la propia tierra vallenata.

 

En mayo de ese año (1974) los vallenatos andaban dispersos por todo el territorio promoviendo la candidatura de López; y Escalona que entonces no era, como alguien ha afirmado, un empleado público, estrenó su paseo López el pollo, que se convirtió en una especie de himno de la campaña.[61]

 

Las reuniones multitudinarias convirtieron a Valledupar, al Cesar y a la Costa en el fortín electoral de López Michelsen, lo cual se vio inevitablemente reflejado en el abrumador resultado en las urnas de aquel decisivo 21 de abril de  1974.

 


López había sido elegido presidente de la república



por el Partido Liberal, una vez finalizados los 16 años de vigencia  del Frente Nacional.

 

19.    EL GOBIERNO DEL MANDATO CLARO

 

López Michelsen ascendió al solio de Bolívar a los 61 años de edad, llevando del brazo a la infaltable Niña Ceci, bogotana de origen, quien fungiría como primera dama de la nación a su lado, de 1974 a 1978. El cuadro general del escrutinio electoral fue el siguiente:

 

ELECCIONES PRESIDENCIALES EN COLOMBIA

21 DE ABRIL DE 1974 [62]

 

CANDIDATOS Y SUS PARTIDOS

SUFRAGIOS OBTENIDOS

 

 

1.

Alfonso López Michelsen

Partido Liberal Colombiano

 

2.929.719

 

2.

Álvaro Gómez Hurtado

Partido Conservador Colombiano

 

1.634.879

 

3.

María Eugenia Rojas de Moreno Díaz

Alianza Nacional Popular

(ANAPO)

 

 

137.054

 

4.

Hermes Duarte Arias

Partido de la Democracia Cristiana

 

5.718

 

                                            TOTAL DE SUFRAGIOS:    4.707. 370

 

De otra parte, en el Congreso de la República también el Partido Liberal se llevó el mayor número de curules. Veamos:

 

DISTRIBUCIÓN DE CURULES EN EL PARLAMENTO

PERIODO 1974 – 1978 [63]

 

CÁMARA DE REPRESENTANTES

 

SENADO

 

1.

Partido Liberal Colombiano

113

Partido Liberal Colombiano

66

 

2.

Partido Conservador Colombiano

 

66

Partido Conservador Colombiano

 

37

3.

Alianza Nacional Popular

15

Alianza Nacional Popular

7

 

4.

Unión Nacional Obrera

(UNO)

 

5

Unión Nacional Obrera

(UNO)

 

2

TOTAL

199

TOTAL

112

 

López Michelsen asumió la presidencia en medio de una gran expectativa nacional: el campesinado había cifrado en él sus más altas esperanzas, como quiera que había encarnado la rebeldía y la disidencia liberal, frente a la exclusión que habían supuesto los 16 años del Frente Nacional.


Alfonso López Michelsen y la primera dama de la nación, Cecilia Caballero de López durante el acto de posesión presidencial, el 7 de agosto de 1974

 

Los siete departamentos costeños veían en Alfonso López Michelsen  una especie de mesías, ancestralmente vinculado a estas tierras; quien habría de realizar grandes ejecutorías en la segunda región geográfica más importante e industrializada de Colombia, después de la región Andina. Durante su campaña proselitista López había prometido grandes cambios en materia económica en el país. Con frecuencia en la campaña se había dicho que Colombia sería el “nuevo Japón”. El paseo vallenato de Pedro García, López Presidente, había hecho eco de esta expectativa.

 

Él siempre lo ha dicho, tiene la razón

Es una idea que vive en su mente (bis)

Que nuestra Colombia será el nuevo Japón,

Ay, muy poderoso de este continente.

 


EL PRESIDENTE Nº 54 DE LA REPÚBLICA

 

Su primer gabinete ministerial estuvo conformado de la siguiente forma:

 

CONFORMACIÓN DEL PRIMER GABINETE DE ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN

7 de agosto de 1934

(Decreto 713, de agosto 7 de 1974)

 

 

CARTERA MINISTERIAL

NOMBRE DEL FUNCIONARIO

1.

Ministro de Gobierno

Dr. Cornelio reyes

2.

Ministro de Relaciones Exteriores

Dr. Indalecio Liévano Aguirre

3.

Ministro de Justicia

Dr. Alberto Santofimio Botero

4.

Ministro de Hacienda y Crédito Público

Dr. Rodrigo Botero Montoya

5.

Ministro de Defensa

Gral. Abraham Varón Valencia

6.

Ministro de Agricultura[64]

Dr. Rafael Pardo Buelvas

7.

Ministro de Trabajo y Seguridad Social

Dra. María Helena de Crovo

8.

Ministro de Salud Pública

Dr. Haroldo Calvo Núñez

9.

Ministro de Desarrollo Económico

Dr. Jorge Ramírez Ocampo

10.

Ministro de Minas y Energía

Dr. Eduardo del Hierro Santacruz

11.

Ministro de Educación Nacional

Dr. Hernando Durán Dussán

12.

Ministro de Comunicaciones

Dr. Jaime García Parra

13.

Ministro de Obras Públicas

Dr. Humberto Salcedo Collante

 

Las realizaciones más significativas durante su cuatrienio fueron las siguientes:

 

LA REFORMA AGRARIA Y POLÍTICA CAMPESINA

 

Mediante las leyes 4ª, y 5ª de 1973; y la ley 6ª de 1975; se planteó el nuevo marco jurídico para el desarrollo del agro colombiano. Se creó el Programa de Desarrollo Rural Integrado (DRI)  lo mismo que el Plan de Alimentación y Nutrición (PAN) y el Instituto Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de tierras (HIMAT), que asumió parte de las funciones de reguío que anteriormente adelantaba el desaparecido Instituto Colombiano de la Reforma Agraria INCORA. Se buscaba con ello incrementar de manera significativa la producción agraria, mediante estímulos al campesinado, como: asistencia técnica, mercadeo de sus productos, organización de las agremiaciones campesinas y planes de capacitación subsidiados por el Estado. Para ello se atendían complementariamente los frentes de la salud campesina, educación, y nutrición. ¿Cómo se llevó a cabo este ambicioso plan en todo el país?  Se identificaron 22 distritos en 8 departamentos del territorio nacional (aquellos considerados como más altamente vulnerables)[65]. Este novedoso plan se movía sobre el supuesto según el cual el campesinado era fundamental en la producción económica nacional y fue uno de los más exitosos durante su gobierno.

 

POLÍTICA SOCIAL, ECONÓMICA Y FISCAL

 

Durante su célebre discurso de posesión (7 de agosto de 1974) anunció la posibilidad de recurrir al artículo 122 de la Constitución Nacional, que daba facultades al ejecutivo para decretar la emergencia económica y tomar medidas drásticas acordes con el nuevo orden de cosas. Pintó un sombrío panorama económico de la Colombia  que había heredado de su predecesor Misael Pastrana Borrero, del Partido Conservador y decretó la emergencia económica en 1974[66]. Redujo considerablemente el subsidio del Instituto de Mercadeo Agropecuario (Idema), entidad estatal que compraba trigo y otros alimentos no nacionales en el extranjero y los revendía a precios ínfimos ante el público consumidor, aplicando para ello subsidios gubernamentales.

 

Por decreto implementó fuertes cambios en la estructura fiscal del país: se buscaba optimizar el caduco e ineficiente sistema de recaudo, foco continuo de corrupción lo mismo que de evasión tributaria. Se gravan ahora aspectos de le producción económica anteriormente no gravados, como la ganancia ocasional y la importación de elementos de lujo, medida esta última que incomodó sobremanera a los grandes dueños del capital.  Para el año 1975 la captación fiscal se incrementó significativamente en un 29%; no obstante –al decir de los creadores de la reforma- la misma no había generado todos los resultados que de ella se esperaban. El fraude y la evasión tributaria continuaron, aunque en menor medida y en otros frentes. Para combatirlos el Gobierno había expedido un nuevo Código Fiscal, pero fue declarado inexequible  por la sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia; con lo que finalmente quedó abierto un enorme boquete legal bajo cuyo amparo se siguieron  cobijando el fraude y la evasión fiscal, enquistados en la cultura fiscal colombiana.

 

POLÍTICA LABORAL

 

Tomó partido decisivamente a favor de los trabajadores colombianos frente a las grandes empresas e industrias del país, lo que le valió el resentimiento de los grandes capitalistas. Logró para aquellos un reajuste porcentual del salario mínimo de un 200%. Con ello daba cumplimiento a su promesa de campaña de “cerrar la brecha entre las dos Colombias” (la pobre y la rica); y de apostarle al 50% más pobre. Para ello promulgó el llamado “Plan de las cuatro estrategias”, con el cual buscaba fundamentalmente fomentar el sector de la construcción nacional y fomentar el desarrollo agroindustrial, con la intencionalidad de incrementar los niveles de vida campesina y disparar los ingresos familiares.

 

En el año 1977 tuvo que afrontar el paro cívico más grande de la historia de Colombia, el 14 de septiembre. El paro fue convocado por las centrales obreras y apoyado por los gremios y los estudiantes. La jornada tuvo momentos violentos y dejó un saldo de 18 muertos entre los insurgentes. Tuvo que afrontar ese mismo año un paro médico que se prolongó durante 50 días. Ambos ceses laborales fueron sorteados con admirable temple administrativo por el mandatario, con el apoyo de las Fuerzas Armadas.

 

POLÍTICA EXTERIOR

 

Entabló negociaciones con aquellos países vecinos cuyas fronteras comunes aún no habían sido delimitadas. Las áreas marinas y submarinas fueron establecidas con: Costa Rica, Ecuador, República Dominicana, Panamá y Haití. Muchos de estos nuevos tratados fronterizos fueron territorialmente ventajosos para Colombia. Se consideran estos logros diplomáticos los aportes más significativos de su cuatrienio.

 

POLÍTICA GUBERNAMENTAL ANTE EL CONFLICTO INTERNO COLOMBIANOY EL TRÁFICO DE DROGAS

 

El grupo subversivo más fuerte en la época era el Movimiento 19 de abril (M19), de extrema izquierda. Coexisten junto al M19 el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), como movimientos de izquierda alzados en armas en la clandestinidad. López adelantó una política de acercamiento a los elementos moderados de la izquierda. En esta línea nombró como rector de la Universidad Nacional al líder Luis Carlos Pérez y en un ministerio a María Helena de Crovo, “cuya labor al frente del Ministerio del Trabajo fue sobresaliente”[67]. Extensas zonas de Colombia empiezan a ser dominadas por la subversión y algunos empiezan a incursionar en las ciudades. La derecha colombiana y las Fuerzas Armadas criticaron las medidas que juzgaron como de reblandecimiento ante la creciente subversión armada del país. Para ilustrar esto último veamos un comentario del oficial del ejército, Alfonso Plazas Vega:

 

En 1978 López entregó el país con una bien abastecida reserva económica internacional, una banca fortalecida, un sistema económico manejable y próspero, pero una subversión creciente y oculta que horadaba los cimientos de la nacionalidad sin que hubiera podido ser detectada a tiempo.[68]

 

 

 

 

CONSIDERACIONES GENERALES

 

Alfonso López Michelsen gobernó el país durante su cuatrienio con un criterio de centro izquierda. Ello se tradujo en un notorio acercamiento hacia los problemas sociales de las clases menos favorecidas, un saneamiento de las finanzas públicas sin ir en desmedro de los ingresos de la clase trabajadora, un replanteamiento de las relaciones exteriores colombianas y un proceso de reconciliación con los elementos intelectuales moderados de la izquierda colombiana y con las centrales obreras. En el cuatrienio 1974 – 1978 hubo así mismo un preocupante incremento de la actividad de las drogas ilícitas en Colombia, pese a las medidas gubernamentales y los operativos que buscaban contrarrestarlas[69]. Paralelamente se incrementaron actividades delictivas como la inseguridad ciudadana, el boleteo y el secuestro, el 19 de abril de 1976 el M19 reivindicó el asesinato del líder sindical José Raquel Mercado, presidente de la Central de Trabajadores de Colombia (CTC). Por otro lado hubo buenas noticias por cuanto se vivieron las épocas de la bonanza cafetera lo que dio al país un inusitado auge económico que fue aprovechado en obras de infraestructura y de inversión.

 

En suma a Alfonso López Michelsen le tocó conducir al país en un momento crítico de la historia, una serie de encrucijadas políticas y económicas, tanto internas como externas se coaligaron unas veces a su favor, otras en contra, para presentar la Administración con rostro amable o con faz adversa, según fuera la coyuntura del momento. Las derechas del país se asociaron para atacar al Gobierno desde la prensa, trance este del cual logró salir airoso. La vieja estrategia de “Mamatoco” no volvió a dar resultado esta vez[70]. Muchas de sus medidas económicas aun cuando rechazadas y combatidas en su momento, dieron frutos a  largo plazo. No obstante, las viejas clases patriciales conservadoras colombianas no le perdonaron su declarado compromiso con las clases menos favorecidas.

 

Cuando López Michelsen se volvió a lanzar por el Partido Liberal unido, para un segundo mandato en las elecciones presidenciales de 1982, no resultó triunfador y su adversario conservador, Belisario Betancur Cuartas fue elegido para el cuatrienio 1982 – 1986. Es memorable entonces aquella frase lapidaria con la que Alfonso López Michelsen le respondió a sus compañeros de campaña, ante la noticia de la derrota electoral: ¡No quiero pésames!

 

20. CESARENSES EN EL ÁMBITO PÚBLICO DURANTE EL CUATRIENIO DE LÓPEZ MICHELSEN

 

Fueron varios los hijos del Cesar que acompañaron al presidente López Michelsen durante los cuatro años de su gobierno. En gracia de brevedad nos referiremos solamente a los más nombrados: el Maestro Rafael Escalona Martínez y la Cacica Consuelo Araujonoguera. Dicho sea de paso uno y otra habían jugado un papel decisivo en la cristalización del Proyecto Departamento del Cesar, en 1967, a golpes de constancia, artículos  de opinión y sentidas serenatas vallenatas. No es exagerado decir que los sectores políticos más reticentes en la capital del país se rindieron finalmente ante el influjo macondiano de la caja, la guacharaca y el acordeón, de Rafael. Y ante la insistente pluma de Consuelo.  Dejemos que sea la propia Cacica quien nos lleve, una vez más de la mano de su prosa, al pasado. A ese pasado lleno de hondas significaciones para nuestra tierra.

 

Y así se abrió el camino, con acordeones en El Tiempo, El Espectador, La República y todos los ámbitos de la comunicación. De esa gira musical que hicimos a Bogotá, se recuerda aún con especial admiración la fiesta que brindó El Tiempo y en la cual se ratificó una vez más el poder unificador de la música vallenata: doña Helena Calderón de Santos, distinguida esposa del director, don Hernando Santos, fue una de las anfitrionas más entusiastas y simpáticas con el multitudinario y heterogéneo grupo  de cesarenses que de puerta en puerta y al ritmo de la música vallenata le contamos y cantamos nuestros propósitos al país. Hoy, nadie se atrevería a discutir siquiera el hecho de que sin Rafael Escalona y Colacho Mendoza el departamento del Cesar posiblemente no existiría.[71]

 

De este asalto vallenato orquestado sobre Bogotá por Rafael y Consuelo en 1967 se hizo eco en la prensa de la época, según lo esperado y planeado. El Cesar fue el Departamento número 22 y el juglar vallenato por excelencia y la columnista depurada habían contribuido con un prominente grano de arena para lograrlo. López Michelsen lo sabía muy bien y por ello los llamó a formar parte de su equipo de colaboradores, una vez posesionado presidente de la República, en 1974.

 



20.1. CÓNSUL EN LA CIUDAD DE COLÓN (PANAMÁ)

En el año de 1975, a comienzos de año, el Maestro Rafael Calixto Escalona Martínez fue nombrado ante el Gobierno de la República de Panamá, presidido entonces por el general Omar Torrijos, como cónsul. En noviembre de 1974 Escalona compuso entonces el son titulado La misión de Rafael, en cuyo texto alude a su nuevo encargo diplomático en tierras panameñas. Una parte de aquella canción sostiene lo siguiente:

 

A mí me dijo el Presidente

El Presidente de Colombia.

“Rafael tienes que irte ahora

A otra parte ´el continente”.

 

Doctor López, le prometo

Que cumpliré su voluntad:

Creo que con bastante acierto

Yo he escogido a Panamá.[72]

 

En Colón el Maestro –quien ya contaba con 48 años de edad- se reuniría con la que sería su gran amor, Dina Luz Cuadrado, a quien nombraría reiteradamente en varias de sus canciones ulteriores. Escalona detentó dicho cargo diplomático hasta mayo de 1978, cuando regresaría definitivamente a Colombia.

 

20.2. CÓNSUL VALLENATA EN SEVILLA (ESPAÑA)

 

Consuelo Inés Araujonoguera nació en Valledupar, el día 1 de agosto de 1940 y murió en la Sierra Nevada de Santa  Marta, el 30 de septiembre de 2001, a manos de la insurgencia colombiana, a la edad de 61 años. Mujer aguerrida y luchadora, amante de las letras, el periodismo, la gestión cultural, la folclorología y la política. De formación autodidacta, lectora incansable inclinada hacia la literatura clásica española y la filología hispánica. La falta de un título universitario la suplió Consuelo, con un estilo prosístico depurado que cultivó a lo largo de toda su vida, en el que pervivían elementos del dialecto regional de la Provincia de Padilla.


Consuelo fue incondicional aliada de las aspiraciones presidenciales de Alfonso López, tanto en 1974 como en el fallido intento de 1982. Consuelo había sido la menor de los doce hijos de Santander Araujo y Blanca Noguera. Una simpática anécdota cuenta que en cierta oportunidad, en un mes de abril del año 1969, un grupo de personas disfrazadas entraron inopinadamente a casa de Consuelo cuando ella departía con algunos invitados. Los recién llegados entonces cantaron y bailaron para todos en el recinto. Una vez se marcharon los enmascarados danzarines, uno de los invitados de Consuelo sentenció  lo siguiente: “Se fue el cacique, pero nos quedó la Cacica” [73] y desde entonces así empezó a ser conocida, tanto en Valledupar como fuera de ella, la genial columnista de la Carta Vallenata, de El Espectador[74]. Durante el Gobierno de Alfonso López Michelsen Consuelo Araujonoguera fue nombrada para ocupar un consulado en Sevilla (España). Ocupó durante varios años la presidencia de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, entidad a la que consagró los mejores años de su vida. Finalmente durante el Gobierno de Andrés Pastrana Arango fue nombrada para ocupar el Ministerio de Cultura, mientras que su segundo esposo Edgardo Maya Villazón ocupaba el cargo de Procurador General de la Nación.  De todos es conocida la absurda muerte que tuvo la Cacica en el oscuro marasmo del conflicto interno que aqueja a nuestra patria. Los acordeones vallenatos lloraron su partida a las regiones de la eternidad y las trinitarias -sus flores preferidas- se convirtieron en símbolo denodado de aquella mujer combativa, culta y valerosa que luchara a brazo partido desde la tribuna pública y desde la rotativa, por el folclor y las costumbres ancestrales del Departamento del Cesar, su más caro pedazo de patria. 

(…)

Vivirás en el Valle, en su suelo,

En la lucha, en la prensa, el ardor

Del ayer de los recios abuelos

Que a tu nombre darán vivo honor.

 

Cada vez que haya canto y piquería,

Cada vez que un vibrante acordeón

Llore y cante, estarás siempre bella

Cual radiante es tu fiel corazón.

 

Y tu nombre, que acoge la historia

Con su recia leyenda y labor.

Vivirá en la sublime memoria

Del Cesar, tu solar cantador.[75]

 

20.3  TRAYECTORIA PÚBLICA DE CONSUELO ARAUJONOGUERA

 

Desde su juventud, hasta el momento de su fallecimiento, Consuelo Araujonoguera adelantó una vida pública intensa, que se dejó sentir desde los diarios, los micrófonos radiales, la plaza pública, la asamblea departamental y la tarima Francisco El Hombre, entre otros ámbitos. A continuación realizaremos una breve sinopsis de los principales cargos públicos adelantados por la Cacica durante su vida.

 

 

 

CARRERA PUBLICA DE  CONSUELO ARAUJONOGUERA

 

 

CARGO / ACTIVIDAD / REALIZACIÓN

AÑO

1.

Integrante del Comité de Finanzas del Comité  Central Pro-Departamento del Cesar

1966

(Edad: 26 años)

2.

Gobernadora encargada por ausencia temporal del titular, Alfonso López Michelsen.

1968 (15 días aprox.)

(Edad: 27 años)

3.

Cofundadora, junto con Alfonso López Michelsen y el Maestro Rafael Escalona Martínez, del Festival de la Leyenda vallenata, patrimonio cultural de la nación.

1968

(Edad: 27 años)

4.

Publica su obra: Vallenatología, editada por Tercer Mundo Editores. Publicada nuevamente en 1978.

1973

(Edad: 33 años)

5.

Directora de la Oficina Departamental de Turismo, durante las gobernaciones de: Alfonso Araujo Cotes (septiembre de 1968 – agosto de 1970), José Antonio Murgas (agosto de 1970 – junio de 1971) y Manuel Germán Cuello (junio 1971 –  agosto de 1974), respectivamente.

1968 – 1972

 

(Edad: de los 27 a los 32  años)

6.

Gerente Regional de Colseguros

1975 – 1977

(Edad: de los 35 a los  37 años)

7.

Cónsul de Colombia ante el Gobierno del Reino de España, en la ciudad de Sevilla, Provincia de Andalucía.

1977 – 1978

(Edad: de los 37 a los 40 años)

8.

Publica su segundo libro, titulado: Escalona: el hombre y el mito. Lo edita Tercer Mundo Editores. Lo vuelve a editar esta entidad en 1998.

1988

(Edad: 48 años)

9.

Jurado, junto con Simón Martínez Ubarnes y Luis Rosenzwelg; en la convocatoria para la escogencia del Himno de Valledupar; en la que resultó ganadora la obra de la Maestra Rita Fernández Padilla.

1984

(Edad: 44 años)

10.

Colaboradora del diario EL HERALDO, de Barranquilla (Atlántico)

1988 – 1989

(Edad: de los 48 a los

49 años)

11.

Directora del Instituto Departamental de Cultura y Turismo

1989

(Edad: 49 años)

12.

Directora del programa radial La Cacica Comenta, en la emisora local Radio Guatapurí

1983 – 1989

(Edad: de los 43 a los

49 años)

13.

Corresponsal en Valledupar del Noticiero del Medio Día, medio capitalino de cobertura nacional.

1984 – 1985

(Edad: de los 44 a los

45 años)

14.

Gerente de la emisora local Radio Guatapurí.

1994 – 1997

(Edad: de los 54 a los 57 años)

15.

Publica su tercera obra, titulada: Lexicón del valle de Upar, editada por El Instituto Caro y Cuervo, de Bogotá.

1995

(Edad: 55 años)

16.

Columnista del diario EL ESPECTADOR, autora de la columna semanal La Carta Vallenata, polémica tribuna desde la que defendió el folclor y realizó importantes denuncias del orden nacional.

1979 – 2001

(aprox.)

(Edad: de los 39 a los 61 años)

17.

Gerente de la Beneficencia  del Cesar – Lotería La Vallenata, nombrada por el gobernador Lucas Gnecco Cerchar.

1992 – 1994

(Edad: de los 52 a los 54 años)

18.

Candidata a la Gobernación del Cesar.

(La votación insuficiente la privó de servirle a su departamento desde el solio de Alfonso López Michelsen, en calidad de gobernadora elegida popularmente)

1997

 

(Edad: 57 años)

19.

La Universidad Popular del Cesar le otorga el título Honoris Causa de Licenciada en Español y Literatura

Abril de 2000

(Edad: 60 años)

20.

Ministra de Cultura, nombrada por el presidente Andrés Pastrana Arango.

2000 – 2001

(Edad: de los  60 a los 61 años)

21.

Presidenta de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata

1986 – 2001

(Edad: de los 46 a los 61 años)

 

No se han recopilado aún las Obras Completas de Consuelo Araujonoguera. La Presidencia de la República, en un primer esfuerzo altamente significativo en dicho sentido publicó un tomo titulado Trilogía Vallenata (del cual hemos tomado varias referencias bibliográficas en diversos momentos, en el presente trabajo), en el cual  se incorporan los tres libros que la Cacica alcanzó a publicar en vida. Quedan aún por publicar sus libros inéditos, estudios sobre la décima vallenata y una biografía novelada de Leandro Díaz Duarte que quizás pudo quedar inconclusa. La labor de recopilar sus columnas de opinión en La Carta Vallenata, durante 22 años ininterrumpidos, además de su correspondencia personal, numerosos artículos periodísticos  y sus discursos oficiales en los diversos cargos que ocupó durante su vida pública; supone un trabajo titánico que es preciso acometer para beneficio de la cultura del Cesar y de Colombia entera. Es tarea que corresponde a los estudiosos e investigadores cesarenses, como la tierra por la cual y desde la cual la Cacica luchó en diferentes ámbitos, a manera de Leit Motiv inspirador y evocador. 

 

21. ALFONSO LÓPEZ: AUTOR, ANALISTA, EXÉGETA, CRÍTICO Y ESCRITOR.

 

Alfonso López Michelsen incursionó en diferentes ámbitos de las ciencias humanísticas y sociales,  desde la disertación y la hermenéutica jurídicas (como correspondía a su formación de abogado con  énfasis constitucionalista), hasta la especulación filosófica, el análisis socio – económico y socio – político;  y la crítica literaria, sin dejar de lado su faceta de novelista con su conocida obra Los Elegidos. Si bien es cierto que incursionó en diversos ámbitos del conocimiento, es preciso reconocer igualmente que no en todos ellos cosechó éxitos proporcionales al entusiasmo con el que laboró en sus correspondientes universos discursivos. La enorme confianza que poseía en sus innegables dotes de intelectual, lo impulsaba a dirigir su pluma hacia diferentes universos de referencia y sus correspondientes géneros: ensayo, columna de opinión, tratado, disertación, crítica literaria, novela, etc. Amén de los prólogos de las obras de varios de sus amigos  y seguidores que se consideraban honrados de lograr las palabras preliminares de sus trabajos investigativos o creativos, de parte del afamado ex presidente López. Prologó una edición colombiana  de El Príncipe del autor italiano renacentista, Nicolás Maquiavelo; Y elaboró las palabras de presentación de la primera edición del libro de Consuelo Araujonoguera, Escalona: el hombre y el mito, para mencionar únicamente dos de sus mejor logrados trabajos prologales, a manera de ínfima muestra de una verdadera jungla de prólogos de obras diversas, entre 1964 y el año 2000.  

 

No pretendemos en estas breves líneas agotar su faceta como autor, porque dicha temática (de suyo inquietante y atrayente), bien podría ser objeto de una tesis doctoral con varios años de estudios y reconstrucción de fuentes. En la Universidad Colegio Mayor del Rosario  el Grupo de Investigación del Historia del Derecho, de la Facultad de Jurisprudencia, dirigido por el profesor Fernando Mayorga García inició la encomiable tarea de compilar las obras completas de Alfonso López Michelsen, durante más de 70 años de creación y publicación constantes. Como resultado de dicho esfuerzo investigativo se editó la obra titulada Bibliografía de Alfonso López Michelsen, cuyo libro fue lanzado en ceremonia especial en el venerable claustro, con asistencia del ex presidente. Quizás fue esta la última oportunidad en la que se le viera en su Alma Mater. La obra compila los escritos de López Michelsen producidos entre 1934 y 2006. Aún haría falta incluir las últimas columnas de opinión que produjo en sus últimos meses de vida de 2006 y 2007, publicadas en diarios de amplia circulación nacional. 

 

A continuación haremos un sucinto inventario de sus obras más conocidas, acompañando cada una de información cronológica, ámbito temático resumido,  notas y comentarios.

 

INDICE  DE  LAS  PRINCIPALES OBRAS  DE  ALFONSO  LÓPEZ  MICHELSEN

(Trabajos académicos, tratados, artículos de prensa, ensayos, disertaciones,

discursos, entrevistas  y antologías de escritos varios)

 

TITULO

GÉNERO

AÑO DE PUBLICACIÓN/ FRAGMENTOS

ÁMBITO TEMÁTICO

1.

Benjamín Constant: el padre del liberalismo burgués

Ensayo sociopolítico

1934

(Publicado en la Revista de la U. del Rosario, durante sus épocas de estudiante)

Artículo sobre la desromanización del derecho público en Colombia.

2.

La posesión Inscrita

Tesis de Grado

(Pregrado)

3 de julio de 1937

(Día de su graduación como abogado)

Disertación científica ampliamente sustentada,  en torno a la concepción y el reconocimiento legal de la propiedad, en el Estado.

3.

La posesión en el Código de Bello

Tesis de Postgrado

1938

Algunos analistas consideran esta obra como antecedente de La Ley de Tierras de 1936, expedida durante el gobierno de su padre.

4.

Introducción al estudio de la Constitución en Colombia

Ensayo sociopolítico

1942

Resultado reflexivo de sus cátedras como profesor de derecho constitucional en varias universidades de la capital.

5.

La estirpe calvinista de nuestras instituciones

Ensayo sociopolítico y filosófico

1947

(Editada en la U. Nacional de Colombia)

 

“Impagable ironía del destino la que hizo que ésta, la más católica de las Asambleas Constituyentes de Colombia, introdujera el concepto calvinista del mundo en nuestra sociedad”. [76]

Se defiende la tesis según la cual las instituciones fundamentales en nuestro ordenamiento jurídico (establecido desde 1811), son de inspiración puritana-calvinista; en agudo contraste con nuestra tradición cultural católica.

6.

Los Elegidos

Novela

1953

(Editada en México por Ediciones Guaranía)

 

“El relato que se publica a continuación fue hallado por mí entre los papeles privados del ciudadano alemán B.K., de quien fui abogado, amigo y confidente durante los últimos diez años de su vida, que le correspondió vivir en nuestro país, a consecuencia de la persecución desatada por el régimen nazi contra los no arios, así fuera remota la ascendencia israelita, como en este caso”.[77] 

Plantea y desarrolla el polémico tema de una casta social privilegiada en un cierto país del tercer mundo. La novela fue llevada al cine en una producción colombo-soviética.

7.

Cuestiones colombianas

Colección de ensayos sobre temas diversos

1955

Disertaciones filosófico- jurídicas y hermenéuticas sobre temas constitucionales, a manera de notas de su cátedra universitaria sobre derecho constitucional y temas afines.

8.

(Manifiesto del) Movimiento Revolucionario Liberal (MRL)

Carta - manifiesto

1958

Sienta las bases de la disidencia liberal en el seno de dicho partido.

8.

Consideraciones sobre la reforma constitucional por medio de la cual se establece alternación forzosa de los partidos en la presidencia e la república

Ensayo sociopolítico

 ca. 1959

Establece, defiende y argumenta  su polémica postura sobre la alternación partidista en el marco del acuerdo frente nacionalista.

8.

Los últimos días de López

Crónica histórico-familiar

1960

 

“…desde la infancia, el día en que la muerte iba a privarnos de su sombra tutelar nos asediaba como la más inevitable y cruel de las hipótesis”.[78]

Crónico en la que recoge para la posteridad los últimos momentos de vida del ex presidente López Pumarejo, en Londres.

 

El Estado Fuerte: una introducción al estudio de la Constitución de Colombia

 

1966

Realiza un juicioso análisis hermenéutico y jurídico de la Constitución de 1886 y su largo proceso de reformas ulteriores.

11.

Colombia en la hora cero

(Dos  volúmenes)

Ensayo sociopolítico

1964

Análisis socio histórico y político sobre la evolución del Estado colombiano y su actual coyuntura político – económica, a la cual identifica como “la hora cero”.

12.

Discursos y exposiciones sobre cuestiones internacionales y otros temas

Ensayo sociopolítico

ca. 1969

Antología de discursos, telegramas y ensayos en torno a temas como la soberanía nacional y las fronteras, entre otros.

13.

Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970

 

(Campaña contra la candidatura lleras Restrepo, presentación de la Reforma Constitucional, la unión liberal y demás documentos de intervención en la vida pública)

Discursos, artículos periodísticos y columnas de opinión.

1970

 

“En libros de juventud  describí yo lo impropicio del medio católico, inclinado al dogmatismo y horrorizado por las herejías, para aceptar el disentimiento y el libre examen, propio de las democracias anglosajonas, de formación protestante y principalmente calvinistas”. [79]

Antología de discursos, conferencias, telegramas, cartas, e intervenciones públicas. Evidencian la evolución de su pensamiento ante diferentes coyunturas del acontecer liberal y nacional, entre 1964 y 1970.

14.

Documentos relativos a mi gestión en el Cesar y Memorias al Congreso Nacional (como canciller de la república)

Discursos, memorias oficiales y actos administrativos.

1969-1970

 

“Todos ustedes saben que el primer cargo que desempeñé en la vida pública fue la Gobernación del Departamento del Cesar, en donde apenas pude permanecer por el breve espacio de siete meses” [80]

Informes oficiales sobre su gestión pública en el Cesar y luego, como canciller de la República.

 

Discurso de Posesión

Discurso programático

7 de agosto de 1974

 

“(La lucha contra la inflación, es) ese veneno semejante al alcohol que produce una euforia bienhechora en los “primeros momentos” (se impone si se quiere evitar que se “abran abismos más profundos entre las clases sociales)”[81]

Traza las líneas doctrinarias generales que animarán al gobierno de “El Mandato Claro” para el cuatrienio que se inicia: 1974 – 1978. Se acentúa el carácter y el tono de centro izquierda con matiz moderado.

 

La Real Audiencia y el derecho Público en Colombia; La Generación del Centenario; Por qué se perdió Panamá; esbozos y Atisbos

Colección de ensayos sobre temas diversos

1980

Defiende tesis socio – jurídicas sobre el origen de las instituciones políticas colombianas, a partir de entidades coloniales.

15.

Con mis propios ojos

Críticas, crónicas, entrevistas y discursos.

1953-1982

1982

Realiza breves semblanzas históricas y analíticas de personajes varios a lo largo de su ya apreciable carrera pública y política.

 

El quehacer literario

Crítica literaria

1989

Funge como crítico literario: lector dueño de un criterio estético propio a partir del cual se permite emitir juicios sobre forma y fondo, respecto de autores diversos, clásicos y contemporáneos.

16.

Palabras pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón

Entrevista periodística

2001

 

“…lo que me tocó manejar a mí, y creo que lo hice bien, fue la bonanza cafetera. Practiqué una política de ahorro en materia de precios del café. (…) La bonanza marimbera fue muy modesta comparada con la bonanza cafetera de la época y con las bonanzas posteriores de la coca y la amapola”[82]

Responde en tono coloquial y desenfadado al periodista de El Tiempo, Hernando Santos Calderón, una amplia entrevista, dividida en: ayer, hoy y futuro.

Pese a sus 88 años de vida, muestra una lucidez y claridad de espíritu realmente admirables.


20.    LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL INTELECTUAL, EL ANALISTA Y EL CRÍTICO

 

El día lunes 11 de julio del año 2007, a los 94 años de edad y once días,  falleció en la capital de la república Alfonso López Michelsen, víctima de un paro cardiaco. Murió el iconoclasta, el crítico mordaz, el disidente, el intelectual destacado, el político de plaza, el latinista y en una sola expresión: el burgués progresista, como él se autodefiniera a los 88 años, en sus célebres Conversaciones…  con el periodista del diario EL TIEMPO, Enrique Santos Calderón[83].  Hasta último momento estuvo publicando su habitual columna de fines de semana en el diario El Tiempo, donde analizaba hechos de la vida nacional y de actualidad, siempre bajo la lente de hechos pasados, de los que él hubiera sido protagonista, coprotagonista o simplemente espectador. En los últimos años se había convertido en consultor y consejero del Partido Liberal, cuyas nuevas cúpulas directivas lo veían como un referente obligado frente a los nuevos rumbos del acontecer nacional. El día domingo 10 de julio había asistido a un almuerzo en el Gun Club de Bogotá, se le veía ya cansado y agotado por el peso de los años. La noticia en Valledupar y el Cesar cayó como “una gota fría” –para parodiar respetuosamente una de las canciones vallenatas que más le gustaban-. Gota fría del pesar y la tristeza ante el deceso de uno de los hombres más grande del Cesar y de Colombia entera. ¿Qué Alfonso López Michelsen no era cesarense? Sí lo era, de corazón, de convicción y en virtud del ancestro de su abuela doña Rosario Pumarejo de López; cuya sangre materna siempre palpitó con fuerza en él cada vez que venía a Valledupar. 

 



Alfonso López Michelsen a los 88 años

En el ocaso de una intensa vida intelectual y pública

 

No falta quien haya protestado recientemente por lo que algunos círculos de Valledupar denominan “idolatría al presidente López Michelsen”; traducida en el hecho que cuanto hay de importante y significativo en la capital del Cesar lleve el nombre del ex presidente o bien de su padre.

 


El bicolor cesarense engalana tanto el busto como la fotografía de Alfonso López Michelsen, frente al edificio de la Gobernación del Cesar que lleva su nombre. La fotografía representa al político a los 54 años, cuando fuera Gobernador del Cesar.

 

El aeropuerto, la plaza central, el edificio de la gobernación, en fin.  Como decíamos en las primeras líneas de este ya extenso trabajo, el Cesar le debo mucho a uno y otro y creemos que, en este momento del desarrollo discursivo del presente ensayo, ya próximo a culminar, queda bastante clara la profunda raigambre y los sólidos lazos históricos, traducidos en afecto y compromiso incontrastable de parte de Alfonso López Pumarejo y Alfonso López Michelsen, para con las tierras del Cesar.  No se trata de idolatrarlos ni de incurrir en culto a la personalidad, por cuanto estas son formas de pensamiento cuya obsolencia las lleva a ser piezas de museo en el atrio de los tiempos de la humanidad. Se trata de rescatar, con objetividad,  lo mucho de valioso que uno y otro aportaron tanto al Cesar como a la cesareidad.

 



La Plaza Alfonso López Pumarejo en la actualidad en una magnífica visión nocturna.

En el centro el emblemático árbol de mango que la caracteriza y en el extremo izquierdo se levanta imponente el grupo escultórico titulado La Revolución en Marcha, del Maestro

Rodrigo Arenas Betancur.

 

21.  CONCLUSIONES

 

Esta historia comenzó en el primitivo Reino de Galicia, en la España dominada por el invasor árabe, con la eventual concesión de un escudo de armas de trece roeles de oro sobre campo de gules, a los caballeros de la Casa de López. Trasegó posteriormente por las riberas del río grande de la Magdalena en nuestra patria, con la metódica y disciplinada construcción de un poderoso emporio comercial de exportaciones e importaciones, la Casa López, por parte de don Pedro Aquilino López junto a su esposa doña Rosario Pumarejo de López. De la tolimense y cálida Honda, la historia proseguiría su curso en la fría capital del altiplano, donde Alfonso López Pumarejo se formaría, adicto al estudio de la historia, la filosofía y la política, para, a la vuelta de unos años alcanzar la primera magistratura del país, con un revolucionario proyecto político en mente. Colombia se enfrentaría entonces a un decisivo proceso de modernización y transformación, tanto de su estructura gubernativa, administrativa y política; como de su mentalidad hasta entonces conventual y timorata. Este proceso sería fuertemente atacado por la derecha opositora, pero la fuerza de la historia no daba marcha atrás, aun cuando algo lograron ganar los conservadores y la Iglesia. La Revolución en Marcha entregó un país diferente, Colombia ya no volvería a ser la misma después de 1938. El liberalismo entendió y aceptó esta impronta como un hecho cumplido, aun cuando adoptara entonces una postura reformista moderada, liderada por Eduardo Santos. Un Alfonso López Pumarejo ya trajinado en las lides administrativas volvió a asumir como presidente de la República en 1942, pero el ímpetu reformista fue seriamente contrarrestado por varios sectores coaligados de la derecha: Iglesia, industriales y algunos militares de alta gradación. No obstante la oposición, La Constitución Política de 1886 volvió a ser reformada y se lograron nuevas y más amplias libertades para los ciudadanos del común.  Las coyunturas históricas desfavorables que supuso la II Guerra Mundial, la fuerte oposición y el creciente descontento popular llevaron al otrora campeón de las reformas populares a dimitir a la presidencia en 1945. En Londres (Inglaterra), en el año de 1959 moriría el hijo de doña Rosario Pumarejo de López en medio de un “acre olor de tempestad” como dijera un orador en su célebre oración fúnebre. Murió Alfonso López Pumarejo, pero no así su ideario ni mucho menos el amor por la tierra de sus ancestros, el valle del Cesar, en la ancestral Provincia de Padilla y de Valledupar.

 

Alfonso López Michelsen, indudablemente el heredero de las banderas políticas de su padre, presentó fuerte oposición al pacto frente nacionalista implementado en Colombia a partir de 1958 y optó por una tercera opción, el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), lo que fue interpretado por la dirigencia liberal nacional como disidencia. Durante varias magistraturas el MRL conquistó curules diversas, tanto en la Cámara de representantes como el Senado. Carlos Lleras Restrepo fue elegido por el Partido Liberal para el cuatrienio: 1966 – 1970. Este dirigente político en calidad de jefe del liberalismo presionó a López Michelsen para que regresara a las toldas del oficialismo liberal, lo que finalmente logró mediante la aceptación por parte de aquel de la Gobernación del nuevo Departamento del Cesar, el cual se inauguró oficialmente en Valledupar el jueves 21 de diciembre del año 1967, en medio del regocijo popular y la alegría desbordada.  Se cristalizaba de esta forma un viejo anhelo regional, que hundía sus raíces en los lejanos tiempos en que el presidente Alfonso López Pumarejo llegara por primera vez a Valledupar, en busca de sus recuerdos de niñez junto a una cariñosa doña Rosario que lo dejara muy niño, a los ocho años, por una prematura muerte. El Cesar se convertía de esta forma en el Departamento número 22º de la República, para lo cual tuvieron que sortear los coautores del correspondiente proyecto, José Antonio Murgas, Crispín Villazón de Armas y Aníbal Martínez Zuleta –entre otros-, las fuertes críticas en contra, que tildaban a la iniciativa de síntoma de la “Departamentalitis” aguda que entre 1966 y 1967 había “aquejado al país”.  El Cesar y sus gentes demostraron que no se trataba de una moda coyuntural sino del anhelo de la búsqueda de autonomía y autodeterminación que desde décadas atrás se venía acariciando en la región. La historia acabaría dándole la razón a este amado pedazo de la Patria.

 

Con una de las votaciones más altas en la historia electoral de Colombia en el siglo XX Alfonso López Michelsen fue elegido por el Partido Liberal, para el cuatrienio 1974 – 1978. Asumió la primera magistratura el 7 de agosto en medio de una gran expectativa nacional. Adelantó medidas gubernativas a favor de las clases campesinas y menos favorecidas, fomentó el agro, la construcción, la industria y logró acercamientos significativos con los principales elementos de la izquierda moderada del país. Logró así mismo sanear las finanzas nacionales gracias a la bonanza cafetera que benefició enormemente sus planes y proyectos. Algunos cesarenses lo acompañaron durante su gestión, como el Maestro Rafael Escalona Martínez y Consuelo Araujo Noguera. El conflicto interno se agravó en diferentes frentes y en 1977 López Michelsen debió afrontar el paro cívico más grande de Colombia en el siglo XX, el cual supo sortear con apego al derecho y las instituciones. López Michelsen inscribió nuevamente su candidatura por el Partido Liberal unido para la contienda electoral de 1982 y resultó derrotado por el candidato conservador, Belisario Betancur Cuartas. Pese a este revés político López Michelsen no se retiró de la vida política y hasta último momento se mantuvo activo, en calidad de consultor del Partido Liberal al cual había consagrado todo su capital político y buena parte de su vida. El 11 de julio de 2007, a la edad de 94 años fallecería en Bogotá el ex presidente López en medio del aprecio y la admiración de amigos y contradictores políticos. Fallecía así el primer gobernador del Cesar y uno de los cofundadores, junto con la Cacica Consuelo Araujonoguera y el Maestro Rafael Escalona Martínez, del Festival de la Leyenda Vallenata. Su nombre, junto al de Alfonso López Pumarejo, permanecerán indelebles en la identidad colectiva del pueblo cesarense, tierra en favor de la cual adelantaron grandes proyectos y ejecutorias. Indudablemente la dinastía López se halla indisolublemente ligada al ser y al quehacer del Cesar, como colectividad humana dueña de su destino y de un porvenir cuyos principales lineamientos contribuyeron a delinear tanto el uno como el otro. 

 

nacoayala@gmail.com

 

Bibliografía

 

ACTA Nº 1: ACTA DE LA SESIÓN INAUGURAL DE LA CREACIÓN DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR. Valledupar (Magdalena), Colombia. Septiembre 5 de 1966

ALZATE, Andrés. Enorme Alegría en Valledupar. Artículo publicado en EL TIEMPO. Sábado 23 de diciembre de 1967

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ARIZMENDI POSADA, Ignacio. Los presidentes, esos hombres… Casos y cosas de los mandatarios colombianos. Eds. Planeta. Bogotá (Colombia), 2001

ATEHORTÚA GIL, Carlos Alberto. Cesar 30 años de progreso: 1967 – 1997. Ed. Gobernación del Cesar. Bogotá (Colombia), 1997

 

BELLO, Gilberto, MUÑOZ, Héctor, PLATA, Orlando y GÓMEZ, Andrés. Colombia transformó su entorno. Artículo conmemorativo publicado en: EL ESPECTADOR. Hechos y personajes del Siglo XX, Nº 953. Domingo 14 de septiembre de 1999

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COGOLLO AYALA, Nabonazar. Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Publicado en: 37º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Homenaje a los Grandes, Alfonso López Michelsen, Consuelo Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004

Consuelo Araujonoguera (q.e.p.d.). Página Web de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata

37º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Homenaje a los Grandes, Alfonso López Michelsen, Consuelo Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004

EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967

EL ESPECTADOR, viernes 22 de diciembre de 1967

EL SIGLO, jueves 21 de diciembre de 1967

EL TIEMPO, martes 7 de agosto de 1934

GALINDO, Alberto. Una Tarde con el Presidente López. EL ESPECTADOR, 1937

GARCÍA, Álvaro. Colombia vivirá bajo la era del Cesar. Artículo publicado en: EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967

GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Valledupar: música de una historia. Ed. Grijalbo. Santafé de Bogotá (Colombia), 2000

HMNO. JUSTO RAMÓN DE LA SALLE. Historia de Colombia: significado de la obra colonial. Independencia y República. Eds. Librería Stella. Bogotá (Colombia), 1967

JET – SET (Revista): Edición de aniversario. Nº 27. Eds. Publicaciones Semana. Bogotá (Colombia), septiembre de 2000

LATORRE CABAL, Hugo. Mi novela: apuntes biográficos de Alfonso López.  Publicado en: NOGUERA    MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I.

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. La Estirpe Calvinista de Nuestras Instituciones Políticas. Eds. Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1966

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los Elegidos (Novela). Eds. Antares – Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1967

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los últimos días de López. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Buscando el rostro de mi abuela. Artículo publicado en: 29º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Colombia), 1996

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Palabras Pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón. Ed. El Áncora Editores. Bogotá (Colombia), 2001

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Vida, Pasión y Muerte del Frente Nacional. Publicado en: Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970

 

LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Presentación ante el Congreso de Alfonso López Michelsen, como Ministro de Relaciones Exteriores. Publicado en: Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970

LÓPEZ VALDÉS, José Hilario. Memorias. Ed. Bedout. Medellín (Colombia), 1969

 

LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. Monstruosas Perversiones de la Libertad de Oposición. Publicado en: NOGUERA    MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986

 

LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. Texto del Discurso de Posesión. EL TIEMPO, Bogotá (Colombia), miércoles 8 de agosto de 1934

LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso.  La Conferencia del Doctor López. EL TIEMPO. Viernes 28 de septiembre de 1934

LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. El discurso del Doctor Alfonso López. EL TIEMPO, mayo 5 de 1959

MARTINEZ ZULETA, Aníbal. López nos presentó en sociedad. Artículo publicado en: EL PILÓN: EL DIAIRO DE LA REGIÓN. Mayo 1 de 2008. El texto es el prólogo del libro Alfonso López: el cronista de Macondo. Escrito por Rafael Oñate Rivero.

MUÑOZ, Héctor. Separata Sobre el Departamento del Cesar. EL ESPECTADOR. Jueves 21 de diciembre de 1967

PAREDES CRUZ, Joaquín. Departamento del Cesar: factores socioeconómicos, culturales y turísticos. Ed. Cima. Bogotá (Colombia), 1975

PÉCAUT, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana: 1968-1988. Eds. Siglo XXI. Bogotá (Colombia), 1989

PLAZAS VEGA, Alfonso. Presidentes de Colombia. Ed. Panamericana., Bogotá (Colombia), 1993

ROCA VIDALES, Fabio y ROCA MAICHEL, Luis Eduardo. La herencia de Don Quixote: Estudio histórico, heráldico y genealógico, siglos VIII al XXI. Eds. Fuerzas Armadas. Bogotá (Colombia), 2006

 

TIRADO, Thomas Charles. Alfonso López Pumarejo el conciliador: su contribución a la paz política de Colombia. Ed. Planeta. Bogotá, 1986

VILLAZÓN DE ARMAS, Crispín. El Cesar, triunfo de una raza: el pueblo vallenato, a través de un exponente suyo, Enrique Eloy Quintero, “El último discípulo de Benjamín Herrera”, el padre y el abuelo, luchadores íntegros y liberales como él. Yo tuve un amigo. Artículo publicado en EL TIEMPO, jueves 21 de diciembre de 1967

* * *

La presente investigación se enriqueció además con los oportunos comentarios y anotaciones de las siguientes personas, en diferentes momentos, en los últimos cinco años:

·         Dr. Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa (Valledupar -Cesar)

·         Historiador Manuel Palencia Caratt, Academia de Historia del Cesar.  (Valledupar – Cesar)

·         Periodista Fabio Roca Vidales (Bogotá D.C.)

·         Publicista Carlos Julio Daza Boom (Valledupar – Cesar)

A quienes el autor agradece sobremanera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 


 

 

 

 

 

 

 


 


 

 


 



[1] Cfr. ROCA VIDALES, Fabio y ROCA MAICHEL, Luis Eduardo. La herencia de Don Quixote: Estudio histórico, heráldico y genealógico, siglos VIII al XXI. Eds. Fuerzas Armadas. Bogotá (Colombia), 2006. Pág. 198

[2] CASTELLANOS, Juan de. Elegías de Varones Ilustres de Indias. Eds. Gerardo Rivas Moreno. Bogotá (Colombia), 1997. Pág. 113

[3] LÓPEZ VALDÉS, José Hilario. Memorias. Ed. Bedout. Medellín (Colombia), 1969. Pág. 17

[4] LATORRE CABAL., Hugo. Mi novela: apuntes biográficos de Alfonso López.  Publicado en: NOGUERA    MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 36

[5] GUTIERREZ HINOJOSA, Tomás Darío. Valledupar: música de una historia. Ed. Grijalbo. Santafé de Bogotá (Colombia), 2000. Pág. 342

[6] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Buscando el rostro de mi abuela. Artículo publicado en: 29º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Colombia), 1996. Pág. 29

[7] Bisnieto del legendario Eduardo Zuleta Gaviria, quien fuera el primer colombiano en obtener título de medicina en la prestigiosa Universidad de Columbia, en los Estados Unidos. Ello fue a finales de 1800.

[8] MARTINEZ ZULETA, Aníbal. López nos presentó en sociedad. Artículo publicado en: EL PILÓN: EL DIARIO DE LA REGIÓN. Mayo 1 de 2008. El texto es el prólogo del libro Alfonso López: el cronista de Macondo. Escrito por Rafael Oñate Rivero.

[9] Op. Cit.

[10] Cf. Los Castro: amor por la tierra. Artículo publicado en: JET – SET (Revista): Edición de aniversario. Nº 27. Eds. Publicaciones Semana. Bogotá (Colombia), septiembre de 2000. Págs. 56-57

 

[11] Cf. CASTRO SOCARRÁS, Álvaro. Episodios históricos del Cesar. Ed. Plaza y Janés. Bogotá (Colombia), 1997.  Págs. 287 y ss.

[12] Álvaro Castro Socarrás señala como la fecha del deceso de Pedro Castro el 3 de marzo (que incluimos aquí). Consuelo Araujonoguera en Escalona: el hombre y el mito. En: Trilogía Vallenata: Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura. Bogotá (Colombia), 2002. Pág. 322; afirma que dicha fecha fue el 20 de marzo de 1967. El compositor Tobías Enrique Pumarejo dedicó a Pedro Castro un sentido paseo titulado La muerte de Pedro Castro o 3 de marzo.  La prensa de la época confirma el 3 de marzo como la fecha del deceso. Nos inclinamos a pensar que la Cacica incurrió en un error de datación cronológica.

[13] Se ha esparcido como cierta la noticia según la cual Pedro Castro Monsalvo no habría estado de acuerdo que el Cesar se convirtiera en departamento. Álvaro Castro Socarrás desmiente esta afirmación, así: “Se ha dicho que Pedro Castro Monsalvo se opuso a la creación del Departamento del Cesar. Pero es necesario aclarar   que esto no es cierto. El ilustre vallenato, al contrario, siempre tuvo en mente la creación de un Departamento pujante, sólidamente constituido: sin vicios administrativos y sin burocracia parasitaria, impermeable a la corrupción y capaz de generar desarrollo”. Op. Cit. Págs. 307 – 308.

[14] Cf. EL TIEMPO, martes 7 de agosto de 1934. Primera página

[15] C f. TIRADO, Thomas Charles. Alfonso López Pumarejo el conciliador: su contribución a la paz política de Colombia. Ed. Planeta. Bogotá (1986), pág. 121

[16] Cf. Ibidem.

[17] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso.  La Conferencia del Doctor López. EL TIEMPO. Viernes 28 de septiembre de 1934. (El subrayado es mío)

[18] GALINDO, Alberto. Una Tarde con el Presidente López. EL ESPECTADOR, 1937

[19] Cf. PLAZAS VEGA, Alfonso. Presidentes de Colombia. Ed. Panamericana., Bogotá (Colombia), 1993. Pág. 211

[20] TIRADO, Thomas Charles. Op. Cit. Pág. 125

[21] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. Monstruosas Perversiones de la Libertad de Oposición. Publicado en: NOGUERA MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 386

[22] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los últimos días de López. Publicado en: NOGUERA    MENDOZA, Aníbal. Aproximación a Alfonso López. Eds. Presidencia de la República. Bogotá (Colombia), 1986. Vol. I. Pág. 472

[23] Op. Cit. Pág. 473

[24] Para conmemorar los 20 años del fallecimiento de Alfonso López Pumarejo.

[25] En el ambiente político de la época estaba en fuerte discusión la firma del Tratado Urrutia – Thompson con el gobierno de los Estados Unidos, en virtud del cual Colombia reconocía la independencia de Panamá y recibía en calidad de indemnización la suma de 25 millones de dólares; a los cuales se refiere este fragmento de la carta.

[26] En 1917, en plena I Guerra Mundial, (Vladimir Illich Ulianov) Lenin y otros líderes del comunismo ruso habían proclamado la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (aun cuando esta denominación la adoptaría hasta 1922). El otrora Imperio Ruso adquirió el rostro y la forma de la ideología de izquierda más extrema, lo que horrorizó a la Europa occidental y preocupó a los Estados Unidos. Se hizo común entonces en las naciones y partidos de talante conservador  la consigna antivolchevista, como reafirmación de la ideología opositora. El Partido Conservador Colombiano no fue la excepción.

[27] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. Texto del Discurso de Posesión. EL TIEMPO, Bogotá (Colombia), miércoles 8 de agosto de 1934. (Los resaltados son míos).

[28] El futuro presidente electo para el periodo 1950 – 1951, había alternado con Alfonso López Pumarejo, en calidad de orador y conferencista invitado a las célebres Conferencias del Teatro Municipal. Esta iniciativa había cristalizado por deseo de los estudiantes de la Facultad Nacional de Derecho y significó un espacio abierto para la dialéctica política, la reflexión y el análisis de la realidad nacional. Tribuna abierta en la que el joven abogado Jorge Eliécer Gaitán expuso inicialmente su ideario liberal socialista, junto a otros líderes del momento.

[29] El resaltado es mío.

[30] Laureano Gómez y Abell Carbonell, integrantes del Directorio Nacional Conservador, quienes cursaron un telegrama a López durante su breve escala en Cali, camino a Lima.

[31] Mariano Ospina Pérez, quien sería elegido presidente parra el cuatrienio: 1946 - 1950

[32] Los resaltados son míos.

[33] El compilador Aníbal Noguera Mendoza anuncia en la obra tantas veces citada en el presente trabajo, que este sería el último discurso público del presidente López Pumarejo, antes de su deceso. No obstante discrepamos de este parecer. El diario EL TIEMPO publicó el 5 de mayo de 1959  un discurso en el que vuelve a hacer alusión a su intenso quehacer político en el país, durante la primera mitad del siglo XX. 

[34] LÓPEZ PUMAREJO, Alfonso. El discurso del Doctor Alfonso López. EL TIEMPO, mayo 5 de 1959.

[35] Cf. GARCÍA, Álvaro. Colombia vivirá bajo la era del Cesar. Artículo publicado en: EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967. Pág. 2ª

[36] Cf. ALZATE, Andrés. Enorme alegría en Valledupar. Artículo publicado en: EL TIEMPO. Sábado 23 de diciembre de 1967

[37] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona: el hombre y el mito. En: Trilogía Vallenata: Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura. Bogotá (Colombia), 2002. Págs. 321 – 322

[38] ACTA Nº 1: ACTA DE LA SESIÓN INAUGURAL DE LA CREACIÓN DEL DEPARTAMENTO DEL CESAR. Valledupar (Magdalena), Colombia. Septiembre 5 de 1966. Local del Teatro Radio Guatapurí.

[39] Ibidem.

[40] Ibidem.

[41] Ibidem.

[42] Ibidem.

[43] Ibidem.

[44] ARAUJO NOGUERA, Consuelo. Op. Cit. Pág. 322

[45] MARTÍNEZ ZULETA, Aníbal. Op. Cit.

[46] ALZATE, Andrés. Enorme Alegría en Valledupar. Op. Cit.

[47] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Palabras Pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón. Ed. El Áncora Editores. Bogotá (Colombia), 2001. Pág.  53

[47] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona: el hombre y el mito. Op. Cit. Pág. 324

 

 

 

 

[49] MARTÍNEZ ZULETA, Aníbal. Op. Cit.

[50] A quien familiarmente llamaban en círculos de la Gobernación, “el padre Guarecú”.

[51] EL ESPECTADOR, jueves 21 de diciembre de 1967. Brillante equipo de Gobierno nombra López. Pág. 3ª

[52] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Op. Cit. Pág.  54

[53] Charla telefónica: julio 9 de 2008.

[54] EL SIGLO, jueves 21 de diciembre de 1967. Editorial, página 4. (El resaltado es mío)

[55] EL ESPECTADOR, viernes 22 de diciembre de 1967

[56] VILLAZÓN DE ARMAS, Crispín. El Cesar, triunfo de una raza: el pueblo vallenato, a través de un exponente suyo, Enrique Eloy Quintero, “El último discípulo de Benjamín Herrera”, el padre y el abuelo, luchadores íntegros y liberales como él. Yo tuve un amigo. Artículo publicado en EL TIEMPO, jueves 21 de diciembre de 1967

[57] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Págs. 323 – 329 (Los resaltados son míos)

[58] Cf. EL ESPECTADOR, Jueves 21 de diciembre de 1967

[59] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Defensa del Cesar y de la Costa, al regreso de Bogotá, después de la renuncia del presidente Lleras Restrepo. Publicado en: Posdata a la Alternación. Op. Cit. Págs. 355-360 (Los resaltados son míos).

[60] Autora también de la letra del Himno del ARC Buque Escuela Gloria, uno de los más bellos de la Armada Nacional de Colombia.

[61] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona: el hombre y el mito. En: Trilogía Vallenata: Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Eds. Ministerio de Cultura. Bogotá (Colombia), 2002. Pág. 327

[62] Cf. PÉCAUT, Daniel. Crónica de dos décadas de política colombiana: 1968-1988. Eds. Siglo XXI. Bogotá (Colombia), 1989. Pág. 240

[63] Op. Cit. Pág. 241

[64] Sería reemplazado posteriormente, el 19 de octubre de 1976, por el Dr. Álvaro Araujo Noguera (hermano de la Cacica, Consuelo Araujonoguera), destacado político cesarense, nombrado mediante el decreto Nº 2206.

 

[65] Cf. BELLO, Gilberto, MUÑOZ, Héctor, PLATA, Orlando y GÓMEZ, Andrés. Colombia transformó su entorno. Artículo conmemorativo publicado en: EL ESPECTADOR. Hechos y personajes del Siglo XX, Nº 953. Domingo 14 de septiembre de 1999

[66] Cf. PÉCAUT, Daniel. Op. Cit.  Págs. 250-251

[67] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Hernando. Op. Cit. Pág. 46

[68] PLAZAS VEGA, Alfonso. Op. Cit. Pág. 272

[69] Cf. PÉCAUT, Daniel. Op. Cit. 292

[70] El denominado Escándalo de Mamatoco fue uno de los hechos detonantes de la renuncia de Alfonso López Pumarejo del gobierno, en su segundo mandato. “Mamatoco” era el apodo con el cual era conocido el boxeador magdalenense Francisco Atanasio Pérez. Cuenta el periodista Fabio Roca Vidales este episodio así: Un boxeador, gacetillero, oscuro, Francisco Atanasio Pérez, alias “Mamatoco”, director del periódico de crónica roja, “La voz del pueblo”, en el que se dedicó por su parte a chantajear a la familia del Presidente por presuntos escarceos amorosos de una importante dama con uno de los delfines presidenciales, amenazando con publicar el chisme, hoy llamado “farandulero”, pero entonces considerado como grave afrenta ante una sociedad mucho más estricta que la del siglo XXI. La consternación fue total y un jefe policial resolvió interpretar a su manera aquello de que “hay que salir de ese problema”. Mamatoco “fue asesinado a puñal y su cadáver dejado en una banca del parque de La Magdalena, en el barrio Palermo. En adelante el estribillo de la oposición, diariamente era el siguiente: “¿Porqué mataron a mamatoco”?  ROCA VIDALES y ROCA MAICHEL, Luis Eduardo. Op. Cit. Pág. 229

[71] ARAUJONOGUERA, Consuelo. Escalona… Op. Cit. Pág. 322

[72] Cf. ARAUJO NOGUERA, Consuelo. Escalona… Op. Cit. Pág. 455

[73]  Se ha afirmado que quien le endilgó a Consuelo el famoso apelativo, en 1969,  fue el periodista y compañero de trabajo de Consuelo, Hernando Giraldo; inspirado en el indiscutible don de mando que caracterizaba a la Cacica, quien no admitía que se controvirtieran sus órdenes. Cf. Consuelo Araujonoguera (q.e.p.d.). Página Web de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Giraldo habría sido uno de los invitados a la casa de Consuelo aquel día que los danzarines ingresaron en ella. Cf. TOVAR, Ana. Consuelo Araújo Noguera.  Op. Cit.

[74] Cf. Los Araújo: sencillamente vallenatos. Artículo publicado en: JET – SET (Revista): Edición de aniversario. Nº 27. Eds. Publicaciones Semana. Bogotá (Colombia), septiembre de 2000. Pág. 71

[75] COGOLLO AYALA, Nabonazar. Homenaje a Consuelo Araujonoguera. Publicado en: 37º Festival de la Leyenda Vallenata: Patrimonio Cultural de la Nación. Homenaje a los Grandes, Alfonso López Michelsen, Consuelo Araujonoguera, Rafael escalona y el Rey de reyes “Colacho” Mendoza. Revista de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata. Valledupar (Cesar), abril 27 a mayo 1 de 2004. Pág. 5

 

[76] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. La Estirpe Calvinista de Nuestras Instituciones. Eds. Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1966. Pág. 42

 

[77] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los Elegidos (Novela). Ed. Eds. Antares – Tercer Mundo. Bogotá (Colombia), 1967. Pág. 11 (Prólogo)

[78] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Los últimos días de López. Publicado en: NOGUERA    MENDOZA, Aníbal. Op. Cit. Vol. I. Pág. 469

 

[79] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Vida, Pasión y Muerte del Frente Nacional. Publicado en: Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Pág. 79

[80] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso. Presentación ante el Congreso de Alfonso López Michelsen, como Ministro de Relaciones Exteriores. Publicado en: Posdata a la alternación: Intervenciones políticas de 1964 a 1970. Ed. Revista Colombiana Ltda. Populibro. Bogotá (Colombia), 1970. Pág. 361

 

 

[81] PÉCAUT, Daniel. Op. Cit. Pág. 249

[82] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, HERNANDO. Palabras Pendientes. Op. Cit. Pág. 101

[83] LÓPEZ MICHELSEN, Alfonso y SANTOS CALDERÓN, Enrique. Palabras Pendientes: conversaciones con Enrique Santos Calderón. Ed. El Áncora Editores. Bogotá (Colombia), 2001. Pág. 164